lunes, 26 de abril de 2010

EL FARISEÍSMO DE LOS FALSOS LIBERALES



(COMENTARIOS SOBRE UN ARTÍCULO DE RICARDO VÁSQUEZ KUNZE)



Gonzalo Gamio Gehri


Hoy ha aparecido en Perú 21 un interesante artículo de Ricardo Vásquez Kunze sobre el caso PUCP – titulado Liberales: ¿De Saulo a Paulo? - , en el que explora el aspecto ideológico y político del problema. Se pregunta – con singular agudeza y con fina ironía – porqué quienes se autodenominan “liberales” – políticos, periodistas, activistas miembros de instituciones internacionales, etc. – festejan a viva voz el reciente y cuestionable fallo del TC en contra de la Universidad. No se trata de que muchos de ellos estén de acuerdo con el fallo, afirma (aunque ellos saben de sobra que el TC se pronuncia resolviendo el tema de fondo, que está en manos de la justicia ordinaria); lo que le resulta extraño es que estos supuestos “liberales” se unan de manera entusiasta a la prematura fiesta que ya organizan los reaccionarios que denostan de los derechos humanos, la democracia y las libertades individuales. Hay que ver con qué facilidad ambos bandos hacen frente común. Las expresiones del autor son bastante duras, pero señalan una situación real.

“Cualquiera diría que mañana mismo Friedman, Hayek, Von Mises y Popper van a iluminar los claustros de la universidad más importante e influyente del Perú. Cualquiera diría que la doctrina de la autonomía de la voluntad y la soberanía del individuo va a asentar sus reales en el espíritu de sus más de 15,000 estudiantes. Cualquiera diría que quien está por entrar a la universidad es Manuel González Prada y no el Opus Dei, la orden más conservadora de la Iglesia Católica, de la mano del Cardenal Cipriani y el santo Escrivá de Balaguer.”

Vásquez Kunze sostiene que esta pintoresca situación revela la verdadera crisis del liberalismo político criollo, si es que éste realmente existe. Muchos “liberales” se sienten cómodos al lado de quienes promueven un Estado tutelar confesional; para ellos, el “enemigo” es la socialdemocracia y la izquierda democrática – etiquetada bajo el indeterminado rótulo de “caviar”-, aunque ambas formas de pensamiento suscriben la cultura de los derechos humanos, el Estado laico y la autonomía del individuo. Es que sólo conciben las libertades económicas, y les tienen sin cuidado las libertades sociales y políticas. Por eso sospechan del uso del término “sociedad civil”, pese a su origen liberal, por eso tantos pseudoliberales le tenían tanta condescendencia a Fujimori, por eso no creen que Keiko sea una candidata “antisistema”. Por eso se suman al coro de gorgonas que celebra el fallo brindando con los reaccionarios. Como el columnista conservador Martín Santiváñez Vivanco sugirió en una mal lograda postilla, ven a la PUCP como el “buque insignia” de la llamada “izquierda cultural”. Se trata, evidentemente, de una lectura basada en la ignorancia y el prejuicio (véase la brillante y severa refutación - elaborada en el blog de Raúl Zegarra - de la escuálida y maldiciente nota de Santiváñez publicada en Correo). Creen que con esta batalla van a hacerle pagar caro a la “izquierda cultural” todas sus anteriores derrotas y frustraciones: la condena de Fujimori, el Informe Final de la CVR, los fallos de la CIDH, el gobierno de transición, los procuradores anticorrupción, etc. Podría decirse que han concentrado su frustración en un solo “objetivo”. Para ellos, París bien vale una misa.

“Puedo entender el júbilo de los conservadores pero no el de los liberales. Porque esta algarabía liberal dice, en realidad, mucho de la crisis del propio pensamiento liberal en el Perú. Ya se entiende por qué los liberales nunca han calado en el ideario de las clases dirigentes, menos aún en el imaginario popular. Porque, es obvio que ideológicamente, ningún liberal podría aplaudir un triunfo conservador así como ningún conservador aplaudirá jamás un triunfo liberal. El liberalismo y el conservadurismo son como el agua y el aceite en lo que a principios rectores del mundo se refiere. Sólo ante un peligro mayor como el fascismo o el comunismo podría haber un entendimiento político, como lo hubo en la Segunda Guerra Mundial o en la Guerra Fría.

