viernes, 30 de octubre de 2009

EL MUSEO DE LA MEMORIA SE EDIFICARÁ EN MIRAFLORES



Gonzalo Gamio Gehri


Finalmente, el Museo de la Memoria se edificará cerca del cuartel San Martín, en la Avenida del Ejército. Así lo dieron a conocer el alcalde Manuel Masías y el escritor Mario Vargas Llosa, quien preside la Comisión que tiene a su cargo este proyecto. De este modo llega a su fin la historia de especulaciones acerca de dónde se construirá el Museo dedicado a la memoria del conflicto armado interno, que también concentrará sus actividades en la reflexión pública en torno a las posibilidades efectivas de justicia y reconciliación en el país. La Comisión ha expresado su deseo de que el museo constituya un espacio de meditación y conversación ciudadana sobre el pasado, pero también sobre el futuro de la cultura de paz y la institucionalidad democrática en el Perú. Un espacio de pensamiento y de decisiones para que la tragedia que vivimos no se repita.

Algunos analistas consideran que la medida del alcalde Masías obedece a una clara intención electoral. Querría mejorar su imagen pública, visiblemente deteriorada por el funesto episodio de discriminación y maltrato policial que padecieron cuatro ciclistas en el Centro Comercial Larcomar. Es posible que la decisión de Masías responda a alguna forma de cálculo político – no podemos descartar esa hipótesis - , pero es cierto que constituye una buena noticia que el Museo haya encontrado un lugar para su construcción. Estemos atentos, en todo caso, a la colaboración que brinde el municipio para que este proyecto se concrete. Desde luego, la crítica de los enemigos de la idea misma del Museo no se han hecho esperar. Ya el Director de un diario de ultraderecha ha dicho que con esta medida “Masías se ha sentado sobre Tarata” con su acostumbrado estilo descuidado y ofensivo. Su espíritu escasamente sutil le impide comprender que la mejor manera de ser justos con lo sucedido en Tarata es no olvidar lo que sucedió.

Mario Vargas Llosa ha señalado que el Museo de la Memoria “será una institución imparcial”, que reflejará distintas perspectivas razonables sobre el conflicto. Lo dice porque diferentes personajes que participan del Poder Ejecutivo y de ciertos partidos políticos conservadores miran con desconfianza el proyecto de un museo con tales características. Son los mismos que han sostenido de manera infundada – sin tomarse el trabajo de leer siquiera las conclusiones del Informe Final de la CVR – que el texto pondría de manifiesto la “equiparación de las Fuerzas Armadas con las huestes subversivas”, y tantas otras mentiras urdidas por la prensa amarilla y el sector más conservador de la "clase política". Quien conozca el documento conoce la magnitud de los prejuicios y la mala fe de estos individuos. Ellos saben que Vargas Llosa conoce muy bien el Informe de la CVR y que ha defendido públicamente sus tesis en repetidas ocasiones. Saben que el novelista considera que el Museo constituye un proyecto de singular significación espiritual para la sociedad peruana. Su posición frente al Museo fue decisiva para que el proyecto pudiese ver la luz del día, a pesar de la primera negativa de la administración García. Gracias a sus buenos oficios, tal resistencia pudo ser vencida, y la propuesta del silencio tuvo que retroceder.


Se trata de un paso importante. Una buena noticia, sin duda.

miércoles, 28 de octubre de 2009

A PROPÓSITO DE UN ARTÍCULO DE NELSON MANRIQUE SOBRE POLÍTICAS PÚBLICAS Y SECULARIDAD EN EL PERÚ



Gonzalo Gamio Gehri


Ayer, el destacado historiador Nelson Manrique publicó en La República un artículo titulado La fe y la fuerza pública, en el que comenta el fallo del Tribunal Constitucional de prohibir la distribución gratuita de la Anticoncepción Oral de Emergencia (AOE) también llamada “Píldora del día siguiente”. Se trata de un tema particularmente controversial y sensible, en el que se han puesto en juego no sólo todo tipo de emociones, sino ciertas presiones políticas de toda clase y origen ideológico. El tema científico – que debería tener un lugar de privilegio – le ha cedido el protagonismo al juego de fuerzas ideológico en el terreno de la discusión pública. Quisiera destacar algunas conclusiones de Manrique acerca de la influencia de la secularidad y de la confesionalidad en la política peruana, tomando en cuenta que hemos abordado el tema a propósito de unas reflexiones anteriores en torno a un lamentable y conceptualmente pobre post 'reaccionario' - publicado en un blog colectivo de tendencia "antidemocrática" - que critiqué duramente en su momento. El sesudo artículo de Manrique, en contraste, plantea una serie de cuestiones interesantes que están en el corazón mismo de la polémica sobre religión, sociedad y salud pública.

Manrique pone de manifiesto su extrañeza frente a la decisión del TC, que va en una dirección completamente diferente a su pronunciamiento de 2006 sobre el tema de la AOE, aparentemente sin que la motivación de su cambio de actitud sea la aparición de nuevas evidencias. De hecho, la OMS ha señalado en repetidas oportunidades que la OAE no tendría efectos abortivos, de acuerdo con una serie de estudios. Llama la atención que el TC no haya considerado esta clase de estudios como una fuente consultiva acreditada.

“La sentencia del TC constituye una respuesta a la denuncia de la ONG “Acción de Lucha Anticorrupción” (nada menos) y declara inconstitucional la distribución gratuita que ha venido realizando el M. de Salud a las mujeres pobres y extremadamente pobres del AOE. Esta decisión se ha tomado contra las opiniones –que el TC ha recibido– en condición de amicus curiae (algo así como una opinión de expertos para ayudar a los magistrados a tomar decisiones informadas) de la Defensoría del Pueblo y de instituciones científicas prestigiosas, como la Academia Peruana de Salud, la Organización Panamericana de la Salud (Oficina de la OMS), el Colegio Médico del Perú, el Estudio para la Defensa de los Derechos de la Mujer (DEMUS), el Instituto Peruano de Paternidad Responsable (INNPARES) y el Centro de Promoción y Defensa de los Derechos Sexuales y Reproductivos (PROMSEX). En la sentencia de los magistrados del TC han pesado más los argumentos de la Alianza Latinoamericana para la Familia (ALAFA), la Coordinadora Nacional Unidos por la Vida y la Familia (CONUVIFA), el Population Research Institute y la Asociación Nacional de Médicos Católicos del Perú.”

