jueves, 26 de mayo de 2011

CORTAR EL NUDO







Gonzalo Gamio Gehri


Hace casi una semana, La República informó acerca del uso de la Misa católica – en algunas parroquias limeñas administradas por sacerdotes diocesanos – para leer en público el comunicado público que el clero de Lima habría firmado en respaldo del Cardenal Juan Luis Cipriani y en rechazo a los cuestionamientos señalados por Mario Vargas Llosa. El diario presentó los vídeos que registraban el hecho como prueba, e indicó que la lectura del documento en los templos obedecería a ‘órdenes superiores’. El caso me parece sumamente preocupante. Ya Monseñor Luis Bambarén ha expresado su malestar al respecto, en tanto se trata de un rito dirigido a propósitos espirituales que nada tienen que ver con la exposición de diferencias ideológicas o de proyectos políticos.

El hecho me preocupa profundamente como ciudadano y como creyente. Esta situación refuerza lamentablemente la imagen autoritaria de las personas en cuestión y, acaso, daña la imagen de la propia comunidad católica local, por las razones expuestas por Bambarén: si se insistía tanto en difundir tal comunicado, que se organice una conferencia de prensa. La Misa encuentra su sentido en la lectura y la prédica del Evangelio, en la actualización de los misterios de la última cena, no en la toma de posición frente a un intercambio de impresiones sobre temas que están fuera del terreno de lo estrictamente litúrgico y espiritual. Pero, más allá de lo dicho por el obispo emérito de Chimbote, creo que hay un asunto de fondo que es preciso señalar. No tiene sentido contestar un artículo de opinión con un comunicado de adhesión. Efectivamente, el texto de Vargas Llosa se expresaba duramente sobre el rol de Monseñor Cipriani en Ayacucho y acerca de sus simpatías fujimoristas, pero al mismo tiempo se esforzaba por sostener sus juicios con argumentos y citando fuentes. Creo que cualquier respuesta tendría que cumplir con exigencias similares. Responder con otro artículo en el mismo medio de prensa, no recurrir a documentos de otra naturaleza, o apelar a la autoridad y a "cerrar filas" en nombre del una suerte de 'espíritu de cuerpo' que parece desacreditar toda forma de crítica. O pudo usar su programa radial sabatino, en el que se refiere a aquellos con quienes discrepa llamándolos "caviares", invocando la terminología de los diarios fujimoristas. Lo de la Misa y la lectura del comunicado se sitúa fuera de los márgenes del debate público. La confrontación argumentativa en un medio de comunicación constituye una manifestación al interior de lo que se llama esfera de opinión pública, un espacio para la formación y emisión del juicio ciudadano. No tiene sentido desconocer los argumentos del interlocutor calificándolos simplemente de meros agravios.

Alguien podría objetar que, en tanto las opiniones del escritor peruano ponían en tela de juicio la actuación de una autoridad eclesiástica, este intercambio ha excedido el terreno de la esfera pública. No creo que tal observación pueda sostenerse con solidez (no puedo evitar llamar la atención acerca de que ekklesía significa “asamblea”, y que la propia Iglesia – particularmente en sus inicios – contaba con no pocos elementos del espacio público). No sólo esta discusión nació en la esfera pública, sino que el tema mismo del debate pertenece a la esfera pública. Las consideraciones sobre la conducta de la jerarquía eclesiástica de Ayacucho durante los años del conflicto armado interno son un asunto de interés ciudadano, no un asunto de carácter religioso (por eso no tiene sentido alegar que como el novelista no es creyente, entonces “no tendría vela en este entierro”). Tiene que ver con el ejercicio del legítimo derecho a la verdad que podemos invocar los ciudadanos (y particularmente las víctimas) frente a esa trágica etapa de nuestra historia. He comentado que, en el plano de los datos y el de los hechos (la actitud frente a la Coordinadora de Derechos Humanos, el incomprensible bloqueo al trabajo de CEAS, el cierre de la Oficina Arquidiocesana de Acción Social de Ayacucho que dirigía Carlos Schmidt, etc.), creo que Vargas Llosa tiene la razón. Y lo mismo sobre el tema de la intervención en la campaña electoral. No tiene sentido contradecir a los hechos (más precisamente, “los fenómenos”, ta phainómena), como diría Aristóteles.

Cuando confrontamos argumentos sobre cuestiones importantes en la esfera pública, generamos nudos argumentativos, que sólo son posibles de desatar recurriendo a las leyes de la lógica y a la remisión a los propios objetos de experiencia compartida que interpretamos y examinamos. La esfera pública es un espacio propicio para el trabajo de la razón (en el sentido de lógos), no para las apelaciones a la autoridad. Hacemos mal intentando acallar las voces que resuenan en el espacio cívico con escuetas expresiones de adhesión o de rechazo en lugares en los que la réplica y el diálogo no son prácticas comunes (desde hace un tiempo largo, no desde siempre). Los nudos argumentativos se desatan, no se cortan. No tiene sentido pretender emular fallidamente a Alejandro el Magno, recurriendo al filo de su espada para resolver el famoso nudo gordiano. «Es lo mismo cortarlo que desatarlo», dijo el rey en aquella ocasión. Intentaba con ello justificarse, dado que hasta sus propios soldados percibían su acción como un gesto de prepotencia.





