miércoles, 13 de mayo de 2009

IRIS MURDOCH: LA ÉTICA COMO MÍSTICISMO SECULAR





Gonzalo Gamio Gehri



Iris Murdoch (1919 – 1999) es una de las pensadoras y novelistas más importantes del siglo XX. Sus novelas son celebradas por la crítica literaria europea. Su trayectoria filosófica, por desgracia, es menos conocida entre el público iberoamericano. Alumna de Wittgenstein y devota lectora de Platón, Tolstoi y Shakespeare, sus obras están dedicadas fundamentalmente a la filosofía moral, a la crítica de la filosofía existencialista y a las relaciones entre la filosofía y la literatura. Actualmente estoy dictando en la UARM – en el Diplomado de Religión y Cultura – una asignatura sobre Ética, Antropología y Religión, en cuya primera parte estamos discutiendo el pensamiento ético de Iris Murdoch. No quería perder la oportunidad de exponer y comentar algunas ideas de esta importante filósofa irlandesa en este espacio.

Una de sus obras más influyentes es sin duda La soberanía del Bien. Se trata de una compilación de ensayos en los que fustiga duramente el exacerbado individualismo presente en la ética contemporánea – obsesionada con la figura del “elector racional” – y un intento por recuperar una comprensión platónica de la vida buena. Murdoch insiste en que, en buena medida, la filosofía consiste en el examen crítico de las metáforas que dan cuenta de nuestra condición en el mundo, una disposición que el pensamiento positivista y analítico ha intentado echar a perder introduciendo un supuesto lenguaje explicativo y pretendidamente “neutral” (no metafórico) en el análisis de la conducta. El individuo así descrito es un sujeto atomizado y libre. Es cierto que esta filosofía práctica ha acompañado a menudo a la vindicación de las democracias liberales: “debe decirse en su favor que esta imagen de la naturaleza humana ha sido la inspiración del liberalismo político. Sin embargo, como sabiamente Hume observó una vez, la buena filosofía política no es necesariamente buena filosofía moral”[1]. Nadando a contracorriente, la autora dedica este libro a la defensa de la metáfora de la visión, proyectándola hacia el campo de la reflexión ética.

Murdoch aboga por un examen realista de la condición humana. La pregunta por la clase de vida que hay que vivir implica una echar mirada exhaustiva sobre el tipo peculiar de animales que somos. No duda, por ello, en recurrir a Freud con el mismo entusiasmo con el que recurre a Platón y a Aristóteles. Sostiene que no existe ninguna razón que nos lleve a sostener que la naturaleza humana está guiada por una suerte de télos. Lo que tenemos es una psique egocéntrica, autoindulgente, que fantasea con sus esporádicas y limitadas expresiones de libertad. “Somos lo que parecemos ser”, advierte nuestra autora, “transitorias criaturas mortales sujetas a la necesidad y al azar”[2]. Las apelaciones al Plan de Dios, la estructura de la razón o al supuesto curso lineal de la historia no conseguirán remover del todo esa tendencia permanente al ensueño y al autoengaño.

Murdoch nos invita a buscar estrategias que rompan esa ilusión egotista; tomar medidas que nos permitan rasgar el velo, y salir hacia la aprehensión del no-yo. La filosofía moral procura iniciarnos en el esfuerzo por resistir al suave canto de sirena del yo; ella hurga entre nuestras vivencias para identificar aquellas que contribuyan a la liberación del yugo de lo subjetivo. La experiencia de la belleza de la naturaleza y del arte – sostiene, evocando una poderosa tesis evocada por Platón en el Fedro – nos arranca fuera de la subjetividad y nos mueve hacia aquello que nos trasciende. Produce en nosotros una suerte de “cambio de actitud”, una especie de metánoia. El cultivo del arte nos permite incluso adquirir un tipo de disciplina (y de “virtud” ) que nos permite educar la mirada, enfocándola en modelos de perfección que nos liberan del tipo de fantasía egoísta. Nos enseña a no ocultar los efectos del azar y de la conciencia de la mortalidad en el curso de la propia vida.