Me parece que este es un punto crucial (particularmente - aunque no exclusivamente - para quienes somos contrarios al aborto). Nos interesa saber si existen evidencias que señalen si la AOE es abortiva o no, y queremos saber qué instituciones lo acreditan, y de acuerdo a qué estudios. Manrique considera que esta situación revelaría que el TC habría tomado mayor consideración a las presiones de instituciones que actúan siguiendo una agenda de inspiración fundamentalmente religiosa que a consideraciones estrictamente de orden científico. En esta dirección, La República ha señalado que los miembros del TC se reunieron con Luis Solari y con Rafael Rey, antes de la emisión de su fallo, hecho que los propios aludidos han reconocido. ¿Pueden interpretarse estas reuniones como un acto de presión política? Es difícil afirmarlo categóricamente - no se cuentan con todos los elementos para hacerlo -, pero creo que en esta materia tendríamos que ser sumamente rigurosos, y evitar cualquier situación que genere dudas o malestar en la opinión pública. En todo caso, la polémica está servida: es evidente que la presencia del ministro Rey no puede ser entendida en términos de una estricta 'asesoría técnica', pues se trata de un protagonista de un acalorado debate sobre el tema, que ciertamente no carece de dimensiones religiosas y políticas. El autor del artículo reconoce - no sin cierta ironía – que las instituciones religiosas están en todo su derecho de señalar a sus fieles cuál es la línea doctrinal en la materia, e incluso tienen el derecho de plantear su posición en la propia arena pública. El problema reside, a su juicio, cuando ellas pretenden ejercer algún tipo de presión que va más allá de la prédica y el acompañamiento espiritual de sus adeptos.

La Iglesia tiene todo el derecho de prohibir a sus fieles usar el AOE, así como a prohibirles abortar en cualquier circunstancia e independientemente de toda consideración. A su vez, estos tienen igual derecho de decidir si acatan este mandato o no (¿no es para eso que Dios les ha regalado el libre albedrío, para aceptar seguir este mandato o rechazarlo, arriesgándose a terminar convertidos en chicharrón por toda la eternidad?). Cuando esto se convierte en un problema es cuando se apela no a la obediencia de los fieles sino a pedir el auxilio de la fuerza pública para darle “una ayudita” a su libre albedrío, además de pretender que estos dictados sean acatados no solo por los fieles, sino también por ese 25% de peruanos que se proclaman no católicos.”

Se trata de un tema polémico, sin duda, y que toca directamente el asunto de la secularidad del propio Estado peruano. Manrique recuerda que “recién en 1915 el Congreso del Perú se atrevió a cambiar la legislación que consideraba delito punible profesar cualquier religión que no fuera la católica”, lo cual constituye un dato realmente escandaloso. Hasta una fecha tan reciente los ciudadanos peruanos no podían ejercer su legítimo derecho a la libertad de conciencia y predicar su fe. En esa línea de reflexión, no sorprende que algunos integristas de la Blogósfera pidan el retorno del Estado confesional – una propuesta que, como argumenté hace poco, cuenta con el rechazo de muchos creyentes que estamos en contra del aborto – asumiendo una perspectiva contraria al respeto de los Derechos Humanos básicos. Adereza la polémica el hecho de que la ONG que está involucrada en el proceso que ha generado el fallo del TC - llamada Ala sin componenda – incluya en su Directorio, en calidad de "Miembros Honoríficos Rectores", a las tres personas de la Santísima Trinidad y a la Virgen María. Debo decir que esa actitud me parece completamente fuera de lugar, extravagante y contraria al reconocimiento del carácter misterioso de lo divino (¿Cómo saber finalmente si estas personas desean formar parte de tal Directorio, y si están de acuerdo con todas las decisiones de la mencionada Asociación?). Como creyente, protesto contra ese gesto, que encuentro irresponsable, soberbio y efectista. Me parece que se hace un uso cuestionable de lo que no debe ser instrumentalizado ideológicamente. Si uno lee su "lista de adherentes" se encontrará con parte del santoral católico (¿?). Patético, pues allí la referencia a Dios y a los santos se convierte en instrumento de un determinado interés particular. Si el lector observa los links y revisa las noticias que destaca la Página de la ONG citada podrá hacerse una idea más clara de su perfil.

Más allá de la opinión que cada ciudadano pueda formarse acerca de los efectos de la AOE y del fallo del TC, creo que es legítimo – desde un punto de vista público - preguntarse qué llevó a esta importante institución a cambiar su punto de vista y pronunciarse en una dirección distinta a la realizada en 2006, pues esto constituye un probable signo de contradicción (que ha llevado a los analistas más críticos a sospechar que la presión de algún lobby tuvo cierto peso en la sentencia). Se trata de un punto que debe aclarase a la brevedad posible, en nombre de la transparencia y buena salud de nuestras instituciones. Hace ya tiempo que la nueva composición del TC – en la que incluso figura algún militante confeso del oficialismo – genera algunas dudas sobre la independencia de un organismo que ya contaba con un reconocido prestigio en el país.

viernes, 23 de octubre de 2009

LA SABIDURÍA TRÁGICA



ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE DELIBERACIÓN Y FINITUD




Gonzalo Gamio Gehri



“Porque Zeus puso a los mortales en el camino del saber, cuando estableció con fuerza de ley que se adquiera la sabiduría con el sufrimiento. Del corazón gotea en el suelo una pena dolorosa de recordar e, incluso a quienes no lo quieren, les llega el momento de ser prudentes.”[1]



Siempre me he preguntado porqué los compositores de tragedias – pensadores de primera línea en la reflexión clásica sobre la ética y la política – han insistido en señalar que la sabiduría se logra a través del dolor. Por supuesto, esta posición re-vela la forma peculiar de la relación de los mortales con los dioses, e incluso el rol de la anámnesis en el espacio público ateniense. No obstante, más allá del horizonte cultural inter-intencional de su enunciación, la sabiduría trágica pone de manifiesto dimensiones fundamentales de la cosa misma, la comprensión del carácter finito y contingente tanto de la vida humana en cuanto tal, como de las propias excelencias que es capaz de desplegar un agente humano.

“Porque sufrimos, reconocemos haber actuado mal”, reza al verso 926 de Antígona, que después examina Hegel en la Fenomenología. La experiencia del dolor nos hace sabios porque nos permite explorar nuestras acciones y detectar nuestras faltas, nuestras formas de ceguera moral y nuestra carencia de empatía con el otro. El dolor es una dimensión de la vida humana que no podemos erradicar – y si pudiéramos hacerlo, perderíamos lucidez acerca de nuestra propia condición, como Huxley muestra en Un mundo feliz -. La incapacidad de aproximarse al dolor ajeno constituye una fuente poderosa de ceguera e inconsistencia. Pienso en algunos personajes públicos y autoridades que se muestran enfáticos en su lucha contra el aborto, pero se mostraban poco receptivos frente a las denuncias de violaciones de Derechos Humanos en el epicentro mismo del conflicto armado interno. Pienso también en ciertos grupos feministas, comprometidos con los derechos y la integridad de las mujeres, que no dudaron en avalar las esterilizaciones masivas llevadas a cabo por el fujimorato en la década pasada. Se trata de formas claras de hybris.

