martes, 10 de mayo de 2011

EL NOBEL Y EL CARDENAL














EL NOBEL Y EL CARDENAL








Gonzalo Gamio Gehri






El último artículo de Mario Vargas llosa publicado en El País – titulado La hora de la verdad – constituye un nuevo capítulo en el ácido debate que protagonizan el laureado escritor y el cardenal Cipriani en torno a la verdad histórica respecto de la actitud de este último frente a la defensa de los derechos humanos durante el conflicto armado interno y los vínculos del arzobispo con el régimen autoritario fujimorista. El autor de La fiesta del chivo escribió la nota en respuesta a un artículo de Cipriani publicado una semana antes en El Comercio, titulado Los irrenunciables derechos humanos, en el que el cardenal intenta justificar la famosa frase ofensiva que dirigió contra la Coordinadora de Derechos Humanos en tiempos en los que ejercía el cargo de obispo de Ayacucho; en el mismo escrito, Cipriani sostiene que se opuso a las esterilizaciones forzadas perpetradas por el gobierno de Fujimori. Vargas Llosa replica con fuerza desde la primera línea del texto, presentando con recia claridad sus impresiones sobre el asunto del texto y sobre el personaje en cuestión:






“Aunque no soy creyente, tengo muchos amigos católicos, sacerdotes y laicos, y un gran respeto por quienes tratan de vivir de acuerdo con sus convicciones religiosas. El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, en cambio, me parece representar la peor tradición de la Iglesia, la autoritaria y oscurantista, la del Index, Torquemada, la Inquisición y las parrillas para el hereje y el apóstata, y su reciente autodefensa, Los irrenunciables derechos humanos, publicada el 1 de mayo en Lima, justifica todas las críticas que en nombre de la democracia y los derechos humanos recibe con frecuencia y, principalmente, de los sectores católicos más liberales”.







Efectivamente, Los irrenunciables derechos humanos es un texto de autodefensa que, entre otras cosas, pretende mostrar que la célebre grosería no estaba dirigida a los derechos humanos, sino a la Coordinadora, una organización que reunía a diferentes instituciones defensoras de los derechos humanos en tiempos de violencia. El escritor quiere mostrar que – aunque ese haya sido el caso – la frase no podría encontrar ningún contexto feliz o afortunado, dado que se recurre a ella para rechazar una particular encarnación social de la defensa de los DDHH a través de un organismo que cumplió un importante rol en una época de crueldad e indolencia. Una época en la que el Estado no percibía la protección de los derechos humanos de las víctimas como una causa prioritaria, o la observaba con evidente sospecha.





“En su texto, (Cipriani) desmiente que dijera jamás que "los derechos humanos son una cojudez" (palabrota peruana equivalente a la española gilipollez) y afirma que, en realidad, a quien aplicó tal grosería fue sólo a la Coordinadora de Derechos Humanos, una institución dirigida por una ex religiosa española, Pilar Coll, que durante los años de las grandes matanzas perpetradas por la dictadura fujimorista llevó a cabo una admirable campaña de denuncia de los crímenes, torturas y desapariciones que se cometían con el pretexto de la lucha contra Sendero Luminoso. (La Comisión de la Verdad, que presidió el ex rector de la Pontificia Universidad Católica del Perú, Salomón Lerner, ha documentado estas atrocidades)”.





Es verdad que en el Informe Final de la CVR se puede encontrar información sobre la disposición negativa de las autoridades eclesiásticas de Ayacucho respecto de la defensa de los derechos humanos emprendida por estas instituciones, así como respecto al bloqueo de las acciones de la Oficina Arquidiocesana de Acción Social de Ayacucho de Carlos Schmidt<!--[if !supportFootnotes]-->[1]&lt;!--[endif]-->, y del propio CEAS (organismo de la Iglesia Católica). Como el tema es controvertido y genera pasiones, sugiero que el lector se remita a las fuentes documentales que el propio IF CVR evoca – pueden encontrar las referencias precisas allí -, para formarse un juicio propio respecto de los hechos que el Informe describe y que respaldan las aseveraciones de Vargas Llosa en este tema particular. En todo caso, la labor de la Coordinadora y la gestión de Pilar Coll han sido destacadas en diferentes publicaciones y foros internacionales. El punto de Vargas Llosa en torno a la CNDH es bastante claro y está documentado. Es cierto que la prensa fujimorista y un sector ultraconservador de la “clase política” suele deslizar la insinuación ofensiva de que la Coordinadora “no se ocupaba de los derechos de todos”, pero este es un agravio que no resiste el más mínimo análisis. Cualquier objeción en esta materia debería esforzarse por sustentar su posición con argumentos y datos históricos verificables para que la discusión pueda ser fructífera y transparente.