“Lo único que es realmente importante es la capacidad de ver todo claramente y responde de manera justa, lo cual es inseparable de la virtud”[3]. Murdoch opta por una versión ‘mundana’ del ideal platónico de theoría - a mi juicio, una lectura plausible de La República VI – VII – la “salida de la caverna” / la intelección (nóesis) de las formas, constituye un paso decisivo en el camino de la comprensión de la vida misma, que exige el retorno a la caverna, al mundo ordinario. El acceso a la nóesis constituye una invitación a mirar con nuevos ojos la totalidad de lo que aparece, incluyendo la ciudad, así como el trasfondo cultural de las prácticas sociales, para darle a cada cosa el lugar que le corresponde. Se trata de un camino de purificación del 'alma' en el ámbito de lo cognoscitivo y en lo moral. Supone, como es evidente, rendirse ante la verdad. Murdoch se pregunta cómo es posible plantear esta búsqueda platónica de clarividencia en un ‘mundo sin Dios’ – como aparentemente es el nuestro -. Ella expone su propia posición con suma lucidez y transparencia: “sugeriré que Dios era (o es) un objeto de atención único y perfecto, trascendente, no-representable y necesariamente real; y sugeriré que también que la filosofía moral debería intentar mantener un concepto central que tenga todas estas características”[4]. Nuestra autora plantea retomar uno de los “nombres” originarios de este “objeto”: el Bien.

No voy a detenerme en todos los detalles de un libro que es apasionante; sólo quiero invitar a su lectura. Debo decir que hace muchos años de que un libro no capturaba mi atención de esa forma. Murdoch argumenta persuasivamente, haciendo gala de un precioso dominio de la expresión. La soberanía del Bien pretende iniciarnos en la salida del horizonte del yo como ‘lugar de ilusión’. Adquirir la disciplina que supone el cultivo de un arte, aprender un lenguaje, estudiar una ciencia nos permite salir de ese juego de espejos, abrirnos a la realidad trascendente y ejercitar las virtudes: todas estas technái exigen el cuidado de la honestidad, la templanza, el valor, el sentido de la justicia, así como un cierto juicio realista respecto del mundo de las prácticas y del propio curso de la vida. La ética no es fundamentalmente una clase de conocimiento especializado; es una forma saber práctico basado en la educación de la mirada, un “saber” accesible a todo ser humano - en la línea de Tolstoi -, a toda criatura racional y mortal que pretenda salir del territorio del hipertrofiado yo.

Uno podría decir que la auténtica moralidad es un tipo de misticismo no esotérico, que tiene su fuente en un amor, austero y no buscador de consuelo, por el bien”[5].




[1] Murdoch, Iris La soberanía del Bien Madrid Caparrós 2001 p. 84.
[2] Ibid p. 83.
[3] Ibid p. 90 (las cursivas son mías).
[4] Ibid p. 61.
[5] Ibid p. 94 (las cursivas son mías).

38 comentarios:

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Hola Gonzalo,

Realmente muy interesante. Por lo que he leído de tu reseña Iris Murdoch es para nada liberal. Lo digo porque en la búsqueda Platónica de la vida buena, y la crítica al individualismo, parece retomar la metafísica y, además, una cierta ontología de lo político (entendida como condición humana). Me recordó mucho a Arendt.

Buscaré sus libros con mucho interés, si no tengo suerte recurriré a vuestra buena fe, un cordial saludo.

Ricardo Milla dijo...

Estimado Gonzalo:

Interesante esa escritora.

Dices: "Las apelaciones al Plan de Dios, la estructura de la razón o al supuesto curso lineal de la historia no conseguirán remover del todo esa tendencia permanente al ensueño y al autoengaño."
Puedo entender que es anticuado hablar del Plan de Dios en lo que se refiere a si debo hablar así o azá en tal o cual lugar, o que hay que tener cuantos hijos vengan pues así lo quiere Dios; esas representaciones del Plan de Dios son burdas. Además tal es insondable. Pero ¿no crees tú que Dios de hecho si le comunica su plan a cada uno de nosotros en nuestra intimidad? ¿No crees que Dios te habla, te cuida, te ayuda y te guía? ¿No crees que Dios y la religión que profesas te dan pautas, muchas en verdad, de cómo debe ser una vida buena, en puntual: la vivencia del amor para con el otro? ¿Esto último como lo empatas con tu creencia en que no hay que proponer ninguna forma de vida buena y tu liberalismo? ¿No es contradictorio o cómo lo salvas tú?
¿En nuestra sociedad post-metafísica es posible decir qué es el bien o es mejor no decir lo que es? Pero si eres cristiano ¿amar y hacer el bien con verdad y justicia como muestra Cristo no es ya una propuesta de qué es el bien y así hay "cierta" metafísica intríseca, si bien no determinada? ¿Basta con decir que está mal o se necesita algo más? ¿Dónde está ese Bien soñado? ¿Ese bien se puede hallar, o al menos algo?

