sábado, 29 de mayo de 2010

ÉTICA Y FINITUD






REFLEXIONES DESDE LA TRAGEDIA GRIEGA


Gonzalo Gamio Gehri


“¿Conoces tú cuál es la naturaleza de las cosas mortales? Creo que no. ¿De dónde ibas a saberlo? Óyeme pues: todos los mortales deben pagar el tributo de la muerte y no hay ninguno que sepa si vivirá al día siguiente. Oscuro es saber adónde se encamina la fortuna y no es posible enseñarlo ni aprenderlo por la práctica”.


(ALCESTIS 780-786).


Este pasaje de Alcestis de Eurípides nos devuelve al corazón mismo de la tragedia antigua, y de la ética clásica. Quien pronuncia estas palabras es Heracles, quien – en camino hacia uno de sus trabajos, los caballos de Diomedes – llega de manera imprevista a casa de Admeto, rey de Feras, solicitando hospitalidad. El héroe no sabe que la casa llora la muerte de Alcestis, quien ha accedido a descender prematuramente al Hades en el lugar de Admeto. Con el fin de observar celosamente los principios de la xenía, el anfitrión ha prohibido a sus sirvientes que se revele a Heracles que se están llevando a cabo los funerales de la reina. El hijo de Zeus se enterará tardíamente de la situación. El fragmento citado corresponde a los momentos en los que Heracles conocerá la verdad de lo ocurrido.

Hemos señalado varias veces que la sabiduría trágica consiste en el aprendizaje de la mesura humana a través de la experiencia del dolor. Los agentes adquieren – a través de un proceso de formación y purificación del juicio y del carácter – las capacidades de deliberación y percepción ética que corresponden a un ser humano de bien. El reconocimiento de la propia finitud, de la precariedad de la vida y de todo vínculo y propósito humano – incluyendo la aspiración al saber – constituye la condición para el logro y ejercicio de cualquier forma de excelencia ética. Sabemos que vamos a morir y que cada día falta menos para ese encuentro, ineludible y no negociable, con la muerte. Una buena vida (y, acaso, una buena muerte) es aquello que persigue un ser humano sabio y virtuoso.

Esta sabiduría llega a Admeto de manera confusa y atropellada. Como parte de un castigo que Zeus asigna a Apolo, el dios délfico tuvo que servir en casa de Admeto como pastor. Febo fue tratado con tantas expresiones de justicia y gestos de amistad, que juró defender a éste su señor ocasional, incluso contra la propia muerte. Cuando le hubo llegado la hora al joven Admeto, Apolo engaño a las moiras para extender su vida. Las diosas del destino sólo consintieron en librar al rey del Hades si alguien más elegía conscientemente morir en su lugar. El joven intentó convencer a sus padres de sustituirlo, en nombre de lo que podría considerarse una buena muerte, pero estos, temerosos, se negaron. Entonces Alcestis tomó su lugar.

De modo que Admeto sólo puede librarse de su propia moira pagando el terrible precio de ver morir inmerecidamente a Alcestis. El regalo de Apolo se revela terrible y antinatural. Debió pagar el tributo de la muerte y no lo hizo. Conocer el curso de los eventos futuros no le trae ningún bien. A pesar de todo ello, Admeto decide no mortificar a Heracles expresando su dolor.

Los mortales no podemos conocer los sinuosos y misteriosos caminos que toma la tyché, ni desde las consideraciones sobre la physis ni desde los elementos de la práxis. No tenemos cómo discernir con precisión si el curso de los hechos se nos revela propicio o funesto. Los oráculos nos hablan con tortuosos enigmas que nos hacen tropezar. Lo que tenemos para enfrentar a la fortuna - y su enigmática provisión de bienes y males - es lo que hemos podido hacer con (y por) nosotros – a través del proceso de paidéia, del esclarecimiento de la experiencia propia y ajena, de nuestras actividades al interior de las instituciones de la comunidad, etc. -, esto es, del cultivo de las virtudes del carácter y del razonamiento. En este asunto, Aristóteles y Eurípides están fundamentalmente de acuerdo, como he intentado mostrar en un artículo reciente [1].

