LOURDES FLORES Y LA CVR
Gonzalo Gamio Gehri
La actitud que Lourdes Flores ha asumido frente al trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) se ha caracterizado por la más radical ambigüedad: diríase que el recurso a la escopeta de dos cañones no es privilegio de un solo frente político. En este tiempo, ella parece haberse esforzado en lo personal por dirigir una mirada deliberadamente “académica” y sobria sobre el Informe Final, pero simultáneamente ha permitido que sus dos socios ultraconservadores (a quienes llamaba cariñosamente “sus chicos malos”) participen activamente en la campaña difamatoria urdida contra la Comisión y sus miembros, de la mano de cierta prensa montesinista. Hace pocos días, Flores ha sugerido que uno de estos socios ultramontanos – candidato al Parlamento Andino - podría convertirse en el “zar anticorrupción” de un eventual gobierno de Unidad Nacional.
Finalmente, Flores se ha pronunciado de un modo concluyente sobre el Informe Final (IF) de la CVR. En dos programas de TV ha señalado los que son, a su juicio, los dos grandes “errores” de la CVR. Primero, que el Informe Final haya caracterizado erróneamente los “excesos dolorosos” cometidos por efectivos de las Fuerzas Armadas como “violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos”. Segundo, que el IF no haya dado cuenta del importante cambio de estrategia antisubversiva, desarrollado “entre fines de los ochentas e inicios de los noventas”, que concluyó con la derrota del terrorismo. Estas tardías precisiones podrían interpretarse como gestos electorales (un guiño a los militares, otro para los fujimoristas), pero es necesario responder a sus aseveraciones. Los cuestionamientos de la Doctora Flores descansan en una lectura caricaturizada de uno de los períodos más tristes de nuestra historia, y, lamentablemente, en un desconocimiento básico de lo que dice el IF. Sus críticas simplemente yerran el blanco.
Repitamos una vez más lo que el IF dice con claridad meridiana: la CVR sindica a los grupos terroristas como los principales violadores de los Derechos Humanos, y reconoce los múltiples actos de heroísmo y sacrificio de las Fuerzas Armadas y policiales en cumplimiento de su misión, defender nuestra sociedad. No obstante, la CVR ha encontrado múltiples evidencias que demuestran que “en ciertos períodos y lugares”, las fuerzas del orden incurrieron en “una práctica sistemática o generalizada de Violaciones de los Derechos Humanos” (tomo I, p. 30). Cuando los testimonios y las pruebas señalan que, en ciertos contextos, las masacres y las desapariciones respondían a programas de acción diseñados de antemano, o que en las zonas de emergencia la tortura se convirtió, bajo administración militar, en un “delito de función” - ya no un crimen de lesa humanidad –, la palabra “exceso” no es pertinente ni justa: sólo sirve para encubrir cobardemente aquellas acciones que debemos conocer y castigar para que no se repita. Habría que preguntarles a las personas cuyos familiares fueron arrancados de sus hogares en redadas nocturnas por orden de agentes del Estado si estarían de acuerdo en utilizar este eufemismo para describir la tragedia sufrida.
El IF sí destaca y desarrolla en profundidad el tema del “cambio de estrategia”, que tiene su origen en la política antisubversiva planteada desde los últimos meses del gobierno de García (desde marzo de 1990), con la formación del Grupo Especial de Inteligencia en la DIRCOTE y la configuración de los “frentes antisubversivos” por parte de las FFAA, así como el apoyo estatal a la formación de los Comités de Autodefensa. Este punto es desarrollado en múltiples secciones del IF, y ha sido recogido en sus conclusiones. Resulta asombroso que Flores Nano no haya reparado en ello ¿O es que ella tampoco ha leído el Informe de la CVR? La candidata de UN emite sus opiniones con tanta convicción y tono enérgico que algún telespectador despistado pudo pensar que le enmendó la plana a la CVR. Nada más lejos de la realidad.
Quines se jactan de ser líderes de opinión y de tener capacidades para la administración del Estado tienen que procurar fundar sus expresiones en los hechos y en los textos; basta ya de gestos dramáticos y vacíos. Rindamos homenaje a los héroes, y castiguemos a los criminales responsables del terror y la violencia. No temamos esclarecer nuestra memoria histórica, y extraigamos las lecciones que correspondan para fortalecernos como sociedad democrática. Es momento que los ciudadanos examinemos si nuestros políticos – tanto los “tradicionales” como los supuestos “antisistema” - están o no a la altura de esta importante misión.
