miércoles, 31 de octubre de 2012

MÀS QUE LA SUMA DE LAS PARTES





Gonzalo Gamio Gehri


"Fue en uno de esos atardeceres que la idea de mi padre, de que el todo es más que la suma de sus partes se movió de mi cabeza a mi corazón".

Me son particularmente gratos la literatura y el cine en los que uno puede contemplar el crecimiento interior de los personajes, allí donde el discernimiento plantea elecciones difíciles e invoca el surgimiento – a veces imprevisto – de coraje o empatía.  Flipped (2010) es una cinta sencilla y entrañable, dirigida por Rob Reiner y basada en una novela de Wendelin Van Draanen, publicada en 2007. Narra la historia de dos niños que se profesan un profundo afecto – la historia comienza cuando tienen ocho, y termina cuando tienen trece – y aprenden juntos, a través de no pocos desencuentros y conflictos, a esclarecer sus propios sentimientos.

Julie Baker es una niña de una notable lucidez. Es hija de un pintor y hermana de dos artistas en ciernes. Desde que entró al colegio, se siente enamorada de Bryce Loski – su vecino del frente -, un niño despierto y meditabundo que no está seguro de sus sentimientos hacia la niña. La película juega a presentar la misma trama y escenas a la luz de la perspectiva de cada uno de los personajes, sin perder la sencillez ni los matices de los pensamientos de dos niños, que están creciendo e intentan interpretar con agudeza su entorno y experiencias. Julie suele pasar horas enteras trepada sobre un voluminoso sicómoro desde el cual puede ver todo su vecindario; el árbol es el soilencioso acompañante de sus reflexiones sobre el amor y sobre el corazón de la gente. Está empeñada en dilucidar la existencia (o la ausencia) de una rica vida interior en sus vecinos y amigos. Ella quiere averiguar si las personas son “más que la suma de sus partes” (curiosa alusión aristotélica), si tienen un sentido de trascendencia, o si están atrapados en la frívola red de apariencias que imponen las convenciones sociales o los estándares de éxito, carisma y reconocimiento. Se siente devastada cuando se entera que deben talar el sicómoro para construir una casa en aquel lugar, y queda sumida en la tristeza cuando se da cuenta de que Bryce no la apoyará en la tarea de proteger el árbol en contra de quienes quieren derribarlo.

Esta primera decepción le permitirá tomar un poco de distancia frente a sus emociones, y a evaluar con mayor detenimiento y esmero la conducta de la gente. Es interesante cómo evoluciona su ánimo adolescente. Tiene un tío discapacitado que es objeto de burla por parte de sus compañeros de estudios, y Bryce no ha sido capaz de defenderlo cuando ella así lo esperaba. Esta clase de descuidos y desilusiones la llevan a repensar sus afectos, y a preguntarse seriamente si el muchacho será o no “más que la suma de sus partes”.  Sus flaquezas y el carácter cambiante de sus emociones la desalientan y minan su fe en él. Curiosamente, el debilitamiento del interés de la niña coincide con el incremento del afecto de Bryce, quien queda seriamente impactado con la valentía que Julie ha mostrado con ocasión de la defensa del desaparecido sicómoro. El chico contempla con desesperación cómo la niña trueca su cariño en indiferencia. Le duele mortalmente su ausencia, pero su corazón inexperto no llega a comprender del todo lo que siente. Resulta muy interesante  apreciar cómo la película recoge la incorporación de la duda y la sensación de incertidumbre en la propia reflexión de los personajes. 

La película muestra muy bien el complejo proceso de maduración del juicio adolescente, y muestra con especial clarividencia el hecho de que crecer no es fácil. Pocas cintas tienen éxito en mostrar ese aspecto de la vida. Bryce intenta recuperar la atención de la niña, y sabe que la tarea será harto difícil. Sus caminos han vuelto a cruzarse, pero en un sentido diferente al inicial. Esta vez él tiene que conquistar su cariño, y vencer los novedosos y extraños miedos que se agitan en su alma. Bryce tendrá que indagar si él mismo es más que la suma de sus partes. Debe considerar las veces en las que la perplejidad y el temor le han impedido actuar con resolución. Tal indagación tiene lugar en el intento por acercarse a Julie. Sin embargo, intuye que la respuesta a sus inquietudes y desventuras podría encontrarla en las retorcidas ramas del sicómoro.