Disculpa por tantas preguntas, pero me inquieta como es que manejas todo eso.

Saludos cordiales,
Ricardo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Carlos:

Murdoch es liberal en política y platónica en ética ¡Sí, es posible!

Claro, cuenta conmigo.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

La alusión al Plan de Dios viene de una perspectiva de Murdoch. No estoy necesariamente asumiendo su perspectiva, aunque me siento cercano en algunos puntos.

Saludos,
Gonzalo.

Uriel dijo...

Hola:

Es interesante el planteamiento de Iris Murdoch. Voy a buscar su libro.

Pero hay una idea que me parece fascinante: el "ver". Desde Nietzche sabemos que Platon y Aristoteles fueron los "mas antigriegos de todos". Ambos provocaron una ruptura en el pensamiento griego. Pero Platon se centró en el "ver". Existe la misma similitud en la alegoría de la línea y el sol. Ambas alegorías muestran una escala de conocimiento. El ser humano inciado en la academia platonica, y despues de seguir los estudios puede contemplar el "sol". En la filosofía de Platon, hay una prioridad por el ver, nosotros vemos al sol, lo miramos, y al contemplarnos adquirimos la sabiduría. Platon lo muestra tanto en la caverna, como en la reencarnacion de las almas en el "Fedro". Pero el privilegio es por el "ver", el "mirar", en contra del "escuchar" y el "oir". El "ver" abre muchos caminos a la posibilidad de exploracion de la naturaleza, tanto de experimentarla, como manipularla. ¿No empieza el conocimiento con la vista?. ¿No vemos antes de experimentar?¿Acaso tambien la vista no puede ser engañosa?.

Los empiristas se centraron en la experiencia, y los positivistas en la observacion, y en general la ciencia se basó en metodos experimentales-observables (o en palabras simples:"lo que se puede ver y tocar"). Pero todos priorizaron el "ver", el "mirar", el "tocar". Y desde Platon se contrapuso la "luz" del "sol", que "ilumina" las tinieblas de la ignorancia. ¿No fue esa la idea de la Ilustracion (o llamado tambien "El siglo de las luces")?.Acaso no fue un huir de lo que no conocemos por la "luz" de la razon?. En cambio el "escuchar", el "oir", abre otros caminos, de no experimentacion y no manipulacion de la naturaleza. Caminos mistéricos. Los Orientales enseñan a no "ver" sino a "escuchar". Nosotros no podemos "ver" a Dios pero si "escucharlo" o a "sentirlo". También a "escuchar" a la naturaleza. En etica y en filosofia politica, sucede igual. Para salir del "yo" nosotros "vemos" al otro. ¿Acaso no implica el reconocimiento el "ver"?.Levinás, no nos increpaba con el "rostro del otro"?. ¿Pero el "ver" implica el "escuchar" al otro?. Nosotros "vemos" al otro (a los menos favorecidos, según Rawls), pero no lo escuchamos. Es cuando los escuchamos que realmente le damos "atencion", cuando "oyemos" su "voz". El "ver" no necesariamente conlleva a la "atencion", pero sí el "escuchar". Yo creo que se debería revisar la filosofía (etica y politica) dialógica, intersubjetiva, desde el "escuchar". Puede dar para un artículo.



Atte

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Por supuesto que, como cristiano, creo en el poder de la Oración, en el amor al prójimo y en la justicia. No necesito urdir una "metafísica" con ello; me basta mi fe, la narrativa del Evangelio y iertas narrativas vinculadas a la tradición (que asumo de manera reflexiva). Jesús no hizo metafísica, una disciplina ajena al imaginario hebreo (que haya una ontología y una ética implícitas es otro tema). Vattimo también va por allí.

Soy cristiano, creo en la narrativa espiritual del Evangelio. Mi concepción del buen vivir se nutre de allí, de la ética clásica (tragedia, Platón, aristóteles), y de fuentes románticas (Goethe y Hegel). Sin embargo, no creo que esa sea la única senda para vivir una buena vida. No creo que deba ser impuesta (eso de "no imponer es imponer" es un despropósito).

