lunes, 26 de enero de 2009

LA SHOÁ Y LA CULTURA DE LOS DERECHOS HUMANOS



Gonzalo Gamio Gehri


Se ha generado una intensa discusión en este blog a raíz del post sobre la Barbarie en la franja de Gaza. Mi artículo ha sido comentado, a veces, con cierta precipitación e injustificada irritación; en otros casos, he leído comentarios que me han llevado a pensar que algunas hipótesis evocadas en el texto podrían ser examinadas desde nuevos ángulos. El texto ha servido para explicitar discrepancias sobre el conflicto Palestino – Israelí en los mejores términos. Gustavo Faverón sostiene que Israel realiza los bombardeos en Gaza como parte del ejercicio de su legítimo derecho a defenderse de los ataques terroristas de Hamás, e indica que algunas acciones israelíes constituyen crímenes de guerra. Yo he señalado que los métodos usados por Israel – el empleo de bombas de racimo contra la población, su negativa a permitir la entrada de Médicos sin Fronteras a atender a los heridos – merecen el rechazo más firme de la opinión pública internacional: el derecho a la defensa (y la lucha contra la insania de Hamás) no puede justificar acciones bárbaras como éstas. La discusión ha continuado en otros espacios virtuales. Algunos de los argumentos desarrollados en este contexto han sido distorsionados y manipulados de manera ofensiva y tendenciosa, por lo que debo protestar. Desde un blog que describe sus propias ideas como “reaccionarias” se ha acusado infundadamente a los críticos “liberales” – léase Faverón y Salas – de ser “adeptos del infanticidio y el genocidio en Palestina”. Esta afirmación agraviante pretende basarse en una extraña "lectura" de los comentarios publicados por ellos en este blog (por ello creo que es pertinente hacer estas precisiones, para que el lector no se deje sorprender). Incluso "denuncia" desde allí – a partir de lo dicho contra ambos académicos - “la hipocresía" y "el carácter demoníaco" que presenta la 'doctrina' (sic) de los derechos humanos.
Más allá de la caricatura implícita en tales "acusaciones", es lamentable que se llegue a esta clase de insinuaciones y ataques. Yo he discrepado abiertamente con la lectura que hacen Gustavo Faverón y Daniel Salas - quien es además un gran amigo - acerca del conflicto de Gaza, pero puedo dar fe de que ninguno de sus comentarios apunta a justificar el crimen (quien afirma tal cosa demuestra no haber leído detenidamente los comentarios). Deslizar la idea de que la presunta incoherencia de quienes defienden los derechos humanos y a la vez apoyan la causa israelí "revelaría" (¿?) la inconsistencia o la perversión de la doctrina de los derechos humanos es simplemente una aseveración que no tiene ningún fundamento. ¿En qué sentido la opinión de Salas y Faverón sobre este caso comprometería conceptualmente la doctrina misma de los DDHH? Si hay una razón para sostener esto, el crítico de los Derechos Humanos no la ofrece. Se trata de una afirmación casi disparatada(1), meramente efectista. Creo que ese tipo de proceder simplemente enturbia el debate.

En fin. En alguno de los momentos más difíciles de la discusión se aludió a lo vivido por el pueblo judío en el Holocausto. Sostuve que me preocupaba el hecho de que algunas personas que apoyaban (u ordenaban) los bombardeos en la franja de Gaza tuvieran parientes que padecieron los horrores de Auschwitz, o fueron confinados al Gueto de Cracovia. Señalé que ello me parecía lamentable, porque revelaría dificultades en algunas personas para ponerse en el lugar de los demás. Primo Levi, Elie Wiesel y tantos otros han señalado que una de las lecciones morales de la Shoá – para evitar que catástrofes humanitarias como esa se repitan en el futuro - consistía precisamente en reconocer que no hay muertos ajenos, que lo muertos siempre son nuestros. Se trata de luchar por la vida y la integridad de todos los seres humanos. Esta es la forma más básica e importante de universalismo moral. Esa clase de sabiduría ya la encontramos en los profetas del Primer Testamento (y en algunas tragedias griegas). Si consideramos que fundamentalmente lo que aprendemos de amargas experiencias como las del Holocausto es saber reconocer oportunamente al enemigo, entonces no hemos logrado un aprendizaje estrictamente moral, en lo absoluto. Seguimos en el registro de la violencia. Ese no es el mensaje de Levi, Wiesel y tantos otros que vencieron el terror nazi. Sus reflexiones no son de corte estratégico y necionalista: convergen con lo que Appiah llama cosmopolitismo arraigado, la defensa universalista del valor de la vida humana y al mismo tiempo el compromiso con los propios vínculos comunitarios. Considerar que ambas lealtades están por principio inexorablemente enfrentadas entre sí - como piensan algunos autores conservadores - constituye una suposición simplificadora y poco razonable.

Siento que fui malinterpretado. Se indicó que yo suponía que “el Holocausto debería representar una lección no para sus perpetradores y sus testigos inmóviles, sino para sus víctimas”. No es cierto. Considero que la lección moral de la Shoá está dirigida a todos los seres humanos sin excepción, precisamente porque se trata de abandonar la posición de “testigos inmóviles de la injusticia”, para convertirnos en agentes comprometidos con la dignidad y las libertades de las personas, más allá de su nacionalidad, raza, cultura, religión, ideología política, género o sexualidad. Y no lo digo yo, lo sostienen quienes se comprometieron con la elaboración y discusión del texto de la Declaración universal de los Derechos Humanos. No es ninguna casualidad que la Declaración haya sido planteada a poco tiempo de finalizada la II Guerra Mundial. Lo que se buscaba con ella era precisamente generar el discurso, pero también las prácticas sociales y políticas, para conjurar otras formas de genocidio, tortura y discriminación racial o sexual como se había vivido en los campos. Por ello extraña que algunos intelectuales conservadores hoy asumen una posición de "denuncia" frente a los crímenes del Estado de Israel sean curiosamente los mismos que sostienen que los Derechos Humanos “no existen”, o que la doctrina de los derechos humanos entraña perversiones “diabólicas” (¿?). Se trata de los mismos personajes que ejercieron el “activismo mediático” en la infame campaña contra la CVR - protagonizada por La Razón, Expreso y otros medios de ultraderecha próximos al fujimorismo -, quienes apostaron por la impunidad de los perpetradores, y por la intangibilidad de las fosas comunes por “razones de Estado”. Es lo que yo llamaría hipermetropía moral.

La vocación por el universalismo moral – la tesis de que cada ser humano debe ser considerado intrínsecamente digno y valioso, y que no hay muertos ajenos - está presente poderosamente en la cultura y la espiritualidad judía. De hecho, esa es su fuente. La encontramos en Martin Buber, en Edmund Husserl, en Emmanuel Levinas, en Simone Weil - también en Jesús de Nazaret, judío ciento por ciento - y procede de los textos bíblicos y de la tradición rabínica. En Los abusos de la memoria, Tzvetan Todorov evoca una breve historia contada por André Schwarz-Bart:

Un gran rabino a quien preguntaban: ‘¿Por Qué si la cigüeña, en hebreo fue llamada Hassida (piadosa) porque amaba a los suyos, está situada, sin embargo, en la categoría de aves impuras?’

Respondió:
Porque sólo dispensa su amor a los suyos”.

(1) Según el Diccionario de la RAE, "disparatar" es "decir o hacer algo fuera de razón y regla".


70 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi como defiende tan apasionadamente la, según usted, ¨barbarie israelí¨, muy discutible a mi imparcial punto de vista, supongo que también sería adecuado que condenara con igual fiereza y lucidez las acciones salvajes del Hamas, utilizando escudo humanos (probado y evidenciado por este servidor en sus 15 años como corresponsal de la agencia EFE en el medio oriente) y el abierto discurso de los lideres palestinos de no terminar con los actos terroristas hasta que no se liquide al último israelí de la zona. Supongo que así no se malinterpretarían sus comentarios como maliciosos o sesgados.
O si lo están?

Es un humilde concejo de alguien que ha vivido quince años en la zona y que conoce relativamente bien el asunto.
saludos,

Luis Lema.

PD: Por cierto es el Gueto de Varsovia no Cracovia.

Gonzalo Gamio dijo...

Lea el Post. El salvajismo de Hamás también ha sido objeto de condena.

También existió el gueto de Cracovia. Revise los textos.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Yo discrepo profundamente con el pensamiento reaccionario. Sin embargo pienso que siendo usted filósofo, sería adecuado que en vez de descalificar a sus interlocutores debería refutar sus argumentos. Es parte del ejercicio de la lógica.
Por ejemplo cuando usted afirma:
"la presunta incoherencia de quienes defienden los derechos humanos y a la vez apoyan la causa israelí "revelaría" (¿?) la inconsistencia o la perversión de la doctrina de los derechos humanos es simplemente un disparate sin ningún sentido".

Usted no ha refutado nada ahí, sólo ha descalificado. Si se fija en su blog tiene muchas actitudes similares. No considero que esto sea académicamente serio en alguien que tiene pretensiones intelectuales y sobre todo en una persona que dice estar abierto a la discusión. El argumento citado por usted, aunque lo considero falso, no es un disparate. Tiene una coherencia interna. La forma correcta de enfrentarlo en desenmascarando sus inconsistencias.