No podemos erradicar el dolor de la experiencia humana sin dejar de ser lo que somos (cfr., el rechazo de Ulises al ofrecimiento de la inmortalidad por parte de Calipso en Odisea V), pero podemos aprender de él, aun en las situaciones más amargas. En el fondo, no nos queda alternativa. Eso lo sabemos cuando perdemos a un ser amado. Aprender en torno a nuestros límites en tanto mortales, aprender en cuanto al trato que le debemos a los demás y a la medida correcta en los diferentes asuntos de la vida. Reconocer que la realidad que debemos enfrentar no está hecha a la medida de nuestros deseos; antes bien, suele ejercer una sólida resistencia frente a ellos. Considerar y percibir la inconmensurabilidad de los bienes que buscamos y aspiramos cultivar, así como la heterogeneidad de los males que combatimos o procuramos evitar. Tomar conciencia de que cualquier pretensión de autosuficiencia para una vida humana está condenada a fracasar. Extraer, finalmente, de la experiencia de la adversidad la aguda lección de Tiresias, según la cual la buena deliberación es el mejor de los bienes, incluso cuando sabemos que no podemos bosquejar del todo el escenario de nuestras vidas.



Imagen tomada de aquí.




[1]Esquilo, Agamenón 176 –180.

domingo, 18 de octubre de 2009

SOBRE SECULARIZACIÓN Y POLÍTICA LIBERAL (NUEVAMENTE)




Gonzalo Gamio Gehri



Algunos importantes debates públicos actuales encienden la llama de discusiones conceptuales que sería preciso tomar en serio. Leo hoy en una página nacional una nota contra la secularización que llama mi atención. Se trata de un post de típica inspiración integrista, con profundas deficiencias en la redacción y en la argumentación. Como académico interesado en el tema de la secularización y como católico lamento profundamente que se use esta expresión con tan poco cuidado y rigor. Nuevamente, se confunde la “secularización” con la “desespiritualización” del mundo, o con la “desaparición de la religión”. Para variar, se confunde la “tolerancia a la diferencia” con el fantasmal “relativismo” ¿Por Qué? Sospecho que el repetido recurso a manuales
de 'recta enseñanza' (¿?) en ciertos antiguos reductos tradicionales lleva al abuso de los ismos sin mesura alguna (pues se trata de etiquetas que no tienen un referente concreto en el debate filosófico o teológico). Y claro, se escucha de inmediato el monocorde, memorístico y consabido estribillo “si todo es relativo, hay contradicción, porque se trata de un ‘juicio absoluto’”, “quien dice que no hay verdad, presupone (e impone) una verdad”, etc., etc. Esas raquíticas escaramuzas de manual (con un rival ad hoc, inexistente) no llevan a ningún lado, qué duda cabe. Sé que, aunque volvamos a escribir mil veces sobre el proceso de secularización como valoración de lo temporal y la kenosis, otra vez los más conservadores seguirán con el estribillo sin fundamento de la “ausencia de verdad”. El bolerillo seguirá resonando por allí, en el "maravilloso mundo" de los muñecos de paja. Sin embargo, también es cierto que habrá quien encuentre interesante enfrentar el problema.

La nota mencionada asume una destartalada tesis que deja mal - injustamente - a las personas de fe y su percepción del pluralismo democrático. Por fortuna no todos los creyentes interesados en la filosofía y la teología pensamos en esa clave autoritaria. A muchos intelectuales creyentes nos gusta prescindir de los manuales como de los alimentos indigestos. Y muchos pensamos en virtud de buenas razones que el cultivo del pluralismo no está reñido con la búsqueda del conocimiento y la justicia. Muchos encontramos realmente molesto el recurso a etiquetas indeterminadas como "relativismo" y en general a esta clase de simplificaciones teóricas; no molesta la divergencia de puntos de vista - eso se saluda, si es que existe la disposición a argumentar - sino la absoluta falta de rigurosidad en la exposición de las posiciones, así como la falta de información en la materia. Muchos recordamos que el último Concilio destaca la autonomía de lo temporal – precisamente aquello que evoca el concepto de secularización – y que esto no tiene nada que ver con la retirada de la religión. Muchos pensamos que promover que el Estado no abrace una “religión oficial” y que los espacios públicos estén abiertos al diálogo de los diversos credos y relatos sobre el bien no significa que la sociedad liberal abandone la religión. Muchos de los creyentes no nos atreveríamos a sostener que ello implicaría renunciar a la verdad. Tal razonamiento lo encontraríamos clamorosamente deficiente y efectista. Una sociedad liberal reconoce en sus ciudadanos a agentes, personas adultas que disciernen, eligen y discuten sus creencias; tal sociedad quiere convertirse en un escenario plural en el que las personas y grupos busquen razonable y honestamente
la verdad – no "su" verdad, pues esta es una expresión absurda – y dialoguen sobre lo que puede darle sentido a la vida. Eso no es tarea del Estado, sino de las personas, las familias, y asociaciones diversas (Iglesias, comunidades, grupos de reflexión, instituciones de la sociedad civil, etc.). Esto no significa que esta búsqueda sea ‘privada’, sino que es ‘extra-estatal’, en rigurosa observancia de los derechos de las personas a creer y a no creer (sólo una débil retórica puede identificar el liberalismo con el laicismo proveniente de ciertas lecturas del Republicanismo francés - descritas de una manera tendenciosa, además - en las que no se disuelve la religión, aunque sí se la privatiza). Muchos consideramos que la búsqueda de la verdad requiere del ejercicio de la reflexión crítica e implica la apertura dialógica - también crítica - a argumentos que proceden de otras tradiciones, escuelas o experiencias (y no sólo el escrutinio de las ideas de quienes piensan como uno).

En la prédica que reseñamos, se pretende sostener que la “secularización” equivale a la proclamación del ‘nihilismo’ (a saber,
supongo, que los ‘grandes valores’ se reducen a nada, con la mente puesta en Nietszche). Esa ‘pérdida de valores’ desemboca sin remedio en el ‘relativismo’, y este en el "hedonismo" - dice la nota - pues "cae (en él) por su propio peso" (¿?). El mismo penoso estribillo cacofónico. Como el lector puede constatar, el predicador invoca el carnaval de los ismos. La nota se remite a un vedadero desfile de caricaturas que le hacen un grave daño a la filosofía y a la teología. Eso es pura retórica de manual, porque da demasiados pasos sin justificar. No le importa al redactor de la nota que el “relativismo” sea un fantasma, un burdo muñeco de paja. No le importa que ningún pensador decente de la historia piense que “todo valga” o que “todo da igual”, ni siquiera – como argumenté en Racionalidad y conflicto ético – el mismísimo Protágoras. Tampoco considero que la increencia religiosa de ciertas personas implique que ellas experimenten en carne propia la ‘disolución de los grandes valores’. Esa es una insinuación ofensiva - inaceptable - contra tanta gente de bien que ha elegido no creer. Muchos no creyentes están comprometidos con ideales universales de justicia y compasión (he de agregar que muchos no creyentes están en contra del aborto, porque sospecho que hacia eso apunta la nota que estoy comentando). También es cierto que muchos creyentes, celosos observantes del ritual, están fascinados con el poder y el consumo; incluso algunos "devotos" confían en que la 'dirección de las almas' se traduzca en el control tiránico sobre las conductas. No se trata de un problema de doctrinas, ni de escuelas, ni de "líneas".