El liberalismo aporta una 'ética mínima' (un "consenso sobre el mal", en mis términos), que es necesaria para garantizar la coexistencia pero no suficiente para llevar una buena vida. Esa búsqueda es decisiva para las personas. El problema de la vida buena depende del discernimiento de los propios agentes, de sus debates, de sus elecciones y deliberaciones. El Estado democrático no se mete en el asunto, no plantea una "visión oficial" en esta materia.

Por lo demás, mis “intelectuales favoritos de inspiración católica” son radicales partidarios de la libre reflexión: Chesterton, Gustavo Gutiérrez, John Ancton, Simona Weil. Su lectura me resulta edificante (en el sentido de Rorty, no en el de Hegel, que seguro deberás conocer) y particularmente esclarecedora. No me inspiran tanto los autores más “arquitectónicos” (“constantinistas”, dirían algunos críticos).


Saludos,
Gonzalo.

P.D.: Murdoch es una gran filósofa.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Uriel:

De acuerdo contigo. El oir nos lleva por otros caminos, y Levinás y Derridá han escrito mucho y muy bien sobre ello (y está toda la tradición hebrea, incluyendo a Buber y Rosenzweig).

Yo no identificaría sin más la idea de “visión” platónica con la ilustrada. En “La República” se trata de un camino de corrección de la mirada, con importantes consecuencias para la ética. Yo lo enfocaría por la senda de la metánoia (incluso en términos narrativos, como hace Murdoch) antes que en el canon de la apodicticidad científica moderna.

Tocas tremendo tema. Pensemos en un post futuro.

Saludos,
Gonzalo.

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Hola Gonzalo,

Gracias por la amabilidad. Me quedó una duda: no se supone que lo político y lo ético están totalmente ligados en Platón y en los clásicos? Me parece, según Rawls por ejemplo, que el liberalismo apela al "arte de la separación" más que a la unión del mundo metafísico, ético y político. Tengo esa inquietud, pues creo que, por ejemplo en Arendt, que no es liberal, lo ético está ligado a la condición humana y, por ende, a una ontología de lo político. Un cordial saludo.

Gonzalo Gamio dijo...

Carlos:

Ciertamente, pero Murdoch está aplicando la distinción liberal (en los términos de mi respuesta a Ricardo M.). Ella es platónica, pero no "ortodoxa" en lo político. No tiene que serlo... ¡De lo contrario, postularía al "Filósofo Rey"!

Saludos,
Gonzalo.

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Hola,

Gracias por la respuesta Gonzalo, queda la lectura pendiente de Murdoch para poder comentar mejor, pues no es correcto afirmar cosas sobre las cuales uno no ha leído.

Por otra parte, me llamó la atención la lectura de Uriel sobre Platón. Discrepo totalmente, ya que sitúa a Platón como un filósofo "contemplativo" y, en el sentido moderno, hasta "positivista". Creo que en Platón lo fundamental no es "ver" al Sol, sino que en tu vida ha habido una transformación interior (ética) que te ha hecho "ascender" y "ver" el Sol. Lo ético y lo político en Platón, por tanto, no sólo consistía en "ver", sino prácticamente en un "estilo de vida" de acuerdo a la virtud y la unidad entre lo interior, lo exterior y lo metafísico. Un cordial saludo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Carlos:

Es cierto, por eso le comento que yo no identificaría el ver platónico con el moderno. Para Platón, como para cualquier griego, la perspectiva práctica es lo decisivo. Para él era fundamental el "descenso a la caverna" ¡No en vano el texto se titula "Politeia"!

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Estiamado Gonzalo:

Bueno. Creo que estoy satisfecho con tu comentario.

Saludos,
Ricardo.

ricardo falla carrillo dijo...

Estimado, muy buen texto. Interesante e inquietante era (es) Iris Murdoch. Me encantó la definición o esclarecimiento de tu propia opción religiosa. Y también está, como en mi caso, el acercamiento desde el arte y de cierta teología no-oficial.

un abrazo

Ricardo

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Estimado Gonzalo,

Comparto unas notas breves sobre una conferencia a la que asistí hoy, sería interesante conocer su perspectiva:

http://chicobilly.blogspot.com/2009/05/la-muerte-de-la-metafisica-en-occidente.html

saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Ricardo:

Si, ciertamente, es importante tomar posición. Estamos en una perspectiva ético-teológica similar.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Carlos:

Lo leí. Buena crítica al "espiritualismo". Tus amigos metapolíticos se van a preocupar....jajajaja.

