domingo, 30 de diciembre de 2012

LA UNIVERSIDAD Y EL ESTUDIO PLURAL DE LA TEOLOGÍA




Gonzalo Gamio Gehri

Se ha dado a conocer – a través de un comunicado firmado por el Rectorado de la PUCP – la cuestionable (y poco 'navideña') decisión del Cardenal Juan Luis Cipriani de no renovar el mandato canónico de los profesores del Departamento de Teología de la Universidad. Lamentable decisión, pues, hasta donde se sabe, no se han hecho explícitas las razones espeíficas para excluir de la docencia a diez profesores de notable desempeño en sus materias, cultores de una teología plural y dialogante con el mundo y con la academia. Se trata de profesores completamente identificados con la PUCP, sus valores y su historia; en muchos casos, dictan clase desde los años sesenta. La PUCP es su hogar. Sólo se ha emitido una declaración general que no alude al caso particular de cada uno de los teólogos, sino al enfrentamiento con la Universidad.

El documento de la Universidad sostiene acertadamente que la medida es “infundada e injusta”. Resulta arbitraria, en tanto no se la justifica puntualmente- siendo en principio de carácter individual, y no colectiva - ni se han sieguido los pasos correspondientes (aviso, comunicación previa a los afectados, derecho a la defensa, amonestación, de existir un motivo probado, de acuerdo con los procedimientos y reglas vigentes). Completamente injusta, porque los profesores han desarrollado su labor docente en estricta observancia de los principios de la actividad científica y en conformidad con el espíritu del Evangelio y el magisterio de la Iglesia. Algunos comentaristas conservadores sugerirán que la medida podría deberse a que los teólogos de la PUCP son en su mayoría próximos al desarrollo de las teologías inductivas, en particular la teología de la liberación. Hay que responderles que la Iglesia universal ha señalado en fecha reciente que la teología de Gustavo Gutiérrez no está reñida con el Magisterio de Roma. Indicamos, además, que si esta fuera la razón para apartar a estos diez teólogos de la cátedra, esta medida se hubiera puesto en vigor muchísimo tiempo atrás, desde que Monseñor Cipriani fue elegido Arzobispo de Lima, por ejemplo. Sin embargo,  en catorce años, los teólogos de la Universidad han desempeñado su labor sin mayor  interferencia.

En parte, las declaraciones aparecidas hoy aclaran la situación. Esta desafortunada decisión debe ser interpretada en el contexto del conflicto existente entre el Arzobispado y la PUCP. El talante y la oportunidad de la medida hacen pensar que se trata de un intento más por ahogar y desestabilizar a la PUCP. Que esta notificación haya llegado al mediodía del día 21 de diciembre – en el preciso momento en el que la Universidad cerraba sus puertas por un mes – parece fortalecer dicha hipótesis. De ser cierta, simplemente pondría al descubierto un espíritu nada conciliador ni dialogante, un especial encono que procura debilitar a la Universidad aún al costo de sacrificar la formación teológica de los estudiantes en un espacio académico valioso.. El día de hoy aparecen en diversos medios de prensa declaraciones del Cardenal en las que sostiene que resultaría contradictorio que en la PUCP se dicte teología. No obstante, este argumento resulta altamente discutible. Se presupone falsamente que el dictado de la teología requiere un contexto de confesionalidad conservadora, cuando realmente la teología es una disciplina científica que tendría que tener un lugar en una institución universitaria (tanto si es religiosa o secular). Se confunde así, me temo, la teología con la catequesis o con el simple adoctrinamiento. No se toma en cuenta la situación de los teólogos involucrados en esta funesta decisión - se les perjudica y vulnera sus derechos en nombre de un juego de fuerzas político -, todos ellos de una incuestionable vocación intelectual y espiritual. Por otro lado, la medida va en contra del espíritu de la propia Iglesia Católica, que promueve sumar – y no restar – espacios en los que se pueda discutir rigurosamente la Revelación y el lugar del cristianismo en la cultura moderna, así como entablar un diálogo fecundo entre la razón y la fe. No tiene ningún sentido bloquear  la investigación teológica en una Universidad de calidad como la PUCP .