No puedo terminar esta reflexión sin describir brevemente qué decidió e hizo Heracles al conocer los trágicos sucesos que se le habían ocultado. Conmovido por el piadoso acto de Admeto en atención del vínculo de la xenía, el héroe descendió al Hades, se enfrentó al mismísimo Thanatos en singular batalla, arrebató de las oscuras entrañas de la muerte a Alcestis y la devolvió al mundo de los vivos.

Imagen viene de aquí, Heracles de Ísipo.


[1] Cfr. Gamio, Gonzalo “Discernimiento práctico y sentido de justicia. Una lectura ético-política de Las Suplicantes de Eurípides” en: Cañón, Camino y Alicia Villar (Editoras) Ética pensada y compartida Madrid, UPCO 2009 pp. 227-246.

11 comentarios:

Geviert-Kreis dijo...

" No puedo terminar esta reflexión sin describir brevemente qué decidió e hizo Heracles al conocer los trágicos sucesos que se le habían ocultado. Conmovido por el piadoso acto de Admeto en atención del vínculo de la xenía, el héroe descendió al Hades, se enfrentó al mismísimo Thanatos en singular batalla, arrebató de las oscuras entrañas de la muerte a Alcestis y la devolvió al mundo de los vivos".

saludos Gonzalo,

veo que regresas al tema predilecto. Para empezar, me permito citar por completo esta parte final del post, porque me parece que ES aquella que nos brinda una lectura-clave que no debemos descuidar.

La pregunta es: dado que sabemos que NO es mera narratología ficcional "lo que decidió e hizo Heracles", es decir, el enfrentamiento, la batalla y el devolver a Alcestis al mundo de los vivos" - algo que va en contra de las reglas de la physis, mucho ojo con esto -, entonces me pregunto: ¿De qué tipo es esta "decisión de Heracles" que genera toda esta serie de eventos (aparentemente) "fantásticos"? ¿cuál es el símbolo "detrás" o al menos el significado para todo lo afirmado al inicio del post? En otras palabras, lo que quiero subrayar es que, si, en efecto," Los mortales no podemos conocer los sinuosos y misteriosos caminos que toma la tyché, ni desde las consideraciones sobre la physis ni desde los elementos de la práxis", entonces, en la forma de la decisión hay un elemento que se confronta tanto contra la tyché (o a favor de ella en un modo muy especial al punto de generar esos eventos), como contra la physis (o a favor de ella).

¿cuáles son estos elementos del momento deliberativo que son "especiales", es decir, no pueden ser previstos ni aprendidos en ninguna paideia? Legítimamente podrían formar parte de una paideia no-cristiana como afirma Jaeger. Yo propongo una respuesta a ver qué piensas: son elementos que pertenecen únicamente a la dimensión de la aiesthesis como "(pura) gnoseología del dolor", una gnoseología (expresado en términos modernos obviamente) que lleva a la purificación del juicio hasta su anulamiento en el éxtasis mesurado de la mímesis (por lo tanto no completamente irracional). Se trata, pues, de una mímesis de segundo grado de la physis, aquella mímesis en busca de una buena vida, a la par, obviamente, de una buena muerte (faltaría más). Es más: no cualquier muerte (no su mera glorificación), sino aquella muy especial que "devolvió Alcestis al mundo de los vivos".

saludos,
Giovanni

PS ese "y, acaso, una buena muerte" te salió con un ligero sabor falangista jaaa ;-)

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Giovanni:

Gracias por tu comentario, como siempre agudo y sugerente. Me da la impresión de que el final del texto de Eurípides - que recoge del famoso mito de Alcestis - apela a la intervención de Heracles en calidad de semidiós (es casi un final 'Deus ex Machina').

