miércoles, 31 de marzo de 2010

CIUDADANOS Y ESPACIOS PÚBLICOS



Gonzalo Gamio Gehri


I


El miércoles 24 di una conferencia en la ONPE, en el contexto de las jornadas de Diálogo Electoral que este organismo lleva a cabo dos veces al mes. Estaba dirigida a representantes de los partidos políticos, profesores y estudiantes universitarios y periodistas. Quisiera ofrecer una reflexión resumida de esta sesión, sesión que me resultó muy interesante por el diálogo que suscitó. El tema general que se me propuso fue Ética en la política peruana, que yo abordé en la perspectiva de los retos que la agenda de la transición había dejado planteados a los ciudadanos y a los partidos políticos. La conferencia salió muy bien, y debo decir que me encontré con preguntas de muy buena calidad, que propiciaron un diálogo fluido e intelectualmente estimulante (la nota graciosa y pintoresca – ya finalizado el evento, cuando los asistentes se retiraban – la pusieron dos señoras fujimoristas, que sugirieron entre dientes que, como el ponente (es decir, yo) había participado en la marcha de los Cuatro Suyos, podría tratarse de un “antiguo camarada comunista”. No pude evitar soltar una sonora carcajada).

De modo que la conferencia versó sobre los compromisos pendientes en materia de lucha contra la corrupción y defensa de los derechos humanos, y en los espacios con los que el ciudadano común podría contar si se interesa por asumir estos temas como motivación para la acción. Me detuve inicialmente en describir cómo – a escasos años de la caída del fujimorato – hoy en día tantos personajes vinculados al sistema de corruptelas de Fujimori y Montesinos se habían reciclado en el escenario de la política criolla, y habían vuelto a los sets de televisión esbozando la mejor de sus sonrisas. Cómo una serie de prácticas y estrategias típicas del régimen de los noventa se reeditaban sin mayores complicaciones, por ejemplo, con el caso de la huida de Crousillat, y su difícilmente “implacable” persecución. En fin, más de un analista escéptico se pregunta si no habremos vuelto a nuestra crepuscular “normalidad política”.

Dije que los ciudadanos son parte del problema o parte de la solución. Estamos acostumbrados a contemplar lo que sucede en la política como si fuésemos espectadores de una función teatral (a menudo de género tragicómico), pero no intervenimos como agentes. Sin embargo, la agencia política requiere de espacios. El primero es, por cierto, el abierto por los partidos políticos. Sabemos, no obstante, que estos están en crisis, que la mayoría de ellos no cuenta con una matriz ideológica clara, que no están efectivamente organizados, que carecen de presencia nacional y que no por lo general siguen procedimientos democráticos en lo relativo, por ejemplo, a la renovación de liderazgos. Es común hoy en día que – en tiempos pre-electorales – individuos se paseen por diversos movimientos y partidos a la expectativa de lograr una curul en el congreso. Si no encuentran un lugar interesante aquí, prueban por allá. O pensemos en la patética (pero no infrecuente) situación en la que un “experimentado” político pone “su” partido “a disposición” del outsider de turno, ante la posibilidad que esto le reporte beneficios políticos. Así no se fomenta la institucionalidad, evidentemente. Ni se hace política en sentido estricto.

Los foros de la sociedad civil constituyen espacios para la actividad ciudadana. Es cierto que no podemos hablar en sentido estricto de la existencia de un sistema plenamente democrático sin partidos políticos sólidos, pero tampoco podemos hacerlo si carecemos de una sociedad civil organizada. No se trata de espacios de representación o de administración del poder, al menos en el sentido moderno de esta expresión. Son espacios de vigilancia y control democrático tanto como espacios de construcción de opinión pública. Hasta ahora, la agenda de la transición se plantea y discute en estos escenarios – universidades, ONG, comunidades religiosas, sindicatos, etc. – en parte porque se trata de uno de los lugares propicios para ello, en parte porque los partidos que tienen representación parlamentaria no tienen mayor interés ni en el sistema anticorrupción ni en los derechos humanos. Hay que reconocer que estas instituciones han mantenido vivo el debate sobre estos asuntos, y creo que eso es algo que hay que saludar.