Actualización: Un polémico post sobre el tema en Sagrada Anarquía.




La imagen viene de aquí.

14 comentarios:

Jorgesp dijo...

Saludos Gonzalo

Interesante post, sin embargo el presupuesto de la separacion de esferas, la publica y la privada, esta siendo asumido como premisa para ambas partes, cuando en efecto no lo es mas que para una. En ese sentido, queda claro que para personas con un bagaje liberal, esta diferencia esta muy marcada y por tanto no cabe la irrupcion de la esfera privada dentro de la publica, ni viceversa, sin embargo no es lo mismo apreciarlo desde una vision catolica.

El catolicismo presupone la union de ambas esferas, en tanto los "sujetos privados" no son mas que los mismos "sujetos publicos" que deben ser guiados hacia la salvacion. Por ello, lo publico y lo privado no harian mas que respetar el marco etico que el catolicismo imponga.

Esta NECESIDAD de unifcacion de las esferas, fue precisamente aquella que Locke tomaba en cuenta al escribir en sus cartas sobre la tolerancia, que los catolicos, NO debian ser tolerados. Ello en tanto no eran capaces, por el propio concepto de unidad del sujeto en ambas esferas, de mantener alejada la influencia del papa en asuntos que le competian al estado.

En tanto soy catolico, considero que este tema, la separacion de las esferas, merece mas de un debate que aun no puede decirse zanjado.

Un abrazo!

Jorgesp

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Jorge:

La separación entre lo religioso y lo político, más allá de ser una distinción "protestante", constituye un principio básico de la democracia liberal. No digo "público" y "privado", sino tal vez estatal / no-estatal. El peligro de la "unidad" fue en el pasado, abrir la puerta a las diversas inquisiciones.

Si incluso nos mantenemos en un registro católico progresista, e insistimos en ekklesía como asamblea, lo más correcto es contestar argumentos con argumentos, no con un comunicado de adhesión que sólo podría revelar "espíritus de cuerpo".

Un abrazo,
Gonzalo.

Sánchez dijo...

Por favor.. El mismo Vargas Llosa, tú y muchos políticos e intelectuales constantemente firman manifiestos de adhesión a una causa o de repudio a otra. No veo por qué el clero no pueda hacer lo mismo. Hay una doble moral para juzgar los actos.

Dicho sea de paso al margen de la simpatía o antipatía que pueda generar Cipriani, este enfrentamiento iniciado por Vargas Llosa ha sido muy torpe desde el punto de vista político si es que quería ayudar a Humala. Lo único que ha hecho es restarle votos.

Gonzalo Gamio dijo...

Sánchez:

No hay doble moral, favor de releer el post. El asunto es no contestar los argumentos con comunicados que soslayan el tema central - la conducta de la jerarquía eclesiástica ayacuchana durante el conflicto armado interno -, además de apelar a la autoridad y a un espíritu corporativo, de obediencia, y también el uso dé la Misa católica para fines no religiosos.

Dicho sea de paso, este intercambio no fue iniciado por MVLL. Confrontar pues la cronología de los textos.

Saludos,
Gonzalo.

Augusto dijo...

Hola Gonzalo:
Muy plausible aclarar que un argumento debe ser combativo por otro argumento y no por manifestaciones de "minoría de edad" como las "obedientes" acciones de cierto sector cural. Por otro lado, me parece bien tu afirmación de que la esfera pública es el lugar para la razón; pero, esto es válido si consideramos que la esfera pública responde a un público homogeneo, monocultural. Y ¿qué pasa con otras formas de manifestación en un país multicultural? Creo que la esfera pública en contextos multiculturales deben tener presente a la razón, pero también al símbolo, al arte, e inclusive a las identidades culturales que no compartirían del todo la base ilustrada de lo público. Por supuesto, es un asunto polémico.
Augusto

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Augusto:

Gracias por tu comentario. Entendía la razón en términos de 'logos', articulación de sentido que podemos justificar de una manera amplia. Por supuesto, estoy hablando de una esfera pública intercultural, en la que puedan encontrarse dialógicamente las culturas y los credos.

Un abrazo,
Gonzalo.

Alfredo P. dijo...

¿conflicto armado interno?, en qué país viviste en los 80s y 90s, aquí en el Perú lo que hubo fue terrorismo por parte de grupúsculos de extremistas que querían convertir al país en una Kampuchea o en una nueva Cuba.
Ya basta de emplear eufemismos para relativizar el carácter terrorista de sendero luminoso u el mrta.

Gonzalo Gamio dijo...