Es absurdo e ingenuo - y acaso soberbio - creer que la religión es la fuente única de la moral (además de la automática solución a todos nuestros problemas prácticos). Del mismo modo, resulta extraño y arbitrario aseverar (sin ofrecer argumento alguno) que el liberalismo desestima cualquier clase de aspiración a la verdad, o que no se compromete con alguna noción de verdad (1) (desde luego, uno se pregunta qué autores nutren su noción de 'liberalismo' ¿Rawls? ¿Berlin? ¿Oakeshott? Nada. De hecho, alguna alusión hecha allí a Kant y a la universalidad de los derechos termina minando fatalmente su "crítica" antiliberal). El autor supone dogmáticamente que sólo el explícito esfuerzo religioso-metafísico revela una genuina preocupación por la verdad. Se trata de una presuposición a todas luces infundada.

Si este cuestionamiento a la sociedad secular pretende ser un preámbulo a una toma de posición al debate sobre el aborto, tengo que señalar que se trata de un preámbulo muy malo, que sólo revela un profundo temor al pluralismo. Una sociedad plural no es necesariamente una sociedad que asume una política pro-abortista indiscriminada, como creen estos comentaristas apocalípticos. Existen buenos argumentos no religiosos contra el aborto (que yo suscribo); apelar a formas políticas retrógradas para resolver problemas actuales y puntuales como el que está en discusión me parece una medida extravagante y nada seria (¿Una especie de 'caballo de Troya' en versión teocon?). La secularización alude al tiempo de la vida finita del hombre como sede de significados, una tesis convergente con la democracia (pero también con el cristianismo, como G.W.F. Hegel, Ch. Taylor y G. Vattimo han argumentado, cada uno a su manera). La invocación a la restitución un Estado confesional como solución a estos problemas – como el post reseñado parece insinuar - es simplemente una propuesta absurda y completamente injustificada. Una sugerencia inviable y por demás indeseable.






(1) De hecho, los únicos interesados en la filosofía que he visto recientemente "despedirse de la verdad" son algunos conservadores antiliberales, súbitamente convertidos al postmodernismo (¿Magia?).

miércoles, 14 de octubre de 2009

CHARLES TAYLOR: LOS TRES EJES DEL PENSAMIENTO MORAL



Gonzalo Gamio Gehri


En más de un sentido, Charles Taylor es el hermenéuta vivo más importante en cuanto al cultivo de la filosofía práctica se refiere. Desgraciadamente, es más conocido en Latinoamérica por sus textos de divulgación que por sus libros más sistemáticos. En ellos, desarrolla un análisis muy fino de la fenomenología de la experiencia ética y del concepto de identidad. Fuentes del yo siguen siendo aquí nuestro material fundamental de cuestionamiento y discusión. En esta obra Taylor explicita sus puntos de vista frente a estos temas que en otros lugares apenas bosqueja someramente[1].

Hablar de dimensiones de lo moral plantea problemas importantes en una época en donde la concepción kantiana y neokantiana de la ética es todavía dominante - al menos en el ámbito académico – generalmente se asume la tesis de que el ámbito de la moral corresponde unicamente al área de las obligaciones incondicionales que trasciendan el mero reino de “las máximas” o, en una línea algo menos ortodoxa, el respeto a la dignidad de las personas. Pero, de ser correcta esta presuposición el terreno de la moral sería increiblemente estrecho, marginando otras formas de valoración y diseño de vida; las consideraciones relativas a cómo ser felices, por poner un ejemplo, se verían excluidas de la moral[2]. Como resulta obvio, Taylor tiene una posición al respecto al identificar el contenido de lo moral con aquello que puede ser expresado en términos de evaluaciones fuertes. Toda cuestión que atañe a la pregunta por la orientación en la vida tendría que ser entendida como interior a lo moral, tanto los imperativos de respeto como la preocupación por la eudaimonía o las relaciones comunitarias.

En este sentido, Taylor distingue lo que considera “tres ejes del pensamiento moral”: 1) El relativo a los imperativos que expresan obligación y demandan respeto incondicional; 2) El tema de los fines de la vida, vinculado al problema clásico de la vida buena; 3) La interpretaciones acerca de la “dignidad” del hombre (esta expresión es equívoca en el pensamiento de Taylor, puesto que la usa en un sentido diferente – más estricto – en la Ética de la autenticidad[3]) de modo que, puesto que corresponde a la comprensión del lugar que ocupa el hombre en el universo, lo que podríamos denominar cuestiones relativas al status de la vida humana, el lugar del hombre en el cosmos, así como su situación en el espacio público.

Taylor insiste en que – sean cuales sean los contenidos de sus preceptos éticos – en todas las culturas la comprensión de lo normativo supone, al menos de modo general, la presencia ineludible de estos tres ejes, o sus equivalentes locales. Lo que sin duda varía es la preeminencia de alguno de estos ejes sobre los demás en las argumentaciones ontológico – morales desarrolladas por miembros de diferentes culturas. Así, en el contexto de la tradición heróica narrada por los poemas homéricos, parece ser que el tercer eje determinaba en buena medida el sentido de los restantes, en virtud de la inseparabilidad de la noción de areté y el cumplimiento de el rol social configurado por un orden cósmico preestablecido[4]; en la ética clásica (pensemos en Aristóteles) la consideración sobre los tele de la vida, el segundo eje, organiza y subordina las nociones de respeto y status. Una época como la nuestra, en la que la lucha por los espacios personales de inmunidad que garantizados por los Derechos Humanos se constituye como una exigencia práctica irrenunciable y no negociable, el orden jerárquico sigue el orden numérico, con el primer eje como el dominante.

Un importante cambio de Gestalt ha tenido lugar aquí para que el primer eje adquiera supremacía en la ética moderna. Se trata de un giro conceptual en donde la idea de la persona humana como fin último de la sociedad (o incluso del “cosmos”) tiene el rol protagónico. La tesis de que la dignidad del individuo no puede ser sacrificada en nombre de un ideal mayor, puesto que se entiende al agente moral como titular de derechos inalienables, se impuso en occidente como resultado del declive de una concepción que situaba al hombre como parte de un orden natural que lo trasciende y rige sobre él. El “sentido” de la vida humana manaba de ese orden, en oposición a los tiempos modernos, en los que presuponemos que tal sentido nos habla desde dentro de nosotros, desde las profundidades del yo. La articulación de la historia narrativa de este giro hacia la interioridad y hacia el individuo constituye buena parte del programa de las Fuentes del yo, una historia en la que las tensiones internas de la herencia cristiana, ilustrada y romántica constituyen el hilo conductor narrativo.





