lunes, 7 de mayo de 2007

CONSERVADURISMO TEOLÓGICO, CONTRAMODERNIDAD Y POLÍTICA


APUNTES CRÍTICOS




Gonzalo Gamio Gehri


Para nadie es un secreto que en muchas instituciones católicas de formación humanística y teológica en el Perú y en América Latina (no todas; afortunadamente, tengo el privilegio de desempeñarme como docente en algunos centros de educación teológica plurales) se presupone – o incluso se considera ideológicamente como una “norma”– que debe impartirse la denominada philosophia perennis (el neotomismo, no la postura de Tomás de Aquino, a quien no se lo lee directamente, sino a través de manuales de “recta enseñanza”) como pensamiento único en la educación los filósofos y los teólogos (sean laicos o sacerdotes), y que debe asumirse que dicha doctrina es efectivamente “perenne” . No estoy de acuerdo. Se ha supuesto por demasiado tiempo que uno no puede ser a la vez un cristiano y un librepensador, lo cual me parece un profundo error en la teoría y una perspectiva mutiladora en la práctica, una carga demasiado pesada para el pensamiento que quiere esclarecerse sin cortapisas: la filosofía es un animal salvaje que habita los bosques y las montañas, y que no sobrevive en cautiverio. No se somete al yugo y a la domesticación. En este sentido, creo que la ‘inteligencia de la fe’ constituye una tarea importante que es preciso que sea acometida por aquel que ha elegido la fe, pero no creo que el lenguaje de la metafísica tradicional sea la única vía de expresión y planteamiento de este problema. Tampoco creo que sea la mejor. Pretendo bosquejar en futuros textos de este blog alguna pista acerca de lo que podría ser una “vía alternativa”.

Es un lugar común el hecho que la filosofía contemporánea – en su versión pragmatista tanto como fenomenológica – ha señalado las deficiencias teóricas del esencialismo. Me ocuparé de algunas de estas objeciones antimetafísicas aquí en este blog. Pero lo que suele pasar inadvertido es que esa antropología y cosmología desemboca muchas veces en una teoría política neomedieval, de pretendido carácter “fundacional” – con frecuencia llamada “metapolítica” – con claras connotaciones antidemocráticas, abiertamente contrarias a la cultura de los derechos humanos[1]. Que uno tenga derecho a discrepar respecto de la democracia es algo que no pretendo recusar, que cada cual elija sus convicciones de acuerdo a los dictámenes de su conciencia. Lo que rechazo es que se identifique sin más la suscripción de la fe con la adhesión a los principios del realismo metafísico y a la autodenominada “política reaccionaria”. La experiencia de fe no conlleva la obligatoria remisión de dicha experiencia al discurso teológico acerca del lógos óntico o la “doctrina de las dos espadas”. Más bien se trata de una invitación a la libertad de pensamiento y a la creatividad.

Por muchísimo tiempo, la cultura moderna ha sido vista por la ortodoxia cristiana – tanto católica como protestante – como eminentemente subversiva respecto del supuesto “orden natural de las cosas”. La autonomía del individuo, los logros de la ciencia natural, el republicanismo liberal, el igualitarismo y la secularización habían sido considerados auténticas afrentas contra Dios y contra el mundo y las instituciones que habían sido diseñados conforme a su Plan providencial. No obstante el Concilio Vaticano II ha modificado muchos de estos puntos de vista, la teología conservadora ha recobrado su fuerza en los últimos años. Para la perspectiva tradicionalista, la Ilustración habría impuesto – en su absoluta rebeldía - un pensamiento profano que alejaba toda la realidad creada de sus téle, sus propósitos últimos presuntamente fijados por su Hacedor. El hombre, como los demás animales, no podía sustraerse a los fines trazados conforme a su inmutable naturaleza, sin degradar su relación con la fuente de toda trascendencia. En razón de su ignorancia o de la corrupción de sus costumbres, el hombre podía actuar en contra de estos téle; no obstante, este comportamiento lo dejaba en situación de pecado, enemistad con su Creador.

En general, la correspondencia con este supuesto ‘orden objetivo e inmutable’ de significados constituía la pauta de los “grandes valores”: la verdad, la bondad, la virtud, inclusive la belleza (con frecuencia, esta visión de la realidad ha asumido, para legitimarse teóricamente, un vocabulario de inspiración “platónica” en una versión manifiestamente simplificada). Esta compleja cosmología metafísica y moral fue particularmente desarrollada en la cristiandad medieval, aunque algunas de sus variantes siguen siendo asumidas por cierta teología conservadora, así como por el autodenominado “pensamiento político reaccionario”, heredero de De Maestre y Donoso Cortés[2]. El universo se concibe como un sistema de especies, organizado jerárquicamente, de acuerdo con las formas (eide) que les dan sentido. Este ordo tiene un rostro político. Así como cada una de las criaturas ocupan un lugar fijo en el seno del kósmos, y cumple cierta función en él, los seres humanos cumplen un rol en los diferentes estamentos de la comunidad orgánica: unos trabajan la tierra o pastorean el ganado, otros hacen la guerra, otros dirigen el culto (y también la vida comunitaria)[3]. El lugar de cada uno en el mundo social es básicamente heredado y fundado en los lazos de parentesco; si cada uno realiza su labor de manera excelente, entonces la justicia ha sido honrada, y su Autor es glorificado como se debe. El célebre pensador conservador y orientalista Titus Burckhardt ha señalado de modo sucinto y contundente aquello que los apologetas de la figura del “orden natural” piensan respecto del vínculo sagrado entre el “sentido de las cosas”, el destino del hombre y la asignación de su rol social:



“En nuestros días son numerosos los que piensan que el hombre
realiza su verdadero destino en el trabajo, manejando una máquina. No: su
destino verdadero e integral, el hombre lo realiza cuando reza e invoca la
bendición divina, cuando dirige y combate, siembra y cosecha, sirve y obedece.
He aquí lo que conviene a la naturaleza humana”.
[4]


En la naturaleza rige Dios, el soberano rige en la comunidad, y la autoridad religiosa en el seno de la Iglesia, conforme Dios lo ha querido (puesto que - por definición - nada podría suceder sin que dependa de Su voluntad). Si la naturaleza se manifiesta estructurada conforme a una jerarquía de entes, el orden comunitario debe reflejar o reproducir tal estructura jerárquica. Desde este enfoque, la física moderna desencializa la naturaleza tanto como la política ilustrada desencializa la comunidad. La cultura moderna habría incurrido en una pavorosa hybris al proponer un universo sin télos y una sociedad sin tutores ni privilegios de sangre. Esta tesis se haya implícita en el discurso final de Carlos I antes de ser ejecutado en 1649. Para el rey depuesto, las libertades republicanas esgrimidas por los seguidores de Cromwell constituyen un despropósito que corroe el sentido de las cosas y desafía a la naturaleza – pues constituye un desafío a la justicia misma de Dios -, en tanto la ‘verdadera libertad’ consiste en la incondicional obediencia a la autoridad, y la conciencia de la propia ubicación en el esquema jerárquico:



"En verdad deseo su liberación y libertad tanto como quien fuere.
Mas he de deciros que su liberación y libertad consiste en que obtengan del
gobierno aquellas leyes que mediante las que su vida y sus bienes han de ser más
suyos. Y no, Señor, en tener parte en el gobierno, que es algo que no les
corresponde. Pues que súbdito y soberano son cosas claramente
diferentes."
[5]


La afirmación de la modernidad supuso una drástica transformación de la sede de sentido. Ya no es la referencia al orden divino, la naturaleza de las cosas o a la estructura inmutable de la comunidad orgánica lo que dota de significación o racionalidad a las acciones, enunciados o compromisos humanos – una suerte de ‘contacto exitoso’ entre lo infinito y lo finito, entre lo eterno y lo temporal – sino el ejercicio de las capacidades del agente humano, particularmente la facultad de razonar y juzgar, pero también las de imaginar y crear. Las lecturas monocordes de la cultura moderna concentran su análisis exclusivamente en la noción cartesiana de subjetividad y en la tecnociencia de Galileo y Bacon – por supuesto se trata de desarrollos decisivos para el proceso de modernización cultural – pero suelen olvidar que la modernidad es también romántica. El panteón mitológico moderno tiene un héroe en el hombre de ciencia independiente, pero también en el artista que constituye un “nuevo lenguaje” que re-vela de una forma original y poderosa el secreto las cosas de la vida. Novalis y Nietszche son tan relevantes para esta historia como Galileo y Copérnico. Todos ellos configuraron un nuevo sentido de la realidad, y defendieron su derecho a ser libres frente a distintos tribunales de intolerancia.






[1] Cfr. Hernando, Eduardo Pensando peligrosamente: el pensamiento reaccionario y los dilemas de la democracia deliberativa Lima, PUCP 2000 e Idem, Deconstruyendo la legalidad Lima, PUCP / ADP 2001.
[2] Para examinar una versión contemporánea – y criolla, además – de esta perspectiva, véase Hernando, Eduardo Pensando peligrosamente: el pensamiento reaccionario y los dilemas de la democracia deliberativa Lima, PUCP 2000; me he ocupado de una crítica detallada de esta posición ideológica en Véase Gamio, Gonzalo “¿Pensando peligrosamente?” en: Pensamiento constitucional Año VIII, Nº 8 pp. 465 -85.
[3] Véase Shklar, Judith El Liberalismo del miedo" en: Rosenblum, Nancy El liberalismo y la vida moral Buenos Aires, Nueva Visión 1993 p. 29.
[4] Burckhardt, Titus “Ser conservador” en El espejo del intelecto Barcelona, José J. de Olañeta Editor 2000 p. 39.
[5] Wedgwood, C.V., The Trial of Charles I London, Pocket edition, 1964, p. 217, citado en Dunn, John La agonía del pensamiento político occidental Cambridge University Press, 1996, p. 4 (las cursivas son mías).






Estas líneas constituyen las primeras páginas de un nuevo artículo que estoy escribiendo - titulado Las Almenas - acerca de la relación entre Religión y Postmodernidad fruto de un curso que dicté sobre este mismo tema en un Diplomado de Religión y Cultura de la Universidad Antonio Ruiz de Montoya.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Es innegable que, estando en pleno siglo XXI, aun se quiera seguir una teología consevadora, una teología absoluta, la única que puede mostrarnos cual es la verdad y quienes la poseen, es claro que estos señores conservadores tienen miedo perder "las dos espadas", aun siguen pensando pauperrimamente que ellos son los únicos en decidir quienes se salvaran y quienes no, que es lo que debemos hacer y lo que no debemos. Perder las dos espadas es perder el privilegio a ser soberano y en consecuencia si no hay soberano todo sería un desorden humano, por eso creen que es necesario mantener firme la fe bajo el modo Gregoriano.Pobre de aquel que piensa distinto y tiene ideas progresistas, es una hereje, un antisocial, etc.
y no es de alarmarce, esto no solo sucede en la jerarquía eclesial, sino también a nivel de laicos, muchos creen que los curas y los religiosos son bajados del cielo y que no pueden ser cuestionados porque sería un pecado.¡que tonteria!!! pues, que se siga creyendo que los sacerdotes son los únicos guías y mucho más si llegan a ser obispos, algunos se creen los ya no ya.
conservadurismo teológico, imposible ser un librepensador y un fiel cristiano, claro que yo tampoco estoy de acuerdo, no existe una teología absoluta, son relativas y mientras ayuden a profundizar la fe y el progreso contructivo del Reino, bienvenidas.
hoy en la iglesia se habla de volver a las fuentes, que es muy distinto a "volver al mundo medieval o conservadurismo teológico", para mi parecer las fuentes son el evangelio mismo, la vida de Cristo, que más alla de imitar es seguirlo.