 Flipped constituye un cálido y profundo retrato del complicado camino de autoconocimiento que emprenden las personas en la transición de la niñez a la adolescencia. La confusión, el amor y la desesperanza forman parte de la experiencia de aquella difícil etapa de la vida. Descubrirse uno mismo, empero, siempre implica encontrarse en el otro, entrar en genuino contacto otro ser humano.

sábado, 27 de octubre de 2012

LAS CONSECUENCIAS DE LA GUERRA: JUSTICIA Y DESTINO







Gonzalo Gamio Gehri


“Es necio el mortal que destruye ciudades; si además deja en soledad templos y tumbas – santuarios de los muertos – prepara su propia destrucción para después” (Troyanas 95-97).

Quien así habla es Poseidón, quien discute con Atenea el destino de los verdugos de Troya. Luego de más de diez años de prolongada enemistad, ambos dioses se reúnen por fin y coinciden en el pensamiento. Aunque la voluntad de Zeus – y el imperioso destino – apuntaba a la destrucción de Ilión, los dioses contemplaron con asombro cómo los aqueos incumplieron impíamente las exigencias de la medida correcta que estipulan la justicia y la sensata deliberación. La mayoría de sus jefes se hicieron acreedores de un terrible desenlace para sus vidas.

Los vencedores debieron observar los principios que invocaría la prudencia, y también la justicia universal. Ser magnánimos en la derrota del enemigo. Preservar la vida de la población indefensa, en particular la  vida de mujeres y niños, respetar la memoria de los héroes caídos en el bando rival, proteger los templos. Permitir el duelo de quienes han perdido a sus seres queridos en la guerra, garantizar el entierro debido de los cadáveres. Realizar sacrificios y libaciones en honor de los dioses de la ciudad, que son los mismos dioses que los aqueos veneran.

Pero nada de esto sucedió. La sinuosa estrategia del caballo de madera permitió que los dánaos entrar en la ciudad y acabar con los guerreros troyanos, sumidos en la embriaguez de una prematura celebración. Aniquilaron a los varones, y sometieron a esclavitud a todas  las mujeres – esa es precisamente la trama principal de Las Troyanas, el dilema ético de si aceptar la pérdida de la libertad y el sometimiento al funesto amo, o propiciar la propia muerte como expresión de respeto a los parientes muertos y a la patria – y ni siquiera respetaron la vida de los niños: Astianancte, el hijo de Héctor, es ejecutado por orden de Odiseo, quien temía que algún día tomara las armas para vengarse de los argivos. Terrible acción que cubre de oscuridad el alma de los guerreros de Agamenón.

No respetaron los templos. Los saquearon, decapitaron las estatuas, arrebataron del espacio de culto a las sacerdotisas. Ayax arrastró a Casandra en medio del templo de Atenea. El brillo de los hermosos ojos negros de Casandra se nubló de lágrimas, ante la mirada atenta de la diosa. Esta siniestra hybris exigirá de los perpetradores que paguen las consecuencias de sus decisiones.

“Quiero que su retorno sea lamentable”, señala la diosa al imperturbable Poseidón.

