Gonzalo Gamio Gehri
Finalmente, la PUCP respondió acertadamente a los dos comunicados eclesiales en contra de la Universidad. Como expresa muy bien el documento, en sentido estricto, el conflicto existente no pretende abordar cuestiones de Iglesia, como sugieren de manera tendenciosa los comunicados del 6 y 8 de julio. A mí me desconcierta que el comunicado firmado por algunos obispos señale que la PUCP debe dejarse “guiar por sus legítimos Pastores” y al mismo tiempo sugerir que esta exigencia – formulada así, de manera escueta e indeterminada – puede ser “perfectamente compatible” con los principios de la autonomía universitaria y la libertad de pensamiento. No es evidente que así sea. Suponer que el pensamiento crítico no podría colisionar con el sometimiento a la autoridad (“dejarse guiar por sus legítimos Pastores”) resulta sumamente problemático: allí hay más de una cuestión filosófica y teológica por esclarecer. Uno se pregunta qué modelo de educación universitaria y de vida académica subyace al comunicado de los obispos.
Entristece también que el comunicado de los obispos señale una serie de gravísimas inexactitudes en torno al litigio entre la PUCP y el Arzobispado de Lima, cuya solución permanece pendiente en el Poder Judicial.
Aparentemente - más allá del caso puntual de este comunicado -, de lo que se trata en esta campaña mediática y política contra la PUCP (que ya tiene varios años de vida) es de desmontar un espacio plural y progresista, comprometido con los DDHH y con el respeto por la diversidad. La PUCP es una de las instituciones próximas a la Iglesia que cuentan con mayor prestigio en el país. Es una pena que los obispos firmantes no caigan en la cuenta de lo que sucedería con su nivel académico y con su proyección a la comunidad si perdiese la autonomía y la estructura democrática que hoy tiene. En contraste, se entiende que obispos vinculados al trabajo intelectual como Strottmann, Barreto, Cabrejos y otros no hayan firmado el documento.
Mientras tanto, los medios de ultraderecha se alinean con este cuestionado discurso, y una farsesca página de Facebook (absurdamente "aristocratizante") cita sistemáticamente las curiosas opiniones de Aldo Mariátegui sobre el tema como si del Oráculo de Delfos se tratase. El Comercio ha tomado partido en este conflicto, a juzgar por sus editoriales y por la forma en que ha condenado a la congeladora los artículos de quienes defienden a la PUCP (actualización: véase el poco creíble texto de Prieto Celi publicado el 15 de julio). El papel - y la pantalla - aguantan absolutamente todo. Esa clamorosa falta de rigor tiende a convertirse en moneda corriente en estos pintorescos círculos antiliberales.
COMUNICADO DE LA PUCP
Lunes, 12 de julio del 2010
Ante los comunicados publicados los días 6 y 8 de julio del 2010 en respaldo del cardenal Juan Luis Cipriani, la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) declara lo siguiente:
1.- El conflicto entre el Arzobispo de Lima y la Universidad Católica no toca asuntos de Iglesia. Para el señor Cardenal se reduce a un problema con “un testamento, un patrimonio y un dinero”. Para la PUCP es un problema que compromete su autonomía y su legítimo modelo de universidad.
2.- La PUCP reitera que ha acatado lo resuelto en la sentencia del Tribunal Constitucional. Esta sentencia no manda, ni podía mandar, por la naturaleza del amparo, que la Universidad actúe según una determinada interpretación de los testamentos de don José de la Riva-Agüero. Este asunto es de competencia de la justicia ordinaria.
3.- La Universidad Católica no agravia a su Gran Canciller, el Arzobispo de Lima. En cambio, la PUCP es agraviada permanente y públicamente por el señor Cardenal y sus voceros, como puede apreciarse cotidianamente en las declaraciones suyas que aparecen en los medios de comunicación.
4.- El comunicado del 6 de julio del 2010 ha sido firmado únicamente por miembros del Arzobispado de Lima y representantes de entidades religiosas que, en su mayoría, comparten con el señor Cardenal una posición ajena al modelo de universidad tolerante y plural de la PUCP.