II



Leo con preocupación que se ha suscitado un nuevio conflicto entre un sector de la jerarquía católica y un sector del gobierno. El cardenal Cipriani ha solicitado públicamente al Presidente de la República que el ministro de salud Oscar Ugarte sea cesado de su cargo a causa de la controversia sobre la llamada “píldora del día siguiente” (AOE). Tal invocación ha sido interpretada como una ingerencia de una autoridad eclesiástica en el espacio político, específicamente secular. La pradera no ha tardado en arder: Ugarte ha replicado que la actitud del prelado constituye un atentado contra la autonomía del presidente García. Nuevamente, la necesaria separación entre los fueros de la Iglesia y del Estado – un principio democrático-liberal básico, que asimismo posee resonancias bíblicas – se plantea como tema de discusión pública.

Se ha dicho con razón que las políticas públicas en materia de salud no son de carácter confesional, que vivimos en un Estado laico y en una sociedad plural. El Estado legisla y diseña políticas que tienen como destinatarios a todos los ciudadanos peruanos, los que creen en una religión puntual o en otra, y los que no tienen confesión alguna. Apelar a, por ejemplo, a la idea de un supuesto "influjo real" de la Iglesia católica en la sociedad peruana no legitimaría, en ningún caso, saltar la frontera entre los dos fueros, como a veces sugieren algunos políticos tradicionales locales. Ello no significa, por supuesto, que representantes de diversas religiones no deban pronunciarse sobre temas reproductivos o temas morales de otra índole en los espacios propios de sus comunidades religiosas particulares, a través de la prédica o la reflexión teológica, o teológico-moral. Están en todo su derecho y en ejercicio de su rol. Los creyentes deliberarán y asumirán una posición personal sobre la materia (me permito recordar que la libertad de conciencia es un principio cristiano, lo digo como creyente). Sólo un arrebato conservador de mala retórica podría sugerir que ello implica condenar ese mensaje al silencio; lo único que se recuerda es que el locus de enunciación del mismo es la comunidad religiosa puntual. El problema emerge cuando una autoridad eclesiástica se pronuncia como tal y pide airada el retiro de un funcionario público. Dicha actitud es juzgada como invasiva respecto del espacio público, como un acto de presión en un ámbito completamente externo al fuero eclesiástico; una cosa es dirigirse a los creyentes en el templo y referirse al tema moral de la AOE - incluyendo criticar al ministro - y otra muy distinta solicitar ante los medios el despido inmediato de un ministro. En una sociedad democrática, ambos fueros están estrictamente delimitados, de modo que el punto de vista de una autoridad religiosa en el ámbito público constituye la respetable opinión de un ciudadano. Ya hemos discutido este tema antes desde la filosofía política - comentando un manifiesto fundamentalista bastante deficiente - y hemos sostenido que la separación de política y religión resulta beneficiosa para la salud de la política y para la salud de la propia fe.