J.C.O.S.R. (Oscar Silva)
Alumno del ISET.

Ricardo Milla dijo...

Una teología y filosofía conservadora siempre irá contra el espíritu critiano, también lo es en lo mismo una progess, ambas son como el racionalismo o el fideismo, extremos que destruyen, según Aristóteles el bien y lo mejor es el justo medio en vistas siempre al logos divino.
Ahora bien, es cierto que la neo-escolastica y el neo-tomismo llegaron a grandes aportes filosoficoa y teologicos a principios del siglo XX, pero por otro lado cayeron en un reducible fideismo desvirtuando el pensamiento de Tomás, ni antes Cayetano, considerado el máximo comentador de Tomás, ni Suarez entendieron bien el filosofar del aquinante. El tomismo en su versión más pura -en donde no se conoce a Tomás por sus comentaristas, sino en Tomás mismo, y desde Tomás se ve a los comentaristas- es el tomismo abierto, no cerrado, el Doctor Angelicus nunca fue cerrado, fue tan abierto que fue vetado y prohibido en su época en Orfod, Cambrigde y París, mientras el magisterio lo promovia; creo que el Tomismo real filosofa en un sólo corazón en y desde la filosofía de Tomás. Un buen tomismo nunca postula a Tomás como la última palabra. No se trata de regresar a la edad media, pero tampoco se trata de llamarla la edad oscura como se quizo hacer creer en la Ilustración, proyecto que según Husserl, la escuela de Frankfurt y Heidegger, entre otros, la culpaban como la causante de los males europeos; además, por otro lado, tenemos a un Gilson que con gran maestría y con toda una vida de dedicación a la filosofía y a la historia pone los puntos en las ies en lo que respecta a la filosofía medieval, rescata lo olvidado por los modernos, que tanto dependieron de los siglos de la cristiandad y el pensamiento ahi forjado, la filosofía medieval poco se acerca a lo que se puede llamar una teología conservadora, y más aún en Tomás tan abierto al todo (kata-olos).
En suma, creo que se debe tener referencias a la edad patrística y a la edad media, pero sin olvidar los avances en teología y filosofía postreriores, siempre con el espiritu de Cristo y de sus discipulos que se hicieron maestros, mas nunca podemos decir que la teología es relativa, siempre parte de supuestos, es dogmática, eso es evidente, no puede ser relativa, relacional sí, pero no lo otro, y con esto no afirmo ningún coservadurismo, sino solamente la verdad de la esencia del pensamiento teológico.
No se trata de oponer conservadores vs. progress, se trata de alcanzar el justo medio. Yo no puedo decir, ni ningún filósofo de buen juicio, que los teólogos medievales fueron conservadores o progres, y menos de Tomás.
Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Gracias por tu mensaje. Yo también creo que Tomás es un gran filósofo, aunque no suscribo su pensamiento. Celebro que digas que hay que leerlo directamente, porque en algunos centros de educación teológica - que conocemos - se ha optado por reemplazar la discusión de los textos de los filósofos mismos por la lectura y memorización de los manuales de la U. de Navarra, lo cual va contra cualquier formación filosófica DECENTE.

Discrepo con MacIntyre (al que he leído muchísimo), por juzgar como un 'desliz' a la modernidad (que no es sólo Ilustración, también es romanticismo y Hegel).

Después de Einstein y Heisenberg, me parece poco lúcido seguir interpretando el universo a partir de causas eficientes. Lo mismo se puede decir de la acción.

También creo que hay que ir más allá de la dicotomía conservador / progresista. Aunque me parece importante señalar que los católicos podemos ser críticos y autocríticos. Podemos creer en la encarnación a través de la praxis política y los DDHH. Podemos defender la memoria y la justicia respecto de las víctimas conforme al Evangelio (Metz, G. Gutiérrez). La profecía y la crítica social también son prácticas cristianas.

Ricardo Milla dijo...

De hecho ni la teoría de la relatividad ni la física cuántica se oponen a la metafísica de plano, y por ende a la lectura de lo que son las causas, es muy posible ver que en verdad hay causas eficientes y de facto esta es la causa por ontonomacia, e incluso el mismo Einstein firmó en cierta ocasión una carta dirigida al círulo de Viena como: «Einstein el metafísico».

MacIntyre supera en mucho a Hegel y Marx, creo que su visón sobre ética y política es mucho más cabal.

Hay cuestiones que si deben ser memorizadas, pero sólo ciertas cuestiones, porque ha habido un gran desarrollo de conceptos filosóficos que están tan bien hechos y estructurados que saberlo per se no está mal, otra cosa es que no se entienda lo que se memoriza o que eso se aplique en todo a la filosofía, y no solo Navarra -cosa que no me consta- sino también la Gregoriana. El filósofo debe fomentar más al dialogo y llegar a la verdad, que por conocimentos tan sólo aprendidos de paporreta. Y como antes ya lo he mencionado, los manuales son para niños o para el novel que no sabe nada, y que al fin y al cabo debe ir, y sería lo mejor, a las fuentes mismas, aunque claro no vamos a leer a todo mundo, pero sí al hablar de algun autor es mejor hacerlo luego de haberlo leido directamente y no con la sola guía, no la desacredito per se, de un manual, pero sin ser este último lo máximo.

