(COMENTARIOS SOBRE UN ARTÍCULO DE RICARDO VÁSQUEZ KUNZE)
Gonzalo Gamio Gehri
Hoy ha aparecido en Perú 21 un interesante artículo de Ricardo Vásquez Kunze sobre el caso PUCP – titulado Liberales: ¿De Saulo a Paulo? - , en el que explora el aspecto ideológico y político del problema. Se pregunta – con singular agudeza y con fina ironía – porqué quienes se autodenominan “liberales” – políticos, periodistas, activistas miembros de instituciones internacionales, etc. – festejan a viva voz el reciente y cuestionable fallo del TC en contra de
“Cualquiera diría que mañana mismo Friedman, Hayek, Von Mises y Popper van a iluminar los claustros de la universidad más importante e influyente del Perú. Cualquiera diría que la doctrina de la autonomía de la voluntad y la soberanía del individuo va a asentar sus reales en el espíritu de sus más de 15,000 estudiantes. Cualquiera diría que quien está por entrar a la universidad es Manuel González Prada y no el Opus Dei, la orden más conservadora de
Vásquez Kunze sostiene que esta pintoresca situación revela la verdadera crisis del liberalismo político criollo, si es que éste realmente existe. Muchos “liberales” se sienten cómodos al lado de quienes promueven un Estado tutelar confesional; para ellos, el “enemigo” es la socialdemocracia y la izquierda democrática – etiquetada bajo el indeterminado rótulo de “caviar”-, aunque ambas formas de pensamiento suscriben la cultura de los derechos humanos, el Estado laico y la autonomía del individuo. Es que sólo conciben las libertades económicas, y les tienen sin cuidado las libertades sociales y políticas. Por eso sospechan del uso del término “sociedad civil”, pese a su origen liberal, por eso tantos pseudoliberales le tenían tanta condescendencia a Fujimori, por eso no creen que Keiko sea una candidata “antisistema”. Por eso se suman al coro de gorgonas que celebra el fallo brindando con los reaccionarios. Como el columnista conservador Martín Santiváñez Vivanco sugirió en una mal lograda postilla, ven a
“Puedo entender el júbilo de los conservadores pero no el de los liberales. Porque esta algarabía liberal dice, en realidad, mucho de la crisis del propio pensamiento liberal en el Perú. Ya se entiende por qué los liberales nunca han calado en el ideario de las clases dirigentes, menos aún en el imaginario popular. Porque, es obvio que ideológicamente, ningún liberal podría aplaudir un triunfo conservador así como ningún conservador aplaudirá jamás un triunfo liberal. El liberalismo y el conservadurismo son como el agua y el aceite en lo que a principios rectores del mundo se refiere. Sólo ante un peligro mayor como el fascismo o el comunismo podría haber un entendimiento político, como lo hubo en
Pero obviamente ese no es el caso en
La hemiplejia conceptual (¿y moral?) de estos falsos “liberales” es notoria: creen que el escenario de la libertad y la realización humana es la economía, no la política o la ética. Cuando no razonan con la máquina registradora – o en términos de mero lobbysmo – son bastante autoritarios y cavernarios. No son genuinos liberales, son mercantilistas. El cálculo costo / beneficio está por encima de los derechos humanos, en su reductivo esquema espiritual. Les importa muy poco o nada el riesgo de que una de las universidades más importantes del Perú sea capturada por manos ultraconservadoras, y que su nivel académico descienda al abismo en virtud del control ideológico ultramontano. A muchos falsos liberales no les interesa la preservación de las libertades académicas, o que se prohíba la lectura de ciertos libros (con “etiqueta roja”) o que se impida la investigación en determinados temas. Tampoco reparan en el hecho de que hoy
“La pregunta que deberían hacerse los liberales es si sus ideales de progreso están más cerca de los así llamados “caviares” que de los conservadores y reaccionarios. Para hacerla simple: si están más cerca de la sociedad sueca que de la sociedad iraní. Creo que a cualquier liberal le gustaría vivir más en Suecia que bajo la férula de los Ayatholas y Ahmadinejad. Otro asunto es que la sociedad sueca no sea liberal. Pero para que cualquier sociedad lo sea, los liberales deben tener las cosas claras y ponerse a trabajar, hacer política, escribir libros, fundar universidades, regentar ONGs. Su incompetencia no es culpa de los “caviares” ni le pondrá remedio un triunfo ideológico conservador.”
“Salvo que ya hayan hecho su “camino de Damasco” para terminar de Saulo en Paulo. En ese caso que vayan poniendo su cabeza en el tajo. Del réquiem se encarga el Cardenal”.
Una parte de los convidados a este festín se presentan como liberales, pero no son más que fariseos, colaboradores y compañeros frecuentes de los poderosos. Ayer su corazón estuvo con Fujimori, hoy late por Alan, y mañana, quién sabe. Nunca les ha incomodado compartir la mesa y los planes con los espíritus más retrógrados, con los que - desde el Estado, la arena política u otros espacios sociales - prefirieron mirar hacia otro lado cuando las víctimas del terror o de la represión solicitaban su ayuda. Su valor inspirador no es la libertad, sino el anhelo de poder y el mero interés.
Dice a la letra:
"Lamentablemente y debido a que careció de una tradición propia a la que acudir en busca de inspiración, el fascismo en el Perú nunca levantó vuelo a pesar de contar con el apoyo de la Iglesia Católica y la capas medias.
En un Perú que se debate entre los fuegos cruzados de un capitalismo depredador y excesivamente laxo y un socialismo fracasado, cabe preguntarse si una opción de camino medio entre los dos en la que prevalezca la realidad a los principios, la razón a los sentimientos y el orden al libertinaje pueda volver a ser una opción viable para el Perú".
Este señor está abogando por la resurrección del fascismo en el Perú. De Ripley. Quizás algunos activistas virtuales peruanos de tendencia similar - blogueros tradicionalistas, "antimodernos", y a la vez promotores reaccionarios de campañitas Facebook - suspiren de emoción. Qué pintoresco ¿Se estarán reagrupando los minúsculos grupos de la versión más extravagante de la extrema derecha?
Actualización 2:
Excelente artículo de Nelson Manrique publicado en La República sobre el cuestionado fallo del Tribunal.
Actualización 3:
Interesante artículo de Antonio Zapata sobre el caso PUCP.
Agudo texto de Jorge Bruce en defensa de nuestra Alma Máter.
Rocío Silva S. examina el caso PUCP.
Martín Tanaka analiza el tema en su blog.
Actualización 4:
Un agudo post de Gustavo Faverón: Los fuji-fachos (¿Algún bloguero se siente aludido?).
Eduardo González examina sus primeros años en la PUCP.
Especial de Domingo de La República sobre la amenaza fundamentalista sobre la PUCP.
Pedro Salinas escribe Yo odié a Hans Küng en Perú 21, un polémico testimonio de cómo - cuando era formado como un conservador religioso - le enseñaron a condenar al teólogo suizo sin necesidad alguna de leer sus escritos.