5.- El comunicado del 8 de julio, firmado por un grupo mayoritario de obispos, expresa, sin fundamento alguno, que habría en la Universidad “interesados en administrar la herencia de Riva Agüero de un modo distinto al que corresponde”. Esta insinuación carece de veracidad, atenta contra el espíritu de comunión católica y pasa por alto que la información económica de la Universidad es pública y está auditada por instituciones de prestigio internacional. Conviene agregar que algunos de los obispos firmantes integran la Asamblea Universitaria de la PUCP, nombrados por la Iglesia para tal propósito y, por ello, reciben puntualmente esta información. No la objetaron nunca.
6.- La PUCP confía en que pronto se restablezcan la mesura, la prudencia, el respeto mutuo y el diálogo constructivo entre todos los miembros de la Iglesia. En las circunstancias actuales, reafirma el compromiso con sus fines como institución universitaria católica, al servicio del Perú desde hace 93 años.
7.- La Universidad seguirá defendiendo su autonomía y su modelo legítimo de universidad mediante los medios jurídicos de defensa a que tiene derecho, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.
Lima, 12 de julio del 2010.
EL CONSEJO UNIVERSITARIO
9 comentarios:
Profesor Gonzalo:
He leído con terror el comunicado del 8 de julio vertido por un conjunto de obispos. Y, como usted precisa, en ese texto se señala que habría “interesados en administrar la herencia de Riva Agüero de un modo distinto al que corresponde”.
Ante semejante afirmación, caben las siguientes preguntas: ¿quiénes son los referidos interesados? ¿Cuál es el modo correcto y cuál el incorrecto de administrar la herencia de Riva Agüero?
Sería interesante que los obispos (o su departamento legal) respondieran estas preguntas. Así, no pecarían de hablar a media voz, cual correveidiles.
Ahora bien, yo aventuro una respuesta a las preguntas que he propuesto: los obispos han trazado un juego retórico que implica un acto público de contrición (que siempre contiene un arrepentimiento). De forma sutil están señalándose a sí mismos como aquellos que estarían “interesados en administrar la herencia de Riva Agüero de un modo distinto al que corresponde”. En términos lógicos, la posibilidad que presento no tendría por qué ser desdeñada. Si mi hipótesis es la correcta, a los obispos les correspondería en seguida la confesión por "pensamientos impuros".
Así que restan dos posibilidades: o dichos obispos (o su departamento legal) aclaran sus propias palabras, o se puede asumir que han revelado sus más recónditas intensiones.
Un abrazo.
Julio Meza Díaz.
Excelente el comunicado.
Profesor Gonzalo:
Ahora bien, siguiendo con mi comentario, y ya que no he recibido respuesta alguna, paso a considerar que los obispos al dejar el siguiente párrafo sin nombres propios:
"Tal reacción hace pensar que, al no haber logrado su pretensión por la vía legal, aquellos que están interesados en administrar la herencia de Riva Agüero de un modo distinto al que corresponde, puedan haber optado por un camino que confunde a la comunidad universitaria y a la opinión pública pues se basa en la difusión de prejuicios y supuestas intenciones ajenas a la realidad".
Los obispos, decía, al dejar el párrafo copiado sin precisar a quiénes se refieren están cayendo en algo peor que la injuria o la difamación. Están embarrándose con el lodo de la cobardía. No cabe otro nombre a eso de firmar un comunicado sin indicar los nombres de la contraparte. Si tienen la razón, y la justicia terrenal y divina de su parte, ¿por qué le dicen al pan pan y al vino vino? ¿Temen una demanda?
Por otra parte, con este párrafo:
"Finalmente, invocamos a los fieles católicos que se unan a nuestras oraciones y buenos deseos para que, como es propio de toda universidad pontificia y católica, la PUCP siempre se deje orientar por el Magisterio de la Iglesia y guiar por sus legítimos Pastores en el respeto a su propia identidad".
Con este párrafo citado, los obispos no están haciendo otra cosa que polarizar la situación. Pareciera que están trazando una línea para constituir dos bandos en supuesto conflicto: los fieles católicos y los paganos de la PUCP.