Sin embargo, dejar allí la respuesta implicaría evadir la importante cuestión que planteas. Yo exploro esa faceta explícicamente "antropocéntrica" de la comprensión de la vida buena (muy clara en Eurípides, en Aristóteles, y en otros), pero ciertamente hay una faceta extática muy clara; la de los misterios eleusinos y los órficos. Es una faceta que no he explorado (en parte debido al escepticismo de los autores griegos que trabajo), pero creo que es fecunda.

Lo de la aiesthesis como "gnoseología del dolor" me parece importante, y creo que converge con lo que quisiera examinar en la tragedia.

Saludos,
Gonzalo.

P.D.: lo de la "buena muerte" era por Homero. Ya sabes que la Falange y la Legión están muy lejos de mi punto de vista :)

Geviert-Kreis dijo...

...claro, eso de la falange era una broma obviamente. Hay algunos autores alemanes conservadores contemporáneos, Ernst Jünger por ejemplo, que han trabajado esa gnoseología partir del dolor, recuperando, luego, una ética (muy similar al budismo). Muy curioso. La germanística llama a este género literario moderno Kriegsroman, novela de guerra (por la generación de ese período). Claro, es literatura moderna principalmente, pero los ejercicios estético-literarios que proponen estos autores son, a mi parecer, fecundos de intuiciones para comprender a los antiguos (ya sabes la pasión obnubilada de los alemanes por los griegos). No olvidemos que los poetas-pastores son los custodios del mito después de todo.

Sobre el antropocentrismo, claro, es una posibilidad de lectura, siempre y cuando nos permita comprender otros términos que entran en juego aquí, como el automaton, la causualidad, o el accidente. Retomando la reflexión de una conversación con Rafael a partir de un viejo post, sostenía que La tyché tiene un radio de acción limitado en el automaton. Sin embargo, tyché y automaton son dos principios que tienen un vínculo "dinámico" preciso. Desde el punto de vista de los acontecimientos referidos a la actividad del hombre (por acá podría ayudarnos tu lectura), lo que convierte al automaton (que es un Ahora recursivo, extático y pernamente) en tyché (que es ese Ahora como evento indeterminado), no es otra cosa que la decisión, el momento formante, télico, de la deliberación en ese Ahora indeterminado.
Es precisamente el acto intencional de la deliberación lo que nos permite enfrentarnos, trámite la tyché, con el automaton. Esto no sólo desde la praxis misma, sino ya desde el pensar mismo (ojo) como movimiento de la techne en el alma (cuyo ámbito es la heurística diría). El acto, pienso, es un resultado formante (no necesariamente reflexivo) de este despliege como acontecimiento, como "primer" momento resultante-formante. Si ahora vemos este momento resultante desde el evento (y no desde el hombre) tal resultante, díría, se da ya como el "último" momento de una lysis o de una tragedia en acto. "Primero" y "último" son, obviamente, términos temporales para describir un proceso que se da ya completamente y ya resolutivamente en un único momento (en sentido estricto no se dan ningún proceso en el Ahora). Con una imagen: es el tiempo trágico que irrumpe permanentemente, de manera resolutiva, crítica (krisis), en el tiempo humano (esta es una tesis de Schmitt).

La decisión, el momento deliberativo, es una mímesis de esa irrupción. No olvidemos que el juicio (Ur-teil) es una separación (teil), La decisión recoge entonces, pienso, tres momentos en uno: 1) la deliberación a través de una determinada techne al interior del movimiento circular del alma, 2) el encuentro "técnico" (lo aprendido en la paideia) de ese movimiento anímico con la tyché en la physis, es decir el ejercicio de lo aprendido, el arte como ejercicio y 3) el advenimiento del automaton en el acto decisorio mismo, que es básicamente tiempo trágico, no humano. El paradigma antropocéntrico podría servirnos para comprender el 2, pero tengo mis dudas si nos ayudaría a comprender los dos "abismos", tanto del 1 (la relación misteriosa con la Psyche) y el 3 (la relación de la psyche con lo accidental y contingente en general). Si queremos comprender qué nexo "oscuros" se dan entre 1 y 3 (la psyche que se encuentra directamente expuesta, "desnuda", en el movimiento de la physis por ejemplo), el paradigma antopocéntrico podría no ser muy util creo.

bueno, algunas intuiciones, sabes que no es mi campo. Saludos,
Giovanni

Anónimo dijo...

