viernes, 10 de febrero de 2017

LA ESTIGMATIZACIÓN DEL OTRO




Gonzalo Gamio Gehri[1]


A pocos días de iniciado su mandato como Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump ha decretado un veto migratorio contra siete países que cuentan con mayoría musulmana. La medida se propone en el contexto de la lucha contra el terrorismo. La fiscal general en funciones, Sally Yates, anunció que el Departamento de Justicia norteamericano no defenderá este polémico decreto, pues recae sobre él la sospecha de ser ilegal. Por emitir estas declaraciones, Yates fue removida de su cargo el último lunes 30 de enero.

No pocas personalidades políticas y especialistas en la materia, tanto locales como extranjeros, se han pronunciado públicamente en contra de esta decisión. Impedir el ingreso al país de personas en razón de su origen cultural, nacionalidad o religión constituye una forma de discriminación incompatible con el espíritu de la constitución estadounidense; se trata de una medida que además contraviene los principios básicos de la cultura de los derechos humanos. Esta decisión entraña una penosa forma de estigmatización de las personas, en tanto se identifica de manera injustificada la profesión de fe en el Islam con la posible práctica de actos terroristas, o con la afinidad con quienes los cometen. Esta nefasta práctica prospera en tiempos en los que sus usuarios promueven la ignorancia y el temor en un sector de la ciudadanía. Se confunde así el cultivo de la religión musulmana con el integrismo y con el ejercicio de la violencia.

Estigmatizar es marcar a alguien como objeto de desprecio y tratos crueles a causa de su pertenencia a un grupo social discriminado. La estigmatización supone la construcción de una imagen falsa y destructiva de la persona y de la colectividad, una imagen que mina su libertad y las expone a la violencia. El estigma se convierte en el único esquema interpretativo desde el cual el individuo y el grupo son descritos y evaluados, anulándose la posibilidad misma de conocerlos en profundidad y sin prejuicios. En el caso señalado, se hace abstracción de los notables aportes de la cultura islámica al desarrollo de las ciencias y de las artes, así como la contribución de los reinos de Al Andalus al cuidado de la tolerancia religiosa en sus dominios. Para quien orienta su vida desde el prejuicio, lo que importa es sindicar a todo creyente musulmán como un fanático, un enemigo.

La estigmatización es una herramienta para la deshumanización de las personas. La cultura democrática y el sistema de derechos ofrecen elementos de juicio y de práctica para combatirla, en la medida en que fundan sus instituciones y normas en la idea de dignidad y en el principio de autonomía. Se combate la idea de que existen religiones, culturas y estilos de vida que son intrínsecamente perniciosos y perversos, y que se pueda llegar a esta discutible conclusión sin esforzarse por conocer estas formas de pensar y de vivir, y discutir con ellas recurriendo a argumentos. Con frecuencia, grupos políticos y religiosos que se pronuncian en contra de las políticas de diversidad en materia de cultura y de género, invocan el principio de tolerancia para proponer que se admitan sus puntos de vista en la esfera pública. Como la filósofa norteamericana Nancy Fraser ha argumentado en un reciente escrito, tal invocación equivale a solicitar el “derecho” a excluir a otros grupos cuyos modos de pensar y vivir en verdad menosprecian. La autora señala que se trata de un alegato conservador completamente inaceptable. Una sociedad democrática no acepta la discriminación ni tolera la intolerancia. Y hace bien al conducirse así.

La estigmatización es causa de injusticia contra seres humanos concretos en circunstancias concretas. Pretender conducir la vida pública y guiar la política migratoria a partir de etiquetas falsas y destructivas resulta funesto para una sociedad democrática. Si queremos respetar la dignidad y la libertad de los individuos, debemos acercarnos a ellos procurando escuchar con atención lo que tienen que decir acerca de sus identidades, convicciones y aspiraciones. De otro modo, no podremos comunicarnos ni interactuar genuinamente en un marco ético-político de respeto y reconocimiento recíproco.


(Publicado La Periferia es el Centro)




[1] Doctor en filosofía por la Universidad de Comillas. Profesor de la PUCP y la UARM.

4 comentarios:

Alfredo P. dijo...

Muy valiente defendiendo a los musulmanes, pero este señor nunca ha escrito una sola línea defendiendo a los cristianos que son víctima de un genocidio en el Medio Oriente. Tampoco ni una sola línea condenando al terrorismo islámico. ¿Doble moral?

Gonzalo Gamio dijo...


El post rechaza toda forma de estigmatización, el caso Trump es un ejemplo.

Sobre este tema:

http://gonzalogamio.blogspot.pe/2016/01/reflexiones-sobre-una-conversacion.html




Gonzalo Gamio dijo...


Asimismo:

http://gonzalogamio.blogspot.pe/2013/10/una-conversacion-acerca-de-la.html

Rent a car Bucuresti dijo...

Interesant articol.