Pero obviamente ese no es el caso en la PUCP. De ahí que sólo me queda concluir que el liberalismo peruano o tiene un sancochado en la cabeza o tiene una crisis de identidad tan grande que no tiene el menor pudor de subirse al carro ideológico conservador, así como los marxistas tampoco lo tienen de auparse “al carro electoral de un fascista-chavista como Ollanta Humala”.”

La hemiplejia conceptual (¿y moral?) de estos falsos “liberales” es notoria: creen que el escenario de la libertad y la realización humana es la economía, no la política o la ética. Cuando no razonan con la máquina registradora – o en términos de mero lobbysmo – son bastante autoritarios y cavernarios. No son genuinos liberales, son mercantilistas. El cálculo costo / beneficio está por encima de los derechos humanos, en su reductivo esquema espiritual. Les importa muy poco o nada el riesgo de que una de las universidades más importantes del Perú sea capturada por manos ultraconservadoras, y que su nivel académico descienda al abismo en virtud del control ideológico ultramontano. A muchos falsos liberales no les interesa la preservación de las libertades académicas, o que se prohíba la lectura de ciertos libros (con “etiqueta roja”) o que se impida la investigación en determinados temas. Tampoco reparan en el hecho de que hoy la PUCP es un recinto plural en donde encontramos profesores de distintas escuelas y modos de pensamiento, pluralidad que se disolvería con la intervención conservadora; mienten quienes sugieren malintencionadamente que la PUCP constituye una “cantera izquierdista”: el propio Vásquez Kunze – un reconocido intelectual de derecha – es una prueba de que eso no es cierto. Estos “liberales” espurios sueñan con la entrega de la universidad a manos fundamentalistas[1]. Celebran eufíricos la diversidad en el mercado, pero les da igual – o les irrita – la diversidad en la Academia. Así como ciertos “liberales” coexisten (y disfrutan) con Asia y sus prácticas, pueden hacer lo propio con una universidad tutelada y unidimensional en la hipótesis negada de que la PUCP (en muchos casos, su Alma Mater) se viese sumida en tiempos de oscuridad.

La pregunta que deberían hacerse los liberales es si sus ideales de progreso están más cerca de los así llamados “caviares” que de los conservadores y reaccionarios. Para hacerla simple: si están más cerca de la sociedad sueca que de la sociedad iraní. Creo que a cualquier liberal le gustaría vivir más en Suecia que bajo la férula de los Ayatholas y Ahmadinejad. Otro asunto es que la sociedad sueca no sea liberal. Pero para que cualquier sociedad lo sea, los liberales deben tener las cosas claras y ponerse a trabajar, hacer política, escribir libros, fundar universidades, regentar ONGs. Su incompetencia no es culpa de los “caviares” ni le pondrá remedio un triunfo ideológico conservador.”

El remate de Vásquez Kunze es realmente contundente:

“Salvo que ya hayan hecho su “camino de Damasco” para terminar de Saulo en Paulo. En ese caso que vayan poniendo su cabeza en el tajo. Del réquiem se encarga el Cardenal”.

Una parte de los convidados a este festín se presentan como liberales, pero no son más que fariseos, colaboradores y compañeros frecuentes de los poderosos. Ayer su corazón estuvo con Fujimori, hoy late por Alan, y mañana, quién sabe. Nunca les ha incomodado compartir la mesa y los planes con los espíritus más retrógrados, con los que - desde el Estado, la arena política u otros espacios sociales - prefirieron mirar hacia otro lado cuando las víctimas del terror o de la represión solicitaban su ayuda. Su valor inspirador no es la libertad, sino el anhelo de poder y el mero interés.

Estudiantes, trabajadores y profesores de la universidad estamos comprometidos con la apertura, rigurosidad académica y pluralidad que constituyen el fundamento del bien ganado prestigio de nuestra casa de estudios. Ella es una comunidad entregada a la producción de conocimiento y a la forja de conciencia crítica al servicio del país. Por eso, quienes defendemos la autonomía de la PUCP nos reservamos las celebraciones para el final. Esta batalla moral y legal recién empieza.