Cristo era un crítico, creo que no es excluyente la crítica en el cristiano, pero no ser un criticon, sino más bien optar por el justo medio, como en todo.

Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Muchas gracias por el comentario.

Un consejo sobre Hegel. No anticipes un juicio hasta leer enteramente la ·Fenomenologìa del espìritu y la "Ciencia de la lògica".

Respecto de MacIntyre, encontraràs en mi blog una reseña bastante crìtica, publicada en Aretè (2002).

Como sabes la metafìsica "se dice de muchas maneras": Einstein està en las antìpodas del tomismo. Despuès del segundo Wittgenstein y de Heidegger, las hipòtesis tomistas son bastante poco plausibles, tanto en ètica como en epistemologìa.

No hay nada menos socràtico que los manuales y la memorizaciòn. Eso no es filosofìa. Conozco esos manuales, por eso te lo digo. Son nefastos.

Sobre lo cristiano, simplemente discrepamos. Por eso yo me siento cercano a la teologìa de la liberaciòn (y no soy "rojo" ni marxista, como algunos etiquetan erròneamente esa perspectiva) y tù eres sodàlite. Y aunque les pese a muchos, la Iglesia es una comunidad amplia en la que pueden existir ambas posiciones.

Ricardo Milla dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ricardo Milla dijo...

Para comenzar no soy sodálite, soy parte del MVC que es obra del Sodalitium. Bueno, en tanto a la teología de la liberación , en mi perspectiva personal, cuando una teología o la teología en sí es mezclada con visiones o corrientes políticas se desvirtua intrínsecamente dado que ese no es el fin de la teología. ES un tema amplio del cual se puede armar mucho debate.
La metafísica en la éopoca postmoderna y contemporane poco se ha entendido, y se ha hecho una muy mala metafísica, de hecho con el positivismo se desfaso aporentemente la metafísica, pero vemos que ahora se está retomando en varios lugares. La metafísica es el corazón de la filosofía, y la metafísica se entiende bien o mal, no de muchas maneras, si la metafísica sha decaido no ha sido por ella misma, sino más bien por los mismos metafísicos.
La visión del Wittgesntein y Heidegger más bien son poco plausibles, su visión de la ética es reductivista y mal comprendida, y ni que decir de Rorty, en definitiva no son las mejores expresiones de ética de nuestro tiempo, cuestión en la que de lejos MacIntyre los supera, e incluso también Habermas. La visión de Tomás de Aquino, por otro lado, tiene mucha acogida en la Iglesia e incluso el magisterio lo recomienda, no con esto significa que sea la mejor ni la única, pero sí una de las grandes y más referenciales, hay muchos que discreparían con tu afirmación, a mi juicio Tomás, como señala también la Fides et Ratio, tiene una actualidad impresionante no sólo en ética, sino en muchos otros temas filosóficos.

Saludos. Nos vemos.

Gonzalo Gamio dijo...

Bueno, nuevamente el tema es controvertido, y se agrava cuando quedan pendientes algunas lecturas. Mi consejo es que leas a G. Gutiérrez antes de hacer un juicio sobre su obra. Sé que es difícil, porque muchas comunidades tradicionalistas prohiben su lectura. En ningún caso se exhorta a "hacer política". La preocupación por la justicia no es exclusivamente hacer política".

Dije que la metafìsica "se dice de muchas maneras" porque no hay una sola: la perspectiva de Aristóteles, o la de Hegel, o Heidegger difieren entre sí, a pesar de que versan sobre el tema del ser.

Me parece que tus juicios sobre Wittgenstein y Heidegger hay que revisarlos ¿Has leído todo "Ser y Tiempo" e "Investigaciones filosóficas"? Es que sin hacerlo no se puede hablar, creo yo. Es cierto que existe un problema con ciertas facultades que estudian la filosofía a través de textos de consulta (o manuales). Ya estás leyendo a Tomás de primera mano, excelente; dále también una oportunidad a Hegel, Wittgenstein y Heidegger. Son grandes autores también.

Soy católico, pero en filosofía soy completamente libre. Lo que diga la Fides et Ratio sobre la 'vera filosofía' o sobre el 'conocimiento objetivo' no es vinculante para mí, al menos desde un punto de vista profesional. Lo tomo como un consejo, nada más. Como filósofo escucho la voz de la razón respecto de mis posiciones filosóficas.

Anónimo dijo...

Concuerdo con las respuestas de Gonzalo, Ricardo. Quizá el principal problema que surge en la lectura que presentas es la tensión que tú mismo expresas al verte atrapado en un lenguaje esencialista muy pernicioso. El "fracaso" de la metafísica no se genera, creo yo, por "los malos metafísicos" de nuestra época; el fracaso de la metafísica surge de las consecuencias devastadoras que esta puede traer para el mismo discurso religioso del que nos ocupamos. La cuestión no radica en la postulación de un Dios, cosa que como creyentes de suyo aceptamos, pero se trata del Dios de la Escritura. El Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, como siempre reclamaba el viejo Pascal. El problema del discurso esencialista que presentas es que detrás de él está una cosmovisión que se arroga la certeza del conocimiento del "verdadero" Dios, ese Dios que es omnipotente, que todo lo conoce y demás descripciones. Nos olvidamos que ese Dios es fundamentalmente misericordia, que mira principalmente al desvalido, que trastoca el orden miserable que se había establecido con el dominio farisaico.