Gonzalo Gamio dijo...

Juan:

A ver:

"la presunta incoherencia de quienes defienden los derechos humanos y a la vez apoyan la causa israelí "revelaría" (¿?) la inconsistencia o la perversión de la doctrina de los derechos humanos es simplemente un disparate sin ningún sentido".

Se trata de un disparate (siguiendo a la RAE, que define "disparatar" como "decir o hacer algo fuera de razón y regla".) porque SUPONE (puesto que no apoarece el argumento) que las opiniones de dos personas - presuntamente incoherentes - sobre un caso puntual revela supuestas deficiencias en cuanto a la "esencia" (uso a propósito un concepto 'metapolítico' que no suscribo) de la doctrina de los DDHH.

¿En qué sentido la opinión de Salas y Faverón sobre este caso comprometería conceptualmente la doctrina misma de los DDHH? Si hay una razón para sostener esto, el "reaccionario" no la ofrece.

Si hubiese conocido el talante de la vil campaña contra los DDHH y la CVR que protagonizaron algunos "reaccionarios" comprendería la poca "frialdad o neutralidad eidética" con la que escribo sobre estos asuntos ético-políticos. Es una raya más del tigre. No creo que en estas cuestiones tan hondamente vitales se deba argumentar sin pasión. Aristóteles decía que en cuestiones éticas no es suficiente deliberar correctamente, es preciso poner en juego la emoción que corresponda.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

La crítica de MacIntyre a la tesis de la existencia de los DDHH - en el capítulo 6 de "Tras la virtud" -, quizás podría ser "parte del ejercicio de la lógica" (que hay que emprender y discutir, sin duda). Aquí en el Perú, en los años del conflicto armado interno (y luego en el contexto del debate CVR), las perspectivas contra los DDHH asumieron una encarnación política activista funesta, vinculada a la preservación del fujimorato - un régimen autoritario y corrupto -, y a la imposición del silencio y el encubrimiento frente al asesinato y la tortura. Por eso esos temas son abordados con ese lenguaje intenso: simplemente cuando el correlatio de las reflexiones es el de la memoria de 69,280 personas cuya vida fue segada por la violencia, no puedo convertir el debate sobre los DDHH en el Perú y en Gaza en un exclusivo "ejercicio de lógica".

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Gonzalo,

El hecho que columnistas de "La Razón" o de otros periódicos hayan emprendido campañas sensacionalistas y falaces no significa que uno deba responder con las mismas armas. Si uno cae en ese juego no contribuye en nada al debate intelectual y cívico.

Por otro lado, creo como muchos que criticar a la CVR no significa estar en contra de los DDHH ni hacer una campaña sucia. De hecho yo considero que ella estuvo plagada de errores y de aspectos cuestionables.

Una cosa más: ¿Por qué metes a la CVR en todas tus discusiones? Se supone que en este post estabas discutiendo el tema de la Shoa y de los problemas relacionados en Gaza.

Gonzalo Gamio dijo...

Juan:

No creo que use las mismas armas, para nada,no se puede comparar. he incluido un par de líneas sobre el "disparate".

En el caso de los "reaccionarios" la campaña difamatoria contra la CVr estuvo vinculada a la negación de los DDHH.

Existe una incoherencia en quienes hoy defienden a las víctimas de Gaza - que yo considero una causa justa - y quienes pretendieron negarle a las víctimas de Ayacucho incluso el derecho a saber qué pasó realmente. Por eso aludo a la CVR.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado señor Gamio

He seguido el asunto en los blogs y en honor a la verdad debo decir que el 'reaccionario' a que usted peyorativamente hace referencia (con una aproximación títpicamente derogativa y peyorativa propiamente moderna a las perspectivas del Tradicionalismo) dijo que sus comentarios los iba a desarrollar en otro post en proceso de elaboración.

De modo que culparle de no haber fundamentado, es haber desoído lo que él mismo decía en torno al momento de la fundamentación.

No se apresure por tanto a una crítica que aún no tiene su momento, ni haga pensar a sus lectores aquí que esa persona que usted critica es 'facilista' (si bien, en lo personal, entendería que esa persona decida de pronto dejar el tema allí, pues hay interlocutores que ya han sido llamados a reflexionar sobre temas base de estas posturas, y más que eso no puede hacerse).

Por lo demás, la doctrina de los DDHH que a usted tanto le agrada es -cualquier historiador serio de las religiones y la época moderna podría decirlo- un decidido enemigo político de las comunidades (más que comunidades, pues el término queda corto, naciones, culturas y civilzaciones) que no parten de los presupuestos culturales y éticos que sustentan la defensa de los DDHH. Es una doctrina que legitima la acción 'uniformizadora' modernista occidental.

Y si tenemos en cuenta que el proyecto de los DDHH es fundamentalmente incompatible con esas visiones no occidental-modernistas del mundo [como el lobo que se disfraza con palabras de oveja], en la obra de destrucción de los espacios del mundo que son el depósito de la vida religiosa y del espiritu dirigido a lo Trascendente de modo integral (por tanto, espacios de vida decididamente apartados del modernismo y el secularismo de los DDHH), me es fácil ver que hay alllí una acción de resonancias demoníacas.

Si insiste usted en el carácter 'bienhechor universal' del liberalismo sostenido sobre la doctrina universalista de los DDHH, no puedo más que quedarme mudo de asombro, pues ante un mundo que se convulsiona por doquier ante los arrebatos 'bienechores' del liberalismo político, no entendería cómo es posible ocultar el Sol con un dedo.

Admita por lo menos que al igual que lo que usted supone de los tradicionalistas (perdón, me olvidé que son malos y que hay que llamarlos 'reaccionarios', o sea de modo connotativo gente llena de odio) el pensamiento que usted defiende no bajó del cielo en medio de la nada, sino que viene de la mano de gente y va hacia la mano de los estados, que tienen sangre en las manos (y no es una frase retórica, es real, véase sino la historia del liberalismo en la Revolución Francesa, por citar un solo caso) y que provocan desestabilización en el mundo, un mundo que es -aunque a ellos, y quizá a usted, no les guste- mucho más diverso -a Dios gracias- que la visión reduccionista del ser humano y la existencia, propia del modernismo que usted -llámese o no post-moderno-, igualmente hereda, y que sólo fue posible bajo la voluntad de etirpar la religión (la importancia abarcante a todo nivel de Dios) en este mundo.

A eso, como hombre religioso, lo llamaré demoníaco.

Saludos de un musulmán


Nureddín

Anónimo dijo...

Acabo de leer con mayordetenimiento tu último post. Responder con lógica no quiere decir perder la vehemencia o la pasión, especialmente cuando está en juego una causa justa. Pero la lógica nos sirve para buscar la verdad y la verdad nos permite buscar la justicia.

Los argumentos que acabas de dar de los 69,000 testimonios son falaces y demagógicos. Tu reclamas un debate alturado pero si te fijas en tus posts, cuando tus argumentos tambalean, prefieres descalificar o aferrarte a algún cliché.

¿Pierdes algo en reconocer que te has equivocado cuando lo estás? Yo creo que podrías ganar mucho.

El problema que he visto en muchos filósofos y literatos de la PUCP es que tienen un ego demasiado grande y esto dificulta el debate intelectual.

Gonzalo Gamio dijo...

Señor Nureddin:

Lo que he hecho fundamentalmente es protestar contra una insinuación ofensiva contra dos comentaristas de mi blog a quienes se calificó de “adeptos del infanticidio”. Yo condeno la política de Israel, pero esas expresiones contra Salas y Faverón son injustas.

Creo que usted y yo entendemos de formas diferentes los DDHH y el liberalismo. Le invito a ver mi blog para que pueda verificarlo.

Sigo a Sen, Nussbaum, Appiah y otros en la esperanza de que los DDHH puedan reflejar un consenso intercultural e interreligioso, y que desde ellos pueda cuestionarse su uso ideológico (p.e., la política de Bush).

En fin, no puedo extenderme demasiado. Si más adelante alguien ofrece argumentos que muestren porqué se piensa que la DOCTRINA de los DDHH es “diabólica”, se podrá discutir.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Juan:

Yo he colaborado con la CVR, y te puedo asegurar que la alusión a la cifra de muertos no pretende ser demagógica.

En fin, no estamos de acuerdo. Harías bien en señalar las supuestas “falacias”, en lugar de mencionarlo al vuelo.

Sería bueno que des tu nombre completo, para conversar mejor.

El comentario sobre la PUCP sobra.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Sólo dos aclaraciones breves.

1.- Sólo una nota para una ulterior exploración mayor. Con la Revolución Francesa no triunfó un modelo político estrictamente liberal, sino la vertiente "republicana" jacobina, inspirada en Rousseau, que tendía a disolver las diferencias individuales en la "voluntad general" (lo cual abonó teóricamente el terrono que condujo al terror).

Decir que el jacobinismo y Rousseau son sin más "liberales" no es riguroso. Los liberales del s. XX, herederos de Locke - Rawls, Shklar, Berlin - consideran que Rousseau es anti-liberal en más de un sentido.