[1] Por ejemplo,confrontar La ética de la autenticidad op.cit. caps. 2 – 4.

[2] Sobre esto cosúltese el importante libro de Bernard Williams, Ethics and the limits of philosophy London, Fontana Press / Collins 1985; asimismo Taylor, Charles Fuentes del yo op.cit. cap..3 (especialmente el numeral 3.3).

3] Por ejemplo en el capítulo 5, cuando entiende el cambio ético – espiritual del reconocimiento desigual del Antiguo Régimen al reconocimiento simétrico de las sociedades igualitarias como el paso “del Honor a la Dignidad”, cfr. La ética de la autenticidad op.cit. pp. 78 y ss.

[4] Cfr. MacIntyre, Alasdair Historia de la ética Barcelona, Paidós 1994 cap. 2; idem, Justicia y Racionalidad Barcelona, Ediciones internacionales Universitarias 1994 caps. 2-3.

sábado, 10 de octubre de 2009

ESBOZOS SOBRE IDENTIDAD ÉTICA Y LIBERTAD CULTURAL



Gonzalo Gamio Gehri


Me propongo – en los próximos envíos, con excepción de alguna nota sobre temas de actualidad – desarrollar algunas reflexiones en torno a la
identidad y la libertad cultural, que me planteé elaborar desde mi estancia española, pero que no he podido acometer hasta hoy por una serie de compromisos académicos adquiridos con anterioridad. Aprovecharé este espacio para hacerlo - dado que sigo teniendo compromisos académicos, incluso más urgentes -, respetando el formato de blog que, como se sabe, es menos formal en la expresión y más libre que el formato monográfico. Los blogs sirven fundamentalmente para ir afinando algunas intuiciones que podrán convertirse más adelante en modos de argumentación que puedan asumir la forma de ensayos o de artículos. Las recientes conversaciones con Pepi Patrón, Fidel Tubino y los miembros del Grupo de Desarrollo Humano de la PUCP me invitan a revisitar mis antiguas posiciones sobre el asunto, para someterlas a examen. Voy a ir examinando algunos casos histórico-filosóficos en la línea de Amartya Sen, Amin Maalouf , Kwame Appiah, entre otros, y ejemplos literarios – recurriendo a la obra de Walter Scott, Julio Ramón Ribeyro y José María Arguedas) que sirvan para ilustrar o matizar (o modificar) mis tesis; sin embargo, parto de la premisa de que la filosofía se ocupa de la cosa misma , y busca interlocutores sólo para esclarecerla tanto como le sea posible, desocultarla.

Planteo aquí solamente algunas ideas generales que acompañarán mi argumentación. Esbozos. Parto de algunas reflexiones sobre las identidades plurales que han sido expuestas en mi artículo
Libertad cultural y Agencia humana, publicado hace unas semanas en un volumen colectivo sobre el enfoque de Desarrollo Humano (1). Siguiendo a Sen, nuestro self no puede ser definido unidimensionalmente – a partir, por ejemplo, de la pertenencia cultural, nacional y religiosa -, sin experimentar alguna clase de mutilación espiritual. Nuestra identidad, la imagen en torno a quiénes somos, cuál es nuestro lugar y dirección en los espacios sociales que habitamos, es una “obra abierta” que abarca una serie de elementos: ciertamente, pertenencia cultural, nacional y religiosa, pero también género, sexualidad, profesión, compromisos políticos, literarios, y un largo etcétera. Sen argumenta que estas facetas de la identidad suponen diferentes formas de afiliación y pertenencia. Aboga porque el individuo pueda encontrar, dentro de las limitaciones que los contextos le imponen, espacios de deliberación y libertad que le permitan elegir ordenar – en términos de una narrativa compleja – la jerarquía de lealtades que le permitan describir y orientar razonablemente el curso de su vida, sus compromisos y conflictos. Esta peculiar vindicación de la razón práctica implica el ejercicio de la libertad cultural, ale decir, la capacidad de suscribir los sistemas de creencias y valores vigentes, resignificarlos a través de la crítica, o incluso abandonarlos en nombre de otros ethe.

Por supuesto, esta posición está sujeta a una serie de límites y dificultades, que quisiera discutir en los
posts que seguirán a éste. En primer lugar, La perspectiva liberal de Sen parece presuponer que la forma fundamental de vínculo social es la asociación voluntaria, tan exaltada por las teorías del contrato social. Parece no prestar la debida atención a las diversas formas de comunidades heredadas, o “no elegidas” (Walzer) que también constituyen los espacios de la forja dialógica de la identidad (Mead, Taylor, Honneth). Se trata de comunidades en cuyo seno crecemos y que podemos llegar a abandonar llegado el caso y con algún sacrificio, experimentando a menudo cierta pérdida en el proceso, a pesar de que estemos convencidos de la importancia o la ‘necesidad’ de afrontar dicho proceso. Sin embargo, dichas formas de habitación y membresía contribuyen a configurar nuestras distinciones valorativas y nuestras formas de discernimiento práctico.

Amin Maalouf ha ofrecido argumentos que contribuyen a relativizar –
sin anularlas – las hipótesis de Sen. Sostiene que tendemos a privilegiar al interior de nuestra narrativa identitaria, aquellas facetas de la identidad que son hostilizadas o sometidas a situaciones conflictivas. En situaciones de supresión de libertades políticas, el pathos democrático de algunos ciudadanos puede asumir un lugar protagónico; en tiempos de discriminación religiosa, puede pasar lo mismo con el credo de quienes padecen hostilidades. Muchos homosexuales hacen lo propio cuando sus hábitos son cuestionados desde la autoridad política o religiosa o son reprimidos desde los esquemas morales dominantes. Creo que Maalouf tiene aquí un punto importante a su favor. Su idea me hace recordar aquellas reflexiones de Hannah Arendt transmitidas a Gershom Scholem, que señalaban que si “venía de alguna parte” era de “la tradición de la filosofía alemana” pero que si era atacada por ser judía, “respondía como judía”.

Quiero mostrar, en primer lugar, cómo es posible - si es posible, como creo que es - combinar a Sen con Maalouf desde el horizonte de una
ética narrativa que haga justicia a las formas diversas de pertenencia como a las exigencias de la razón práctica. Quiero examinar luego dos situaciones interesantes, generalmente presentadas como “distorsiones de la identidad”, y discutir si en realidad lo son y en qué sentido lo son. Una es el repliegue, la actitud de refugio en la identidad cultural - y en las comunidades heredadas, concebidas prácticamente como “forzosas” – negando cualquier forma de cambio en el seno de las tradiciones, e incluso recurriendo a la violencia para preservar una presunta “pureza cultural”. Se trata de una forma de evasión de la realidad menos infrecuente de lo que suele pensarse. Voy a analizar el relato The Highland Widow, de Scott, en ese momento. Recuerdo que leí por primera vez ese relato en Zürich, en la navidad de 2001, y me prometí a mí mismo escribir sobre él alguna vez.