Gonzalo Gamio Gehri
La actitud que Lourdes Flores ha asumido frente al trabajo de la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (CVR) se ha caracterizado por la más radical ambigüedad: diríase que el recurso a la escopeta de dos cañones no es privilegio de un solo frente político. En este tiempo, ella parece haberse esforzado en lo personal por dirigir una mirada deliberadamente “académica” y sobria sobre el Informe Final, pero simultáneamente ha permitido que sus dos socios ultraconservadores (a quienes llamaba cariñosamente “sus chicos malos”) participen activamente en la campaña difamatoria urdida contra la Comisión y sus miembros, de la mano de cierta prensa montesinista. Hace pocos días, Flores ha sugerido que uno de estos socios ultramontanos – candidato al Parlamento Andino - podría convertirse en el “zar anticorrupción” de un eventual gobierno de Unidad Nacional.
Finalmente, Flores se ha pronunciado de un modo concluyente sobre el Informe Final (IF) de la CVR. En dos programas de TV ha señalado los que son, a su juicio, los dos grandes “errores” de la CVR. Primero, que el Informe Final haya caracterizado erróneamente los “excesos dolorosos” cometidos por efectivos de las Fuerzas Armadas como “violaciones sistemáticas de los Derechos Humanos”. Segundo, que el IF no haya dado cuenta del importante cambio de estrategia antisubversiva, desarrollado “entre fines de los ochentas e inicios de los noventas”, que concluyó con la derrota del terrorismo. Estas tardías precisiones podrían interpretarse como gestos electorales (un guiño a los militares, otro para los fujimoristas), pero es necesario responder a sus aseveraciones. Los cuestionamientos de la Doctora Flores descansan en una lectura caricaturizada de uno de los períodos más tristes de nuestra historia, y, lamentablemente, en un desconocimiento básico de lo que dice el IF. Sus críticas simplemente yerran el blanco.
Repitamos una vez más lo que el IF dice con claridad meridiana: la CVR sindica a los grupos terroristas como los principales violadores de los Derechos Humanos, y reconoce los múltiples actos de heroísmo y sacrificio de las Fuerzas Armadas y policiales en cumplimiento de su misión, defender nuestra sociedad. No obstante, la CVR ha encontrado múltiples evidencias que demuestran que “en ciertos períodos y lugares”, las fuerzas del orden incurrieron en “una práctica sistemática o generalizada de Violaciones de los Derechos Humanos” (tomo I, p. 30). Cuando los testimonios y las pruebas señalan que, en ciertos contextos, las masacres y las desapariciones respondían a programas de acción diseñados de antemano, o que en las zonas de emergencia la tortura se convirtió, bajo administración militar, en un “delito de función” - ya no un crimen de lesa humanidad –, la palabra “exceso” no es pertinente ni justa: sólo sirve para encubrir cobardemente aquellas acciones que debemos conocer y castigar para que no se repita. Habría que preguntarles a las personas cuyos familiares fueron arrancados de sus hogares en redadas nocturnas por orden de agentes del Estado si estarían de acuerdo en utilizar este eufemismo para describir la tragedia sufrida.
El IF sí destaca y desarrolla en profundidad el tema del “cambio de estrategia”, que tiene su origen en la política antisubversiva planteada desde los últimos meses del gobierno de García (desde marzo de 1990), con la formación del Grupo Especial de Inteligencia en la DIRCOTE y la configuración de los “frentes antisubversivos” por parte de las FFAA, así como el apoyo estatal a la formación de los Comités de Autodefensa. Este punto es desarrollado en múltiples secciones del IF, y ha sido recogido en sus conclusiones. Resulta asombroso que Flores Nano no haya reparado en ello ¿O es que ella tampoco ha leído el Informe de la CVR? La candidata de UN emite sus opiniones con tanta convicción y tono enérgico que algún telespectador despistado pudo pensar que le enmendó la plana a la CVR. Nada más lejos de la realidad.
Quines se jactan de ser líderes de opinión y de tener capacidades para la administración del Estado tienen que procurar fundar sus expresiones en los hechos y en los textos; basta ya de gestos dramáticos y vacíos. Rindamos homenaje a los héroes, y castiguemos a los criminales responsables del terror y la violencia. No temamos esclarecer nuestra memoria histórica, y extraigamos las lecciones que correspondan para fortalecernos como sociedad democrática. Es momento que los ciudadanos examinemos si nuestros políticos – tanto los “tradicionales” como los supuestos “antisistema” - están o no a la altura de esta importante misión.
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