Gonzalo Gamio Gehri
Luego de unos días, el tema de la carta de APRODEH va aclarándose poco a poco. Ahora se sabe que en la primera parte del documento sí se condenaba el terrorismo del MRTA – sólo se señalaba que no debía considerársele como un grupo en actividad -, y se ha mostrado que esta carta fue enviada en respuesta a una solicitud explícita del Parlamento Europeo. Sigo pensando que APRODEH cometió un error, puesto que el MRTA sigue actuando a través de vías no militares, haciendo proselitismo en la red. Me parece un error – además – porque esta situación contribuirá a la reedición de la cacería de brujas en contra de las ONG y otras instituciones de la sociedad civil que se dedican a la investigación y al activismo en materia de democracia y Derechos Humanos en el país. De paso, servirá para generar una 'cortina de humo' frente al terrible hallazgo de los cadáveres en "Los Cabitos" - que corresponden a crímenes de lesa humanidad perpetrados por agentes del Estado - y hasta echarle un pequeño salvavidas al reo Fujimori (ver el penoso comentario al respecto hecho por Lourdes Alcorta).
La nueva temporada de caza ya empezó. El ejecutivo ya ha dispuesto que la Coordinadora de Derechos Humanos, la Conferencia Episcopal y el Concilio Evangélico dejen de participar como observadores en las sesiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos, órgano presidido desde hace un tiempo por un militante aprista que aparentemente no cuenta con los conocimientos necesarios patra ejercer ese cargo (hecho que ha motivado la protesta de algunos organismos especializados en la materia). Pero eso no es todo. A pesar de que la Coordinadora de Derechos Humanos y el IDL han tomado distancia respecto de la medida tomada por APRODEH, el Vicepresidente Giampietri ha solicitado al Congreso que se investigue a esta ONG, a IDL y a la Facultad de Derecho de la PUCP sobre presuntos vínculos con la subversión. Absurdo. Veo ayer – por casualidad, aclaro – una edición del programa Habla el Pueblo de RBC, en el que Lourdes Alcorta y Francisco Diez Canseco, dos personajes conocidos por su visceralidad y por su pobre disposición para la argumentación, despotrican contra las ONG de Derechos Humanos, concibiéndolas como parte de un "siniestro lobbie caviar” pro-terrorista (evidentemente, sin ofrecer razones ni evidencias empíricas. Y contando con el aplauso y el aliento del conductor del programa, que se sumaba a la delirante tesis del "complot caviar". Sensacionalismo puro, sin el menor asomo de escrúpulo profesional.
Pero el que se lleva las palmas es el ministro Rey. Se las ha ingeniado para llevar agua para su molino, una vez más. La discusión versaba sobre si el MRTA podía ser considerado un grupo terrorista. Es sabido que el Informe Final de la CVR ofrece los elementos conceptuales y empíricos para sostener categóricamente tal tesis: es un grupo terrorista que practicaba de modo sistemático el homicidio selectivo y el secuestro. Incluso Aldo Mariátegui ha recurrido al Informe de la CVR para criticar a APRODEH (omitiendo toda referencia al encabezado de la carta). Sin embargo, Rey aprovecha la ocasión para arremeter – una vez más, recordemos que él prácticamente encabezó la campaña mediática del 2003 – contra la CVR. El otrora miembro del Movimiento Libertad y luego congresista pro-fujimorista ha intentado sostener la tesis falsa de que la CVR ha igualado a los agentes del Estado con los criminales terroristas. Eso es un completo disparate, y es una mentira. El que ha leido el Informe Final sabe que la CVR demuestra que el principal violador no es el Estado, sino Sendero (Conclusión Nº 13) y el MRTA (Conclusión Nº 34). El planteamiento de Rey simplemente no se condice con los hechos.
Rey sugirió enviar un grupo de miembros del gobierno a persuadir al Parlamento Europeo de que se ha cometido un error en este asunto. La idea en principio no me parece mala; en todo caso, es potestad del Estado tomar una medida como esa. Pero la sugerencia vino con anécdota. Rey recordó amargamente cómo no se había aceptado su propuesta de acompañar a los comisionados de la CVR al propio Parlamento Europeo para "desmentir" (?) in situ sus conclusiones. Iba a ir – señaló – financiándose él mismo el viaje. Qué gracioso el ministro. Creía que sus impresiones personales - absolutamente tendenciosas y cargadas de imprecisiones, como dan fe sus artículos publicados en La Razón (con citas al almirante argentino Massera, condenado por crímenes contra la humanidad) - debían desbaratar una investigación interdisciplinaria de dos años que denunciaba sólidamente las violaciones de los DDHH perpetradas por las huestes de Sendero Luminoso y el MRTA y - "en ciertos períodos y lugares” (tomo I, p. 30) -, por las propias fuerzas del orden. El ex parlamentario conservador acaso creía que su cercanía con jefes militares y a otras autoridades bastaba para desacreditar el testimonio de casi 17,000 personas (que fue parte del trabajo de la CVR). Y encima quería ir con ellos. Hubiera programado ese tour ideológico por Europa en otras fechas, nada se lo impedía. Pero quizás su condición de votante por la vergonzante Ley de Amnistía que soltó a los miembros del Grupo Colina le hubiese restado cierta credibilidad.