El comunicado indica que se establecerán los mecanismos para resolver el problema en lo relativo a lo académico. De momento, no se dictarán los cursos teológicos en el siguiente semeste 2013-I.  El documento recuerda además que, si bien el arzobispo capitalino tiene la potestad de renovar o no la licencia de los teólogos, los estatutos no le permiten tener injerencia alguna en el diseño del plan de estudios o en la contratación de docentes. Tiene el derecho de retirar o asignar la autorización, pero tendría que sustentarse - más allá de la pretensión de someter a la Universidad en una suerte de "estado de sitio" -; el formalismo aquí parece haber primado sobre el espíritu. La medida cardenalicia resulta deplorable porque coincide en el tiempo con el inicio de los trámites para convertir la Universidad San Ignacio de Loyola en una “universidad católica”, iniciativa que parece una simple estrategia de marketing, tratándose de una universidad que constituye un negocio más, una empresa en la que la única voz y decisión que cuenta de manera inapelable es la del dueño, y no una institución democrática basada en el consenso de las autoridades elegidas con participación de docentes, trabajadores y estudiantes. No se entiende qué relevancia puede tener para la Iglesia y para la comunidad intelectual  convertir la USIL en una universidad católica. Esta iniciativa parece, efectista y exclusivamente estratégica.

Como profesor y antiguo alumno de la PUCP, me entristece esta medida que aleja de las aulas – contra su voluntad – a notables académicos y personas de bien, teólogos plurales que, siguiendo el legado espiritual del Concilio Vaticano II, plantean un diálogo fecundo entre el cristianismo, las ciencias, y las concepciones del mundo y la sociedad. Estoy convencido de que esta medida daña profundamente a la Iglesia, institución que plantea la reflexión teológica no en términos de una conversación entre quienes piensan del mismo modo, sino que promueve dicha reflexión en el marco de un diálogo que convoca a todos los saberes y perspectivas racionales que acogen el llamado del lógos. Mi solidaridad y cariño con los teólogos de la PUCP. La Universidad – estoy absolutamente seguro – reconoce el valor  de su trabajo y su amor por la institución.

17 comentarios:

Alfredo P. dijo...

Es contradictorio que una universidad que dejó de ser pontificia y católica y que está en abierta rebeldía con la Iglesia, pretenda continuar con la enseñanza de la Teología.
Conociendo de la uniformidad ideológica que ahora impera en el campus del Fundo Pando, seguramente reemplazarán esos créditos con cursos de materialismo histórico.
Es patética la situación a la que una minúscula argolla a llevado a la ex-PUCP, por el bien de la universidad, ya es hora de que se vayan.

Aaron dijo...

Maestro, me entristece muchísimo pensar que los futuros cachimbos no llevarán clases con Felipe Zegarra, en EE.GG.LL. :(

Gonzalo Gamio dijo...

Anónimo:

Si, yo también lo lamento, y espero que exista una salida en conformidad con el pluralismo de la PUCP.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Alfredo:

Para variar, sólo deslizas ideas absurdas e infundadas, llenas de veneno.

1) Tanto en la Iglesia local como en la universal,el asunto de la carta y el decreto no ha finalizado y hay cosas por aclarar.

2) La teología es una ciencia, no es catequesis. Incluso se dicta en universidades civiles. Así que incluso bajo tu hipótesis, no sería contradictorio.

3) Nunca se ha dictado materialismo histórico en la PUCP. Deja de desinformar y de repetir los comentarios a las noticias de "Correo".

Deja de comportarte como un troll. Trata de hablar con fundamento, por una cuestión de respeto al lector.

Anónimo dijo...

tambien han retirado la licencia al padre simons, ya que el enseñaba en la PUCP? que injusticia.

Angel San Bartolomé dijo...

Así la PUCP no fuese católica, la iglesia está en la obligación de difundir la fe católica, en este caso através de los cursos de teología a miles de alumnos de la PUCP, o es que al cardenal no le interesa ampliar su rebaño.

Gonzalo Gamio dijo...


Cierto. La medida no es nada evangelizadora, en absoluto. Se ha priorizado lo "político". Se trata - considero - de una medida incoherente con el espíritu del cristianismo,

Anónimo dijo...

Me sorprende la mano dura y persecutoria de algunos padres de la Iglesia.... me sorprende porque cuando se trata de casos de abusos sexuales contra menores bien callados se quedan y actúan con la lentitud más propia de una tortuga. Por ejemplo basta ver los años de impunidad de Marcial Maciel, sólo después de más de 50 años de abuso contra menores el Vaticano le prohibió ejercer.Para esas cosas el magisterio actúa lenta y piadosamente, pero para otras -como se trata del conflicto con la PUCP donde hay intereses económicos- despliegan un arsenal de artimañas impresionantes para lograr su cometido.

Susana dijo...