El otro fenómeno es la
alienación, que examinaré primero desde Hegel, para abordar y criticar luego la versión coloquial de esta situación en el ámbito de las culturas. Se trata de un fenómeno conocido, después de todo. Si el repliegue nos resulta claramente una cierta forma de desgarramiento espiritual, el del desarraigo se manifiesta problemático, controversial. Todos conocemos personas que – por razones de parentesco o trabajo, o de estudios – han optado por la inmigración. Después de llevar años en el Perú, su país de origen, después de estudiar en venerables escuelas y universidades peruanas, la voluntad o el destino los ha llevado a radicar en ciudades de Europa o Norteamérica (u otras ciudades de América Latina). Algunas veces, con el tiempo, el cambio supone un proceso de conversión radical que implica el desarraigo casi absoluto. El nuevo hogar desplaza al primero. Algunos terminan sintiéndose completamente ajenos al Perú, al punto que cuando se refieren al país que los vio nacer, dicen “en tu precario país”,o algo parecido, renegando de parte importante de su propia herencia. El peruano es el otro. Incluso asumen políticas “duras”, y - paradójicamente - apoyan las medidas contra los inmigrantes, y abrazan posiciones que pasan por chauvinistas o extremistas. Los modelos culturales y personajes foráneos devienen verdaderos iconos, objetos de culto. El ejemplo más extremo y patético es el Bobby del cuento Alienación, de Ribeyro. Aunque muchas personas desaprueban esta clase de experiencias en abstracto - erróneamente o no -, ella nos plantea cuestiones importantes para la construcción y contrastación de interpretaciones éticas acerca de estos cambios y rupturas ¿Son estos sujetos “desertores” lamentables, o sólo podemos pensar de esa manera si asumimos como válidas ciertas categorías románticas del tipo del Volgeist, que pueden ser caracterizadas como ingenuas o engañosamente "esencialistas"? ¿O ellos están ejerciendo estrictamente su legítimo derecho a la libertad cultural?

'Libertad cultural' es una categoría compleja, que presenta diversas dimensiones que exigen una descripción rigurosa. Se trata de plantear estas cuestiones en el contexto de una fenomenología-hermenéutica de la identidad, el análisis crítico de textos literarios y desde una reflexión sobre las 'políticas del reconocimiento'.



(1) Cfr. mi ensayo aparecido en Ruiz-Bravo, Patricia, Pepi Patrón y Pablo Quintanilla (Editores) Desarrollo Humano y Libertades Lima, PUCP 2009 pp. 65-79.

martes, 6 de octubre de 2009

PROGRAMA (Y SUMILLAS) DEL V SIMPOSIO DE ESTUDIANTES DE FILOSOFÍA 2009: (IR)RACIONALIDADES




Presentación


El V Simposio de Estudiantes de Filosofía de la Pontificia Universidad Católica del Perú y de la Universidad Jesuita Antonio Ruiz de Montoya toma, en esta ocasión, el tema de las “(IR)RACIONALIDADES”. Este esfuerzo surge a partir de la búsqueda de espacios para una de las labores académicas más importantes que es la preparación de trabajos de investigación, así como la realización de conversatorios en los que participen estudiantes de Filosofía para el ejercicio del diálogo y la argumentación.

Esperamos, de esa manera, enriquecer el debate filosófico y estimular la más importante de las labores estudiantiles: el desarrollo de una actitud crítica, cuestionadora y abierta a las diferentes posturas filosóficas que se le presenten.

PROGRAMA



Martes 20 (UARM)


1:50 a 2:15 p.m.: Inauguración
Krzysztof Makowski, Miguel Giusti, Juan Camacho, Juan Carlos Morante, Diego Eddowes y Benjamín Avilés


2:20 a 3:50 p.m.
Wittgenstein


Javier Hernández (UNMSM)
“Los límites de la racionalidad científica en el Tractatus Logico Philosophicus”
Puede resultar que al pensar en la dicotomía racional e irracional se llegue a la conclusión de que son términos contradictorios e irreconciliables. Pero yo creo que no existe tal oposición, o al menos no en sentido fuerte, es decir como términos que no puedan converger en un mismo discurso. Para sustentar ello presento una exposición de cómo la racionalidad científica, por así llamarla, encuentra sus límites y justa ubicación en el Tractatus de Wittgenstein y ello en una tensa armonía con lo que está más allá de lo que el lenguaje puede decir con claridad. Así pues la definición con claridad de la razón y la racionalidad viene dado por mostrar también el otro lado, lo irracional y lo inefable.

Rubén Merino (PUCP)
“Bailar con la ciencia. Aprender con el arte”
El trabajo se propone reflexionar sobre la ciencia y el arte en tanto que fuentes de asombro. Mientras el arte es comprendido hoy en día como disciplina que accede tanto a la dimensión emocional como a la intelectual del ser humano, la ciencia ha quedado relegada a lo intelectual, negándosele así la riqueza de una visión más pluralista. Aquí se intentará reflexionar sobre una nueva forma de comprender a la ciencia y su tarea.

Alonso Reátegui Molina (UNMSN/PUCP)
“Los componentes del lenguaje. Historia de una idea”
Wittgenstein en el Tractatus Logico-philosophicus, y aun antes de que todas sus ideas salieran a la luz, discute fuertemente acerca de qué es (o a qué se llama) componentes básicos del lenguaje. Las ideas básicas wittgenstnianas, no son gratuitas. Provienen de una larga tradición de orden aristotélica, cartesiana, y kantiana, que discuten con toda la modernidad y asientan las bases del lenguaje y muchas implicaciones epistemológicas. El presente trabajo pretende dar una visión panorámica de éstas ideas y su diálogo y discusión a través del Tractatus. La idea de mostrar el mundo y no decirlo, es una pieza clave en la argumentación ya hunde sus raíces desde el aristotelismo, las implicancias psicológicas en el cartesianismo y las epistemológicas en el kantismo. Las conclusiones sacarán a la luz los primeros componentes y la misma posibilidad del lenguaje.


3:50 a 4:00 p.m.: Pausa

4:00 5:50 p.m.
Mesa redonda sobre Nietzsche


Mariano de Dompablo (University of Wisconsin)
“The figure of Nietzsche’s psychology”
¿Quién es la figura de la psicología de Nietzsche? Su estilo aforístico de escribir alberga múltiplas lecturas, dando él a entender que su psicología valora una manera u otra. Pero Nietzsche revela de sí mismo: “opinaban que eran estos escalones, pero los cruzaba”. Tenemos que atravesar estos escalones con él, para de esa manera explorar su psicología y tal vez, finalmente, entender qué significa valorar "los pensamientos caminados”.