Efectivamente, todos los reyes dánaos tuvieron un amargo regreso a la tierra de sus ancestros. La muerte arribó en muchos de los casos. Ulises fue el más infortunado de todos. Él, que había intentado en su juventud evadir el llamado de Zeus Xeniós a combatir a los teucros, tardaría en regresar a Ítaca tanto tiempo cono había durado la propia guerra. Sólo en plena madurez de la vida podría volver a ver las añoradas costas de la patria.






viernes, 19 de octubre de 2012

URBAN ELDER: RECREAR LA TRADICIÓN EN LA CIUDAD





Gonzalo Gamio Gehri


Hace unas cuantas semanas, fui invitado por IDEHPUCP a participar en las Jornadas de Derechos Humanos de este año (dedicadas al tema de los derechos humanos en espacios urbanos), comentando – junto al internacionalista Ramiro Escobar –Urban Elder, un valioso documental canadiense. El evento contó con la presencia de la Agregada cultural de la Embajada de Canadá en Lima. El clima de la mesa redonda fue particularmente agradable e inspirador, lo mismo que el público. El diálogo se desarrolló en una situación de fluida comunicación e interés por comprender la situación de las comunidades indígenas en Canadá.

Urban Elder cuenta la historia de Vern Harper, un indígena canadiense del pueblo Cree, un hombre dedicado a la guía espiritual de los suyos y al curanderismo. Es, además, un defensor de los derechos de los indígenas. Huérfano desde muy niño y educado en hogares sustitutos, supo desde muy pronto lo que significaba ser “desplumado”, vale decir, ser presionado para abandonar sus tradiciones originarias, para aceptar los usos urbanos de la sociedad occidental. Viviendo en Toronto, sabía perfectamente que el camino espiritual de los Cree – la Senda Roja – debía emprenderse fuera de la tierra de sus ancestros, en medio de una ciudad que puede evidenciarse ajena y talvez hostil. No obstante, Harper considera que la recuperación de sus tradiciones en un nuevo escenario debe considerarse un genuino acto de amor.

Harper tuvo que lidiar en el curso de su vida con personas que consideraban un lastre el legado de la espiritualidad Cree. Tuvo que enfrentarse asímismo a correligionarios conservadores que le exigían mantener sus creencias fuera del alcance de los extraños, y que sean practicadas sólo a la antigua usanza. Se dio cuenta que el cuidado de la tradición no estaba reñido con la reflexión y con el cambio. Con el tiempo, se convirtió en un líder espiritual Cree en el corazón de la ciudad cosmopolita de Toronto, y aprendió a su vez a cultivar una actitud cosmopolita en sus vínculos con la gente y sus ideas. Se dedicó a la asistencia espiritual en las cárceles, evitando imponer su propia fe y respetando las confesiones de aquellos a quienes acompañaba. Se mostraba así dispuesto a enseñar a otros como a aprender de los demás. Ese es precisamente el movimiento implícito en la noción de traditio.

Vern Harper entendió que la antigua sabiduría puede aplicarse en contextos nuevos sin sacrificar su núcleo esencial, y de esta manera seguir nutriendo a sus hermanos en las cuestiones del espíritu.

jueves, 11 de octubre de 2012

ACERCA DE LA PHILÍA





Gonzalo Gamio Gehri


Los griegos consideraban que la philía encarnaba una de las formas más genuinas y profundas de vínculo humano. Se la traduce con frecuencia como “amistad”, pero abarca un conjunto de formas de conexión interhumana basadas en la experiencia compartida, el afecto y el cuidado mutuo. La amistad en sentido estricto, el amor, e incluso la conciudadanía implican el cultivo de la philía. Martha Nussbaun propone “amor” como una traducción más feliz. Y tiene razón.

Se trata del único bien humano al que Aristóteles le dedica dos libros de la Ëtica a Nicómaco; en diversos pasajes de este libro, señala que nada digno de elogio y elección puede lograrse sin philía, y que ella nos convierte en seres capaces de pensar y de actuar. Esta clase de afecto, cuidado y confianza nos permite valorar las cosas con mayor claridad y esmero, y a apreciar la compañía de las personas que tienen significado en nuestras vidas. Aristóteles por momentos sugiere que la philía implica virtud o acompaña a la virtud, y luego – con una mayor precisión – la describe como el más importante de los bienes exteriores, dado que el logro, la preservación o la pérdida de la philía dependen no solamente de la calidad de nuestras acciones, emociones y elecciones, si no que también están sujetos a la impredecible intervención de la fortuna.

