sábado, 10 de febrero de 2018

APUNTES SOBRE ‘GRANDES ESPERANZAS’








Gonzalo Gamio Gehri

Hace algunas semanas vi Grandes esperanzas (2012) - dirigida por el cineasta inglés Mike Newell - representación cinematográfica de la excelente novela de Charles Dickens. Esta buena película me remitió al libro. Es una historia de formación de un ser humano. Es también una obra sobre el destino y el amor. Pip Pirrip, es un niño que vive con su hermana y su cuñado en una zona empobrecida de Kent. Su cuñado lo educa como herrero. Sufre una experiencia perturbadora al ser obligado a colaborar con la huida de un preso prófugo de la justicia, a quien alimenta y provee de una lima para liberarse de sus grilletes.  Luego de un tiempo es enviado a la morada de la Señorita Havisham, una misteriosa mujer aristócrata, a  realizar unos mandados.

Allí conoce a Estella, la protegida de Havisham, una bella e inteligente niña de su misma edad. La presencia de la niña tuvo un enorme impacto en el alma del muchacho. Los grandes y hermosos ojos de Estella, enmarcados por sus acentuadas cejas, calaron en el corazón de Pip para siempre. Por un tiempo visitó la mansión, aprendiendo a bailar y escuchando poesía en compañía de Estella y de Havisham. Finalmente, tuvo que volver al campo y a retomar el trabajo en la herrrería de su cuñado. Pero Pip abriga muy dentro la idea de convertirse en un caballero (un gentleman) para algún día ser digno del amor de Estella.

Pasan varios años. La rueda de la fortuna gira en su dirección cuando se entera que un misterioso benefactor le otorga una herencia considerable, a cambio de mantener el anonimato – el joven cree firmemente que se trata de Havisham, pero el personaje misterioso no es otro que el reo que ayudó una década atrás -. Pip se traslada a Londres y estudia. Se convierte en quien anhelaba ser. Encuentra a Estella, a quien no ha olvidado. Ella le corresponde, aunque intenta combatir el amor que siente por Pip. Piensa que podría ser que otro destino le aguarde.

Pip vuelve a su antigua casa pero no se siente ya parte de ese mundo. Visita a Havisham, y allí encuentra a Estella. Ella le informa que se casará con otro hombre, proveniente de una familia noble y poderosa.  Él detecta cierto temblor en su voz. Pip siempre pensó que su vínculo con ella estaba forjado en acero y confiaba en que no podría mellarse jamás, pero también sentía que algo se estaba rompiendo en su interior, y que sólo su voz podría curarlo.

La conversación entre ambos es extraordinaria por su profundidad. La película respeta el pasaje del capítulo 44 de la obra original:


     “ – Dentro de una semana te habrás olvidado de mí.        

-          ¿Olvidarme de ti? Eres parte de mi existencia, de mí mismo. Siempre has estado presente en cada una de las líneas que he leído, desde que vine aquí, un vulgar y tosco muchacho cuyo corazón heriste ya entonces. Siempre has estado presente en cada perspectiva desde aquel día, en el río, en las velas de los barcos, en los marjales, en las nubes, en la luz, en la oscuridad, en el viento, en los bosques, en el mar, en las calles. Siempre has sido la encarnación de cada fantasía con la que mi mente ha tropezado. No son más reales las piedras de las que están hechos los más recios edificios de Londres, ni tendrías mayor dificultad en desplazarlos con la mano de lo que han sido y seguirán siendo para mí tu presencia y tu influencia, allí y en todo lugar. Estella, hasta el último instante de mi vida no podrás sino ser parte de mi existencia, parte de lo poco que de bueno hay en mí, parte de lo que de malo llevo”.

Pero la fortuna dará nuevas vueltas. El futuro tendrá reservados nuevos momentos para Estella y PIp, encontrándose mutuamente. No se trataba de la última palabra para esa historia. Pip afrontará asimismo proyectos importantes con los que podrá ayudar a sus antiguos amigos de Londres y de Kent. Dickens deja sin duda un espacio para la esperanza.

Esta reivindicación del amor y la esperanza es un elemento medular en la narrativa de Dickens, quien denunció los males de las desigualdades y la deshumanización de un capitalismo extremo.  No compartió el triunfalismo victoriano. Por el contrario, señaló sus inequidades y conflictos internos. Sus novelas nos conmueven tanto hoy como cuando fueron compuestas. Son testimonio de un espíritu profundo y sabio.