Augusto Purizaga (PUCP)
“Nietzsche: Metafísica y Nihilismo”
Una entrada a la filosofía de Nietzsche se puede dar a través del Nihilismo, éste nos invita a pensar en esa nada que es el resultado de la pérdida de la totalidad. Sin embargo, no es una nada a secas, se trata de llenar ese vacío dejado por la pérdida de la totalidad a través de la Voluntad. En ese sentido, la ponencia indicará cómo reconocer dicha dinámica en la filosofía de Nietzsche, especialmente teniendo en cuenta su Zaratustra.

Dany Cruz (UARM)
“Nietzsche contra la medicina tradicional”
El artículo realiza el intento de un posible diálogo entre René Descartes (1596-1650) y Friedrich Nietzsche (1844-1900) desde un análisis del «yo» de las Meditaciones metafísicas en contraste con la crítica de la religión, la filosofía, la ciencia y el arte realizada en la Genealogía de la moral. Se mostrará, pues, cómo la complejidad del «yo» cartesiano puede tomarse como síntoma de extravío moral frente al cual Nietzsche ofrece una posibilidad de reencausamiento a través de la reivindicación del cuerpo, la consideración del valor de los valores y la posibilidad encontrar la verdad a través del arte.


5:50 a 6:00 p.m.: Pausa

6:00 a 7:50p.m.
MESA MAGISTRAL: Caminos Alternos a la Razón
Raúl Gutiérrez, Vicente Santuc y Kathia Hanza

7:50 a 8:00 p.m.: Vino de Honor




MIÉRCOLES 21 (PUCP)



2:00 a 3:50 p.m.
Mesa redonda sobre Filosofía Antigua


Dany Cruz (UARM)
“El símil de la línea como clave de interpretación: República y Teeteto”
El artículo se propone seguir la huella del símil de la línea de Platón en dos diálogos con la finalidad de considerar la posibilidad de validar el símil como una clave de interpretación del pensamiento platónico. En ese sentido, se revisará en primer lugar la estructura y contenido de República (i, 328c-ii, 369c) y se mostrará algunas correspondencias mínimas entre el diálogo y el símil. Del mismo modo se procederá con el diálogo tardío de título Teeteto. Con todo ello, finalmente, se verá que, aunque se trata de un esfuerzo que en modo alguno ha pretendido ser exhaustivo, el artículo se aúna a los trabajos de investigación que en tal sentido se vienen realizando en torno a Platón y sus símiles más famosos.

Ángel Alvarado Cabellos (PUCP)
"El escrito de Zenón en el "Parménides" de Platón"
La presente ponencia tiene como objetivo responder a la pregunta acerca del sentido que cumple el escrito de Zenón en la primera parte del diálogo "Parménides" de Platón. La respuesta a dicha pregunta radica en reconocer cómo al plantearse la pregunta por aquello en lo cual tiene lugar toda cosa, se hace de las cosas un "uno-todo" que borra la diferencia entre ellas. Ello, por otra parte, tiene repercusiones intra-dialógicamente respecto de la posición de "superación" del joven Sócrates y meta-dialógicamente respecto de la naturaleza del diálogo platónico mismo, entendido como distanciamiento frente a lo escrito.

Michael Ayala (UARM)
“Las características racionales que permiten conocer el mal en el planteamiento filosófico de Agustín”
El presente trabajo pretende analizar las características epistemológicas y ontológicas que permiten conocer el mal en el planteamiento filosófico de Agustín. Para ello se desarrollarán tres puntos: 1. analizar la propuesta maniquea y su concepto del mal; 2. desarrollar la epistemología agustiniana respecto al mal; 3. desarrollar el concepto de Dios como bien supremo, la naturaleza de Dios, el hombre que conoce el mal y su capacidad consciente de elección entre entregarse o no a la voluntad del Bien supremo.


3:50 a 4:00 p.m.: Pausa

4:00 a 5:50 p.m
Debates Contemporáneos


Raúl Zegarra (PUCP)
“William James y la filosofía como experiencia del mundo”
¿Qué implica hablar de un mundo de pura experiencia? ¿Qué relación tiene esta idea con las tesis centrales del pragmatismo? Trataré de dar respuesta a estas y otras interrogantes partiendo de la premisa de que para William James la filosofía es una herramienta para vivir mejor y no una mera disciplina teórica. En ese sentido, presentaremos algunas de las ideas centrales de este pragmatista clásico con la finalidad de preguntarnos, con él, sobre las condiciones y posibilidades de la filosofía hoy.

David Isaac Blaz Sialer (UNMSM)
“La fantasía totalitaria: disertaciones sobre Un mundo feliz de Aldous Huxley”
El presente ensayo tiene por objetivo analizar los fundamentos ideológicos del Totalitarismo a través de un texto literario. He tratado de articular diversos conceptos teóricos provenientes desde el psicoanálisis, la crítica literaria y el posmarxismo, buscando plantear una respuesta coherente a la pregunta fundamental sobre la sustancia de los regímenes totalitarios. Mi intención sobre todo es hacer dialogar distintas corrientes, tratando de pensar la Filosofía como una crítica cultural, la cual nos posibilitará pensar de manera más global nuestra realidad y formular críticamente alternativas frente a ésta.

Daniel Sacilotto (Cornell University)
“Contra la democracia y el multiculturalismo”
Siguiendo a Alain Badiou, presento una crítica a la ideológía democrática contemporánea: a las limitaciones del multiculturalismo y su reemplazo a la política, y la solicitación para expresividad y libertad individual como partes de una visión reaccionaria. Exhibo cómo estas pueden verse como desarrollos del prospecto hermenéutico y post moderno de sustituir el enfoque transcendental por el pluralismo cultural y la contingencia situacional/histórica.


5:50 a 6:00 p.m.: Pausa

6:00 a 7:50 p.m.
MESA MAGISTRAL: Los límites de la expresión del pensamiento
Pablo Quintanilla, Rosemary Rizo-Patrón y Victor Krebs




JUEVES 22 (UARM)



2:00 a 3:50 p.m.
La razón, de Aristóteles a Nietzsche


Diego Eddowes (UARM)
“Aristóteles vs. Nietzsche: Sobre la posibilidad del concepto”
En el siguiente texto se exponen las posturas de Aristóteles (fundamentalmente, en sus Tratados de Lógica) y de Nietzsche (en su texto Sobre verdad y mentira en sentido extramoral), con el objetivo de discutir la posibilidad de conocimiento y la relación entre razón y mundo.