[1] Podríamos citar, asímismo, a muchos otros excelentes profesores - muy apreciados en la PUCP - distantes del pensamiento izquierdista o expresamente de "derecha", en sus diversas versiones: Boullard, Hernando, De Trazegnies, Cisneros, De la Puente, y un largo etcétera.










Actualización 1:

En el mismo Perú 21, Oliver Stark - sí, el mismo que sugirió construirle un monumento al perro Lay Fun - sostiene con entusiasmo en una delirante nota (en Fascismo en el Perú) que una eventual intervención del cardenal Cipriani en la PUCP permitiría hacer de la universidad un reducto fascista, como originalmente "quería Riva Agüero". Este señor Stark es increíble ¿Está en sus cabales?

Dice a la letra:

"Lamentablemente y debido a que careció de una tradición propia a la que acudir en busca de inspiración, el fascismo en el Perú nunca levantó vuelo a pesar de contar con el apoyo de la Iglesia Católica y la capas medias.

En un Perú que se debate entre los fuegos cruzados de un capitalismo depredador y excesivamente laxo y un socialismo fracasado, cabe preguntarse si una opción de camino medio entre los dos en la que prevalezca la realidad a los principios, la razón a los sentimientos y el orden al libertinaje pueda volver a ser una opción viable para el Perú".

Este señor está abogando por la resurrección del fascismo en el Perú. De Ripley. Quizás algunos activistas virtuales peruanos de tendencia similar - blogueros tradicionalistas, "antimodernos", y a la vez promotores reaccionarios de campañitas Facebook - suspiren de emoción. Qué pintoresco ¿Se estarán reagrupando los minúsculos grupos de la versión más extravagante de la extrema derecha?


Actualización 2:


Excelente artículo de Nelson Manrique publicado en La República sobre el cuestionado fallo del Tribunal.


Actualización 3:


Interesante artículo de Antonio Zapata sobre el caso PUCP.

Agudo texto de Jorge Bruce en defensa de nuestra Alma Máter.

Rocío Silva S. examina el caso PUCP.

Martín Tanaka analiza el tema en su blog.

Actualización 4:

Un agudo post de Gustavo Faverón: Los fuji-fachos (¿Algún bloguero se siente aludido?).

Eduardo González examina sus primeros años en la PUCP.

Especial de Domingo de La República sobre la amenaza fundamentalista sobre la PUCP.

Pedro Salinas escribe Yo odié a Hans Küng en Perú 21, un polémico testimonio de cómo - cuando era formado como un conservador religioso - le enseñaron a condenar al teólogo suizo sin necesidad alguna de leer sus escritos.


viernes, 23 de abril de 2010

SOBRE LA AUTONOMÍA DE LA PUCP Y UN ARTÍCULO DE SINESIO LÓPEZ



SOBRE LA AUTONOMÍA DE LA PUCP



Gonzalo Gamio Gehri


La prematura algarabía de la prensa ultraconservadora -así como de algunos noveles "activistas", que "solamente" se dedican a la agitación y propaganda por ejemplo en esta pintoresca página - ante el fallo del Tribunal Constitucional (TC) tiene bases débiles. Este conflicto entre la PUCP y el Sr. Muñoz Cho no ha hecho más que empezar. Esta prensa quiere deslizar la idea falsa de que la Universidad no quiere respetar este cuestionable fallo. La PUCP va a acatar el fallo - que sólo se pronuncia sobre una cuestión formal sobre la acción de amparo -, se apelará a instancias internacionales y se continuará con los juicios que tocan el tema de fondo. El TC genera cuestionamientos por su composición y por su actuación en casos anteriores. En el tema de la AOE falló contra sí mismo sin que existieran evidencias científicas que así lo justifiquen. Recomiendo la lectura del último post de José Alejandro Godoy en el que pasa revista a la dimensión legal de este conflicto.