Líneas abajo, el novelista enfoca su alegato en el tema de las esterilizaciones forzadas:




“El cardenal Cipriani desmiente, además, que durante la dictadura hubiera guardado silencio frente a uno de los crímenes colectivos más abyectos cometidos por Fujimori y sus cómplices: la esterilización, mediante engaños, de unas 300.000 campesinas a las que, por orden del dictador, los equipos del Ministerio de Salud ligaron las trompas o castraron, asegurándoles que se trataba de simples vacunas o de una medida que sólo temporalmente les impediría concebir. ¿Cómo es que nadie se enteró en el Perú de que el arzobispo había encontrado reprobables estos atropellos? Porque en vez de protestar públicamente ¡se limitó a hacerlo en privado, es decir, susurrando con discreción su protesta en el pabellón de la oreja del dictador!”.




Quien se opuso valientemente a estas esterikizaciones ilegales fue el recordado monseñor Augusto Vargas Alzamora. Vargas Llosa se concentra en el tema del apoyo que la causa fujimorista recibe de parte de diferentes personajes asociados con el conservadurismo religioso en la actual campaña electoral. Considera una contradicción que el Cardenal le pida no intervenir en el debate político expresando su opinión (e invitando a otros a compartir sus argumentos) y que – a su juicio - el propio obispo haga lo mismo, interviniendo en los temas políticos desde el púlpito o manifestando gestos que tienen una clara lectura política de tipo electoral. Del mismo modo, ya en otro orden de reflexión, lamenta que algunos políticos que son al mismo tiempo militantes católicos – concretamente, Martha Chávez, una de las cabezas visibles del fujimorismo - se comprometan con una perspectiva política contraria al equilibrio de poderes y la autonomía del poder judicial (cosa que era moneda corriente en la década de los noventa).




“El cardenal no suele ser tan discreto cuando se trata de protestar contra los preservativos y no se diga el aborto, o, para el caso, contra quienes en esta segunda vuelta de las elecciones peruanas apoyamos a Ollanta Humala. Por ejemplo, por haberlo hecho yo, me ha amonestado de manera estentórea y nada menos que desde el púlpito de la catedral de Lima, durante un oficio. Me ha pedido "más seriedad" y ha clamado que cómo me atrevo a dar consejos por quién votar a los peruanos. El cardenal está nervioso y olvida que todavía hay libertad en el Perú y que cualquier ciudadano puede opinar sobre política sin pedirle permiso a él ni a nadie. (Claro que las cosas cambiarán si sale elegida la señora Fujimori, la candidata a la que él bendecía en aquel mismo oficio en el que me prohibía opinar).




No sólo el arzobispo de Lima se excede en estos días de campaña y guerra sucia en el Perú. Una connotada fujimorista, también del Opus Dei, como monseñor Cipriani, Martha Chávez, ha amenazado públicamente al presidente del Poder Judicial, el doctor César San Martín, eminente jurista que presidió el Tribunal que condenó a 25 años de cárcel a Fujimori por crímenes contra los derechos humanos, con esta frase profética: "Tendrá que responder en su momento".





El intercambio escrito ha sido notablemente intenso. El lunes último, el Cardenal Cipriani ha respondido escuetamente al escritor. Ha señalado a El Comercio que cada uno tendría que mantenerse en el espacio de su actividad, y, sorprendentemente, ha llamado la atención sobre el agnosticismo de Vargas Llosa. “Yo pienso que cada uno está en su lugar. Yo soy el Cardenal y el Arzobispo de Lima, él es un premio Nobel de Literatura. Si salimos de nuestro sitio, nos equivocamos. Él dice que no es creyente y me parece que eso ya es suficiente. Muchas gracias”. No se entiende qué significaría la invocación a que ninguno de los dos personajes se “salga de su sitio” ¿Aludirá acaso a qué un novelista debería ocuparse solamente de la ficción literaria? ¿Estaría sugiriendo que un no creyente no debería intervenir en un tema de discusión que tiene elementos teológicos? Nada de esto queda claro. Tampoco se entiende en qué sentido podría ser relevante para esta discusión el hecho de que Vargas Llosa no sea creyente, especialmente si el tema de la verdad es un asunto que – como ha sido destacado tantas veces – interesa por igual a creyentes y a no creyentes. La cuestión de la reconstrucción de la historia del conflicto no constituye un asunto religioso, concierne a la ética pública e involucra a todos los ciudadanos. Vargas Llosa, como cualquier ciudadano, tiene derecho a hacer públicas sus reflexiones y acciones políticas - incluido apoyar una candidatura -, así como discrepar con cualquier otro ciudadano haciendo uso de los canales que una sociedad democrática establece para ello. Y quienes estén en desacuerdo con él, pueden hacer lo propio. Esa es la dinámica del espacio público democrático. Se trata de un espacio horizontal, simétrico: nadie está excluido de antemano del debate cívico, y la única autoridad a la que puede invocarse en su interior es la del mejor argumento.