Aristóteles ofrece una compleja descripción de los nudos y circunstancias de la philía. Se esfuerza por esclarecer qué tipos de philía existen, cuál es el superior, cuál el más débil. Cuántos reales philói podemos tener, cuáles son las motivaciones que nos llevan a desarrollar los vínculos de amistad. Aborda el asunto intentando extraer y formular argumentos, pero también ofrece una sutil exploración de las emociones involucradas en estos asuntos tan delicados e importantes. A pesar de que la redacción del autor suele ser árida y desapasionada – recordemos que este libro está compuesto por apuntes de clase – cuando describe el valor y la precariedad de los lazos de la  philía, la pluma de Aristóteles se torna conmovedora. Estamos hablando de vínculos y de personas amadas cuya pérdida y ausencia podrían convertir el relato de nuestra vida (para decirlo parafraseando una de las tesis de Tras la virtud de MacIntyre) en vacío e incoherente. Pensemos en el hondo dolor que produce en el alma de Orfeo la pérdida de Eurídice, o en el intenso llanto de Admeto tras la desaparición de Alcestis. Es particularmente intenso el discurso de Aristóteles acerca de por qué los lazos propios de la philía pueden romperse cuando la comunicación cede su lugar al silencio, cuando se interrumpe el diálogo o la incomprensión, los malos entendidos, la confusión y el desdén encuentran un lugar en esta clase de vínculos tan poderosos y a la vez tan frágiles. En ocasiones, la propia tyché conspira contra la supervivencia de estos lazos. En estos pasajes, Aristóteles no se ahorra lúcidas palabras para evocar el dolor, la soledad y la desesperanza que sentimos cuando creemos perder a las personas que realmente queremos. Se trata de las páginas más vívidas que el autor ha escrito acerca de las circunstancias y conflictos de la vida cotidiana (que es - finalmente - la vida que las personas comunes pugnamos por llegar a comprender).

miércoles, 3 de octubre de 2012

ARIÓN, SALVADO DE LAS AGUAS






Gonzalo Gamio Gehri

Arión era un poeta isleño y maestro de la lira que componía y cantaba para el tirano Periandro en la corte de Corinto. Se dice que era hijo de Poseidón. Su voz y su talento musical eran tales que todas las criaturas disfrutaban de sus creaciones. Cierta vez, fue invitado a visitar Ténaro para participar en un concurso musical. Arión ganó la competencia, y fue premiado con regalos de oro sólido. No obstante, sus recién obtenidas riquezas atrajeron la atención del capitán y la tripulación del barco que lo conduciría de vuelta a la ciudad.

Ya en alta mar, el capitán del barco le comunicó sus intenciones de matarlo y quedarse con el oro. Viéndose sólo y rodeado, Arión solicitó se le permitiese entonar una última melodía. Se vistió con sus mejores túnicas y se preparó para despedirse de la vida. La canción que eligió era tan apasionada y conmovedora que la propia musa Euterpe se presentó para escucharla; el muchacho creyó que lo ojos de la musa serían lo último que vería.. El poeta se encomendó a los dioses y se lanzó al mar. Prefería morir reuniéndose con su padre y no ceder ante las ansias de rapiña y sangre del capitán y sus subordinados.

Sin embargo, la música de Arión y el poder de sus versos convocaron a un grupo de delfines, que lo esperaban bajo la proa del barco. Uno de ellos lo depositó en su lomo y lo llevó a las costas de Corinto. En los días que duró la travésía,  Arión recibió la protección de los delfines;  La imagen de la musa, el retorno a Corinto y la perspectiva de la venganza contra el capitán y los marineros capturaban sus pensamientos. Estaba seguro que la curiosidad y la misericordia de los delfines habían salvado su vida. De vuelta a Corinto, se despidió de los delfines como si de sus hermanos se tratara. Compareció ante el monarca, quien persiguió a los marineros que amenazaron a Arión y los castigó con refinada crueldad.

Desde entonces, los piadosos marinos griegos consideran amigos a los delfines, y les rinden culto como sus benefactores.