Gonzalo Gamio Gehri
Constituye una presuposición muy antigua – al menos tan antigua como la Ilustración – considerar que sobre el tema de los fines “no hay escrutinio racional posible” en contraste con el examen de los medios, en consonancia con el utilitarismo. Incluso algunos autores han atribuido erróneamente a Aristóteles tal pensamiento[1]. En esta línea de reflexión, el discurso sobre los fines se convierte en irracional, y el tema de la vida buena se opaca. No obstante, Aristóteles considera que lo que es susceptible de deliberación no son solamente los medios, sino aquello que propiamente “cuente como fin” o “pertenezca al fín” (pros tó telón)[2], aquello que hace que los fines puedan ser reconocidos como tales. ¿Cómo discutir sobre los fines (tele)? Aquí se hace presente una operación reflexiva fundamental – en Aristóteles – que implica reconocer qué modos de actuar y qué fines tendrían que ser “necesariamente” considerados como parte de mi vida para que esta pueda ser llamada “buena” o plenamente significativa.
Esta manera de concebir la deliberación en primera persona confronta directamente el modelo utilitarista de razón práctica. No calculamos entre expectativas de placer y dolor, sino que elegimos en función de nuestras distinciones cualitativas, haciendo referencia al modo de vida que queremos (o no queremos) encarnar, de cara a un trasfondo de valoración social. El modelo utilitario supone un universo desarraigado como telón de fondo de la elección racional, de modo que el efecto residual de las tradiciones echa a perder el cálculo, por eso tiene pretensiones apodícticas en lo que respecta a su validez como teoría. Pero no repara en la determinación cultural de los placeres, e incluso se podría decir que sobrevalora el lugar del placer en la reflexión sobre la praxis. Con frecuencia sostenemos que ciertas prácticas son “buenas”, no por que éstas nos produzcan placer, sino porque las reconocemos como buenas en sí mismas. El placer es una consecuencia de ciertas acciones buenas ( y no sólo de ellas), y nunca es independiente de estas; pero en ocasiones el evaluador fuerte tendrá que optar por la alternativa menos placentera en nombre de alguna acción que considera valiosa por sí misma: a veces, el cumplimiento de una acción encomiable puede cancelar toda expectativa de placer futuro[3]. Por ejemplo, el agente se niega a abandonar su puesto en la batalla – en contra de su deseo de vivir, y la posibilidad de acceder a placeres futuros – porque huir constituye, en el contexto de su evaluación, una expresión de cobardía.
[1] Esto ha sido lúcidamente discutido en Wiggins, David “La deliberación y la racionalidad práctica” en: Raz, Joseph El razonamiento práctico México FCE 1986 pp. 267-283; cfr. Nussbaum, Martha La fragilidad del bien Madrid, Visor 1995 revisar el cap. 10 y ” El discernimiento de la percepción.Una concepción aristotélicade la racionalidad privada y pública “ en: Estudios de filosofía (U. de Antioquía) N°11 1995. pp. . 107-166. Una exposición más general sobre la eudaimonía puede encontrarse en Kenny, Anthony “La felicidad” en: Feinberg, Joel Conceptos morales México, FCE 1985 pp. 77 - 93.
[2] Véase Eth. Nic. 1097b14 y ss. y 1112b y ss (y las obras de Wiggins y Nussbaum citadas en la nota anterior) .
[3] Cfr. Eth. Nic. Libr. III, cap. 9. Ver asimismo Nussbaum, Martha La fragilidad del bien op.cit pp. 377 y ss.
[2] Véase Eth. Nic. 1097b14 y ss. y 1112b y ss (y las obras de Wiggins y Nussbaum citadas en la nota anterior) .
[3] Cfr. Eth. Nic. Libr. III, cap. 9. Ver asimismo Nussbaum, Martha La fragilidad del bien op.cit pp. 377 y ss.
2 comentarios:
siempre te leo, pero noto que dedicas mucho tiempo al GCU, que le hace juego a la mafia
http://www.larazon.com.pe/online/indice.asp?tfi=LRCarnecitas01&ta=2008&tm=03&td=17
No pasa nada
Hasta el momento, no hay resultados de las pesquisas que se comprometió a realizar la Universidad Católica en lo referido a la obtención y difusión del récord académico (con todo y notas) del ministro de Educación, José Antonio Chang. Quien más viene recordando el tema es el blog Gran Combo Club, en el que se pide a las autoridades no seguir el ejemplo del Apra y Tula Benites. "¿Caviar no come caviar?", se pregunta uno de sus encargados...
A pesar de que colaboro con el GCC, el tema PUCP es un foco de discrepancia con algunos de sus miembros. Sinceramente me da pena lo de La Razón.
Saludos,
Gonzalo.
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