Luego de unos días, el tema de la carta de APRODEH va aclarándose poco a poco. Ahora se sabe que en la primera parte del documento sí se condenaba el terrorismo del MRTA – sólo se señalaba que no debía considerársele como un grupo en actividad -, y se ha mostrado que esta carta fue enviada en respuesta a una solicitud explícita del Parlamento Europeo. Sigo pensando que APRODEH cometió un error, puesto que el MRTA sigue actuando a través de vías no militares, haciendo proselitismo en la red. Me parece un error – además – porque esta situación contribuirá a la reedición de la cacería de brujas en contra de las ONG y otras instituciones de la sociedad civil que se dedican a la investigación y al activismo en materia de democracia y Derechos Humanos en el país. De paso, servirá para generar una 'cortina de humo' frente al terrible hallazgo de los cadáveres en "Los Cabitos" - que corresponden a crímenes de lesa humanidad perpetrados por agentes del Estado - y hasta echarle un pequeño salvavidas al reo Fujimori (ver el penoso comentario al respecto hecho por Lourdes Alcorta).
La nueva temporada de caza ya empezó. El ejecutivo ya ha dispuesto que la Coordinadora de Derechos Humanos, la Conferencia Episcopal y el Concilio Evangélico dejen de participar como observadores en las sesiones del Consejo Nacional de Derechos Humanos, órgano presidido desde hace un tiempo por un militante aprista que aparentemente no cuenta con los conocimientos necesarios patra ejercer ese cargo (hecho que ha motivado la protesta de algunos organismos especializados en la materia). Pero eso no es todo. A pesar de que la Coordinadora de Derechos Humanos y el IDL han tomado distancia respecto de la medida tomada por APRODEH, el Vicepresidente Giampietri ha solicitado al Congreso que se investigue a esta ONG, a IDL y a la Facultad de Derecho de la PUCP sobre presuntos vínculos con la subversión. Absurdo. Veo ayer – por casualidad, aclaro – una edición del programa Habla el Pueblo de RBC, en el que Lourdes Alcorta y Francisco Diez Canseco, dos personajes conocidos por su visceralidad y por su pobre disposición para la argumentación, despotrican contra las ONG de Derechos Humanos, concibiéndolas como parte de un "siniestro lobbie caviar” pro-terrorista (evidentemente, sin ofrecer razones ni evidencias empíricas. Y contando con el aplauso y el aliento del conductor del programa, que se sumaba a la delirante tesis del "complot caviar". Sensacionalismo puro, sin el menor asomo de escrúpulo profesional.
Pero el que se lleva las palmas es el ministro Rey. Se las ha ingeniado para llevar agua para su molino, una vez más. La discusión versaba sobre si el MRTA podía ser considerado un grupo terrorista. Es sabido que el Informe Final de la CVR ofrece los elementos conceptuales y empíricos para sostener categóricamente tal tesis: es un grupo terrorista que practicaba de modo sistemático el homicidio selectivo y el secuestro. Incluso Aldo Mariátegui ha recurrido al Informe de la CVR para criticar a APRODEH (omitiendo toda referencia al encabezado de la carta). Sin embargo, Rey aprovecha la ocasión para arremeter – una vez más, recordemos que él prácticamente encabezó la campaña mediática del 2003 – contra la CVR. El otrora miembro del Movimiento Libertad y luego congresista pro-fujimorista ha intentado sostener la tesis falsa de que la CVR ha igualado a los agentes del Estado con los criminales terroristas. Eso es un completo disparate, y es una mentira. El que ha leido el Informe Final sabe que la CVR demuestra que el principal violador no es el Estado, sino Sendero (Conclusión Nº 13) y el MRTA (Conclusión Nº 34). El planteamiento de Rey simplemente no se condice con los hechos.
Rey sugirió enviar un grupo de miembros del gobierno a persuadir al Parlamento Europeo de que se ha cometido un error en este asunto. La idea en principio no me parece mala; en todo caso, es potestad del Estado tomar una medida como esa. Pero la sugerencia vino con anécdota. Rey recordó amargamente cómo no se había aceptado su propuesta de acompañar a los comisionados de la CVR al propio Parlamento Europeo para "desmentir" (?) in situ sus conclusiones. Iba a ir – señaló – financiándose él mismo el viaje. Qué gracioso el ministro. Creía que sus impresiones personales - absolutamente tendenciosas y cargadas de imprecisiones, como dan fe sus artículos publicados en La Razón (con citas al almirante argentino Massera, condenado por crímenes contra la humanidad) - debían desbaratar una investigación interdisciplinaria de dos años que denunciaba sólidamente las violaciones de los DDHH perpetradas por las huestes de Sendero Luminoso y el MRTA y - "en ciertos períodos y lugares” (tomo I, p. 30) -, por las propias fuerzas del orden. El ex parlamentario conservador acaso creía que su cercanía con jefes militares y a otras autoridades bastaba para desacreditar el testimonio de casi 17,000 personas (que fue parte del trabajo de la CVR). Y encima quería ir con ellos. Hubiera programado ese tour ideológico por Europa en otras fechas, nada se lo impedía. Pero quizás su condición de votante por la vergonzante Ley de Amnistía que soltó a los miembros del Grupo Colina le hubiese restado cierta credibilidad.
Como podemos apreciar, la penosa campaña contra la defensa de los Derechos Humanos está por ingresar a su segunda etapa, que promete una mayor virulencia. Sus antiguos protagonistas - los que se enfrentaron a la transición democrática desde la prensa fujimorista - reaparecen y ocupan su lugar en el escenario. La ciudadanía debe estar alerta.