Saludos,
Gonzalo.

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Hola Gonzalo,

No creo, pues siempre he buscado con mis críticas el esclarecerme a mí mismo el pensamiento, no el hacer daño. Jejeje.

Más bien salió una idea interesante ahí: es el cristianismo la raíz del liberalismo? Yo he afirmado que sí, pero, tú como liberal, qué opinas?

saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Carlos:

Es cierto. La idea de libertad subjetiva, la idea de dignidad y la de benevolencia, incluso la de pacto y la de secularidad, tienen un origen judeo-cristiano. La noción de persona viene de allí.

Saludos,
Gonzalo.

Susana dijo...

El texto dice Freíd, imagino que debe decir Freud no?

Hugo Aldave Herrera dijo...

Estimado Gonzalo: Justo en el curso de Filosofia de la ciencia que doy, muestro que detras de las pugnas metodologicas, hay aspectos generosos para pensarlos en clave filosofica: En consideraciòn al imperialismo soterrado que genera el positivismo, hay una exaltacion por lo visual en desmedro de lo oral, en la exaltacion de lo cuantitativo en desmedro de lo cualitativo, en la disyuncion desplazando a la analogia. Da vinci señala en Aforismos: La poesia es fugaz como lo son las sensaciones auditivas, mientras que no lo serian para él las sensaciones visuales..
Todo puede dominado con el calculo y la prevision, no obstante ello Desde el primado de la vista, se pierde la conexion profunda silencio-canto-encanto-entusiasmo-adoracion-misterio.
Hay un poema de Borges Elogio de la sombra , que me permite iniciar el tema de la percepcion: Democrito de abdera se arranco los ojos para pensar...mi tiempo ha sido mi Democrito.." Y yo arremeto Los ciegos pueden investigar?.
Un abrazo, estare pendiente de ese texto.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimada Susana:

Efectivamente, es Freud. Acabo de corregirlo.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Hugo:

No te olvides que Murdoch usa la visión como metáfora de una especial lucidez para esclarecer la vida ética.

Tengo que pensar en esto de metáforas de visión v.s. metáforas de oído.

Saludos,
Gonzalo.

eduardo hernando nieto dijo...

Dice Gonzalo:

"Hola Carlos:

Lo leí. Buena crítica al "espiritualismo". Tus amigos metapolíticos se van a preocupar....jajajaja.

Saludos,
Gonzalo"

Has leido el texto? alli no se ve ninguna critica al espiritualismo, mas bien se hace alusion a la relacion que habria entre el catolicismo post conciliar o judeocristianismo y el liberalismo contemporaneo que tu admiras
saludos
eduardo

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Eduardo:

Me refería a la dicotomía alma / cuerpo, que es considerada por algunos "esencial" a la metafísica.

Saludos,
Gonzalo.

Daniel Salas dijo...