En fin. Lo que si tenemos claro es que es altamente probable que este debate continúe por otras vías. De una u otra manera, este accidentado intercambio de opiniones y razones pone nuevamente sobre el tapete - quizá en algunos casos, a regañadientes- la importancia ética y política del tema de la recuperación de la memoria en nuestro país. Un tema que ha sido condenado al silencio por un sector importante de la autodenominada "clase dirigente", que prefiere dejar las cosas como están bajo el burdo pretexto de "mirar hacia el futuro".



Actualización 21-5-2011:


El clero de Lima emite un comunicado en favor del cardenal Cipriani, en contra de lo dicho por MVLL. Me parece lamentable que se pretenda responder argumentos y opiniones con comunicados de adhesión. Si se discrepa con Vargas Llosa, que se conteste su artículo ofreciendo razones, no haciendo espíritu de cuerpo, o pretendiendo silenciarlo aludiendo falazmente a su agnosticismo. Tampoco tiene sentido soslayar los hechos históricos que han sido materia de discusión.

Actualización 23-5-2011:

El comunicado del clero limeño ha sido leído en varias misas el día de ayer.Se pretende presentar falsamente las críticas de MVLL como "ataques". Realmente lamentable: los argumentos se contestan con argumentos, y en el espacio público, no en el templo.





(1) Comisión de la Verdad y Reconciliación (Perú), Informe Final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación Tomo III, p. 292.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Sinceramente no entiendo a Vargas Llosa. Dice defender la libertad de expresión, critíca a los dictadores pero apoya a un dictador que suprimirá las libertades que tanto dice creer. ¿Qué tipo de mutación liberal es?

¿Además no se tiene que defender los derechos humanos sea donde sea y no importa quien los cometa? Ollanta también tiene denuncias a los derechos humanos. Madre mia no es cualquier cosa. ¿Si no defendemos los derechos humanos de las personas afectadas por Ollanta, entonces que estamos defendiendo? ¿En que nos estamos convirtiendo?

Antes se podía distinguir quien era "amigo" y quien "enemigo" para usar algunos terminos paleoconservadores. Ahora ya no se puede distinguir quien es quien. Pasa lo mismo que decia Orwell al final de la "Rebelión en la Granja"

Anónimo dijo...

Por lo menos los paleoconservadores son más honestos al mostrar su apoyo abiertamente a Keiko y al criticar los derechos humanos.

Pues a veces los derechos humanos se tiene que suspender ante conflictos entre la teoria y la práctica, siempre y cuando se trate de resolver los conflictos particulares que contradicen a los propios derechos humanos por ejemplo: el aborto, en los casos de violacion con muerte, el suicidio, etc. Y que no se me diga que no es caso para los filósofos, claro que si!. Porque al no analizarlo estaríamos escribiendo sobre la nubes!

Gonzalo Gamio dijo...

En principio, los DDHH básicos (a la vida, a no ser torturado, a no ser esclavizado, al debido proceso)no se suspenden, y si eso se hace desde el poder, se asume las consecuencias de atentar contra los derechos de las personas. Sobre ese punto encontrará material abundante en este blog.

En principio, Humala no es dictador. Ni siquiera ha sido elegido. Si aparecen nuevos indicios sobre lo de Madre Mía habrá que asumir una actitud convergente con la defensa de DDHH, pero hasta donde se sabe, el juez San Martín archivó el caso por razones que hizo públicas en su momento.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Te olvidas de los policías muertos en Andahuaylas. Eso es un atentado tan atroz y aberrante hacia los derechos humanos como lo hizo Fujimori.

Mejor es el voto en blanco.

Gonzalo Gamio dijo...

No me olvido. Antauro Humala está preso por esos crímenes.