¿Eso es propio de la doctrina de la iglesia? ¿Creen ustedes, señores obispos, que esta clase de comunicados les hará ganar más fieles?
Un abrazo.
Julio Meza Díaz.
PD: Al referirme a los obispos estoy hablando de los obispos firmantes de los comunicados.
"A mí me desconcierta que el comunicado firmado por algunos obispos señale que la PUCP debe dejarse “guiar por sus legítimos Pastores” y al mismo tiempo sugerir que esta exigencia – formulada así, de manera escueta e indeterminada...
...allí hay más de una cuestión filosófica y teológica por esclarecer".
Estimado Gonzalo:
Pienso que el objetivo de un comunicado y de cualquier texto de este tipo - en su formato, lógica y contenido - es precisamente ser escuetos e indeterminados, "hablar a media voz", ser difusos y generales. El efecto esperado es precisamente el logrado: desconcertar. Aún si la pregunta es, sin duda, legítima ("qué modelo de educación universitaria y de vida académica subyace al comunicado de los obispos"), la respuesta es lamentablemente breve: ninguno. Porque nada subyace a un comunicado más allá de su forma, su impacto y su receptor. Se trata de retórica escrita, como sabemos, por lo tanto de persuasión escrita. Lo mismo vale para los comunicados de la PUCP, perdóname la sinceridad. Como sabemos, el único receptor de todos estos comunicados es solamente uno: la opinión pública, no las partes. La comunicación de dos emisores (más aún, si son instituciones) con un tercero (más aún si es un tercero completamente indeterminado como la opinión pública), puede ser únicamente pura retórica escrita (en el buen sentido de la palabra, ojo, y en su preciso sentido técnico, como la erítisca y la sofística). La única excepción es la comunicación gobernativa o de los órganos del Estado, que son, además, colectivos (in toto) y vinculantes.
Se deduce rápidamente, entonces, que preguntas como las de nuestro estimado Díaz (mis saludos) "¿quiénes son los referidos interesados? ¿Cuál es el modo correcto y cuál el incorrecto de administrar la herencia de Riva Agüero?" "..ganar fieles" y demás, son legítimas para sí, pero en relación al texto en cuestión, completamente e íntimamente ociosas. Querer buscarle razones a un comunicado, querer "dialogar" con su sentido, es demostrar únicamente que no se lo ha entendido mínimamente.
Aquí inicia realmente mi comentario ahora, con una pregunta:
¿hay concretas posibilidades, Gonzalo, que "se restablezcan la mesura, la prudencia, el respeto mutuo y el diálogo constructivo entre " las DOS partes interesadas? ¿o debo deducir, por estos comunicados precisamente, que todo terminará por la malas? En otras palabras: ¿ha habido realmente un diálogo mediador, "detrás de cámaras"? Porque informar (y trabajar) a la opinión pública con firmas de ilustres, me parece bueno y necesario, pero me demuestra también que estamos todavía en la lógica política de mostrar músculos. Muy mal. Entre personas corrientes puedo soportarlo, pero entre dos instituciones importantes por igual (una productora de transcendencia extra-mundana, la otra de transcendencia intra-mundana, la ciencia), necesarias para la legitímidad cualquier régimen, me parece demasiado, demasiado. Peor, si el contexto es un país con Instituciones por consolidar, "se quiera o no".
saludos,
Giovanni
PS concédeme ahora la nota abrupta (hace 40 grados por acá y sin copa, peor), pero con esa imagen, mi amigo, me has hecho recordar a ultrasiete :-) ¿Será el signo que terminará el "duelo" sólo con el "poder moderador" de un tercero? Pregunta de Derecho público para mi amigo Díaz: ¿quién será Godzila? ¿quien el mostro Kaiju? Si mal no recuerdo, había un capítulo apocalíptico de Ultrasiete crucificado, ¡aja!, lo sabía ¡ultrasiete es conservador y ciprainista! Saludos y buena onda.