2.- No pienso que todo cultor de una tradición sea "reaccionario" o "fundamentalista". Quien escribe es un católico (comprometido con Vaticano II) que ama su propia tradición - y por ello, no deja de ser crítico y autocrítico). He intentado conocer el judaísmo y el Islam a través de sus textos, y los respeto mucho. Aprecio muchísimo la tradición sufí.

No uso "reaccionario" en sentido peyorativo (así es como ellos se autodenominan; me llaman "liberal", y no me molesta). El "reaccionario" es el que condena la modernidad y sus frutos (incluidos la ciencia, los DDHH, la democracia liberal y la igualdad civil) como un extravío del espíritu. Y quienes se autodenominan así suscriben esta (a mi juicio cuestionable) tesis.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Juan:

retomando la cuestión anterior, que quedó sin respuesta:

¿En qué sentido resulta 'coherente' - como señalas - que las opiniones de Salas y Faverón sobre Gaza comprometen la entraña misma de la Doctrina de los DDHH?

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo:

1. Señala usted que:

“Sigo a Sen, Nussbaum, Appiah y otros en la esperanza de que los DDHH puedan reflejar un consenso intercultural e interreligioso, y que desde ellos pueda cuestionarse su uso ideológico (p.e., la política de Bush).”

Y señala asimismo que el rechazo a los DDHH y a la democracia liberal es parte de lo que usted rechaza (con gran vehemencia, además, como usted mismo no solo muestra sino que además explica).

Después nos dice que no toda defensa de la tradición tiene por qué ser reaccionaria. Veamos.

2. En el mundo de hoy, a pesar de las apresuradas esperanzas liberales de la aceptación de la universalidad de los DDHH y de la democracia como forma de gobierno (el convencimiento de que al fin se impone la razón sobre lo que se percibe, dejemos los eufemismos aparte, como la ‘barbarie’), es innegable que la universalización de tales discursos ha sido fuertemente contestada por la realidad, habiendo dicho sueño explotado en mil pedazos bajo las tragedias de la globalización (con la consabida reacción de las instancias políticas de las primeras democracias occidentales para enseñar a sangre y fuego al mundo bárbaro cómo hacer política, y el desencadenamiento de acciones y reacciones que se muerden la cola a nivel planetario).

3. Usted con mucha buena fe de su parte parece creer que el pragmativismo cosmopolitista (o, para el caso, la crítica que esbozo valdría también para cualquier forma de comunitarismo que se proponga desde una clave liberalista, o cualquier individualismo político que simplemente ‘añada’ derechos culturales a la superficie intangible de los ‘derechos fundamentales’) puede ‘reflejar un consenso intercultural e interreligioso’ (es decir, que debería poder solucionar los impasses del liberalismo bruto y salvaje en curso). Cabe preguntarse por tanto qué tipo de solución tiene en mente (y qué tipo de religiones y culturas tiene en mente) tal que en ese ‘consenso’ (racional, dialogante) haga posible finalmente respetar los mundos de las civilizaciones.

4. Si usted a continuación señala que rechaza –y vehementemente- el que no se acepte el discurso universalista de los DDHH y de la democracia liberal, tengo una indicación (que no me sorprende en absoluto) de al-menos-qué-no cabe sin duda alguna en la fórmula consensualista que se afirmaba ser tan plural, cosmopolitista, compasiva, ‘bienhechora’.

5. Pero la exclusión de esas formas de vida cultural, socio-politicas, religiosas) (lo que en concreto queda excluido de su fórmula) es justamente ni más ni menos que el quid del problema de violencia generado por el universalismo liberalista (un universalismo intolerante, a pesar de que se muestre como el logro más precioso de la tolerancia en el pensamiento político del ser humano, y cuya intolerancia queda tal cual sin importar que su fundamentación recurra a la justificación de individuos de racionalidad práctica cuasi-kantiana {Habermas, Apel}, o que recurra a un poder estatal que asuma la voluntad teórica del pueblo {comunismo, Hobbes, Revolución Francesa}, o el recurso a alguna otra instancia justificadora).

6. En términos más concretos: ninguna fórmula del liberalismo (de la variante que sea) aceptará que pueda haber un estado que no tenga separación entre religión y estado, un estado en el que por tanto la instancia última de lo bueno o lo políticamente aceptable o lo políticamente legitimo no quede librado a los caprichos resultantes del consensualismo deliberativo, sino que vienen dados o al menos pre-formados o delimitados de antemano por una Revelación Divina que, en tanto tal, es sagrada e invariable.

No se aceptará en su fórmula pragmatista cosmopolitista, así, por citar algunos ejemplos, que en tal sociedad no haya derecho a la libre (¿cómo le han llamado?) ‘opción sexual’, o que no haya derecho a que las universidades enseñen el ateísmo. O que esté prohibido en dicho estado insultar a su Profeta. No se aceptará que haya un gobierno basado en el principio de la autoridad personal sin mediación de un Congreso –en tanto que instancia depositaria del poder final-, esto, es no se aceptará una monarquía en la que el Rey reina y efectivamente gobierna y en la que lo haga sólo y en la medida en que se erija institucionalmente como Defensor de la Religión (no ‘la’ religión, sino una, la concreta de aquella sociedad, de aquella polis, de aquella civilización).

7. ¿Estamos ante un mero ejercicio teórico? Por desgracia para millones de personas, no. Y por ende tenemos a millones de musulmanes (potencialmente más de la quinta parte de la humanidad, según las cifras de la población musulmana) a la que su fórmula consensualista los excluye –y los golpeará, como de hecho ocurre- o los incluirá –como hace convenientemente el Departamento de Estado Americano con sus interlocutores musulmanes, y como hizo antes de él el Colonialismo Británico- al precio de que renuncien a estas enseñanzas religiosas.

Forzar una Reforma del Islam. Que estos bárbaros pre-modernos aprendan cómo ser civilizados de una vez, ¿no? Más o menos eso, eufemismos aprate.

Vaya pluralismo, vaya conveniente cosmopolitismo. Hablo aquí del caso del Islam en mi condición de musulmán, pero es bien sabido, bajo esta marasma uniformista de la globalización, que hay varios otros ejemplos, fuera del Islam, en los que su fórmula consensualista implica simple y sencillamente: ‘cambia lo que eres para aceptarte –recién- como otro interlocutor’.

8. Humanismo secularista y enemigo de los pueblos religiosos (de religiosidad integral), al desnudo

9. ¿Por qué habría todo ser humano de aceptar, por ejemplo, el discurso individualista de los DDHH (que no deja de básicamente individualista incluso si añade cosméticos derechos culturales?

Dos pensadores peruanos, a quienes usted llamaría ‘reaccionarios’ pero que según veo son bien inteligentes, leídos y capaces de razonar, Eduardo Hernando Nieto y Víctor Samuel Rivera (el último de los cuales en su blog Anamnesis debe estar por responderle a sus acusaciones de arbitrariedad en sus comentarios acerca de Gaza y el rostro fatídico del liberalismo) han señalado en repetidas oportunidades el carácter no fundamentable en términos racionales de los DDHH

EHN tiene en su blog un post ‘¿Se pueden justificar los DDHH?’ que a mi entender muestra contundentemente el carácter falaz del racionalismo liberalista defensor de los DDHH.

Y por su parte Víctor Samuel Rivera ha escrito un post hace no mucho acerca justamente de ‘En Busca del Consenso’, donde hay críticas muy agudas acerca de la posibilidad misma del consensualismo, base de toda posible variante de legitimación de los DDHH.

10. Concluyo con una simple apreciación (y es que a veces el liberalismo nos pinta la historia de una manera tan especial que sorprende): no aceptar la ideología universalista de los DDHH (por anteponerse como criba autoritativa final de lo aceptable en política por encima ni más ni menos que de una Revelación, extendiendo su presunta y falsa validez racional incluso a los pueblos profundamente religiosos) no significa ser un bárbaro Atila sediento y en busca del nihilismo. Vamos.

Creo que es posible en esta época ser un poco menos venales con la religión. Con ese gran Otro que tiene su lógica y leyes no subsumibles bajo el proyecto de democracias, o DDHHs, pero sí bajo todo proyecto de comunidades que se esfuerzan por mantener una unión permanente e integral con la Fuente de todo Bien y de toda Gracia. Ni más ni menos que eso, vaya.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Nureddin:

No puedo responder a sus comentarios hoy, por falta de tiempo. Lo haré mañana. Le adelanto que sigo pensando que entendemos por "liberalismo" y "DDHH" cosas muy distintas.

Saludos,
Gonzalo.

eduardo hernando nieto dijo...

"Decir que el jacobinismo y Rousseau son sin más "liberales" no es riguroso. Los liberales del s. XX, herederos de Locke - Rawls, Shklar, Berlin - consideran que Rousseau es anti-liberal en más de un sentido"

¿Como no era que en una discusion academica no podia apelarse al argumento ad hominem? en fin..

La verdad me llama la atencion que seas tan virulento con Victor Samuel Rivera solamente por haber tenido la "osadia" de descalificar la famosa CV. Por otro lado, tambien me sorprende el que quieras quedar bien con Salas y Faveron que obviamente han explicado que si mueren niños palestinos es por culpa de sus papas de Hamas, pero como bien se ha dicho lo que importa no es la causa (y eso que esto es discutible) sino EL RESULTADO y el resultado es el infanticido o genocidio palestino. Mas argumentos y menos ideologia!!!

saludos
eduardo

Gonzalo Gamio dijo...