Sobre eso, dos cosas más. Suscribo la lectura que Gonzalo defiende respecto de G. Gutiérrez. No es la primera vez que veo, además de un miembro del MVC, una acusación sin ningún fundamento. Al igual que Gonzalo, he recorrido Teología de la liberación más de una vez y con minucia, razón por la cual no puedo aceptar las cosas que le increpas. Tu discurso esencialista, nuevamente te traiciona. Recuerda que hacer teología, es hacer "inteligencia de la fe". La síntesis que hace el P. Gutiérrez es quizá uno de los aportes más originales en la teología y no debe ser minimizado, menos aún por una lectura descuidada (asumiendo que haya habido lectura, concesión que ya considero generosa). Se trata como digo, de pensar la fe, no solo de repetir irreflexivamente el dogma. Quizá por eso Gutiérrez enseña en Notredame (probablemente una de las universidades católicas más importantes del mundo) y no en Navarra, que bueno, es Navarra.
Lo segundo. Negar la oscuridad de la Edad Media me parece una tarea titánica. Es evidente que como en mucho, existen elementos dignos de crédito y pensadores sobresalientes (Abelardo, Ockham, etc), pero la muerte y la legitimación de la misma, la colusión con el poder político (esa que le criticas a la Teología de la liberación tan solo por preocuparse por el pobre) y, en general, el deplorable rol de la Iglesia "de Cristo" jamás podrán poner suficiente luz en un terreno lleno de perpetua sombra. Creo que lo más digno para el creyente es sentir duelo por esas muertes, un duelo que lo invite a un silencio sensato y que lo disponga a un cambio profundo con miras a construir una fe más rica, más abierta, más cristiana.

Gonzalo Gamio dijo...

Muchas gracias, Raúl, por el comentario. Pones los puntos sobre las íes.

La distinción pascaliana entre elDios de Abraham, de Isaac y de Jacob y el "Dios de los metafísicos" me parece a la vez iluminadora e importante. Uno lee textos de teología neotomista y uno se pregunta si la metafísica les es tan o más importante que la propia fe.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Hola, Gamio:

No sé de donde salió en P. Gutierrez, pero en fin, tengo referencias de él, lo he leído algo, mas poco como para algún mayor juicio de valor. El tema no es él, va más allá, es que la teología de la liberación fue desde sus inicios intrisecamente contradictoria al fin de la teología, creo que mejor expuesto está en el libro de G. Doig sobre el tema en cuestión y hace una gran exposición de ello no sólo referente a Perú sino a latinoamérica en general. Aunque no niego que se ha ido reestructurando, en algunos he visto una mejoría y en otros se ha dado un alejamiento incluso de los plateamientos sociales de Roma, eso ya es demasiado. Creo que la teología de la liberación tiene sus aportes, pero también sus errores, y ello en su conjunto nos ayuda a mejorar, tampoco es que la deseche de lleno.

Si es que tanto se insiste en la metafísica es porque constituye "el camino obligado para superar la situación de crisis que afecta hoy a grandes sectores de la filosofía y para corregir así algunos comportamientos erróneos difundidos en nuestra sociedad" (FR, n. 56). Y así además de eso hacen un poco de lectura de Gilson, a sus obras, veran mucho de la importancia de la metafísica en la filosofía y en la teología; de como él expone, mejor que yo, porque es que el problema va más en la línea de los metafísicos que de la metafísica misma.

No sólo leo a Tomás de primera mano, sino también a los que has mencionado. No pretendo lanzarme a hablar de personas que no he leído, o sea, si han trascendido en la história de la filosofía es porque fueron unos genios, y se hicieron conocidos por sus aciertos o errores, y de hecho como fuere hay que estarles agradecidos en ambos casos. De hecho en donde estudio me recomiendan leer los autores de buenas a primeras, incluso dejando de lado los manuales, tampoco estamos para formarnos con el manual de Ferrater Mora siempre.

No niego ni le quiero quitar el oscurantismo que existió en la edad media, yo me refería en el plano intelectual que va más all del desastre filosófico de Ockham o de Averroes, Raúl te falta investigación historiogrpafica de la época medieval; con ello, insisto, no niego el oscurantizmo y la doble vida de los cristianos europeos, de hecho la moral telógica en muchos casos era fría y calculadora, ocasionando tales males que ocurrieron en ese tiempo. Por Dios, ni almohadas tenía. La edad media si tiene sus cuestiones bien maleadas, pero incluso ante ese 'mal tiempo' surgieron grandes figuras intelectuales y espirituales, Francisco de Asis, Domingo, Buenaventura, Tomás de Aquino, Alberto Magno, etc.
Y Raúl nosé de donde sacas esa etiqueta que me pones, te recomiendo a no tener tal hábito.

Gonzalo discrepamos en el sentido de filosofía, yo tomo muy en cuenta la concepción de filosofía que se dice en la FR, la filosofía cristiana es completamente válida y muy complaciente seguirla, pero en la encíclica no se niega que se sigan otras líneas filosóficas, y ni si quiera en la misma filosofía cristiana, no es sólo tomismo todo, y si lo fuera no creo que Tomás esté muy contento con eso.
Y de hecho muchos neotomistas con su racionalismo hicieron muy hueca a la teología además que su concepción de la misma es muy pobre, en eso bacán, pero no por ello se sigue que la metafísica no ayude y eleve la investigación teológica.

Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Bueno, discrepo respecto del valor que le atribuyes al realismo metafísico. En todo caso, se trata de seguir discutiendo.

Por otro lado, cuando hago filosofía no me dejo llevar por la autoridad de la Fides et Ratio. Se trata de una encíclica, no de un texto filosófico. No es canon para mi pensamiento filosófico, que debe ser libre.

Sobre el libro de Doig prefiero no comentar, lo dejo al juicio de cada cual. Mi consejo es que leas sobre la TL por tí mismo.

Sobre tu discusión con Raúl. Creo que ese debate debe continuar.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Procedo a responder algunos de los comentarios de Ricardo, más o menos en el orden en que los presenta. El animo como siempre, es el de promover la discusión que en sí misma es rica, sobre todo en materia religiosa.

1. ¿De dónde salió el P. Gutiérrez? Pues, obviamente, de la mención recurrente a la teología de la liberación. No hace falta ser muy entendido en la materia para inferirlo. La mención no es gratuita, como parecería sugerir Ricardo, sino necesaria. Es verdad que la TL va más allá de Gutiérrez, pero no se puede hablar de ella si mencionarlo. Claro, Ricardo no lo hizo porque, y ahora lo más evidente, no ha leído a Gutiérrez…quizá por eso la sorpresa. De ahí también su nueva respuesta esencialista, que demuestra un conocimiento pobre de la materia en cuestión. “Intrínsecamente contradictoria”, menciona. Yo me pregunto, cómo lo sabe si ni siquiera a leído a Gutiérrez… ¿curioso no? A bueno, quizá piense nuestro amigo que la egregia figura de Germán Doig tiene la última palabra y que no hace falta leer a las fuentes. Allá aquellos que se someten a la autoridad si que medie el juicio crítico.
2. Insisto en lo que indica Gonzalo. La F&R es simplemente un documento y nada más que ello. No porque lo firme Juan Pablo II toca someterse a él como la última palabra. De hecho, me parece un documento pobrísimo en los alcances de su reflexión y la cita que Ricardo consigna es prueba de la cantidad de cosas que la encíclica asume como obvias. Debo confesar que la leí hace unos años con algo de ilusión, pero cada página me la quitaba. Un texto que además de excesivamente simple y tiene una muy pobre elaboración filosófica.
3. ¿Qué significa eso del desastre filosófico de Ockham? ¿Cómo es eso de que me falta investigación historiográfica? Me divierte mucho que nuestro buen amigo Ricardo tenga un sitial privilegiado para el juicio, ¡cuántos quisiéramos que nos prestes un momento tan espléndido sillón! Por mi parte, me considero bastante más modesto. Aún no he llegado a ver las cosas por encima del tiempo, por lo que no haría un juicio acerca del desastre del pensamiento de Ockham. Pero quizá Germán (o Luis Fernando) también escribió un libro acerca de las consecuencias del desastre de su pensamiento para el Perú, Latinoamérica y toda Europa. Quizá deberíamos prestárnoslo para así “ahorrarnos” leer a Ockham. Aunque claro, deberé asumir por tu comentario acerca de mi desconocimiento historiográfico, que más bien eres un gran entendido en la materia…si ese es el caso, ¿dónde radica el desastre? ¿En la fina disputa con el Papa acerca de las posesiones de los franciscanos?, ¿en su agudeza como filósofo del lenguaje? Si pues, quizá mi desconocimiento historiográfico me nuble para ver el desastre. Ayúdame, por favor
4. Lo último, revisé mi intervención anterior antes de escribir y noté que jamás te puse etiqueta alguna. Lo único que dije, y lo reitero, es que tu discurso se entrampa por el lenguaje metafísico. No considero eso una etiqueta, más bien una descripción. Y en vista de ello te hago yo también una recomendación: esmera un poco más la lectura reflexiva, es un buen hábito. Así no solo podrás ofrecer comentarios más lúcidos en nuestras conversaciones, sino que evitarás fiarte de fuentes secundarias como si fueran una doctrina verdadera.

Ojalá que eso ayude a esclarecer algunos puntos. Añado que imprimí algo de humor a algunas de las refutaciones, esperemos que el pequeño añadido sea tomado con la tolerancia que caracteriza a nuestro buen amigo Ricardo.

Anónimo dijo...

Hola Gonzalo,
Estuve leyendo tu entrada y me parece muy interesante, pero para poder tener una mejor lectura me gustaría que me expliques, si no es mucha molestia, el termino de la “doctrina de las dos espadas”.
Nada mas eso.

Saludos

Gonzalo Gamio dijo...

De acuerdo contigo, Raúl.

A mí me sorprende muchísimo que los cultores del "realismo metafísico a la antigua usanza" no se den cuenta de la perversa correlación entre metafísica, represión de la libertad y violencia. Ya William James mostró la conexión entre la doctrina de la "esencia objetiva" y las oscuras prácticas del "Santo" Oficio de la Inquisición.

Estimado Ricardo: ¿No te has preguntado nunca por qué lugares de "instrucción teológica" (Como ya-sabemos cuál) ´dan a leer como textos básicos de metafísica (y otros) manuales de EUNSA y RIALP (de ya-sabemos-qué-prelatura personal) escritos por gente como Jesús García López, en lugar de los clásicos de la metafísica como Aristóteles, Duns Scoto, Kant o Heidegger? ¿o recurren a textos no filosóficos como Fides et Ratio?