Conociendo la posición de quienes pretenden intervenir la PUCP - en Ayacucho y otros espacios - es legítimo preocuparse por el futuro de la pluralidad y la calidad académica de la PUCP si sus planes se concretan. Uno contempla el caso de ciertas universidades locales , tuteladas confesionalmente, en las que se les pone "etiqueta roja" a los libros considerados "peligrosos" por la autoridad - autoridad que los prohíbe o que dificulta severamente su lectura, incluyendo entre las víctimas de esa actitud la obra Vargas Llosa, Nietzsche, Kant y parte de la de Vallejo - y evidentemente teme que esa sombra nefasta pueda cernirse sobre la PUCP. A los sectores más conservadores (y a algunos neoliberales) les importa poco que el nivel de la PUCP se fuera a pique – en la hipótesis negada de que la nefasta intervención se cristalizara – con tal de ver que se la controle ideológicamente desde canteras ultramontanas.

Los miembros de la PUCP vamos a luchar por la autonomía de la universidad, con las armas de la razón y de la justicia. La batalla legal recién empieza. Hablo a título personal, pero me consta que la comunidad universitaria lo tiene muy claro. Aquí estamos.


*En estos días he estado consignado - de manera completa y señalando la fuente - el punto de vista de notables académicos, conocedores de la realidad universitaria, sobre el caso PUCP y el fallo del TC. A continuación, publico un artículo de Silesio López – aparecido en La República – sobre este tema.






UN HUESO DURO DE ROER


Sinesio López Jiménez


No deja de ser simbólico que, en el mismo día que Cipriani defendía a los corruptos, recibiera del TC la sentencia sobre la PUCP que lo favorecía. Cipriani es un zoón politikón que hace parte de la argolla política que, con voracidad, corta el jamón. Con sus declaraciones a favor de los corruptos ha cometido probablemente el error de su vida. De la misma dimensión o peor que aquella que calificó a los organismos de defensa de los derechos humanos como una cojudez. La sentencia gratuita que ha recibido del TC no constituye un boccato di cardinale sino un hueso duro de roer. La PUCP va a resistir, sin duda. Cipriani no la tiene fácil. ¿ Con qué cara, con qué derecho y con qué moral un defensor de los corruptos pretende administrar los bienes de la institución universitaria más prestigiosa del país?

La sentencia del TC sobre la PUCP puede ser vista desde dos ángulos: el jurídico y el político. La diferencia es puramente analítica porque, en puridad de verdad, el TC toma decisiones políticas revestidas de juridicidad. ¿Puede un organismo que ha sido elegido por cuoteo y a través de negociaciones intensas entre los diversos partidos en el Congreso actuar de diferente manera? ¿Puede actuar en forma neutral un organismo que ha sido copado por el Apra y que está sometida a las presiones de los poderes fácticos? Podría si tuviera los blindajes necesarios que le permitieran actuar con cierta imparcialidad como es el caso de los directores del BCR. Pero no los tiene y eso lo expone al juego abierto de las presiones que vienen de todos lados (los poderes del Estado, los poderes fácticos, los partidos e incluso las influencias personales y amicales).

Es ingenuo pensar que el TC actúa con criterios puramente jurídicos y creer que sus decisiones son imparciales y justas. En el Perú y en AL los TC (o instituciones similares) y las instituciones del Estado son estructuras parcializadas. No estamos en los estados europeos en donde la positivación del derecho ha penetrado toda la vida social y la ley es, por eso mismo, igual para todos. La decisión del TC busca darle todo el poder a Cipriani sobre la PUCP a través de la administración de sus bienes como si todos ellos constituyeran la herencia dejada por Riva Agüero.

La PUCP es la mejor universidad del país y eso es producto del trabajo persistente, esforzado y creativo de varias generaciones que han actuado desde su fundación hasta ahora, de sus autoridades, de sus profesores, de los estudiantes que han pasado por sus aulas y de los egresados que, con su excelente desempeño profesional, la prestigian. La herencia dejada por Riva Agüero es importante, sin duda, pero es mucho más importante el trabajo acumulado de las múltiples generaciones de peruanos que han trabajado y han estudiado en ella y que se expresa en el campus universitario, en sus edificios, en sus riquísimas bibliotecas, en sus laboratorios, en su tradición académica, en la calidad de sus investigaciones y publicaciones y en su prestigio que sobrepasa las fronteras.