Ricardo:
Varias de las preguntas que le planteas a Gonzalo resumen, sin duda, tu pensamiento. Destaco las siguientes:
“¿No crees tú que Dios de hecho si le comunica su plan a cada uno de nosotros en nuestra intimidad? ¿No crees que Dios te habla, te cuida, te ayuda y te guía? ¿No crees que Dios y la religión que profesas te dan pautas, muchas en verdad, de cómo debe ser una vida buena, en puntual: la vivencia del amor para con el otro?”
Millones de personas en el mundo, sin duda, lo creen. La discusión no se halla allí sino a la idea de que lo que Dios me dice debe ser la única guía en el espacio público. A mí Dios me pide (lo digo en serio) que entienda las obras de David Lynch y de Jorge Luis Borges, dos artistas gigantescos y con visiones narrativas divergentes. Por eso he puesto mi empeño en estudiarlos en los últimos años.
Pero me llama la atención que, por un lado, creas que las respuestas a tus preguntas sean afirmativas y que, a la vez, coloques en tu blog en tono de comedia negra un discurso de Adolf Hitler, sosteniendo además que se trata de un líder admirable. Luego tratas de aminorar tu falta sosteniendo que era una mera referencia y que hay que ser muy intolerante para no entender tu broma. Me sorprende, digo, porque la Biblia claramente enseña que no debemos bromear con el mal. Para mí eso queda claro en este pasaje del Levítico:
“No profieras maldición contra el sordo ni pongas ante el ciego tropiezos para hacerle caer; has de temer a tu Dios. Yo, Yahvé”. (Lv 19, 14).
Al colocar un video de Hitler como si se tratara de un personaje encomiable, estás poniendo una piedra en donde tu prójimo puede caer. Tal vez yo no tropiece, pero otros sí. Algunos, por ejemplo, pueden empezar a creer que, dado que un cristiano como tú lo elogia, Hitler tal vez “no haya sido tan malo” o que “tuvo algunas cosas positivas”. Otros razonarán que “esta es la verdadera cara de los cristianos” y que por tanto la fe de los apóstoles aprueba el racismo, la violencia y el genocidio; en consecuencia, hay que combatir el cristianismo, como una de las encarnaciones del mal. Unos y otros se alejarán de la Verdad porque tú, en un gesto adolescente, queriéndote pasar de gracioso, les pusiste una piedra en el camino para que tropezaran y cayeran. ¿Nunca te ha dicho Dios que no debes poner trampas a tus semejantes, ya que los puede alejar de la fe? ¿No crees acaso que has pecado seriamente de escándalo? Porque esto es justamente lo que significa ‘skandalon’, es decir, tropiezo, trampa, obstáculo, la piedra que hace caer al ciego.
Ahora sostienes en tu blog que, con Cipriani, la PUCP podría recuperar su “libertad”. Cipriani (como todos sabemos y él nunca lo ha negado) había mandado poner en la catedral de Ayacucho un cartelito que decía “Aquí no se aceptan denuncias por derechos humanos”. Otro escándalo, pero del tamaño del cerro San Cristóbal, por lo menos. Si habías no sabías donde estaban tu padre, tu madre, tu hermano, tus hijos o tu cónyuge, no podías recibir ninguna ayuda de tu pastor. Porque ese no era “su problema”. El asesinato, la violación, la amenaza, el hurto y la masacre estaban ocurriendo pero esos hechos horrendos no eran una preocupación para el arzobispo y por eso él no te iba a escuchar. Qué diferencia con Arnulfo Romero, ¿no? quien ordenó detener la construcción de la catedral mientras continuara la guerra y estuvo incluso dispuesto a poner el pecho para denunciar y combatir a los asesinos desde el altar. Pero también qué diferencia con Cristo, a quien todos los cristianos deberían imitar, quien sacó a los mercaderes del templo, denunció la hipocresía de los fariseos y se enfrentó al inicuo régimen de los romanos hasta las últimas consecuencias. ¿Te has puesto a pensar alguna vez cuántos hemos dejado de ser cristianos por personas como Cipriani o como tú, capaces de mostrar insensibilidad ante el dolor y la barbarie? ¿Y de verdad crees que Cipriani va a devolver la “libertad” en el campus de Pando? Todo lo contrario: si personas como Cipriani y otros fundamentalistas insensibles prevalecen, el catolicismo va a decaer, la gente que sufre o que está preocupada por la solidaridad se va a alejar de la Iglesia, porque la Iglesia va a dejar de ser un referente moral relevante y se va a convertir en, hay que decirlo claramente, una cueva de ladrones.
Ojalá no ocurra.

Gonzalo Gamio dijo...

No ocurrirá, querido Daniel. Hay que luchar por la autonomía de la PUCP con fe y sentido de justicia.

De acuerdo con tu reflexión. Los precedentes en la conducta del personaje en cuestión son dignos de lamentación. Quienes conocen realmente y aman a la PUCP le desean un destino mejor. Plural, rigurosa, excelente. Sin corsés fundamentalistas ni textos prohibidos. Una Universidad genuina, como es ahora.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Daniel:

El contrapunto con Romero es, en mi opinión, acertado y valeroso. Has hablado con justicia.

Saludos,
Gonzalo.

Uriel dijo...

Hola:

Voy a responder a algunas cosas. Ya que tengo un poco de tiempo.
Me gustó el articulo sobre Iris Murdoch, aunque queda pendiente explicarlo con mas detalle.Me gustaría saber en que librerias se puede encontrar el libro.