Estimado José David: la “doctrina medieval de las dos espadas” alude al problema de la posesión de los dos poderes (temporal y espiritual), que tanto la Iglesia como los monarcas reclamaban para sí. La querella de las investiduras involucra las controversias internas a esa doctrina. El liberalismo político acaba con los residuos teóricos de esta tesis.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Gonzalo, ante todo gracias por el debate que se ha armado aquí, creo que el intercambio de pareceres es siempre enriquecedor, y siempre es bueno conocer posiciones distintas a las de uno.

Es ciertamente válida la posición que tomas frente a la FR, es un documento ordinario del magisterio, no un texto filosófico, pero eso no niega el gran alcance filosófico que tiene, como bien lo señalan: Fisichella, Léonard, Ratzinger, Livi, Ronheimer, Berti, Clavel, Cottier, Sánchez Sorondo, Gilbert, Sala, Vanhoye, Henrici, Dal Covolo, Kasper, McDermott, Pinckers, Possenti, Viola, Zycínski, y muchos otros más fiolósofos y teólogos renombrados y renocinos no sólo en Europa sino en el mundo entero, y ellos no se jactan de la autoridad de la FR sino que ven en ella grandes aportes filosóficos y teológicos. Yo no creo que haya gente tan inteligente que comente tanto tal escrito, pero que insisto es válido prescindir del él si se desea. En fin, en torno a la FR se puede hablar mucho, creo que se nota las nuestras posiciones en torno a ella, asique dejemoslo ahi para ulteriores reflexiones.
Y con respecto a tu pregunta, pues sí, sí me lo he preguntado,y me he dado cuenta que no tan así, porque también sé que dan a leer otros libros que no sean los de EUNSA, sí dan a leer a Aristóteles, Kant, Scoto, Hegel, etc etc... Al menos en lo que respecta a la casa de estudios a la que pertenezco, en Europa no sé exactamente como será porque no he estudiado allá. Yo creo que el estudiante de filosofía debe de obtener la mayor información posible, gracias a Dios tengo mentores que me han enseñado eso, filósofos tanto de la PUCP, de la FTPCL, de Salamanca.
Por otro lado, la Obra a aportado con muchos de sus miembros avances filosóficos y teológicos de los cuales no se puede negar su importancia. No niego que se piueda discrepar con ellos, pero no deja de ser una postura filosófica con sus aportes.

Sé que hay muchas lagunas en nuestro diálogo, tanto en tu discurso como en el mio, se han tocado diversos temas, no tenemos por este medio la mejor disposición para dialogarlos como deseamos, no obstante hemos podido compartir mucho. Estoy en un proceso de fornmación filosófica intensa y estos tipos de dialogos me ayudan, gracias de nuevo por la conversación, creo que hay temas pendietes, pero ya sería irnos por muchas y muchas ramas.

Respecto a Raúl espero darme tiempo para responder a lo que me dice, estamos a fin de ciclo y muchas cosas se juntan, ahorita me di tiempo para responderte a ti.

Saludos Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Yo te agradezco a tí, por tu disposición a dialogar. Eso vale.

Discrepo respecto de lo que dices de "La obra". Yo creo que son los individuos y no las instituciones las que filosofan. De cualquier modo, "La obra" es extremadamente conservadora en materia académica, fíjate cómo en la U. de Piura hay libros prohibidos (Maquiavelo, Kant, Husserl, etc.) que no se pueden sacar, sino con autorización especial (y que habitan en "El infiernillo". Es un dato confirmado, absolutamente. De los filósofos que alguna vez siguiero a ese grupo, los mejores son - a mi juicio - Raimon Panikkar y Daniel Innerarity, y ambos se alejaron luego, pues se trata de espíritus libres.

Lamentablemente, la U.P. de Salamanca está controlada ideológicamente por el Opus desde hace mucho tiempo.

En fin ¿Te parece que la FTPCL es plural? Ya tendremos oportunidad de hablar de ello, pero me gustaría saber tu opinión.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Bueno, hay sus cosas 'ahi' con la de Piura, no tengo experiencia directa asique no puedo comentar sobre ello, aunque sí se que tienen como un 'index' o algo así que vi en el blog de José Talavera, en fin, no niega que tengan su buenos filosofos con sus errores, como todos.

Yo apuesto más por el libre pensamiento, en donde hay que tener una guía referencial de que leer y que no, no porque sea peligroso o cosas asi sino porque aveces no se entiende, pero hay que enfrentarse a todo texto.

La U. de Salamanca me parece de muy buena línea filosófica hasta donde tengo entendi y conozco, en eso podemos discrepar, pero no hay roches.

La FTPCL ¿plural? jajaja... En algo lo es, y en algo no, creo que puede mejorar y mucho, como toda obra humana, todo es perfectible, creo que en la Facultad se puede mejorar más la reflexión filosófica, porque malos docentes no hay, son muy preparados e inteligentes, el tema va por otro lado, y de hecho estoy dispuesto a ayudar en esa casa de estudios hasta donde me sea posible.
En fin, todo puede ser mejorado, todo tiene su aporte y su error, y a ambos hay que estar agradecidos.

En otra ocasión, y no por aquí, podriamos tocar en extenso el tema.

Tampoco es que la PUCP sea el lugar más plural de la tierra... Si no se piensa como ellos no te aceptan así no más, almenos esa es mi experiencia y la de otros que conozco (y ni son del opus o de algo así). Me gustaría que tal cosa cambie, aunque no absolutizo, hay sus excepciones.

Ah! y de nada, aunque no se de que... En verdad disfruto de este tipo de dialogos.

Y Raúl, disculpa si aún no respondo, me estoy sin tiempo. Lo haré, don't worry.

Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Coincido contigo en que la FTPCL no es plural (no se permite que lo sea), que se contrata (o se prescinde de) profesores en razón de su "línea", y que incluso se señala que deben usar manuales tomistas y remitirse a un universo tomista (sé porqué te lo digo). Quien tiene la última palabra es Ya-sabemos-quién. Ello merma las posibilidades académicas de esa institución.

Ricardo Milla dijo...

Bueno, discrepo con tus comentarios, no es tanto así en relación al tomismo, a pesar de su fuerte influencia. Con lo demás, me reservo mis comentarios =).
Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Entiendo tus reservas - son elocuentes -. A ver si un día conversamos sobre ello.

Ricardo Milla dijo...

Perfect! xD
Ya hablaremos si algún día me paseo por la cato.
Acabando finales responderé a raúl, disculpen por eso.
Saludos.

Anónimo dijo...

señor gonzalo gahmio , me gustaria que usted pueda hacer un articulo en su blogs sobre las enciclicas FIDES ET RATIO y VERITATIS SPLENDOR....muchas gracias


alexis

Anónimo dijo...

gonzalo gahmio. hablanos sobre el pensamiento filosofico de dos papas que me llaman mucho la atencion: pioXII y benedicto XVI.

Ricardo Milla dijo...
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Ricardo Milla dijo...
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Ricardo Milla dijo...

1. ¿La lectura de Gutiérrez se hace obligatoria entonces? Ummm… Tal vez lo pueda ser, es probable que acepte eso (xD), por ello no mencionaré más el tema de TL para que no surjan malos entendidos. Mi propuesta no es esencialista, porque me situé en tanto TL como aquella que se mal entendió allá por los ’80 o antes, la situación de la TL es distinta, y como bien dijiste alguna vez “habría que decir, también, que ese rechazo [el cual surgió en ese tiempo] fue producto de una época de tensiones y de muchos malentendidos, época de obispos poderosos y temerosos, época de sacerdotes que perdieron la fe y de un Concilio que no dio los frutos que se esperaban. No obstante, hoy los ánimos se han calmado y las lecturas pueden ser menos prejuiciosas y más tolerantes.” Acepto la invitación al clima crítico, tanto a Doig como a Gutiérrez, desearía, por cierto, conocer más de la TL.

2. En este punto discrepo cuasi totalmente. Tus proposiciones son fuertes y, al parecer de muchos, pretensiosas, teniendo en cuenta toda la elaboración de la FR, más de 10 años invertidos no sólo de JPII sino de una serie de filósofos y teólogos. Sé que la FR es un documento del magisterio ordinario, pero no se puede negar así de plano que tenga un pobre alcance filosófico, no es un texto de filosofía, eso es cierto, no obstante por no ser de tal naturaleza no se concluye que no tenga elementos ricos en filosofía, tanto en metafísica como en hermenéutica, además de ser muy existencial. A saber algo de Bacigalupo que me pareció en suma interesante: http://blog.pucp.edu.pe/item/1782
Y como le mencioné a Gonzalo, hay muchos filósofos y teólogos muy renombrados a nivel mundial que respaldan el alcance filosófico de la FR, no me ciño a un ad baculum, sino a ver como referencia que grandes pensadores la consideren así, habría que ver por qué, ¿no?

3. Te ayudo, jajaja, xD. Tus argumentos y proposiciones lindan, a mi juicio, más allá que un simple toque de querer ser ameno, en verdad el comentario a Germán y a LFF está de más y no viene al caso. Ockham tuvo sus problemas filosóficos grandes, y no sólo lo digo yo, hasta en la Gregoria franciscanos lo afirman y también en otros ámbitos. Sorry si ofendí con aquello que mencionas de que yo haya tenido poca modestia, no fue mi intención, el furor del diálogo tal vez me llevo a decir eso, gomenasai. No niego el desarrollo de Ockham al cual he leído (y de primera mano xD). Con el resto creo que hay una incapacidad para el diálogo como diría el buen Gadamer, pero lo podríamos superar hablándolo en otra ocasión, y en un blog no es el espacio ideal, ¿no? xD

4. Gracias por la recomendación, la he tenido en cuenta y espero que haya servido mi esfuerzo. Creo que la etiqueta iba por lo de esencialista, pues no lo soy, no sólo lo vi como una descripción, al menos así lo tomé, veo que no fue tu intención, disculpa si fue pretensioso lo que afirme entonces. No creo entramparme en ningún lenguaje metafísico, tengo muy en alto la metafísica y la veo como necesaria, pero no como absoluta. Espero que con estas aclaraciones sirvan para un mejor desarrollo del diálogo y no me fio de fuentes secundarias, sino que me fio de la confianza de los otros, no obstante no es último tribunal de crítica, prefiero un todo conjunto de partes, incluso contrarias, conjuntamente a mis neuronas (cabe decir el lado derecho del cerebro que lo piensa y lo manda al izquierdo que lo siente para devolvérselo al derecho y pensar mejor =D todo eso en 0.2 segundos! xD) para emitir cada vez mejores juicios, y cabe decir que este diálogo me ha ayudado a lo que yo llamo “reestruccturación del pensamiento” (copyright).

Lo tomé con tolerancia, aunque algunos toques de humor ya lindaban con lo atorrante, jajaja, nunca tanto, pero no lo tomo a mal, en serio, al fin y al cabo me divierte, tampoco me tomes como un cerrado o como un zealot (ni me llames soda como lo hizo Gonzalo, no, eso no, jajaja), en verdad soy un buen pensante - libre pensador y lo digo con mucha modestia. xD.

Saludos, y un gusto dialogar con vos.