Los temas vinculados al plano reproductivo son delicados y siempre lo serán. He comentado antes que, en principio, soy expresamente contrario al aborto por razones ético-filosóficas y también soy partidario del derecho de todos a una información completa en materia de sexualidad. También creo que esta clase de ácida confrontaciones no han considerado la distinción democrática de fueros, y no contribuyen en absoluto a generar un debate informado sobre la corrección o incorrección las políticas de salud. Creo que esta clase de incidentes sólo enturbian el panorama y soslayan el tema de fondo. El tema de fondo es 1) si la “píldora del día siguiente” es abortiva o no, si tiene efectos negativos sobre el óvulo fecundado (como se sabe, el aborto está prohibido en el Perú); 2) si las investigaciones de la Organización Mundial de la Salud en torno a la pastilla – que sostienen que ésta no es abortiva – deben ser tomadas en cuenta para revisar el fallo del Tribunal Constitucional y distribuir gratuitamente o no la píldora. Lo que queremos saber finalmente es si la AOE es o no abortiva. Se trata de un tema de discusión estrictamente científico que trasciende completamente el juego de fuerzas entre la autoridad eclesiástica y el ministro: es o no es abortiva, la respuesta no es política, es científica. Las respuestas a estas dos preguntas determinarán el sentido de las políticas de salud sobre el fármaco en cuestión. El lamentable intercambio de palabras quedará, en ese sentido, en el terreno de las anécdotas de nuestra siempre convulsionada arena política. Será el propio Estado el que tome la decisión sobre la distribución de la AOE.



Actualización:


Interesantes reflexiones de Raúl Zegarra sobre este tema aquí y aquí.


Actualización 2:


Véase este artículo de Augusto Álvarez Rodrich sobre el aparente apoyo del Cardenal a la candidatura de Kouri, a partir de su crítica a introducir el tema de la decencia y la corrupción en el debate electoral.


El tema de la ética pública - a nuestro juicio muy personal - siempre será crucial para saber cómo votar. No podemos sino discrepar en esta materia. Necesitamos recuperar la densidad ética en la política.


21 comentarios:

Cesar Z. dijo...

Hola Gonzalo:

Fuera de la argumentación de principios en las que podemos estar de acuerdo, hay un problema. Lamentablemente, hubo una sentencia del TC sobre el tema y el ejecutivo y el ministro no se pueden zurrar en ella, asi nada mas. Esto desde el ámbito del Derecho, supone un abierto desacato a la vinculación de las sentencias del TC, maxima instancia nacional.

Lo contrario, sería decir mañana, no nos gusta tal o cual sentencia del TC -por mas lamentable que ella sea- y no la cumplo, con lo cual las competencias del Estado Social y Democrático de Derecho segun la Constitución, quedan totalmente tergiversadas.Habria en todo caso, que forzar respuestas mas creativas a sentencias que yerran como la hace esta acerca de las pildoras.

POr lo pronto, mas que una respuesta sincera del Ejecutivo, parece una pantalla armada para enfrentar a dos organos del Estado, con el ingrediente adicional del inefable Monseñor Cipriani -juraria que hasta ha sido calculado por el presidente-.

Saludos,

CZG

Gonzalo Gamio dijo...

Hola César:

Habría que ver si alguna evidencia científica puede llevar a revisar el fallo del TC (que a su vez cambió su propia posición de manera extraña).

Saludos,
Gonzalo.

Uriel dijo...

Hola Gonzalo:

Dentro del espacio publico la deliberacion debe ser un ingrediente esencial. Pero en las esferas de la justicia comparto la tesis de Walzer, que debe haber una separacion. La iglesia y el estado, por historia del peru y latinoamericana, han estado unidos, muchas veces la agenda politica lo ha marcado la iglesia en vez del estado. Creo que en esta discusion el concepto de "comunidad" es importante para poder entender y delimitar los ambitos del creyente (y el de otras confesiones religiosas) como el de no. Un creyente puede no aceptar la "pildora del dia siguiente", pero no lo podemos imponer a otros. El tema del aborto es complicado, pero es preferible "legalizarlo", en determinadas circunstancias. Porque le concierne al cuerpo de la mujer y quien mas que soberano del propio cuerpo (como decia Mill) que la mujer. Aparte es necesario discutir el termino "persona". Desde cuando un embrion lo es y desde cuando no. De esa manera podemos tener criterios razonables para poder deliberar. Particularmente me inclino a favor. Pero seguido de una educacion sexual debidamente informada.

Ricardo Milla dijo...