Eduardo:

1.- Mi explicación del no-liberalismo de Rousseau no es ad hominem. He dicho - ´brevemente - que la voluntad general tiende a disolver las libertades individuales, caras a los liberales.

2.- Tú has discrepado con la CVR de manera alturada (eso me parece bien). La campaña de "La Razón", lamentablemente, llegó a la difamación y a la calumnia.

3.- ¡No estoy de acuerdo con Faverón y Salas, lo sabes! Sin embargo, llamarlos "Adeptos del infanticidio" me parece excesivo, insultante, por lo menos. Como esto se originó en mi blog, debo protestar. Nada más.

He moderado algunas expresiones duras de mi post - no la tesis central - porque me parece justo. Yo no he sido tan duro como se ha hecho con Faverón y Salas, y mira los comentarios.

Saludos,
Gonzalo.

P.D.: Mañana le respondo a Nureddin.

Daniel Salas dijo...

Nureddin piensa que su religión estaría mejor protegida en un estado metapolítico. Pero antes de estar tan convencido, debería revisar la historia.

Tal vez recuerde lo que pasó en Granada en 1492 pero me gustaría que nos diga si sabe lo que fue el Sínodo de Guadix, si conoce las provisiones reales sobre los moriscos que rompieron, a solo unos años de firmados, los acuerdos de Boabdil por los reyes "católicos". También quisiera que nos diga si sabe qué pasó en Granada en 1568 y qué orden dio Felipe III en 1609. ¿Sabe lo que son los libros plúmbeos? ¿Ha leído los textos españoles aljamiados? ¿Sabe por qué estaban escondidos en paredes? ¿Ha oido hablar del mancebo de Toledo? ¿Sabe quién fue Fernando Núñez Muley?

Si no sabe, averigüe y tendrá una buena idea de cómo actuaría un Estado metapolítico comprometido no solamente con una sola religión, sino con una sola visión de esa religión, contra los musulmanes y sus descendientes.

En América, creo que conocemos mejor la historia. El Estado "metapolítico" de los Austria produjo la destrucción de las etnias nativas, la desaparición de lenguas, la extinción de sus creencias religiosas, el bautismo forzoso, la esclavitud y la muerte de millones incluyendo, claro está, niños, bajo horrendas condiciones de servidumbre.

El argumento reaccionario descansa en una mentira, en una violenta reescritura de la historia. Es la destrucción de la tradición a fin de presentar como "tradicional" una sola avenida de la historia, anulando y acallando a las otras. Solamente los esnobs, los huachafos, pueden creer que los "aristócratas" merecen una admiración especial por el mero hecho de descender de "familias importantes" cuya riqueza se origina en la muerte de miles de culturas y explotación del trabajo ajeno, cuando no en el mero asalto a mano armada.

Nureddin enuncia además una serie de conclusiones intuitivas pero no las apoya en ningún dato sólido. Para qué, si ya Eduardo Hernando ha sostenido que los datos no importan. De modo que si los reaccionarios sienten que el mundo está en crisis, es suficiente para que ellos diagnostiquen que el mundo está en crisis. Pero esta emoción es absolutamente explicable para los que no soportan el cambio, para los que sufren de una tremenda ansiedad por la existencia de los otros, de otras opciones sexuales, de otras maneras de ver el mundo, para los que se aterran ante el avance de la ciencia y de los derechos de las minorías.

A Hernando nunca le importó las matanzas de la Cantuta, de Cayara, de Barrios Altos o de Putis. Nunca le interesó que en medio de la represión el Estado haya matado niños y otros inocentes. Pero le preocupa y alza su voz porque Israel ataca a Palestina. En ningún momento menciona las tácticas criminales de Hamás y el uso de civiles como escudos humanos que está plenamente demostrado por las evidencias que muestra la propia televisión palestina. No creo que sean necesarios mayores comentarios.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Me parece que las preguntas de Daniel salas tendrían que ser contestadas, para avanzar en el diálogo.

Paso a responder sus inquietudes, de la mejor manera que pueda, y brevemente.

1.- Yo no creo en la exportación o la imposición violenta de un modo de vida o un régimen político. Creo en que las sociedades deben forjar consensos y decidir su régimen de vida sin reprimir ni silenciar a nadie. El liberalismo es una forma occidental y moderna de política pluralista, pero no es la única ni lo será. Otras culturas han engendrado en el pasado (y pueden hacerlo en el futuro) formas pluralistas de vida. Lo importante es reconocer que no existe a priori un modo único de vida que sea pleno y racional; se trata de buscar formas políticas que admitan las diferencias no violentas y no represivas de la libertad. Los DDHH constituyen principios que protegen al individuo contra la violencia, la mutilación, la imposición de valores no susceptibles de examen crítico. Rechazo la abolición de los DDHH porque sirve de pretexto para matar impunemente - como con Barrios Altos y Cantuta - mutilar, someter a las mujeres o reprimir otros modos de vivir y pensar.

2.- La potencias occidentales muchas veces han predicado los DDHH violando los DDHH (como en Irak). Eso no invalida la Declaración de los DDHH, como las atrocidades de Torquemada o Bin Laden no invalidan el cristianismo o el Islam (pues ambos denigran su fe). Bush no era un liberal, sino un neoconservador (y un fundamentalista religioso que recortó los derechos básicos de los estadounidenses en virtud de doctrinas que los “reaccionarios” saludan. Es el problema de caricaturizar el liberalismo (identificándolo con el “capitalismo salvaje” y la exacerbación de la tecnología, el “pensamiento único”, etc., y tanta caricatura de quienes no han profundizado en los textos). Si el liberalismo fuera ESO, yo estaría en otra orilla.

3.- La verdad es que Usted cita tantas escuelas (pragmatismo, comunitarismo, etc.) y las despacha tan rápido, que uno se pregunta si puede uno tomar en serio esas críticas. Le propongo discutir a Taylor, Walzer, Appiah etc., desde sus textos. Cuando quiera y con gusto. Si quiere revisar cómo entiendo el liberalismo, puede encontrar aquí “El liberalismo y la sabiduría del mal”. Encantado de discutirlo con Usted.

4.- No entiendo bien su objeción. Los DDHH pretenden ser un foco de consenso intercultural, no ajeno a las religiones. Gente como Gandhi y Maritain estuvieron entre los sabios que discutieron sus fundamentos. Si revisa la Declaración, la reconocerá cercana a sus convicciones, se lo aseguro.

5.- Nuevamente nos encontramos con un enjambre de autores (Habermas, Hobbes, etc.). Discutámoslos uno por uno, con los textos en la mano. Los DDHH cuestionan ciertamente algunas convicciones, como aquellas que subordinan a la mujer, o encierran a los ateos. Es cierto también que muchas culturas practican la discriminación violando sus principios religiosos. Aquí sí hay una zona de discrepancia.

6.- Esta es otra zona de discrepancia. El liberalismo sí critica la figura de un Estado confesional, porque muchas veces éste avala la persecución religiosa, o anula la libertad de la gente de tener otra fe o de no creer. Como sabe, algunos Estados moros de España cultivaron la libertad religiosa (a diferencia de los reyes cristianos que cita Daniel Salas). En una sociedad liberal el Estado promueve la libertad religiosa, no patrocina una fe. Eso no es ateísmo, sino respeto por lo diverso. De acuerdo con usted de que el criterio del Bien no debe depender del capricho, pero sí del discernimiento de cada uno. El paternalismo de un Estado en materia de Vida buena puede ser pernicioso. Se trata de ciudadanos, no de súbditos. Que se condene la sexualidad de la gente o que el Estado imponga una línea académica única es peligroso.

7.- No avalo la represión occidentalsobre el Islam. Muchos musulmanes son anti-fundamentalistas. En el Corán se sostiene que no hay necesidad de convertir a cristianos y judíos. Los fundamentalistas islámicos no han leído el Corán. En el medioevo, el mundo árabe fue maestro de tolerancia.

8.- En un post de mi blog encontrará la distinción entre secularización y secularismo. Yo opto por la primera – siendo católico – porque promueve el pluralismo.

9.- Discrepamos, he revisado el texto de EHN ‘¿Se pueden justificar los DDHH?’ y el escrito sobre Derechos Naturales (bastante MacIntyre) y no encuentro argumentos convincentes. Sobre lo del consenso prefiero no opinar. Hay algunos textos en mi blog sobre el tema, y escribiré algo nuevo sobre la materia.

10.- Pienso que la fe es un don para el creyente. El Estado puede estropearlo. Sobre eso hay mucho que discutir. Cuando el poder se hace pasar por Dios, afrontamos la barbarie.

Continuemos dialogando.

Un gran saludo,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado daniel:

Muy interesantes reflexiones. No debemos caer en las trampas de las propuestas "metapolíticas".

Tu revisión de la historia es persuasiva. Tus preguntas exigen una respuesta.

Saludos,
Gonzalo.

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Estimado Gonzalo,

Me parece que el reduccionismo, que señalas en el pensamiento liberal, es el mismo en la referencia a Rousseau, pues lo sitúas como un anti-liberal desde la óptica de la "voluntad general". Pero, como bien sabes, Rousseau tiene una parte que sí es totalmente liberal: el contrato social.