Nuevamente buscas la sinrazón. Se trata de un término académico observante de los estudios de justicia transicional, para describir las situaciones de violencia generadas por los ataques de Sendero Luminoso y el MRTA - grupos criminales y terroristas - a la sociedad peruana, y (en determinados contextos) la represión estatal. No se usa "guerra", por una serie de precisiones conceptuales y consecuencias jurídicas no pertinentes que debes conocer.

Gonzalo Gamio dijo...

Otra vez Monseñor Cipriani interviene en la campaña. Habla de Chávez, de Bolivia, de la marcha pro DDHH - que "se parece a la del 2000", dijo - y que los cartones habrían sido hechos en la PUCP. Por lo menos esta vez no recurrió al púlpito, sino a las cabinas de radio (mejor, porque sí es esfera pública), pero debería justificar sus insinuaciones y opiniones con argumentos como la esfera pública exige.

Anónimo dijo...

monseñor Cipriani ha defendido sus ideas con fuerza y sin complejos frente al Premio NObel. Habría que seguir su ejemplo de creyente convencido de Dios, y dejar las medias tintas.

Gonzalo Gamio dijo...

Anónimo:


Antes de defender con fuerza determinadas ideas, habría que examinar si las ideas son correctas y consistentes. Creer en el Dios cristiano implica observar la justicia y tratar con compasión a las personas que sufren. No tengo nada contra la convicción - al contrario -, pero lo que está en discusión no es por quién se toma partido y hacer barra (que es lo que pretende tu comentario), sino qué pasó con la Iglesia de Ayacucho en los años de la violencia.

Saludos,
Gonzalo.

Alfredo P. dijo...

Al igual que otros conceptos que provienen de la izquierda, “conflicto armado interno” no sólo es un concepto equívoco, sino que está plagado de contrabandos ideológicos: da a entender que lo que hubo en el Perú a partir de 1980 fue una “guerra civil” con bandos bien delimitados, con frentes definidos (como las guerrillas de centroamérica o la FARC de Colombia) y además con este concepto le da a los terroristas comunistas el status de “fuerza beligerante” según el derecho internacional. Incluso los mismos terroristas -oh qué casualidad!!- no se refieren a sí mismos como lo que son, terroristas, sino que ellos dicen que son “combatientes”.
La izquierda peruana a través de su CVR no sólo quiso imponer una memoria única, sino que quiere imponer incluso su lenguaje.

Gonzalo Gamio dijo...

No sé si atribuirlo a tu mala fe o al desconocimiento, pero no es cierto lo que dices. Se supone que como abogado tendrías que saberlo. Precisamente la teoría de la justicia transicional - que no tiene signo político - recurre a "CONFLICTO ARMADO" y no a "guerra civil" precisamente porque en casos como el peruano NO se le reconoce a los grupos terroristas el carácter de “fuerza beligerante”. La CVR también plantea lo que estoy indicando. Revisa siquiera la Introducción.

Jorgesp dijo...

Saludos Gonzalo

Me parece que se pierde de vista algunas definiciones que servirian mucho para definir el debate terrorismo vs conflicto armado interno/beligerancia.

Empecemos con beligerancia, la cual hace referencia a la actitud belica (ver la referencia beligerencia y la palabra latina "bellum") e implica unicamente participar en un conflicto. El derecho internacional humanitario ha incorporado este concepto a su dogmatica y le ha atribuido requisitos. Tales como el reconocimiento de la calidad de "grupo beligerante" por parte de sujetos del derecho internacional, el respeto por las reglas del derecho internacional humanitario, entre otros. Es decir, que si eres "beligerante" y cumples determinados requisitos, puedes ser considerado,ademas, sujeto de derecho internacional.

Si eres un sujeto de derecho internacional, inmerso en un conflicto dentro de un territorio "estatal" y te enfrentas a otro grupo en funcion de obtener el control de tal territorio, entonces estas en un "conflicto armado interno". Lo anterior, como se puede apreciar, implica todo un conjunto de requisitos formales y materiales por cumplir.

Sin embargo, el concepto terrorismo es, aunque parezca raro, menos complejo de definir. Terrorismo es una FORMA de actuar en contra de un enemigo, mediante la generacion de "terror" por medio de estrategias que no respeten el derecho internacional humanitario (Atacar civiles, matar soldados rendidos, etc). He ahi que en cualquier conflicto armado interno, se pueda llegar a aplicar terrorismo por cualquiera de los bandos.

Claro, es mas facil tachar al oponente como "terrorista" en su totalidad que como sujeto con respecto al cual te enfrentas. Pero acaso en la actualidad ¿no todos se acusan de lo mismo?.

Recordemos que durante la francia ocupada por los Nazis, los rebeldes utilizaron tecnicas que caian en el "terrorismo" para enfrentarse a los invasores. No digo, claro esta, que sendero no haya sido terrorista, JAMAS afirmaria eso. Fue un grupo que actuo de forma TERRORISTA y que llevó a cabo atrocidades. Sin embargo, un termino "conflicto armado interno" no excluye al otro "terrorismo".

Un abrazo

Jorgesp