Estimado Gonzalo:

Para que te diviertas un poco: http://ricardomilla.blogspot.com/2010/04/reflexiones-santas-el-ministro-y-el.html

Como te dedicas tanto a mí últimamente creo que te encantará lo que leerás.

Bueno tu escrito. "Ayuda" a la polémica.

Saludos afectuosos en esta semana santa,
tu amigo Ricardo.

Anónimo dijo...

¿Estás asumiendo un discurso cientificista? ¿crees en una ciencia neutral?

Gonzalo Gamio dijo...

No y no. He visto que en un blog se señala esto, en medio de una cantiflada inninteligible e insufrible que intenta comprometer vanamente el nombre de Heidegger y Wittgenstein, autores que deberían conocer mejor. Lo que digo es que lo que queremos saber los ciudadanos y los creyentes es si la AOE es abortiva o no. Si es negativa para con el óvulo fecundado, impide la anidación o bloquea la posibilidad de la fecundación. Eso deben explicarlo los especialistas - los científicos naturales -, y no lo vamos a encontrar en manuales de otras disciplinas. Sobre esa base, discutamos las consecuencias políticas y legales. El enfrentamiento está fuera de esa cuestión. El aborto está prohibido en el Perú, y yo lo rechazo en principio por consideraciones éticas. Incluso se sugiere que se desprende de lo que digo una serie de disparates que no tienen ninguna conexión con lo que he dicho. Algunos blogueros no sólo se han "despedido de la verdad", sino también de la lógica. Harían bien en buscar el buen consejo de sus maestros - que sí saben del tema - y no perder el tiempo vanamente.

He reflexionado sobre este tema desde la separación democrática entre Iglesia y Estado, y como creyente. Hay quienes sostienen erróneamente que un cristiano no puede discrepar en ningún caso con alguna autoridad eclesiástica, p.e., algún obispo. Una prueba más que de doctrina cristiana - y sobre el Evangelio - poco o nada saben. Que inviertan su tiempo en documentarse.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Ricardo:

Publico tu comentario sólo por observar una conducta democrática; publicar los comentarios.

Mi 'respuesta' ya está implícita en mi comentario anterior.

Si por dedicarme a tí entiendes mi crítica a tu post sobre las FFAA de Brasil y los DDHH ¿Cómo crees que no iba a criticar esa enorme barbaridad? ¿O a tu presencia en las enciclopedias virtuales?

Deberías escuchar a tus maestros. El tonito insolentón sólo podría justificarse si tus argumentos fueran más rigurosos y consistentes, pero no es el caso. Me atribuyes cosas que no digo ni se desprenden de lo que digo (sobre el aborto o la "neutralidad"), y lo de ser cristiano y no tener derecho de discrepar con las autoridades religiosas, por favor, ni en la edad media (pregúntale al prof. Donofrio) ni en el contexto evangélico (pregúntale a algún biblista reconocido); esa ausencia de discrepancia no tiene nada de cristiana. Discrepar no significa ofender. Incluso en los casos en los que discrepo con alta intensidad, lo hago recurriendo aargumentos; no es el caso de tu post, mira cómo te refieresa Álvarez Rodrich o al propio García, por ejemplo.

No sería mala idea que profundices más en Wittgenstein y Heidegger (allí está tu maestro, que puede ayudarte muy bien con ellos).

Concéntrate en el estudio, con serenidad. Aprovecha tus cursos y dedícate a ellos.Y después hablamos.

Saludos,
Gonzalo.

Susana dijo...

Gonzalo, yo al señor Ricardo Milla hasta le recomendaría un taller de escritua. Sus problemas no son solo de fondo (los más importantes y evidentes), sino también de forma... que horrible escribe!!!!

Gonzalo Gamio dijo...

stimada Susana:

Es cierto. Además de problemas de fondo y de razonamiento, hay dificultades con la redacción, y genuinos problemas de lectura básica (elemental) de aquello que pretende cuestionar.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

De acuerdo.