No te aconsejo votar en blanco; si no quieres respaldar a ninguno, vicia tu voto.

Saludos,
Gonzalo.

Alfredo P. dijo...

MVLL es un genial escritor, pero sus intervenciones en la política han sido lamentables, no sólo apoyó a las dictaduras de Castro y Velasco en el pasado, sino que ahora apoya al candidato que representa el mayor peligro para la democracia y la prosperidad de los peruanos -el nacional-humalismo- por puro odio y rencor, pues parece que hasta ahora no le pasa la pica por haber perdido la elección del 90.
También es patética la "toma de posición" de las oenegés derechohumanistas por el nacional-humalismo, es evidente que para estos colectivos, los "derechos humanos" son sólo herramientas al servicios de sus intereses políticos.

Gonzalo Gamio dijo...

Falacia clara a la vista. Que MVLL haya tenido patinadas juveniles no significa que sus argumentos contra el artículo del cardenal Cipriani sean falsos.

Carlos Rojas dijo...

¿Acaso MVLL no utiliza falacias en su texto? En el siguiente texto ¿acaso no hay falacias ad hominem ofensiva? "El cardenal Juan Luis Cipriani, arzobispo de Lima, en cambio, me parece representar la peor tradición de la Iglesia, la autoritaria y oscurantista, la del Index, Torquemada, la Inquisición y las parrillas para el hereje y el apóstata, y su reciente autodefensa.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Carlos:

Bueno, ese es el párrafo de introducción, en el que MVLL expresa su parecer, que pretende fundarse en lo que dice luego.

Muchas de las cosas que dice - sobre el tema DDHH, las esterilizaciones, la relación con el fujimorato, etc. - se sostienen en argumentos sólidos.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Ollanta aun no es un dictador, claro está. Pero lo será y cuando suceda ya será muy tarde. Claro su hermano está preso, pero hay pruebas razonables que muestran que ayudó a planificar la toma de la comisaría de Andahuaylas. Alegar que el no tiene responsabilidad en este hecho criminal, es como decir que Hitler es inocente del genocidio de los judíos y que Fujimori nada tiene que ver con la cantuta y barrios altos ni las estirilizaciones forzadas.

¿Debemos darle alguna credibilidad al Juez San Martin al mostrar su abierto apoyo a Humala? Ademas hay casos concretos en donde la gente de Humala soborna a los testigos de Madre Mia. Todo puede ser muy bonito legalmente, pero otra cosa es cuando sucede sn que nadie lo vea.

Sinceramente yo no quiero un país gobernado por las hordas violentas de los Humalistas.

Felizmente no votaré por el porque de aqui a 4 años cuando el Perú sea como Venezuela, y el Comandante cierre varios medios de comunicación amparandose en un mal usado lenguaje izquierdista y populista, podré estar con mi conciencia tranquila y diré que yo no voté por el!.

Sigo sin entender a nuestra clase "pensante" o "intelectual" al preferir a Humala.

Gonzalo Gamio dijo...

Lo del Andahuaylazo dista mucho de ser aclarado con solvencia, pero no tiene sentido hacer "predicciones" sobre el futuro democrático de Humala. Respecto del fujimorismo tenemos evidencias de que construyó un gobierno tiránico, corrupto y violador de derechos. No parece haber dejado sus antiguos métodos, mira las amenazas contra "La primera", cómo siguen el patrón de amedrentamiento del SIN fujimontesinista.

Saludos,
Gonzalo.

Augusto dijo...

Qué poca visión la de Alfredo P. respecto de MVLL. ¿Habrá leído Alfredo P. algunas de las obras de MVLL para decir que las "intervenciones (de MVLL) en la política han sido lamentables"? (Por lo menos "Conversación en la Catedral?).Alfredo P. que se ufana de criticar a los "puro odio" está demostrando que él es al final el "puro odio", por su falta de tolerancia y su uso intestino de adjetivos. Mientras que Gonzalo ofrece argumentos y mensajes claros, algunos responden con adjetivos y puntería al mensajero.
Sin embargo, es bueno este intercambio por lo menos para la catarsis de muchos.
Otra cosa: Gonzalo tiene razón que el espacio público es el lugar de la discusión ciudadana en pos del "mejor argumento". Es el ideal. Pero en sociedades multiculturales con racionalidades distintas habría que trabajar aún sobre lo que significa "mejor argumento" (tema muy del debate contemporáneo que seguro debe intensificarse).
Augusto