Hola Gianni

Quisiera mencionar algunas pautas que considero importantes;

La primera de ellas es que Alcestis no es una tragedia como el resto sino que, en muchos puntos, tiene un sabor tragicómico, propio de Eurípides, que no se ciñe bien a los parámetros interpretativos generales.

La segunda de las cuestiones es que la pregunta acerca de la muerte y la inevitabilidad de ella como mortales que somos se repite de forma recurrente en muchas tragedias griegas y algunas de ellas tienen un componente mistérico muy singular que vale la pena estudiar englobándolo dentro de las creencias propias de la época y no desde el punto de vista del pensador del siglo XXI ya que si no corremos el riesgo de malinterpretar las intenciones de un autor que, no hay que olvidar nunca, expone su pensamiento ante el ingente número de personas que ve su tragedia.

La tercera, y última, es que la muerte de Alcestis no es la muerte que le corresponde, la Moira aún no tenía que cortar su hilo, Tyche no debía habérsela llevado, es por culpa de Admeto que ella hace el sacrificio por lo que existe un leve resquicio de hacer que esa muerte no se cumpla, sobre todo si quien lo impide es Heracles, un héroe que se sale de los paradigmas de héroe griego en muchísimos aspectos. Además, como bien dice en el post de Gonzalo, Heracles lucha con Thanatos (Muerte) en la propia tumba de Alcestis (algo que debía resultar bastante cómico, por otra parte, en una tragedia) por lo que, en sentido técnico, Alcestis aún estaba en el mundo de los vivos.

Y eso que no es mi tema ah,

Saludos,
Marcelo

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Marcelo:

Tu respuesta a Giovanni (ojo, NO es Gianni) es interesante. Precisamente lo que está en discusión es el sentido de la intervención de Heracles al final de la tragedia.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Hola Gonzalo,

El nombre Giovanni(Juan),en italiano,
se abrevia como Gianni.
Es como decirle Paco a un Francisco.

No te preocupes,no lo he confundido
con Vattimo.

Saludos,
Marcelo

Geviert-Kreis dijo...

Mi estimado Marcelo,

tanto tiempo,no te esperaba por acá. Es un placer poder saludarte. Gracias por lo de Gianni, es cierto que es un hipocorístico de Giovanni, pero en Italia son dos nombres diferentes, Gonzalo tiene razón. Si deseas puedes llamarme como mis amigos, "Barbagianni", que es un tipo de buho blanco rapaz, que caza durante la aurora. Sobre tu anticipación lúdica con Vattimo, bueno, fui un seguidor apasionado suyo, pero me ha decepcionado a tal punto con su addio alla veritá mi estimados, que, me perdonarán la sinceridad, pero el autor se ha merecido la dignidad del fuego. Basta con las payasadas posmodernas. Habría que preguntarle primero a la Verdad que piensa del adios de Vattimo. Que tal desfachatez tienen a veces estos filósofos. Prefiero a Severino sinceramente. Barbagianni severino entonces.

En primer lugar me pregunto cómo sería tu respuesta si fuese tu tema ¡mi amigo! De mi parte no era una falsa modestia, el experto de filosofía y tragedia antigua es Gonzalo, yo soy sólo un paraclético apasionado de estos temas, un exaltado aficionado por lo antiguo únicamente. No conozco la tragedia más que por literatura secundaria, mi ámbito académico es más bien otro tipo de tragedia, es decir, el mito oscuro que da la materia prima a lo trágico: la política y sus abismos. Mi respuesta no intentaba analizar la obra en cuestión, sino retomar únicamente una categoría que ahí aparece y que Gonzalo nos recuerda en la parte final. Quería proponer una lectura sobre la "estructura" de la decisión, esa forma similar al éxodo trágico diría, que el post me sugería. La pauta de lo tragicómico o hasta lo cómico en sí, no cambiaría el tiempo de lo trágico creo. La forma del pavor purificante en el advenimiento del mito representado en la tragedia tiene la misma estructura de la sonrisa satírica en la comedia arcaica. En mi comentario cito, en efecto, el nexo extático maestro, desde mi lectura claro: la mímesis y la circularidad automática (del ditirambo por ejemplo).

