viernes, 21 de diciembre de 2007

EL FALSO "MEA CULPA" DE FUJIMORI




Gonzalo Gamio Gehri

Como se sabe, el perdón es una categoría práctica de gran relevancia para la ética (y en ocasiones para la política). Constituye una "donación repentina, asimétrica e irreversible" de parte de quien ha sufrido alguna injusticia o lesión de su dignidad e integridad. Hannah Arendt - quien mejor ha trabajado el tema desde la filosofía política - sostiene que es una forma de rehacer el pasado, de modo que la víctima pueda superar el daño padecido y recuperar su condición plena de agente. "La posible redención del predicamento de irreversibilidad", señala, "- de ser incapaz de deshacer lo hecho aunque no se supiera, ni pudiera saberse, lo que se estaba haciendo - es la facultad de perdonar".
Hay que considerar que el perdón constituye una acción genuina susceptible de realizarse plenamente bajo tres condiciones: 1) que la única persona que puede otorgarlo efectivamente es la propia víctima; 2) que la dinámica propia del perdón no suspende ni bloquea la acción de la justicia; 3) que el perpetrador sólo puede aspirar a ser perdonado si reconoce sinceramente su responsabilidad frente al daño infligido, y carga con las consecuencias éticas, políticas o judiciales que el caso involucra.
En esta perspectiva, el pretendido mea culpa de Fujimori frente a los asesinatos de Barrios Altos y La Cantuta son meras estrategias judiciales y ocurrencias dramatúrgicas. El ex dictador no se ha dirigido seriamente a los deudos de las víctimas - que siguen siendo hostilizados por la portátil de Kenyi, e incluso la abogada defensora acaba de ser amenazada de muerte -, no acepta su responsabilidad frente a los hechos, ni siquiera ha explorado verbalmente la gravedad del daño producido. En cambio, ha pretendido "justificar" la nefasta Ley de Amnistía que dejó en la calle - con invitación al olvido - a los asesinos. Ha intentado asímismo justificar las políticas antisubversivas de su gobierno, señalando que se le procesa por "veinticinco muertes", en contraste con "la vida de veinticinco millones de peruanos", que supuestamente "salvó". Dejando a un lado la megalomanía implícita en esta declaración, la sóla pretensión de "poner en la balanza" una cifra y otra, y pretender que determinados "logros" garanticen la impunidad, deja al autócrata fuera de cualquier elemento de la cultura de los Derechos Humanos (aunque parezca grotesco, la misma argumentación la encontramos en Jaime de Althaus, quien falsamente se percibe a sí mismo como un "liberal").
Quien pretendió amnistiar a sus comandos de la muerte (a partir de una ley redactada por el propio Montesinos) ahora suspira ante cámaras por obtener "perdón". Como se sabe, las amnistías constituyen una inaceptable perversión del perdón, en tanto los gobiernos o los parlamentos usurpan la potestad exclusiva de las víctimas con el fin de obtener impunidad para los perpetradfores. A su vez, hoy Fujimori pide perdón para obtener impunidad. Que la justicia no debilite su brazo en este proceso. Sabemos que Fujimori tiene 'buenos' amigos en Palacio de Gobierno, en el Congreso, en la CONFIEP, he incluso en lugares de la capital que se pretenden "sagrados". En ese sentido es una pésima señal el que el canal estatal - perteneciente a todos los peruanos, y no sólo a quienes tienen carnet aprista - se haya negado a transmitir este juicio tan importante ¿Se trata de alguna clase de favor "político"? Que la ciudadanía vigile atentamente la marcha de los acontecimientos.
(La caricatura es de Valois)

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Gonzalo,
El perdon es también una experiencia psicológica fundamental, sin la cual no hay futuro. Solo a través del perdón, en el sentido en que tu lo pones (efectivamente, al ser una experiencia psicológica viene exclusivamente de la vÍctima) las personas logran procesar su poasado y librarse de algún modo de sus ataduras para construir un futuro saludable y seguir con su vida. Esto, tal como tu dices, no tiene nada que ver con los caminos que debe seguir la justicia.
Me encantó tu mensaje de navidad del post siguiente y aprovecho también para dejarte mis mejores deseos para ti, tu familia y tu blog!

Gonzalo Gamio dijo...

MUCAHAS GRACIAS, Susana, por tus agudos comentarios sobre el perdón.

¡Feliz Navidad para tí y para Paulo!

Un abrazo,
Gonzalo.

Alfredo P. dijo...

Es un rasgo sintomático de la parcialidad de derechohumanistas es que siempre tienen en la punta de la lengua palabras como "perdón" o "reconciliación" para referirse a los terroristas de SL o del MRTA, llegando así al extremo de incluir a varios terroristas de SL como "víctimas" de la "violencia política" en aras de la "reconciliación", pero se nieguen en todos los idiomas a aplicar estos conceptos a quienes -de una forma equivocada- lucharon contra ese enemigo salvaje que era SL, derrotándolo.
Esos terroristas incluidos en el malogrado monumento del campo de marte de Jesús María en aras del "perdón" y la "reconciliación",¿fueron perdonados por sus víctimas para poder estar ahí?. Creo que no: a los ciudadanos nunca se nos consultó respecto a la inclusión de los nombres de estas personas en un monumento público ubicado en un espacio público; fue una vanguardia iluminada la que usurpando la voz de la ciudadanía y la de las víctimas de estos terroristas la que los incluyó allí
La ideología derechohumanista sufre de "hemiplegia moral" y por eso la mayoría de los peruanos le a dado la espalda .

José Talavera dijo...

Y dale con lo mismo. El señor Alfredo P. se pasea por todos los blogs sembrando confusión con su tesis de la "ideología derechohumanista" pero nunca argumenta. Y cuando uno cuestiona su postura, responde con evasivas.

El marxismo es una ideología, el anarquismo es una ideología, el liberalismo es una ideología, cada uno propone un modelo de vida, de sociedad, de Estado, de sistema económico, cada uno ofrece una interpretación del mundo. ¿Hace eso el supuesto "derechohumanismo"? Argumentos, sr. Alfredo, no solo palabras vacías.

Gonzalo Gamio dijo...

El Sr. Alfredo P. ha escrito un comentario "multiusos", que ha publicado intacto en el GCC, y vuelve a publicar aquí. La respuesta de S. Frisancho me parece básicamente certera: nuestro amigo Alfredo no parece entender lo que lee ¿En dónde he dicho yo que los terroristas "deben ser perdonados" o que "debemos reconciliarnos con ellos"? Don Alfredo ve fantasmas donde no los hay. Debería leer un poquito el Informe de la CVR - le garantizo que no le será dañino leerlo - para que se de cuenta que allí no se habla de perdón, y que la que se reconcilia es la sociedad. Los terroristas y los malos militares deben ser castigados por la justicia, como corresponde.

Saludos,
Gonzalo.

José Talavera dijo...

Me consta, he visto esas palabras, practicamente en el mismo orden, en varios blogs.

En estos días el diario La Razón ha mencionado a Alfredo P. como un "colaborador". Vaya afinidad

Alfredo P. dijo...

Amigo, yo no cambio de opinión como cambio de blog con el cursor.
Y no soy colaborador de ningún diario, simplemente expreso una opinión personal, si ofendo a alguien el titular del blog está en todo su derecho de censurarme.