Sobre las crítica a lo "metapolítico", pues creo que habría que distinguirlo claramente del pensamiento reaccionario. Hay matices que son muy claros, y el ejemplo más evidente es entre reaccionarios más "modernos" (Schmitt) y los tradicionalistas (monárquicos como De Maistre o Maurras).

Lo digo porque una cosa es querer la "dictadura del sable" y otra cosa volver al Ancien Regime. No hay que confundir al público lector con eso.

Un abrazo,

ATTE

Carlos Eduardo Pérez Crespo

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Carlos:

Respecto de la distinción entre reaccionarios modernos y reaccionarios paleoconservadores, te doy toda la razón.

Respecto de Rousseau, discrepo. El contractualismo - una hipótesis teórica común en los siglos XVII y XVIII - no es "esencial" al liberalismo. El caso obvio es Hobbes, que no es liberal, y Rousseau. Hay liberales no contractualistas. Mill, por ejemplo, y muchos contemporáneos: Berlin, Gray, Rorty, Shklar, etc. El cultivo de las libertades individuales, el pluralismo ético y la idea de un gobierno límitado separan a Rousseau del liberalismo. Y nos conducen a las políticas "radicales" de vanguardia, del jacobinismo a Marx.

Un abrazo,
Gonzalo.

Hugo Aldave Herrera dijo...

La doctrina de los Derechos Humanos, constituye mínimos morales en la organización de la sociedad, y su pretensión de universalizacion refleja que si podemos ponernos de acuerdo en derechos fundamentales como el derecho a la vida y la dignidad por ejemplo, su opuesto exacto seria una actitud narcisa de quienes piensan que la aproximacion a la verdad es producto de inspiración personal.
La CVR es una de sus herramientas de análisis predilectas de Gonzalo, y quienes hemos disentido no somos detractores, solo era el deseo de ver un poco de luz en las tinieblas. Es necesario que a la consistencia se acompañe la transparencia política, atributos que gonzalo exhibe en cada uno de sus editoriales desde 1991.

eduardo hernando nieto dijo...

Para Daniel Salas: deberias guardar tu erudicion historica para mejores causas. Por gusto te agotas en mostrarnos todo lo que sabes cuando no sirve para nada pues tus referentes son de los siglos XV en adelante, es decir, cuando comienza la modernidad y el fin de la metapolitica precisamente ;) asi que eso no prueba la "maldad" de la reaccion!!

Para Gonzalo:
"El caso obvio es Hobbes, que no es liberal, y Rousseau...

¿de donde sacas que Hobbes no es liberal?


Creo que no deberias discutir sobre teoria politica liberal, nadie niega tus conocimiemtos de filosofia y epistemologia pero creo que tu especialidad no es precisamente la teoria politica moderna!!!!

saludos
eduardo

Carlos Eduardo Pérez Crespo dijo...

Estimado Gonzalo,

Pero el padre del liberalismo, es decir John Locke, fundamenta los derechos individuales y el respeto a la constitución en la existencia del contrato social, que no es igual al contrato político, como bien lo señala.

Asimismo, John Rawls también retoma esta misma idea al hablar de los fundamentos ético - políticos del liberalismo. Del mismo modo, hay una literatura extensa que ha desarrollado la "parte liberal" de Hobbes en la constitución del contrato social como una forma de derribar las tiranías (me parece que Nussbaum hace esta lectura).

Bueno, con todo esto quería decir que sí, Rousseau no es liberal, pero recoge el legado del liberalismo contractualista. No sé si te parece así. De todos modos, Rousseau me parece un pensador mucho más complejo que la "voluntad general".

Muchas gracias por la amable respuesta. Un abrazo.

ATTE.
Carlos Eduardo Pérez Crespo

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

Lamento escribir largo este comentario pero hay temas aquí implicados que cabe mencionar si se quiere ser mínimamente entendible de a de veras. Si tuviera un blog, lo habría puesto allí, pero ése no es el caso.

Así que ebordo estos aspectos en orden (por si alquien quiere saltarse al punto de su interés):

- Pluralidad de autores y liberalismo
- Buscando un consenso
- Islam tradicional frente al desfigurado
- Estado metapolítico y reescritura de la historia
- Nota adicional a Daniel

Pluralidad de autores y liberalismo

1. La razón por la que he mencionado varios autores y corrientes a la vez sosteniendo que el mundo del Islam tradicional (ni secularista ni secular, monárquico {o más estrictamente, Califal, pero la diferencia no es relevante para lo que ahora discutimos}, y demás características brevemente apuntadas) es un mundo que queda fuera de sus coordenadas de solución política es justamente realzar el carácter marcadamente distanciado la auto-comprensión tradicional islámica y por ende su proyecto propio de mundo de vida correspondiente y, por otro lado, las visiones liberales (por más diferentes que externamente sean entre sí, diferencias que tienen valor político y teórico relevante sin duda –vaya si no ha habido grandes confrontaciones por ello- pero cuyo horizonte de admisibilidad y de relevancia se ubican en el gran marco del mundo intelectual moderno y post-moderno que las hace posibles, pero que no es el mundo tradicional del Islam).

Sin duda, el pensar post-moderno ha entendido percibir el carácter filosóficamente problemático de los presupuestos racionales e individualistas o románticos entendidos al estilo moderno, y nociones como el mundo de la vida, o el giro lingüístico, o demás grandes hilos conductores de la post-modernidad han obligado a redefinir la fundamentación de las ideas de libertades individuales y demás tópicos de la filosofía política, admitiéndose incluso, como no podía ser de otra manera, la necesidad apremiante de abordar el multiculturalismo.

Con todo, las distintas visiones liberales en curso, incluyendo la suya, siguen –por razones culturales y de la historia de las ideas propias de Occidente- teniendo ciertos aspectos de raíz que los llevan a coincidir, más allá de las diferencias internas entre los distintos discursos, con igual energía en descartar la opción de admitir al mundo de vida del Islam tradicional.

Ese rechazo, inevitablemente, más allá de los deslindes teóricos entre diversos tipos de liberalismos con respecto a acciones del tipo de la guerra de Irak o el apoyo militar y diplomático a Israel (con lo que eso significó, por ejemplo, en Gaza recientemente), le hace políticamente juego (precisamente por compartir finalmente el rechazo) a esas posibilidades de desgracia muy real que viven quienes quedan ‘excluidos’ de la no digamos ya racionalidad si no más básicamente inteligibilidad, familiaridad o perceptividad sensible de los discursos políticos formulados desde Occidente.

Quien queda fuera de las coordenadas de la gran tolerancia liberal, queda barbarizado (pues hay que ver que las coordenadas de tolerancia liberal son muy abiertas, multiculturalistas, o pragmatistas, etc., ya sabemos) y allí el poder político y de las armas hace su práctica facilitada presencia.

BUSCANDO UN CONSENSO

2. Usted expone los puntos que implican su visión liberal, y la razón por la cual no admite varias cosas del mundo del Islam tradicional. No digo que las comparta, no diga mucho menos que las defienda. Eso corresponderá a quienes como yo somos musulmanes tradicionales. Lo que señalo es que no podemos pretender que las soluciones liberales nos admiten, pues patentemente no es así. Y eso tiene sus consecuencias funestas para millones.

Usted, con su gran confianza en la pretendida neutralidad del consenso racionalista, escribe de modo que entre los dos pueda haber un diálogo en el cual por mi parte exponga por qué sí son aceptables aquellos aspectos que he mencionado. Definitivamente los considero aceptables, definitivamente los acepto. Pero la manera que desde siempre ha existido para comunicar la fuerza del sentido y de la verdad tras esta visión de la vida, no pasa por su consenso racional neutral.

Porque en el momento en que yo diga: la Revelación Divina tiene un peso completamente incomparable y desbordante frente al fragmento de sentido, siempre en claves contingentes y debatibles, que puede apreciar la sola razón humana de un ser humano metódicamente desprendido de la Revelación, admita que si pusiéramos en un salón de clase, para este diálogo, a trescientos filósofos de un liberalismo de izquierda como usted, y por el otro lado a mi, 299 si no más se irían.

No es que no haya forma de entender o eventualmente mostrar el sentido y la verdad de las afirmaciones de uno, simplemente que: 1) las presuposiciones metódicas mismas del consenso racional en el que confía usted para la discusión de opiniones políticas (en lo que tienen de no neutral, es decir, de ‘radicalmente separadas’ de una aproximación sapiencialista de una tradición que ilumina al ser humano desde un fundamento Trascendente, y de allí deriva una propia visión de la vida, del conocimiento y hasta de la discusión misma), y 2) el número de suposiciones previas del auditorio liberal moderno o post-moderno que se han hecho posibles en torno a temas pre-políticos en virtud a ese eje metodológico mismo, hacen que haya mucho asunto detrás que debe ser previamente aclarado (cuando pueda serlo). No son ciertamente comentarios a un blog la forma. También para esto, hay otras formas consabidas

ISLAM TRADICIONAL FRENTE AL DESFIGURADO

3) Por lo demás, bien señala usted que hay una tradición de pluralismo en el Islam; pensemos sino en el caso de Maimónides como asesor de la corte del Califa, o la situación de relativa estabilidad social que se vivió durante buena parte del Califato Otomano en Palestina, o los ejemplos que muchos maestros del sufismo han mostrado al respecto en la historia.