Sobre la distancia temporal entre las obras y la interpretación moderna sin duda te lo doy la razón. Para superar ese peligro, yo propongo una hermenéutica aplicativa: conocer la medida de la tragedia propia, (la nuestra) acumular con orgullo el oro que se oculta en la propia miseria para poder recordar esa verdad, luego, con los textos clásicos. Porque el tiempo trágico no está de ninguna manera en la tragedia escrita, que sólo lo recuerda. Sobre lo técnico entre los vivos y muertos, bueno, sería interesante pensar cómo cambia ese mundo de los vivos después de ese regreso de los abismos. Un abismo anticipador.

Giovanni Barbagianni

Geviert-Kreis dijo...

...ah ...aplicando ahora lúdicamente el automatismo extático a tu nombre - en el estilo de la técnica del "cadaver exquisito" de los dadaistas - te recordaría hipocorísticamente con el nombre de Marcello, el actor italiano, favorito del grande Fellini. La ironía de Mastroianni, se parece, en efecto, a las inesperadas bofetadas que nos tienes siempre preparados mi amigo, y que es sabio no evitarlas. No sé por ejemplo si lo hiciste intencionalmente, pero eso de escribir jaBICHO en vez de javicho, me pareció bien terrible e insuperable. O fue la mano de Dios que se posó en la tecla, o fuiste tú (que es lo mismo al final). En los dos casos, mis respetos por la ironía. Y bueno, para no salir ni del tema del post ni de tu nuevo nombre propuesto mi estimado Marcello, propondría un post sobre el Satyricon de Fellini (la fuente indirecta es Petronio), que es un excelente ejercicio (completamente onírico) de re-presentación mimética de la Fortuna en la comedia satírica y decadente latina. Te imagino en el rol de Encolpio que lucha contra el Minotauro mientras trata de burlarse del dios Príapo (cuidado Marcello, no bromees con el quiosco de ese Dios).

Gianni

Anónimo dijo...

Estimado Giovanni Barbagianni;

Tienes un aire de familia a uno de los enmascarados
de la fiesta de la película
Eyes Wide Shut y la mirada del
Dr. Hannibal Lecter.
Bueno, yo tampoco soy ningún experto.
Gonzalo es quien conoce estos temas,aunque
siempre responda al ser consultado;"Yo sólo sé que no sé nada".
Seguimos en contacto y saludos,

Marcelo

Anónimo dijo...

Estimado Gianni,

Fellini es un grande,estamos de acuerdo.Sería increíble que Gonzalo se anime a escribir sobre Amarcord o Teorema de Pier Paolo Pasolini,una exquisitez de tratamiento visual.

Respecto a lo que mencionas de la ironía,honestamente lo hago sin darme cuenta,de manera inconsciente,muy naif.Normalmente comento en el blog a las 2 ó 3 de la mañana de aquí,medio dormido,tal vez entro en delirios y allí se plasman pues.Hay veces que los leo,
y me pregunto quién será el psicótico que habrá escrito eso, y luego los reconozco.

Agadezco esos halagos,pero pucha, Gonzalito se va a molestar,es su blog y él es quien merece recibirlos amico, no yo.

Hay que pedirle a Gonzalo también que haga una secciòn de pedidos,recuerda que su blog está muy bien rankeado,es top ten.

Saludos,
Marcello

Anónimo dijo...

One again, your article is very nice