Gonzalo Gamio Gehri
He tenido el honor
de presentar dos libros en la FIL en los últimos días, el libro de Vicente
Santuc SJ, Antropología existencial, y
el libro compartido de teólogos jesuitas, Creer
o no creer. La fe en tiempos de
transición. El primero lo presenté con Rafael Fernández Hart SJ y el segundo con Luis Bacigalupo.
El primero es el
libro póstumo de Vicente, un texto que resume sus reflexiones en torno al ser
humano y la racionalidad. Originalmente se trató de un ensayo que pretendía
introducir a los escritos de filosofía política que componían su investigación
de Doctorado. Vicente siempre se preguntaba por el horizonte de enunciación de
los problemas, el desde dónde se
plantean como tales. Vicente se detiene en la vuelta al ‘hecho de la vida’ y el
‘hecho del mundo’ y a la reflexión en torno a sus elementos constitutivos. El
lenguaje y la corporeidad como los canales de conexión con las cosas y con la
producción de sentido. Son las “abstracciones”, el intento por escindir
regiones del pensamiento y de la acción – presentes en la tecnociencia y en la
economía de mercado, pero no sólo en ellas – que nos alejan del torrente de la
vida, de la experiencia originaria del mundo. Las abstracciones son importantes
– y, con los correctivos adecuados son útiles – pero no deben hacernos perder
de vista esta vivencia fundadora.
El segundo es un
libro elaborado por los teólogos jesuitas en torno al tema de la
secularización, un libro escrito en clave académica y a la vez pastoral. Un libro
riguroso y pluralista sobre el fenómeno de la creencia y la increencia en el
Perú, fruto de dos años de trabajo. Los autores son Rafael Fernández Hart, Juan
Dejo, Jaime Regan, José Piedra, Edwin Vásquez, Eduardo Schmidt, Fernando Roca y
el recordado Jeff Klaiber. Los enfoques son diversos en la medida en que los
teólogos provienen de diferentes especialidades y disciplinas: la filosofía, la
historia, la antropología, la bioética, la ética de las empresas, etc. Un rasgo
interesante de los textos que componen este importante volumen es el compartir la idea según la cual la secularización no
constituye un proceso necesariamente dañino (el "olvido de los dioses" o la “desespiritualización” que
denuncian los conservadores "neoteístas" y otros ); es un fenómeno relevante en lo cultural y social, asociado al desarrollo de la
cultura moderna y del propio cristianismo, asociado a la encarnación y a la autonomía
de lo temporal, en convergencia con el Concilio Vaticano II.
Me parece fundamental destacar este tipo de reflexiones teológicas y filosóficas en un país como el Perú, un país que ha
sido por mucho tiempo una suerte de reducto conservador en lo político, pero
también en lo religioso. Las cosas están cambiando. Contribuciones como éstas ayudarán a que los ciudadanos podamos construir una visión más clara de los
problemas que enfrenta hoy el diálogo entre la religión y las sociedades
democráticas.
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