viernes, 8 de agosto de 2008

RECORDANDO A MIGUEL DE UNAMUNO


UNA BREVE HISTORIA SOBRE EL VALOR FRENTE A LA INTOLERANCIA


Gonzalo Gamio Gehri

Vivimos en un país en el que sistemáticamente se destaca la “mano dura” y se observa con nostalgia los regímenes autoritarios, que supuestamente “saben” imponer el “principio de autoridad”. Esa fascinación antidemocrática por la fuerza y la autoridad la encontramos por igual en la extrema derecha y en la extrema izquierda. La encontramos por doquier, en los creyentes, en los ateos, en el deporte, en la vida diaria. Probablemente sea uno de los peores lastres de nuestra cultura política y moral. Erradicarla será – no cabe duda – una tarea grandísima y difícil. Una tarea contracultural en más de un sentido. Supondrá construir prácticas democráticas cotidianas en un ambiente que en principio le es hostil. Supondrá reescribir la historia poniendo el acento en nuestros extraños y breves episodios constitucionales, en contraste con la historia que se enseña en los colegios, centrada en las gestas militares, y en los gobiernos de facto. Supone también promover el liberalismo – tanto de derecha como de izquierda -, y fortalecer la sociedad civil. El período de transición democrática pudo marcar la pauta en esta dirección, pero dicho proceso fue parcialmente detenido bajo Toledo, y desmontado por García, que ha retomado los usos de la política tradicional.

Este “sentido común autoritario” domina buena parte de nuestra “clase política” y un sector importante de nuestra población. Incluso algunos intelectuales peruanos simpatizan abiertamente con ideologías explícitamente fascistas. Y eso no es un secreto para nadie: son los mismos que se inclinaron ante el fujimorato, los que hoy predican la "inexistencia" de los Derechos Humanos y postulan el ordo medieval como paradigma moral y político. El talante de un sector de la prensa – que combate abiertamente la causa de los Derechos Humanos, se prestó a la vil campaña difamatoria contra la CVR, la simpatía frente a la propuesta de la pena de muerte y hoy guarda silencio frente a casos como el de la matanza de Putis – pone de manifiesto su apoyo a estas facciones autoritarias. El reo Fujimori cuenta con numerosos adeptos – a pesar de contar ya con una condena, la primera de muchas – y parece cocinarse un acuerdo de gran envergadura con el gobierno actual: que un acusado por crímenes de lesa humanidad obtenga beneficios carcelarios en tres días debería convertoirse en un escándalo internacional. No se trata de denunciar esta situación – por demás conocida – sino de asumir nuestra condición de agentes políticos. Ejercitar la crítica y la deliberación cívica, no rehuir nuestra responsabilidad frente a estas oscuridades.

La actitud de Miguel de Unamuno frente al general Millán Astray en el Paraninfo de la Universidad de Salamanca siempre me ha parecido un ejemplo de profecía y de parresía. Un ejemplo de la auténtica virtud del hombre libre frente a esa cultura autoritaria que vocifera y sojuzga. Sigo la descripción del incidente elaborada por el historiador inglés Hugh Thomas. Era la Festividad de la Hispanidad (12 de octubre de 1936). José María Pemán declama un afectado discurso en el que ataca la diversidad cultural española – presente en el País Vasco y Cataluña – regiones que considera “cánceres en el cuerpo de la nación. El fascismo, que es el sanador de España, sabrá como exterminarlas, cortando en la carne viva, como un decidido cirujano libre de falsos sentimentalismos” (no hay que dejar de percibir la proximidad de este punto de vista con el discurso antiplurarista de cierto conservadurismo peruano).

Se escuchan entonces los cánticos y slogans que grita Millán Astray – lugarteniente de Franco – en diálogo con el auditorio: “¡Viva la muerte!" "¡España!"; "¡Una!", "¡España!" "¡Grande!". Los asistentes hacen el saludo fascista frente al retrato del dictador.

Entonces el filósofo – entonces Rector Emérito de Salamanca - responde. Primero exige respeto para vascos y catalanes (él era oriundo de Bilbao y el obispo de Salamanca provenía de Barcelona), pero luego encontramos la sustancia de su discurso, una encendida defensa de la vida en libertad.

"Estáis esperando mis palabras. Me conocéis bien, y sabéis que soy incapaz de permanecer en silencio. A veces, quedarse callado equivale a mentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia (….) Ahora acabo de oír el necrófilo e insensato grito "¡Viva la muerte!" y yo, que he pasado mi vida componiendo paradojas que excitaban la ira de algunos que no las comprendían he de deciros, como experto en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso que digamos esto con un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero desgraciadamente en España hay actualmente demasiados mutilados. Y, si Dios no nos ayuda, pronto habrá muchísimos más. Me atormenta el pensar que el general Millán-Astray pudiera dictar las normas de la psicología de la masa. Un mutilado que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, es de esperar que encuentre un terrible alivio viendo cómo se multiplican los mutilados a su alrededor."