Intenté hacer un paralelo historico entre la posicion Platonica y la Ilustrada, no quize identificarlo ambos porque sería absurdo. Mas bien trazar una especie de "pequeña historia de la mirada". Para evitar malentendidos, y ser precisos, mejor sería contraponer el "paradigma de la vision" y el "paradigma del escuchar". Y es precisamente el "paradigma de la vision" lo que ha sido priorizado, (dije priorizado y privilegiado sobre otros sentidos). No me agrada mucho el termino "metafora de la mirada", desde Sartré sabemos que la mirada es objetivadora, degrada al otro al nivel cosa, o lo "cosifica", ¿No somos esclavos de la mirada del otro?¿Acaso el infierno no es la mirada del otro?¿La mirada no se basa en el conflicto, mas que en la atencion?. Yo creo que la "mirada" (en cuanto una metafisica de la mirada)tiene muchas vacíos (o el "paradigma de la vision"). A mi parecer se debería pensar la etica y la politica con el "paradigma del escuchar". Porque muchas veces "vemos" al "otro", pero no hacemos nada, sabemos que estan ahí, pero "volteamos la mirada". Las audiencias de la CVR, ¿no fueron organizadas para "escuchar" al "otro"?, ya que siempre los "vimos"?. La verdadera reconciliacion será cuando escuchemos al otro en un pais de sordos. Los vimos y no hicimos nada, sólo cuando empezaron a gritar, o a alzar su voz de protesta, los tomamos en cuenta. Cuando empezamos a escuchar las bombas, recien nos dimos cuenta que existia otro Perú. Flores Galindo se sorprendia, cuando a inicios del Siglo XX, los limeños se extrañaban cuando veían a indigenas caminar por lima con su vestimenta tipica. Eso mostraba una fragmentacion social.

¿Que pasaría como en el libro de Saramago "Ensayo sobre la ceguera", si un dia todos nos quedamos ciegos?¿No aprenderíamos a escucharnos unos y otros?

Quisisera agregar "el paradigma de la vision": ¿No configuró al "Homo videns" de Sartori?. ¿Acaso no hay un video-niño?. ¿O una democracia teledirigida?. ¿O el Panoptico de Faucault?. Donde todo se estructura con tal de "ver" y disciplinar los cuerpos?. No es eso lo que los sociologos llaman la "Magalizacion" de la sociedad peruana?. Aún hay mucho pan por rebanar.

A proposito de Buber, su libro debería llamarse "Yo y los Otros", en vez de "Yo y Tu". Porque la definicion de "Tu" que da, no es un "Yo" (unico y total)sino un "eso" o "esa", muy impersonal, hasta el nivel de cosa, el cual Buber quiere alejarse. Es extraño ya que Buber busca un acercamiento mas personal y directo con Dios. Mas aún el "Tu eterno", es algo externo, fuera, alejado, hubiese escrito mejor el "Otro eterno". En fin.

Creo que mejor escribo un trabajo sobre esto jeje.

Atte

César Inca Mendoza Loyola dijo...

HOLA AMIGOS/AS, LES SALUDA CÉSAR MENDOZA.

Hoy como nunca, mandándome con intervenciones en dos días sucesivos.

En fin, no sé mucho de la obra de Iris Murdoch, aunque siempre hay buenos motivos para ir ampliando nuestros horizontes eruditos. En todo caso, parto de una cita extraída de uno de los posts: "Yo no identificaría sin más la idea de “visión” platónica con la ilustrada. En “La República” se trata de un camino de corrección de la mirada, con importantes consecuencias para la ética. Yo lo enfocaría por la senda de la metánoia (incluso en términos narrativos, como hace Murdoch) antes que en el canon de la apodicticidad científica moderna."

Si bien, hay muchas diferencias entre el propósito básico de la epistemología platónica y los motivos de la ciencia moderna en su fase madura de la Ilustración, me parecería en principio un tanto "heterodoxo" extirpar los afanes indudablemente intelectualistas que tenía Platón de esa visión mística-trascedental que él también proponía en temas de ética y virtud. El giro de la mirada en pos de una superación de la doxa se proyectaba hacia un objeto ya referido.

Si alguien quiere proyectarse hacia un trascendentalismo que no conlleve una superación epistémica, uno de mis primeros consejos sería Wittgenstein, quien puede resultar un filósofo más inspirador... tomado integralmente, claro está. Si quitams lo epistémico de la reflexión ético-política platónica, corremos el riesgo de convertir la dialéctica y el nous en meros ejercicios de "salto místico", al modo de la labor de los poetas que formaron parte de los conspiradores calumniosos contra Sócrates.