"A mí me desconcierta que el comunicado firmado por algunos obispos señale que la PUCP debe dejarse “guiar por sus legítimos Pastores” y al mismo tiempo sugerir que esta exigencia – formulada así, de manera escueta e indeterminada...
...allí hay más de una cuestión filosófica y teológica por esclarecer".
Estimado Gonzalo:
Pienso que el objetivo de un comunicado y de cualquier texto de este tipo - en su formato, lógica y contenido - es precisamente ser escuetos e indeterminados, "hablar a media voz", ser difusos y generales. El efecto esperado es precisamente el logrado: desconcertar. Aún si la pregunta es, sin duda, legítima ("qué modelo de educación universitaria y de vida académica subyace al comunicado de los obispos"), la respuesta es lamentablemente breve: ninguno. Porque nada subyace a un comunicado más allá de su forma, su impacto y su receptor. Se trata de retórica escrita, como sabemos, por lo tanto de persuasión escrita. Lo mismo vale para los comunicados de la PUCP, perdóname la sinceridad. Como sabemos, el único receptor de todos estos comunicados es solamente uno: la opinión pública, no las partes. La comunicación de dos emisores (más aún, si son instituciones) con un tercero (más aún si es un tercero completamente indeterminado como la opinión pública), puede ser únicamente pura retórica escrita (en el buen sentido de la palabra, ojo, y en su preciso sentido técnico, como la erítisca y la sofística). La única excepción es la comunicación gobernativa o de los órganos del Estado, que son, además, colectivos (in toto) y vinculantes.
Se deduce rápidamente, entonces, que preguntas como las de nuestro estimado Díaz (mis saludos) "¿quiénes son los referidos interesados? ¿Cuál es el modo correcto y cuál el incorrecto de administrar la herencia de Riva Agüero?" "..ganar fieles" y demás, son legítimas para sí, pero en relación al texto en cuestión, completamente e íntimamente ociosas. Querer buscarle razones a un comunicado, querer "dialogar" con su sentido, es demostrar únicamente que no ha comprendido mínimamente su objetivo (y límites). Disculpen lo frontal.
Aquí inicia realmente mi comentario ahora, con una pregunta:
¿hay concretas posibilidades, Gonzalo, que "se restablezcan la mesura, la prudencia, el respeto mutuo y el diálogo constructivo entre " las DOS partes interesadas? ¿o debo deducir, por estos comunicados precisamente, que todo terminará por la malas? En otras palabras: ¿ha habido realmente un diálogo mediador, "detrás de cámaras"? Porque informar (y trabajar) a la opinión pública con firmas de ilustres, me parece bueno y necesario, pero me demuestra también que estamos todavía en la lógica política de mostrar músculos. Muy mal. Entre personas corrientes puedo soportarlo, pero entre dos instituciones importantes por igual (una productora de transcendencia extra-mundana, la otra de transcendencia intra-mundana, la ciencia), necesarias, ambas, para la legitímidad de cualquier régimen, me parece demasiado. Peor, si el contexto es un país con Instituciones por consolidar, "se quiera o no".
saludos,
Giovanni
PS concédeme ahora la nota abrupta (hace 40 grados por acá y sin copa, peor), pero con esa imagen, mi amigo, me has hecho recordar a ultrasiete :-) ¿Será el signo que terminará el "duelo" sólo con el "poder moderador" de un tercero? Una pregunta de Derecho público para mi amigo Díaz: ¿quién será Godzila mi estimado? ¿quién es el mostro Kaiju? Si mal no recuerdo, había un capítulo apocalíptico de Ultrasiete crucificado, ¡aja!, lo sabía... ¡ultrasiete es conservador y ciprainista! Saludos y buena onda.
PII Blogger me da error de envío. Si te aparecen tres copias del comentario, puedes conservar esta como la definitiva. Gracias.
Estimado Julio:
Quienes quieren tomar la PUCP no están usando bibliografía sagrada como matriz significativa, sino "Lord of the Rings". Tiene que ver con el poder.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Giovanni:
Tienes toda la razón en cuanto al destinatario de los comunicado y el género de los mismos, estimado amigo. Efectivamente, el tema de la musculatura, del "juego de fuerzas", está allí. Tu propuesta de someter el asunto a arbitraje me parece riguroso y recomendable.