Millán Astray se le acerca amenazante, gritando – para entusiasmo de los falangistas presentes -: "¡Muera la inteligencia! ¡Viva la muerte!". Pero Unamuno prosigue, sin atemorizarse ni retroceder.

"Éste es el templo de la inteligencia, y yo soy su sumo sacerdote. Estáis profanando su sagrado recinto. Venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta. Pero no convenceréis. Para convencer hay que persuadir, y para persuadir necesitaréis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil el pediros que penséis en España".

A los diez días, Unamuno fue destituido como Rector. Fue expulsado por el consejo corporativo municipal de Salamanca. Quien propuso esta vergonzosa expulsión fue el concejal Rubio Polo, quien justificó la medida de la siguiente manera:

"...por España, en fin, apuñalada traidoramente por la pseudo-intelectualidad liberal-masónica cuya vida y pensamiento [...] sólo en la voluntad de venganza se mantuvo firme, en todo lo demás fue tornadiza, sinuosa y oscilante, no tuvo criterio, sino pasiones; no asentó afirmaciones, sino propuso dudas corrosivas; quiso conciliar lo inconciliable, el Catolicismo y la Reforma; y fue, añado yo, la envenenadora, la celestina de las inteligencias y las voluntades vírgenes de varias generaciones de escolares en Academias, Ateneos y Universidades".

Este innoble alegato de Rubio Polo forma parte de la historia universal de la intolerancia y de la represión del pensamiento libre. Se parece a la defensa que algunos "prosistas criollos" hacen hoy día de la limitación de la autonomía universitaria por "razones doctrinales". Cualquier similitud con la pluma de ciertos espíritus antidemocráticos (y de cierta prensa) no es pura coincidencia.

Unamuno muere apenas dos meses después de este incidente, estando bajo arresto domiciliario por orden expresa del régimen franquista.

Creo que esta es una historia que no debemos olvidar. Especialmente hoy, especialmente aquí. En nuestro país, los devotos de Millán Astray (y los de Rubio Polo) no escasean. Necesitamos más Unamunos, qué duda cabe.

4 comentarios:

Gonzalo Gamio dijo...

Conviene examinar "La agonía del cristianismo" de este filósofo español.

Saludos,
Gonzalo.

Plaucio blog dijo...

Estimado Gonzalo, he enocontrado esta página siguiendo el rastro de Don Miguel, a quien me une bilbainía, formación universitaria, el amor por Salmanca... En cualquier caso sería muy interesante que si está usted de acuerdo tuviésemos algún contacto, sobre todo porque quizá quiera usted compartir algunas inquietudes. Yo también estoy en vísperas de ser doctor, yo en Historia. Trabajo en un colegio de Bilbao e impatrto clases en la UIniversidad para adultos interesados en temas monográficos de Historia española y del país vasco también concretamente. MI dirección es fenixorder@gmail.com. Puede consultar mi blog si quiere y juzgar lo que hay allí publicado, casi siempre a todo correr y como un vómito de algo que no aguanta dentro. www.estebangoti.blogspot.com

Un saludo

Plaucio blog dijo...

Estimado Gonzalo, he enocontrado esta página siguiendo el rastro de Don Miguel, a quien me une bilbainía, formación universitaria, el amor por Salmanca... En cualquier caso sería muy interesante que si está usted de acuerdo tuviésemos algún contacto, sobre todo porque quizá quiera usted compartir algunas inquietudes. Yo también estoy en vísperas de ser doctor, yo en Historia. Trabajo en un colegio de Bilbao e impatrto clases en la UIniversidad para adultos interesados en temas monográficos de Historia española y del país vasco también concretamente. MI dirección es fenixorder@gmail.com. Puede consultar mi blog si quiere y juzgar lo que hay allí publicado, casi siempre a todo correr y como un vómito de algo que no aguanta dentro. www.estebangoti.blogspot.com

Un saludo

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Esteban:

Para mí es un honor que haya dado con mi blog y lo haya encontrado útil. Encantado de establecer contacto con usted; Unamuno me parece un ejemplo de honestidad intelectual y probidad moral en su lucha por la libertad.

He visto su blog y lo encuentro muy interesante por los temas y por su tratamiento. Tiene usted muy buen oficio para escribir y rigor intelectual: se trata de dos virtudes académicas centrales. Será un gusto dialogar con frecuencia sobre temas comunes.

Un cordial saludo,
Gonzalo.