Los neoplatónicos y los estoicos clásicos pueden también apuntar hacia allí, pero no sé cuán lejos se puede ir por un pretendido platonismo sin abosrober plenamente el concepto de Nous tan explícito en "La República" y otros diálogos mayores - mejor que llamarla "influencia platónica", es llamarla de otra manera.

Seguimos en contacto.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado César:

Es verdad, es una platónica heterodoxa.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Daniel:

Tú y tu intolerancia son del tamaño del Huscarán, pues.

Dices que bromeo con la maldad, que estoy a favor de la barbarie y demás. Eres una persona limitada si en verdad crees todo eso que dices. Te considero alguien más o menos inteligente. Escribes bien, buena prosa. Pero decir esas barbaridades es propio de alguien limitado. No caigas en posturas alejadas de un buen liberal.

Ahora, si quieres comentar cosas de mi blog, pues bien: Anda a mi blog. Estás invitado, siempre eres bien recibido. Anda, escribe, comenta. Todo lo que quieras. Podemos conversar libremente. Lo sabes. Te puedo responder todo esto, pero acá no. No es propio. Además malentiendes todo lo que digo. Todo lo deconstruyes a tu gusto. Eso no es lícito para un amante de la libertad. Al igual que a Raúl malentiendes lo que digo y mis intenciones. Quiero conversar, pero no pongas trabas.

Saludos,
Ricardo

Ricardo Milla dijo...

Estimado Gonzalo:

Ciertamente tenemos que construir en los puntos claves que somos símiles y no destruirnos mutuamente. Por ejemplo, mi amiga Sofía Tudela es antisemita, antiislámica y anticristiana y quiere destruir esas religiones, pero no a sus integrantes. Así yo soy no-liberal y creo que el liberalismo no debe existir. Ahora, no por ello deseo ir contra sus miembros sino a sus ideas. Por ello que me siento unido a ti en amistad y no en enemistad. Entonces, construyamos. Yo no estoy en contra en absoluto de tus posiciones y de tus respuestas a mi preguntas. Si todo ello te hace cada vez mejor, pues podemos ir mejorando más y más todos juntos.

Saludos,
Ricardo.

ba dijo...

mientras en la selva los indigenas se declaran en insurgencia, nuestros intelectuales siguen viviendo su vida tranquila. vaya peru con personas que viven tranquilos mientras sus ciudadanos se extingue.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Ricardo:

Entiendo tu punto, estimado amigo. En realidad, yo no soy un "anti". Creo en un mundo plural. Los creyentes y los ateos, los liberales y los conservadores "decentes" tienen un espacio.

Particularmente tolero sin problemas a los conservadores "presentables", los que no rechazan la vida y la libetad de los demás. Creo en que se puede buscar la verdad en conjunto, como tú mismo dices.

Cuidado, el antisemitismo es una forma de racismo. Creo que será importante que revises algunas de tus ideas, en general, el autoexamen es bueno para todos nosotros.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Ba:

Estoy pendiente del conflicto en la Amazonía.

Saludos,
Gonzalo.

Daniel Salas dijo...

Hola, Gonzalo: Yo mencioné el conflicto de la Amazonía en la carta que publicaste. De todos modos, sería bueno reflexionar más sobre este suceso, ya que pone a prueba la oportunidad de las ideas que estamos discutiendo. Saludos.
(Estoy con acceso restringido a Internet pero espero tener pronto mi respuesta a Raúl Haro). Saludos.

HUGO FLORES LIÑAN dijo...

Si Platón o Descartes hubieran tomado una posición dirigencial es probable que el mundo de los filósofos nos brindaría lecciones que aprender. Estimados amigos de que sirve "ponerse a reflexionar" sobre el asunto de la amazonía si no se toman posiciones verdaderas y directas en la acción política o de apoyo social directo.

Claro, y es un error que también asumo como propio, nos es más tranquilizante para nuestros ilustrados cuerpos debatir intensamente en un buen café. Mucha gente bloquea carreteras, nosotros reflexionamos.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Hugo, dilecto olayino:

El tema de la selva es grave, y debe actuarse cuanto antes, honrando el derecho del hombre a su tierra y hogar. En realidad, no soy afecto a disociar reflexión de acción; pienso que grandes errores se cometen (incluso errores terribles) por no pensar adecuadamente.

En todo caso, si propones pasar a la acción es porque tienes las cosas completamente clares ¿Qué sugieres?

Saludos,
Gonzalo.