Manuel Benavente (UARM)
“Las dos caras de una moneda: lo racional y lo irracional como criterios de sentido ante la evidencia de la muerte, desde la filosofía de Nietzsche”
Frente a la conciencia de la muerte, de un acabamiento, y de la finitud de nuestros actos, como límite pensable , la razón como facultad de discernimiento jerarquiza un sentido, generalmente unilateral, de causa y efecto, (aunque no siempre), y establece un criterio de fundamentación de la continuidad de los actos, bajo el principio de individuación. Pero la trascendencia racional olvida su origen más amplio de vitalidad constante y variable, de carácter irracional. Ante esto, tendría cabida una disolución de la realidad de lo racional como sentido utilitario y la consecuente disolución de un fin último. Para Nietzsche todo ello es producto de un poder; por lo cual su lectura de una racionalidad de fines se perfila desde la Voluntad de Poder, noción múltiple que con su justicia interpretativa nos abre posibilidades de asumir muchos resultados o dimensiones racionales como susceptibles de interpretarse como irracionales. Ello sería parte de una vitalidad en la que la muerte es parte determinante.

Ricardo Marrou (UARM / PUCP)
“La problemática de la epagogé en el planteamiento científico de Aristóteles”
En los analíticos segundos, Aristóteles señala la utilidad científica del silogismo, deducir un caso particular mediante un mecanismo de la razón que se encuentra privilegiado. Sin embargo, este mecanismo de la razón se basa en nociones previas que son conocidas por epagogué (inducción o comprobación). ¿Es la inducción la base del razonamiento científico en Aristóteles? ¿Cómo debe entenderse la epagogué?


3:50 a 4:00 p.m.: Pausa

4:00 a 5:50 p.m.
Mesa redonda sobre Watchmen (comic)


Eduardo Marisca (PUCP)
“¿Quién vigila a los vigilantes? Superhéroes, nihilismo y cultura a partir de Watchmen”
¿En qué momento dejamos de necesitar a los superhéroes? En 1986, Alan Moore y Dave Gibbons se encargaron de implosionar nuestra concepción sobre justicieros enmascarados de una manera que cambió por completo nuestra percepción de la figura de los superhéroes e, incluso, del medio del cómic en general. Moore nos presentó un universo de superhéroes muy distinto de aquel al que estábamos acostumbrados: caracteres fallados, moralmente cuestionables, personalidades llenas de complejos que, sin embargo, pretenden defender un mundo supuestamente moral y justo.

Rubén Merino (PUCP)
“El gran y único vigilante: La Torre de Babel en Watchmen”
La exposición reflexionará sobre la oposición entre la condición decadente en la que ha caído la sociedad presentada en el mundo de Watchmen y la actitud intelectualista del personaje Adrian Veidt. Esto se confrontará con el contexto socio-político peruano, en donde se intentará identificar los elementos antes mencionados; a partir de ello se reflexionará sobre la importancia de la comprensión de la diferencia en el diálogo y en la conciencia de la pluralidad.

Martín Valdez (PUCP)
“Los límites de cualquier teoría ética. Una reflexión sobre el macabro plan de Adrian Veidt en Watchmen”
La presente exposición busca centrarse en el macabro plan de Adrian Veidt, también conocido como el superhéroe Ozymandias, primero examinándolo y luego tratando de abordarlo tanto desde la perspectiva utilitarista, como de la ética kantiana, apelando a la idea de un meramente posible reino de los fines. Finalmente, reflexionaremos sobre los alcances de cualquier teoría ética ante casos que podríamos llamar “extremos”, como el propuesto en la presente exposición.


5:50 a 6:00 p.m.: Pausa

6:00 a 7:50 p.m.
CONVERSATORIO SOBRE INTERCULTURALIDAD
Fidel Tubino




VIERNES 23 (PUCP)



2:00 a 3:50 p.m.
Filosofía y sociedad


Miguel Ángel Nación (UNMSM)
La Racionalidad Histórica y el Estudio de la Forma Mercancía en Marx"
Asumir al hombre concreto en la historia significa desplazar el proceso de comprensión del ámbito de la razón metafísica y especulativa al terreno de la realidad social. En este sentido, pasar de lo concreto a lo abstracto significa pasar de las formas concretas dadas a las formas sociales ocultas. Esta racionalidad, que se le puede llamar histórica, es la que exponemos a partir del estudio de la forma mercancía realizada por Marx.

Luis Daniel Cárdenas Macher (UARM)
“Los límites de la racionalidad discursiva desde la noción de “constelación” de Adorno: una crítica a la intersubjetividad”
El siguiente texto busca plantear una crítica a la racionalidad discursiva a partir de la relación dialéctica entre sujeto y objeto que se presenta en la noción de constelación de Adorno. Con ello nos adentramos en la crítica a la epistemología que emprende Adorno para cuestionar finalmente la idea de intersubjetividad. En tal sentido, la pretensión de la ponencia es llegar a cuestionar nuestra concepción vigente de ética.

Luis Felipe Rivera (UNMSM)
“Marx y Fourier: paradigmas de la utopia moderna”
La presente ponencia aborda a grandes rasgos la propensión utópica propia de la modernidad (entendamos utopía en su sentido más idóneo, es decir, como un ideal viable), para ello tomaremos como paradigmas claves de esta inclinación a dos figuras importantes: Marx y Fourier. En ambos se expondrá el carácter propio de su proyección ideal hacia una sociedad donde los mayores perjuicios producto de la industrialización capitalista, que han mellado sobre la humanidad, serían superados. Si bien se verá fácilmente las diferencias entre ambos, entre la utopía holística marxiana y la utopía doméstica fuoreriana, se tratará más bien de encontrar sus puntos en común.


3:50 a 4:00 p.m.: Pausa

4:00 a 5:50 p.m.
Críticas a la Modernidad


Raphael Aybar (PUCP)
“La racionalidad y la historia crítica”
Se muestra cómo puede surgir una subjetividad comprometida desde una historia que usa los modelos de la historia monumental, anticuaria y crítica. La subjetividad comprometida es remedio del mal moderno del hastío y surge de la conciencia de la mediocridad de la época. La subjetividad surge contra la época a favor a un tiempo venidero. Esto nos lo enseña la historia que es la que posibilita esta subjetividad.

José Eduardo Rosales (UNMSM)
“Los principales lineamientos del racionalismo crítico”
En esta ponencia se describen las características principales del racionalismo crítico. Para cumplir dicho objetivo se empezará por esbozar las características generales del pensamiento popperiano destacando sus tesis en el campo gnoseológico. Lo que nos conducirá a distinguir tres ejes principales en la propuesta de Karl Popper: el falibilismo, el racionalismo crítico y el realismo conjetural. Es precisamente el segundo rasgo principal, el racionalismo crítico, lo que se desarrollará con mayor amplitud y detenimiento para apreciar la raíz ética de los planteamientos popperianos.


Manuel Seifert (PUCP)
“Racionalidad musical en El nacimiento de la tragedia de Nietzsche”


5:50 a 6:00 p.m.: Pausa

6:00 a 7:50 p.m.
CONFERENCIA MAGISTRAL
Javier Sádaba (invitado especial)


7:50 a 8:00 p.m.: Clausura

8:00 p.m.: Vino de Honor