Lo de Ultrasiete me parece genial. Yo objetaría, sin embargo, lo siguiente: la posición de JLC no puede ser la de "Ultrasiete crucificado". Él cuenta con el apoyo del Gobierno, de la mayoría de los medios, de la parte más antiliberal de la Iglesia local y universal. Está al otro lado de la batalla, sin duda.
Un abrazo,
Gonzalo.
¡saludos!
bueno, eso de Ultrasiete era, digamos, una broma veraniega (en recuerdo de nuestro estimado Marcelo Mastroianni, que se le estraña). Lo que quería demostrar es que la contraposición de frentes puede llevar a ese círculos vicioso de ver opusdeistas y anti-opusdeistas por todos lados, hasta en el recordado Ultrasiete (precisamente me estaba viendo ese capítulo curioso ;-).
Salió tres veces mi comentario, me disculpo con el lector. Un problema técnico, no fue mi intención. Por ahí hay un falta en el texto, debería decir: Querer buscarle razones a un comunicado, querer "dialogar" con su sentido, es demostrar únicamente que no SE ha comprendido mínimamente su objetivo (y límites)". Mi observación era impersonal, al lector en general: ninguna tercera persona.
Sobre el arbitraje:
el arbitraje sería aquí una solución jurídica precisa, concreta y constructiva, en el sentido del antagonismo cooperativo inter-institucional que hemos discutido una vez. El intercambio de comunicados forma parte de lo que hemos llamado "antagonismo competitivo", un necesario ejercicio con un tercero, la opinión pública. Sin embargo, siendo dos instituciones importantes a nivel de régimen (universidad e iglesia), sería interesante ver cuáles son los actos concretos en términos cooperativos de las partes en conflicto. Entiendo arbitraje en el sentido de mediación y resolución pacífica de conflictos, que es más significativo que el "mero negociar". La mediación es un mecanismo cooperativo muy importante.
Si la iglesia "solo" pretende incidir en la parte legal de la cuestión como tanto afirma en sus comunicados, entonces no debería rechazar su firma sobre todo lo que respecta a la autonomía universitaria en todos los puntos, estatutos y reglas que uds. precisen. Al mismo tiempo, Uds. como universidad no deberían rechazar la posibilidad de un arbitraje en estos términos, dado que vuestra razones de conflicto se refieren a la autonomía en primer lugar, como efecto de la cuestión legal.
Conversaba por acá sobre este tema PUCP-Iglesia con una abogada profesora, que se ocupa de mediación y arbitraje internacional. Me dice que, en efecto, mi propuesta de mediación es una carta magnífica sobre todo para la PUCP: si se parte desde la razón fundada que la iglesia tiene el apoyo conservador de la elite gobernativa, el TC y demás "poderes fácticos" anti-transicionales como bien afirmas, entonces verla rechazar una propuesta arbitral o estatuto sobre los puntos referidos a la "autonomía universitaria", la pondría en evidencia ante la opinión pública sobre sus verdaderos intereses. Si la iglesia afirma que no le interesa el tema de la "autonomía", entonces debería firmar sin problemas.
Seguramente a la iglesia no le interesará mediar en los términos de mi propuesta, porque tiene las carta bajo la manga del TC, el régimen, los "poderes fácticos" y demás. A la PUCP, en cambio, si le conviene proponer públicamente el arbitraje internacional y de ninguna manera, creo yo, apelar a una nueva instancia judicativa internacional: esto sería un error gravísimo, ningún tribunal internacional va querer chocar con el TC de otro país, fuera de casos sobre DDHH.
saludos,
Hola Gonzalo, tal vez esto esté fuera de contexto, pero no hallé otra manera de compartirlo: un artículo sobre el declive de la enseñanza de las humanidades en universidades británicas. Fue publicado en "Letras libres", el enlace es
http://www.letraslibres.com/index.php?art=14802
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