Lo que me parece absurdo es que haya quien piense que defender los DDHH, la CVR o la autonomía y el pluralismo en la PUCP equivale a hablar en contra de "la persona de alguna autoridad". Aquí nos pronunciamos sobre principios, no procedemos ad hominem. Nos guiamos por argumentos y valoraciones, no por adhesiones o diferencias respecto de personas.

La causa de los DDHH, la memoria crítica y la excelencia y libertad académicas de la PUCP son PRINCIPIOS. He sostenido que los DDHH son pautas de civilización que trascienden las tiendas políticas, lo mismo que recuperar la memoria del sufrimiento del inocente. Creo que una universidad debe ser un recinto de saber y libertad, sin restricciones ajenas a su condición de universidad. La PUCP es mi Alma Mater (y también la de mi padre y hermanos, dicho sea de paso), estudié allí la carrera y la maestría. Enseño como profesor allí desde 1999 (desde 1992, si contamos el tiempo de Jefe de Práctica). Quiero una PUCP plural y abierta al pensamiento crítico, como siempre lo ha estado. Estoy comprometido como Docente y como ex alumno con esos valores.

En ocasiones, esta defensa de principios puede generar discrepancias con otras posiciones, incluso discrepancias agudas. Sin embargo, la defensa incondicional de los principios tiene prioridad si se quiere ser coherente como ciudadano y persona. No voy a dejar de pensar como pienso, ni voy a cambiar por concesiones de tipo autoritario, completamente ajenas a mis ideas y a mi credo. Estoy comprometido de modo irrenunciable con la expresión firme, clara y dialogante de las discrepancias que generen mi adhesión a los DDHH, la memoria y la autonomía universitaria.

Este blog es y será un espacio para la defensa reflexiva de estos principios.

Saludos,
Gonzalo.

Uriel dijo...

Hola Gonzalo:

Sobre el tema de la "pildora del dia siguiente"(AOE). No creo que se la deba mirar desde el prisma de la fe. Sino de la reflexion y critica, en buena medida desde los argumentos. La fe tambien pero debe quedar restringida al ambito de las comunidades cristianas. Y el creyente si esta en contra del AOE, es respetable, pero no puede coaccionarlo al no-creyente.

Suiguiendo con el dialogo. Me gustaría saber como sería el embrió un "ser identificable"?. ¿Se le podría otorgar ser titular de derechos? y ¿Que tipos de derecho serían?. Derecho a la vida, podría ser. Pero si es así entonces todo ser vivo ser tendría ese derecho (hasta las hormigas) pero. ¿Porque sería preferible la vida del embrion a la de otros animales? Si en esa etapa del desarrollo son iguales?. ¿No habría una "santificacion" de la vida humana? Segun las ultimas discusiones dentro de las leyes esta permitido el "aborto terapeutico" en determinadas circunstancias.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Uriel:

De acuerdo con lo primero. El tema de la AOE debe ser abordado desde un punto de vista científico, y ético y legal. Los argumentos religiosos tendrían que plantearse en los contextos religiosos. Pueden aportar a la conciencia de los creyentes, pero en modo alguno ser vinculantes como tales para la política pública.

El embrión humano es identificable como tal - no es parte del cuerpoi de la madre como lo es un riñón o el paladar -, y se le atribuye derechos por tener de manera potencial capacidades distintivamente humanas. No es el caso de las hormigas.

El cuidado de la vida humana - su valor intrínseco - es un principio liberal fundamental. De hecho, sin esa "santificacion de la vida humana" como la llamas, no logras llegar a los restantes derechos y libertades individuales.

Como decía, por principio estoy en contra del aborto. Es preciso - por supuesto - examinar cada caso, el TC ha discutido algunos que sería importante examinar.



Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Alan dice que no debatirá en público el asunto de la pastilla de marras.

Gonzalo Gamio dijo...

Es seguro que la próxima reunión del gabinete será explosiva.