Una de las virtudes de la PUCP es su apertura al debate plural de su comunidad académica. El hecho de ser católica no le ha impedido abrirse, como lo hacen las mejores universidades del mundo, a las diversas corrientes del pensamiento sin censura ni autocensura. Se discute dentro y fuera del aula con el debido y mutuo respeto a las ideas y a las personas discrepantes. Todos los saberes y las diferentes actitudes con respecto a la fe tienen su lugar. Los creyentes pueden combinar la autoridad de la fe con la crítica de la razón; los no creyentes y escépticos pueden expresarse también con libertad. La regla de oro es la tolerancia cultivada con esmero por todos los integrantes de la comunidad universitaria. Todas estas virtudes son impensables en una universidad del Opus Dei en donde impera el autoritarismo, la intolerancia y el index.


Actualización:

Véase el excelente post de Erich Luna sobre la multitudinaria exposición de Marcial Rubio ante la PUCP.

Véase el artículo de Alberto Adrianzén en La República, en el que se trata en parte este tema.




jueves, 22 de abril de 2010

DECLARACIONES DEL HISTORIADOR Y EX RECTOR DE LA UNMSM MANUEL BURGA SOBRE EL CASO PUCP


Voy a colocar de cuando en cuando las declaraciones de académicos prominentes sobre el caso PUCP. Señalando los links, por supuesto.

A continuación las declaraciones del Dr. Manuel Burga sobre el caso PUCP.


(Nota tomada íntegramente del diario La República: Ver el LINK)


"Hubo una mano negra en fallo del TC a favor del Arzobispado", consideró Manuel Burga, ex rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y vicerrector de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya al cuestionar la sentencia que declara infundado el recurso de amparo que presentó la PUCP.


El fallo del Tribunal Constitucional (TC) que favorece al Arzobispado de Lima en el litigio que mantenía con la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) obedece más a una cuestión política y posiblemente a la intervención de una ‘mano negra’ que terminará favoreciendo a las universidades-negocio, opinó.

Fue al cuestionar la sentencia que declara infundado el recurso de amparo que presentó la PUCP, contra la intención del Arzobispado de Lima de nombrar a Walter Muñoz Cho, como su representante en la junta de administración de los bienes que dejó en su testamento José de la Riva Agüero y Osma.

“En la parte técnica, les doy credibilidad a los responsables de la conducción de la Universidad Católica, creo que hay una cuestión política en el Tribunal Constitucional de intervenir en decisiones que tienen que ver con el manejo de la gestión económica de la universidad y de allí se deriva a la autonomía” manifestó en el programa “No Hay Derecho” de Ideeleradio.

“Parecería que el Tribunal Constitucional va más allá de sus fueros constitucionales, entra en el terreno de lo que es el Poder Judicial, yo diría que hay una mano negra, probablemente; el mismo defensor de la campaña contra la píldora del siguiente, este señor Carlos Mesía, debe ser el vocero del Opus Dei dentro del TC probablemente, lo que ha llevado a una decisión política, más que técnico-jurídica”, agregó.

El historiador estimó que la disputa alrededor de los testamentos de Rivagüero ha devenido en una lucha por el poder por parte del Arzobispado, que dijo, busca la administración de la universidad a través del control de los medios patrimoniales, que implicaría la pérdida de autonomía.

Recalcó que el Arzobispado mantiene un concepto muy tradicional y antiguo de lo que implica ser una ‘universidad pontificia’. Advirtió que probablemente se quiera “llevar al pasado” a este centro de estudios, en un entorno menos tolerante y menos democrático.