Cabe señalar que Islam tradicional no es un Islam ‘reformado’, un Islam ‘aceptable a Occidente’, es simplemente lo que nuestras fuentes y la tradición hermenéutica rigurosa de comprensión de dichas fuentes indica, lo que permite de por sí dentro de coordenadas claras horizontes muy amplios y plurales en el que esta presente un balance de la racionalidad práctica (bajo las instancias autorizadas para ejercer dicha racionalidad con efectos políticos, que no es cualquiera, sino los maestros sapienciales –previa paideia de los espíritus, por ende-) entre la Ley y el Espíritu, como hay casos abundantes en la historia política del Islam tradicional.

Bin Laden o los terroristas islámicos son un fenómeno post-colonial en el Medio Oriente. Y si se han convertido en lo que son, además de por ignorancia supina del Islam (ocasionado por las penetraciones colonialistas en las universidades islámicas que querían introducir la tan económicamente ansiada ‘Reforma del Islam’, re-diseñarlo convenientemente) ha sido también gracias a la colaboración solícita de actores no musulmanes (el caso de Bin Laden es ejemplificativo).

ESTADO METAPOLITICO y REESCRITURA DE LA HISTORIA

4) Por lo demás, no creo, como parece pensar Daniel Salas, que el Islam sería mejor protegido en un estado metapolítico, sino en un estado islámico califal que protegería a los musulmanes internamente y además protegería con mucho mayor efectividad que la desgracia y miseria actual política de los estados de Medio Oriente de modo suficientemente sólido, en la medida de lo humanamente practicable, a los musulmanes que vivan fuera de dicho territorio. Como de hecho ha ocurrido varias veces en la historia (los casos que él refiere se debieron a agarrarnos 'sin poder').

Por otro lado, Salas señala los hechos de la historia que nos recuerda para aseverar el carácter tiránico de un estado metapolítico y acusa al hombre tradicional de reescribir la historia. Si el estado confesional cristiano tuvo tales hechos, será asunto que corresponderá examinar a los cristianos.

No reescribo esa historia ni la mía. Pero encerrar a todos los proyectos tradicionalistas en el mismo saco es un error. Que ocurre fácilmente para quien desde una aparente neutralidad discursivista tiene que afrontar al que es ‘muy bastantemente Otro’ y se queda limitado a ver lo que de común haya en esos Otros frente a sus propias suposiciones, suponiéndolos por ende casi iguales –en los temas que nos ocupa, me refiero- sin poder ver –pues necesitaría previamente romper su prejuicio metodológico- que hay ciertamente diferencias y que, quizá, puedan ser muy amplias.

Y no pretendo decir con esto que no ha habido excesos, crisis o violencias injustificadas en todos lados y en toda época. Pero lo que es posible en este campo ahora en el mundo tras la ruptura radical que hubo en Occidente con los mundos tradicionales, sólo es posible por esa separación radical, culposa y, volviendo a nuestro asunto inicial, de resonancias demoníacas.

Tampoco es igual, a este respecto, el abordaje y la situación institucional de un mundo de vida frente a las explosiones de irracionalidad y de violencia egoísta que ocurren en su interior por causa de nuestra fundamental falibilidad y maleabilidad humana, como podemos detectarlo en mundos de la vida ‘paralelos’ al modernismo-postmodernismo (ese ‘pre’ de ‘premodernos’ es de por sí sutilmente una toma de posición prejuzgante), no es igual ello, digo, que esas mismas explosiones cuando ocurren en un mundo de la vida (un anti-mundo contrario al sentido de la vida, en realidad) como el que se construye sobre claves que surgen de la historia del modernismo-postmodernismo.

Tampoco es cierto, asimismo, en cuanto a una evaluación de la historia, que ‘el solo dato hable’ (si bien habla ya y bastante en contra de la puesta del mundo al revés que viene desde el modernismo). Una percepción ‘cuantitativista materialista’ es muy propia a un cierto tipo de mentalidad, mientras que hay miradas ‘cualitativas, verticales, transhistóricas’ que pueden decirnos otra cosa, en consonancia con una visión más integral de la existencia. Que eso sea ‘reescribir’ es falso. Es entender. Entender pero de un modo que no es de los liberales que despotrican contra el monarquismo o las sociedades de gobiernos religiosos, definitivamente (pero si de datos se trata, repito, hay ya mucho de que culpar a esta época de la inversión de la vida).

NOTA A DANIEL

5) Lo de las ‘conclusiones intuitivas’ en mi post anterior, no lo entiendo. Pero supongo que este comentario de ahora puede aclarar algunas cosas. Y Daniel, como alumno tuyo en alguna oportunidad, me deja demasiado que desear tus lamentables comentarios sobre Gaza. No le creas mucho a Israel, hombre, la verdad es más compleja. Pero tampoco le creas mucho al liberalismo, bajo su edificio de argumentos y contraargumentos late una miseria, como la que hace perder de vista la realidad de una situación cobarde que se ensañó sádicamente en Gaza.

Saludos.



Nureddin.

Gonzalo Gamio dijo...

Eduardo:

Me parece fuera de lugar tu última afirmación, denota arrogancia. No voy a contestar eso.

Que Leo Strauss diga algo sobre las "olas" no significa que sea necesariamente verdadero. Deberías menejarte con más cuidado con las cuestiones filosóficas.

Hobbes sienta las bases del contractualismo, pero el modelo político en el que piensa no es en el del gobierno limitado, sino en el de la monarquía absoluta, justificada según el modelo geométrico. No es un liberal (aunque Locke tomó algunas cosas suyas); de hecho, no soy sólo yo ,el que enarbola esa tesis, sino también Berlin, Dworkin y muchos otros. El liberalismo propiamente dicho empieza con Locke.


Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Hugo:

Gracias por tu comentario. Le respondiste bien a Juan.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Carlos:

Claro, Rousseau y Hobbes son contractualistas, más no liberales, por las razones que he bosquejado. Eso no implica que no hayan influido en los liberales (cfr. la impronta rousseauniana en Walzer, los agudos textos de Gray sobre Hobbes).

Lo que sucede es que Eduardo es un devoto de Strauss ¡La filosofía no es una forma de culto!

Saludos,
Gonzalo.

Daniel Salas dijo...

Nureddin:

No, pues, los casos que menciono ocurrieron en el siglo XVI, cuando los musulmanes (como espero recuerdes) tenían mucho poder pero hicieron muy poco por salvar a sus correligionarios de España. Las promesas de ayudan se cumplieron muy tímidamente y cuando fueron expulsados al Africa ya no los reconocían como propios.

Y si los Austria no le parecen a Hernando uno modelo "metapolítico" (a pesar que ocupan un lugar de esplendor en la historia imperial), tal vez se interese más por los Trastamara, familia de intrigantes. Tal vez sienta una gran emoción por los pogromos y la caza de brujas, actos destinados sin duda a combatir "el pensamiento único" de la época. Y Nureddin tal vez apruebe el hecho de que los mudéjares y judíos eran obligados a escuchar sermones en los que se los insultaba.

A lo que me refiero con no confiar en la intuición es que no podemos hablar de crisis sin definir exactamente de qué crisis hablamos y en qué consiste. Para eso necesitamos datos, no juicios ligeros ni impresiones.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Daniel

Que un hombre de estado musulmán de aquel entonces no haya actuado como ahora retrospectivamente hubieras reclamado que actuara no indica mucho sobre las posibilidades reales de lo que pudo hacerse, los problemas que se afrontaba en aquella época, los recursos con que había que contar para afrontarlos, y la forma en que se hacían cargo de todos esos asuntos.

Sabido es que el acercamiento progresivo del Califato a Viena era, para la situación de aquella época, una reivindicación in toto del Islam y los musulmanes (que no tocaran en la puerta más lejana sino en la puerta más cercana, no es de extrañar).

La consolidación final del poder Califal vino además a destiempo de la tragedia de los musulmanes españoles.

Por lo demás, la unidad del poder de los musulmanes es factor necesario para lograr una reivindicación identitaria efectiva real, que era lo que señalaba y a lo que me respondes de esa manera, por mucho que los liberales -y el Pentágono- aborrezcan el Califato. Verdad de perogrullo que quieres cuestionar con ánimo de polemizar por polemizar.

Pues, repito, verdad de perogrullo es tanto lo de 'unidos se hace la fuerza' como lo de 'divide y vencerás'.

El comentario sobre los sermones forzosos, no lo espero de un intelectual serio. Y no muestra más que tu decidido anticlericalismo, lo llames como lo llames. Algo muy propio, sin embargo, de los rostros liberales, más allá de la existencia simpática de liberales religiosos.