Alfredo P no sabe lo que dice. Efectivamente la teología es una disicplina que se dicta en muchas universidades del mundo, religiosas y laicas. No es pastoral ni es catecismo. Que diría del Departamento de teología de Fordham, universidad jesuita donde estudie. Solo por citar unas ideas de su departamento de Teología: "Systematic Theology engages Roman Catholic theology in historical and contemporary eras, while also facilitating the study of Orthodoxy, Protestantism, and other religious traditions and worldviews. In addition to classical topics (such as theologies of God and Christ), the Systematic Theology program enables students to focus on ethics, ecclesiology, ecological theology, feminist theology, liberation theology, liturgical theology, Orthodox theology, philosophical theology, and Catholic social thought."

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Susana:

Efectivamente, ESO es Teología, y no la prédica doctrinaria que sugiere Alfredo P. Ojo, él está repitiendo algo que declara el propio Cardenal, asumiendo esa posición tan discutible.

Un abrazo,
Gonzalo.

Alfredo P. dijo...

Ni siquiera el comunicado oficial de lo que todavía funciona en el Fundo Pando (ex - pucp) desconoce que al arzobispo le asiste el derecho de autorizar o no los cursos de teología en su diócesis.

Finalmente, ¿cuál es el documento de la Iglesia que autoriza la difusión de la denominada Teología de la Liberación?, (más bien Teología Marxista de La Liberación)

Gonzalo Gamio dijo...

1.- Según los documentos de la PUCP, el obispo no autoriza "os cursos de teología en su diócesis", sino brinda o no la licencia individual de quienes lo dictan.

2.- Hace unos años, la Conferencia Episcopal anunció en un documento que Roma había oficializado que la revisión de los textos de G. Gutiérrez había finalizado, y que la teología de la liberación de G. Gutiérrez no estaba reñida con el Magisterio. Gutiérrez publicó su ensayo "La koinonía eclesial" en una importante revista romana.

Alfredo P. dijo...

La medida del arzobispo Cipriani está amparada en el artículo 103 de los estatutos vigentes de la universidad que todavía funciona en el Fundo Pando y en el concordato firmado en 1980 entre la Santa Sede y la República del Perú, según el cual los profesores de ciencias religiosas deben contar con el consentimiento del obispo local. Y es el resultado obvio del decreto del Vaticano que en julio prohibió a la institución el uso de sus títulos de Pontificia y Católica.
En la Iglesia la enseñanza de la teología está estrictamente normada. Ningún maestro puede enseñar cualquier cosa y sostener que es religión católica. Para hacerlo, sobre todo en un centro educativo, debe tener un permiso de la autoridad competente, casi siempre el obispo del lugar. Es ese el “mandato canónico”.

Gonzalo Gamio dijo...


1.- Efectivamente, los documentos facultan al obispo quitar la licencia a cada profesor de Teología. Pero eso no lo exime de ofrecer razones y seguir procedimientos muy claros de acuerdo con las reglas canónicas vigentes. No ha sido el caso.

2.- La razón no puede ser que "el pleito con la PUCP hace contradictorio que se dicte teología allí", porque) esa es una medida que no tiene que ver con la medida individual señalada arriba,
porque teología no es catequesis ni "religión", e incluso se enseña en universidades no religiosas. Se trataría de una medida política que no se condice con los procedimientos sobre la materia.

3.- Los profesores de la PUCP no enseñaban "cualquier cosa", son intelectuales de trayectoria que contaban con todos los pergaminos y licencias del caso.


Alfredo P. dijo...

" La razón se basa en lo incoherente que resulta que sacerdotes católicos enseñen Teología en una universidad cuyas autoridades no desean ser “Pontificia” ni “Católica”, y cuya situación es de enfrentamiento con la Santa Sede. No se trata, pues, de una prohibición a los sacerdotes para dictar cursos o una anulación del mandato canónico, sino de una NO RENOVACIÓN de las licencias canónicas docentes."

http://www.agrupacionrivaguero.org/2013/01/sobre-la-no-renovacion-de-los-mandatos.html

Gonzalo Gamio dijo...


Reitero, se dicta teología incluso en muchas universidades seculares. Pero, al margen de ello, la "No renovación" es un procedimiento de carácter individual que supone una serie de pasos que no se han dado. Por ello, los afectados pueden apelar la decisión ante Roma e incluso plantear otros mecanismos en la clave de los derechos fundamentales.

El punto de vista del Grupo Riva - Aguero constituye una posición más en el debate, como ésta y otras.

Anónimo dijo...

. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
EN LA CONDUCCION DIARIA

Cada señalización luminosa es un acto de conciencia

Ejemplo:

Ceder el paso a un peatón.

Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.

Poner un intermitente

Cada vez que cedes el paso a un peatón

o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.


Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.


Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.


Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años