“Yo diría que sería el inicio de la decadencia de la Universidad Católica, si se instala una intolerancia de la que predica el Opus Dei, ese fundamentalismo del siglo XVII de la época barroca, ese campo floreciente de 44 escuelas se vería sumamente afectado. Y creo que, en este momento, perjudicar a una universidad como La Católica es favorecer a las universidades negocios. Es claro que hay puentes muy visibles entre el gobierno y las universidades negocios. […] Es favorecer a universidades como la San Martín de Porres o Alas Peruanas”, señaló. (Con información de Ideeleradio).


miércoles, 21 de abril de 2010

EN DEFENSA DE LA PUCP (COMUNICADO DEL RECTORADO)



INTRODUCCIÓN


Gonzalo Gamio Gehri


Mientras lo peor de la prensa nacional canta cínicamente “victoria”, en la PUCP esperamos con calma y firmeza las batallas legales que vienen. El fallo del TC – hasta donde tengo entendido – se ocupa de una cuestión de forma en torno a la acción de amparo. Los juicios que se ocupan del fondo de la cuestión están en proceso. La comunidad universitaria está comprometida con la defensa de la autonomía de la universidad, así como con la preservación del respeto por la diversidad y el cuidado de la libertad de pensamiento, que han sido la clave que ha convertido a la PUCP por décadas en una de las mejores universidades del país. Una universidad involucrada con el desarrollo y la justicia en el país, la investigación y la defensa de la democracia y de los derechos humanos (como se sabe, una categoría universal, esencial al pensamiento democrático). Quien conoce la PUCP por dentro y conoce su historia sabe que en sus claustros ejercen la docencia profesores de diferentes corrientes académicas, confesiones y posiciones políticas. Los sectores que hoy buscan controlarla desde fuera anhelan sacrificar esa pluralidad (¿Quizá - me pregunto - a la manera de otros centros confesionales nacionales, que promueven una pedagogía monolítica, que veta temas de reflexión e incluso prohíbe el acceso directo a ciertos libros?). Este sector cuenta con el apoyo de la prensa conservadora y con ciertos grupos minúsculos de ultraderecha en la blogósfera peruana que buscan – por ignorancia o por prejuicio (o por mala fe) – contar con una PUCP disminuida y tutelada, y no con una auténtica institución académica. Quienes nos hemos formado en sus aulas y formamos parte de su vida institucional queremos que la PUCP sea libre, para que continúe brindando un servicio fecundo al país y siga produciendo genuino conocimiento.


Ver la nota de Caretas.


A continuación el Comunicado del Rectorado.


COMUNICADO DEL RECTORADO DE LA PUCP

Lunes, 19 de abril del 2010 | La mayoría del Tribunal Constitucional ha declarado infundado el recurso de amparo presentado por la PUCP contra las demandas indebidas del Sr. Muñoz Cho. Ante esta decisión, la Universidad desea expresar lo siguiente:

1. Cuatro miembros del Tribunal Constitucional, contradiciendo las normas que lo rigen, han emitido sentencia sobre temas que no son de su competencia y que son ajenos al objeto central de la acción de amparo, que no es otro que la defensa de la autonomía universitaria y de la propiedad absoluta de los bienes de la PUCP.

2. El Tribunal Constitucional se ha pronunciado sobre temas que se discuten actualmente en tribunales ordinarios, y que no son constitucionales, incurriendo en una usurpación de funciones.

3. Esta sentencia contradice principios de orden general aplicados en sentencias anteriores emitidas por el propio Tribunal Constitucional, lo que resulta discriminatorio contra la PUCP. Es decir, que existe "una justicia constitucional" para todos y "otra" para la PUCP.

4. Ante esta insólita sentencia, nuestra Universidad recurrirá a las instancias internacionales para exigir que se enmienden las consecuencias de esta arbitrariedad.

El Rectorado
Lima, 19 abril del 2010


DECLARACIONES DEL RECTOR:


Martes, 20 de abril del 2010 | Nuestro rector, el Dr. Marcial Rubio Correa, explicó las razones por las que la reciente sentencia del Tribunal Constitucional que declara infundada la acción de amparo interpuesta por la PUCP es insólita, arbitraria y hace que el TC incurra en usurpación de funciones. Mira la parte 1 y la parte 2 de la entrevista en RPP y escucha el audio de la entrevista en Radio Capital.

Fuente: Punto Edu.