Creo que lo que la filosofía podría aportar es una discusión conceptual sobre la distinción entre Religión y política, su historia, sus alcances, sus nudos.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

El blog Sagrada Anarquía interviene en este debate sobre el pluralismo y el confesionalismo en materia religiosa y política.

http://sagradaanarquia.wordpress.com/2010/04/04/no-todo-el-que-me-diga-senor-senor-entrara-en-el-reino-de-los-cielos-mt-27-21/

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Hola, profesor Gonzalo:
Fui uno de sus alumnos, hace dos años aproximadamente. Y siempre me quedó claro que la autoridad está en el mejor argumento y eso es lo que hace usted en su blog. Solo quiero dar una "opinión" sobre el tema "Cipriani-Ugarte" relacionado con la píldora del día siguiente.
He leído los post relacionados al tema de la intromisión de Cipriani en temas propios del Estado y el pedido de separación de un ministro, en los diferentes blogs “filoblogsofia”= (una barbaridad) “sagrada anarquía”= (alguien que piensa rigurosamente) y el suyo que me sigue educando a pesar de la distancia.
1. Antes de todo, soy religioso y he visto la posición que toma J. Cipriani con el ministro Ugarte, simplemente una vergüenza, deja mucho que desear como para considerarle un Pastor y Primado, no es que quiera ofender a la investidura, pero se está entrometiendo en un campo que no le corresponde, al sugerir que separen del cargo a un ministro que argumenta bien su posición basándose en la ciencia. Mientras que Mons. Cipriani lo hace más desde una posición política-personal, que no representa a la iglesia católica (como lo dijo en su momento Mons. Bambarén), por su parte Ugarte sabe lo que dice como profesional y está en pleno derecho de hacerlo. Yo soy católico y estoy en contra del aborto, como todos ustedes, pero es una ignorancia mayúscula no dejar el espacio correspondiente a la ciencia sobre el tema en cuestión.
2. Y creo que ya es tiempo en que la separación iglesia-estado, sea de hecho; el estado tiene que ser laico-democráticamente, porque sino la balanza se inclinará a favor de unos y dejará de lado a otros y eso no es justo, como sucede actualmente aquí en el estado de Israel. Esta separación estoy de acuerdo que se dé, pues es el mejor favor que haría inclusive a la misma iglesia, solamente así se sabrá quienes son la pantalla barata del cristianismo y quienes en realidad saben dar razón de su fe.
Saludos

Gonzalo Gamio dijo...

Gracias por expresar tu punto de vista. Bienvenido a este debate, como son bienvenidos todos aquellos que se han formado una opinión sobre el tema.

Lo que sí te pediría es que evites los calficativos personales y te concentres en los argumentos. De lo contrario, el diálogo no avanza.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Gonzalo:

Es tan divertido cuando respondes así. (Tengo derecho a la diversión.) Me parece bien. Se agradece por la lectura y los consejos.

Saludos,
Ricardo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Ricardo:

Qué gusto que te diviertas. Daría más gusto todavía que aprendieras algo de este asunto, de la indignación de mucha gente - no sólo mía - frente a la virulencia y a la poca responsabilidad con la que tocas ciertos temas delicados. Creo que no te das cuenta de la seriedad del asunto.

La filosofía no es un divertimento, tampoco el tema en discusión. Primero dices que te comprometes con la vida, y luego que no hay que tomar en serio el asunto. Y sales con una actitud como esa al final. De acuerdo con lo que dices,siguiendo tus propias indicaciones, habrá que no tomar en serio tus ideas en el futuro.

Saludos,
Gonzalo.

Freud dijo...

No hay nada que hacer Gonzalo. Eres el Messi de los blogs de izquierda moderada. Hasta a Aldito le sacas roncha.

Gonzalo Gamio dijo...

Jajajaja. No se si lo dices con cachita o no, pero es un comentario simpático y te lo agradezco jajaja.

Saludos,
Gonzalo.