En cuanto a la crisis actual, la dimensión de la misma, sus facetas. Cierto, hay ojos que verán una crisis como menor, incluso cuando el sistema financiero internacional hace rajas por doquier y la burbuja de dinero se multiplica geométricamente de modo artificioso (llevando al Fed a recurrir a nuestra alanesca 'maquinita' pero en dimensiones gringas, o sea, inmensas). Dirán que es una crisis como las de siempre, incluso cuando hoy -por más que les pese a los antimonarquistas- una sola persona de la élite de superricos (que pudieron generarse merced al debilitamiento de las monarquías fuertes y a la 'reforma' cristiana católica en entender la prohibición milenaria de la usura, asunto que el Islam sim embargo no olvida) pese a que uno de esos superricos, diga, tenga decenas de veces la riqueza material que podía tener el más grande de los reyes del pasado, incluso cuando el vacío existencial y el síndrome del tedio se esparce por masas de jóvenes ocasionando toda clase de desventuras psicológicas, de un orden que sólo esta época tiene el privilegio de conocer.

Si quieres estadísticas, anda a las revistas de psicología. Te dirán: ciertamente, señor, a esta hora de la tarde, el sol alumbra. Te dirán: ciertamente señor, tenemos cada año más millones de clientes.

Pero si alguien quiere seriamente, con honestidad, una referencia del desastre actual, desastre colosal que es privilegio sólo de nuestra época haber alumbrado -si es un terremoto de 12 o de 16 grados, me descuidaré en saberlo, pues me basta con ver en el mundo, por todos lados, día a día, que es de más de 8-, que lea las primeras páginas del 'Reencantamiento del Mundo', de Morris Berman, o si quiere un alcance de mayor orden, que lea el clásico y fenomenal 'Crisis del Mundo Moderno' de Rene Guenon (el texto se baja gratuitamente de http://www.euskalnet.net/graal/index2.htm pero si alguien quiere, puede escribirme y se lo envío gratis por correo) (mi correo es info -arroba- islamperu.org ).

Para la postura filosófica que se tenga, es un texto a no dudarlo muy significativo. Y si se piensa que es de 1927, pues haga uno cuentas con todo lo que ocurrió después, y veremos dónde estamos.

Al menos la toma de conciencia de este aspecto puede hacernos considerar asuntos que de ordinario no tenemos en cuenta.

Saludos,


Nureddín

eduardo hernando nieto dijo...

"Que Leo Strauss diga algo sobre las "olas" no significa que sea necesariamente verdadero. Deberías menejarte con más cuidado con las cuestiones filosóficas".

El texto de Strauss es "sobre las tres olas de la modernidad", que deberias leer en todo caso para discutirlo pues creo que podrias comprender mejor el desarrollo de aquello que llamas liberalismo. No fue mi intencion que te sintieras agredido por mi comentario en todo caso.

Los Habsburgo tienen cosas maravillosas pero tambien ya estan inmersos en el mundo moderno y el individualismo, se va perdiendo la "magia" y comienza la era de la ciencia y de las cifras que tanto admira Salas, me auno a la recomendacion de Nureddin, hay que leer "La CRISIS DEL MUNDO MODERNO"
de Guenon antes de hablar sin sentido sobre la Tradicion
saludos
eduardo

Gonzalo Gamio dijo...

Eduardo:

Sí, recuerdo haber leído el texto de Strauss para nuestra discusión escrita en "Pensamiento constitucional".

Espero contestarle a Nureddin apenas tenga un poco más de tiempo. Hay mucho que comentar.

Saludos,
Gonzalo.

Daniel Salas dijo...

Nudderin:

Lo de los sermones no fue un comentario. Fue un dato histórico para entender cómo funcionaba la metapolítica. Me pasé varios meses estudiando el caso del dominico valenciano san Vicente Ferrer, así que he leído sus sermones con mucho cuidado. Es absolutamente cierto que mudéjares y judíos estaban obligados a asistir a los sermnoes, so pena de una fuerte multa. Qué lida manera de combatir el "pensamiento único". Ya que a Hernando el siglo XVI le parece demasiado moderno, ahora doy un ejemplo de entre los siglos XIV y XV. Curiosamente, Hernando no tiene opinión alguna sobre los pogromos. Interesante, ¿no?

eduardo hernando nieto dijo...

Para Salas: ¿podrias ilustrarnos sobre los pogromos de los metapoliticos?
Yo creo que tu problema esta en que asocias metapolitica o religion medieval con intolerancia o identificas defensa de un credo trascendente con fundamentalismo!, tipicas ideas de los ateos materialistas!! tu pensamiento tampoco es nuevo ni original!!!
saludos
eduardo

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Sólo señalar dos cosas acerca de su comentario (Pues en lo referente del Islam pluralista estamos de acuerdo):

1.- No creo en la neutralidad - que es una ficción epistemológica - sino en el pluralismo y la admisión de las diferencias, siempre y cuando se respeten los derechos de los demás. El consenso de DDHH alude solamente a la forja de acuerdos en torno a un mínimo de normas que protejan la vida y la libertad de las personas (derecho a no ser torturado, asesinado o discriminado, etc.).

Por ejemplo, yo rechazo la blasfemia. Pero no creo que Salman Ruschdie deba ser asesinado por blasfemo. De igual modo, creo en la igualdad entre los sexos y en la no discriminación racial o religiosa. En la mayoría de los casos estaremos de acuerdo.

2.- Que los DDHH constituyen un un mínimo de normas que protejan la vida y la libertad de las personas implica que se respetan los espacios para recibir y creer en la Revelación, pero también se respetan los espacios para tener otras creencias o no tener ninguna. Los individuos disciernen en sus familias, Iglesias y comunidades pequeñas.

Lo que temo en estas posiciones anti-DDHH (tipo la declaración de valores asiáticos de los 90´s) es que el tema de la culturas locales sea USADO por quienes detentan el poder allí para desaparecer, torturar, segregar a las mujeres, etc.

Por eso el tema de la CVR es importante para mí. En sus 'objetores viscerales' de los medios fujimoristas se vislumbraba el propósito de imponer el silencio y la impunidad frente al crimen.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Hola Daniel

En cuanto a lo de los sermones, te diré cómo lo veo como musulmán.

Una diferencia muy importante entre el Islam y el cristianismo es que el Islam, a semejanza hasta cierto punto en esto con el judaísmo, contiene una Legislación Religiosa que deriva directamente del Corán y el ejemplo de vida del Profeta del Islam. La tan malcomprendida Sharia (por varios musulmanes también, lo admito, pero esa malcomprensión, llamada wahabismo, tiene origen moderno y ha sido alimentada primero por el respaldo británico a la casa de Saud y segundo por USA, aunque ahora los vástagos de esa unión escabrosa les hayan salido chuecos).

El Cristianismo no tuvo Legislación Religiosa, ya que se separó del AT y declaró la Ley autónoma del Amor. Para un musulmán, el Amor es parte del Espíritu que se complementa, como cara y sello, con la Ley, siendo sin embargo la Ley, bajo otro aspecto, un aspecto necesario, insustituible y revelado, pero, en comparación con el orden del espíritu, como lo que sería la punta del iceberg comparado con el iceberg entero.

No desgajamos las caras de la moneda, o la punta del iceberg del iceberg de fondo, pues por inmenso que sea el Espíritu, sin la punta, el iceberg permanecería sumergido, sin presencia, sin poder manifestante.

Los sermones a que haces referencia no se condicen con el amor cristiano, definitivamente, pero justamente porque no hay legislación sagrada expresa (se tuvo que echar mano de una legislación tradicional pero no sagrada –que hay su diferencia- que no era cristiana, como fue la construcción del derecho canónico) hay asuntos que ante la ausencia de leyes, y frente solo a principios que pueden ser siempre muy gaseosos (o que si están en un derecho no sagrado, tradicional, no adquieren el suficiente peso inconmovible y decisivo frente a culaquier gobernante de dicha religión), hay asuntos que ante los solos principios, digo, pueden ser fácilmente desoídos. De allí la necesidad de leyes concretas.

Ha habido varias ocasiones en que el trato de ese tipo frente a musulmanes y judíos se ha producido en la historia europea justamente por ese problema.

En el Islam –repito que no desconozco excesos o distorsiones ocurridas, pero ahora hablo de lo que establece la ortodoxia islámica, a la que de todos modos (y en una sociedad tradicional religiosa no es un elemento nimio en absoluto) debe expresar que se apega el gobernante, lo cual limita por contrapesos sociales internos el carácter de los desmanes que pudieran ocurrir- las leyes al respecto son claras: convertir por la fuerza es algo prohibido. Como también (lo que se olvida en las polémicas por las caricaturas) insultar a cualquier Profeta, no solo al nuestro. Otros elementos: Nuestro Profeta (que la bendición de Dios sea con él) tuvo además una esposa que era judía.

Además, el ejemplo de vida del Profeta en el caso del Islam es una vida sobre la que existe un conocimiento muy extenso, tenemos miles de narraciones acerca de su vida. De hecho, casi un cuarto de millón.

Algunas citas en este tema extraídas de allí pueden ser clarificadoras: “En cierta ocasión el Profeta (s.a.s.) pidió prestado algún dinero a un judío. Después de unos días, el judío fue a reclamar su dinero. El Profeta (s.a.s.) le dijo que en aquel momento no tenía nada para poder devolverle el dinero, entonces, el judío permaneció allí desde la mañana a la noche, reteniendo cautivo al Profeta (s.a.s.). En aquel entonces el Profeta (s.a.s.) era el gobernador elegido de Medina y podría haber tomado fácilmente medidas contra él. Sus Compañeros naturalmente querían que le hubiera echado una reprimenda y que lo hubiera expulsado de la casa. Pero el Profeta (s.a.s.) no quiso y dijo, "El Señor nos ha prohibido hacer daño a nadie." El judío mantuvo retenido al Profeta (s.a.s.) hasta la mañana siguiente. Pero con las primeras luces del alba, el judío se conmovió ante la paciencia del Profeta (s.a.s.) y abrazó el Islam. La noble conducta del Profeta (s.a.s.) tuvo tal impacto en él que le quiso entregar toda su riqueza diciendo, "Gástala como quieras."

Según otra narración de la vida de nuestro Profeta (saaws)él dijo de una persona: "Por Allah, él no es un musulmán, por Allah, él no es un musulmán, por Allah, él no es un musulmán, pues con él sus vecinos no están seguros."

Incluso en situaciones difíciles, como la que precedió a la conquista de Jerusalén por el Califa Umar ibn al Khattab –que Dios esté complacido con él- cuando él entró a Jerusalén le llegó la hora de rezar, se le invitó a que lo haga en la iglesia y él se rehusó diciendo: si rezo allí ahora, más adelante los musulmanes la harán mezquita”.

Estudiar un proyecto de califato islámico, en tanto que su fuente de legitimidad es el Corán y la vida de nuestro Profeta, no puede estar disociado de la comprensión recta de las fuentes sagradas islámicas.

Y de allí se deriva una situación distinta a la de los sermones que mencionas. Por leyes nuestras y por narraciones numerosas de la vida del Profeta, y no solo por principios que pueden muy vagos.

Es sabido que el período de mayor estabilidad y florecimiento de los judíos después de la diáspora ocurrió en suelo musulmán. Hubo excesos, confrontaciones, pero la mentalidad de progrom no. Ese odio visceral que vemos hoy tiene una fuente muy moderna, y hay que buscarla en la situación política del apartheid a los palestinos, la suma hipocresía occidental al respecto, y de manera inmediatamente previa a ello, en las acciones de intereses sionistas en derrumbar la unidad del califato otomano. No por nada Theodor Herzl mandó un emisario a que le diga al califa que le solucionaban la deuda externa del califato (!!) a cambio de Palestina.

Saludos,


Nureddin

Ricardo Milla dijo...

Hola, Gonzalo:

Interesante este post y el anterior al que haces referencia. Me tomó [mucho] tiempo leer cada comentario. Hay mucho que decir! Por eso no diré mucho.

1. Rorty plantea que aquellos que salvaron a judíos de manos de nazis era porque veían en éstos algo que los hacía semejantes a ellos mismo, y asi ser parte de un "nosotros". Si tomamos esta idea, lo que plantea Rorty es que uno proteje a quienes concidera como parte de un "nosotros" en contraposición de un "ellos", así Rorty parecería una cigüéña. Pero, no es así, pues salva su teoría proponiendo su cosmopolitanismo kantiano "re-loaded" de que ese "nosotros" debe abarcar a cada ser humano. Eso es parte del liberalismo y su universalismo. Ciertmanete estoy de acuerdo con Rorty, y contigo, al pensar que no se debe torturar, matar (sin sentido), discriminar, ningunear, etc., a nadie. Eso es evidente. Bueno, Rorty lo fundamenta en un sentimiento: la solidaridad, que va contra la crueldad; pero ese es ya otro tema. La cuestión es que si bien puedo estar de acuerdo con ese principio de caridad universal hacia el otro, no entiendo cómo es que el liberalismo sostiene y sustenta esos derechos universales, teniendo en cuenta que el liberalismo renuncia a todo fundamento. Así, adoptar un universalismo no es, acaso, adoptar un "pensamiento único" y así negar el pluralismo que tanto proclaman y que además están in-fundamentado? Hay cuestiones que puedo aceptar que sean universales, como el derecho a la vida que se desprende de la ley natural a permanecer en el ser y no de una ley positiva, como si los derechos fueran otorgados por el Estado, como ocurre en la comunidad liberal estadounidense (tema aparte), pero hay otros derechos que no son aplicables a ciertas comunidades, pues ciertos derechos están ligados a prácticas, y las prácticas forman parte de una tradición y se desarrollan en esa tradición, cómo es posible que se apliquen derechos "universales" que implican prácticas que ciertas comunidades no tienen? Es que esas comunidades están mal, pobres de ellos ignorantes que no conocen los bienes clásicos burgueses y hay que impartirles estas prácticas para que puedan aceptar estos derechos que sabe Dios de dónde proviene y cómo se fundamentan? Entonces alguien podría decir que hay que imponer esta forma de vida a la luz de los DDHH "universales", pero así dónde queda el respeto a las libertades individuales que tanto declara y hace alarde el liberalismo tener? No es tan jalado de los pelos aquello que algunos denuncian a esos que tanto se aferran a la tolerancia y que al fin y al cabo terminan por ser los más intolerantes, por que claro si uno no es democrático o no apoya a la democracia es un conservador-retrógrada-pre-moderno que no entiende nada, pobre de él, y que cree que hay otras formas de gobierno mejor para su comunidad que no sea la democracia, cierto? Tal vez suene a "caricatura", pero es algo que se cuela en el discurso liberal. Mi crítica es a buena fe, pues no soy el único que puede darse cuenta de esto.

2. Sr. Salas, si tanto se queja del "pensamiento único" que Ud. dice que tienen los reaccionarios, los tradicionalistas, y los hombres de "fe", cómo es que defiende tanto el pensamiento único de la democracia, de los DDHH, y del pluralismo? Denuncia un tipo de "pensamiento único" (que no ha sustentado porque es que es un pensamiento único, y que además toda comunidad tiene un pensamiento único en cierto sentido, pues sigue un telos cuasi único y cultural, asíque pensamientos únicos hay muchos y por doquier, y que incluso de que exista un pensamiento único no se sigue que no se acepten otros tipos de pensamiento, pero en fin) cuando Ud. tiene un pensamiento único? Total, en qué quedamos? Y, bueno, mi crítica va asociada con lo que te dice Eduardo, parece que asocia defensa de vida religiosa con fundamentalisto, y lo asocia sin ningún tipo de justificación, o eso parece.

3. El proceso de secularización, como antes hemos conversado, Gonzalo, no debe ser un proceso en que se desacralice todo ámbito de la vida personal y de la vida comunitaria, sino que es un proceso en el cual se van diferenciando Iglesia y Estado. Aunque tampoco significa que religión y política tengan que separarse, pues la religión demanda una política, pues la religión es social y política. Una cosa es descralizar todo, y otra es distinguir que la Iglesia en cuanto tal no debe intervenir en el Estado. Para ello es muy útil las distinciones que hace Tomás de Aquino en su obra "De regno".

3. Comulgo con muchas de las ideas de Nureddín. Pero son tantas que no puedo comentar todas.

4. Y, Gonzalo, deja de hablar de un blog, de ciertos reaccionarios, etc., etc.; es mejor hablar claro y a la "cara", en vez de dar supuestos a entender.

5. Tengo sueño.
Saludos.

Ricardo.

Ricardo Milla dijo...

Ah! Y....:
"Todos los que creemos en la doctrina de los derechos humanos..."
Existe una doctrina de los DDHH? =S Cómo es? Cuál es?

Gonzalo Gamio dijo...

Ricardo:

1.- Interesantes impresiones sobre Rorty.

Es posible que ciertas comunidades opten por otros modelos políticos, pero debe hacerse explícito lo que ellos quieren (en contraste con quienes detentan el poder).

Sobre secularización volveré a escribir.

4.- Uso la expresión "algunos reaccionarios", a veces, cuando son varios los autores que deslizan una idea.

En otros casos, lo hago respetando un "estilo literarorio" que se ha impuesto entre este servidor y el usuario del blog antiliberal. Él me llama "el liberal", o "liberal de izquierda de otro blog". No me quejo. Me parece bien. Yo lo llamo con mayor solemnidad: "académico reaccionario". No hay mala intención, sólo sigo el estilo que se ha generado.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Va muy bien, Juan, pronto la culminaré. Gracias por tu preocupación.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Me alegro Gonzalo. Por que el problema de muchos de los que hacen tesis doctorales es que la tienden a postergarla para dedicarse a otras cosas. La tesis siempre paga pato.

Gonzalo Gamio dijo...

Sí, este año la termino, por fin.



Saludos,
Gonzalo.

Daniel Salas dijo...

Voy a responder a los comentarios en algunas horas cuando tenga tiempo. Por ahora, llamo la atención por enésima vez a esta frase que veo a cada rato entre los anti-universalistas y que nadie logra terminar de explicar:

"pero hay otros derechos que no son aplicables a ciertas comunidades, pues ciertos derechos están ligados a prácticas"

Mi pregunta es ¿cuáles son esos derechos exactamente?

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Daniel:

La tuya es una preocupación legítima. Algunas culturas y comunidades religiosas han considerado que tienen la prerrogativa de cancelar los derechos de sus miembros (incluyendo la vida, la integridad física y la libertad) por una cuestión de “pureza doctrinal”. Eso es peligrosísimo.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

Después de todo lo que se ha escrito en los comentarios previos, quedo sin explicarme cómo es posible insistir en el carácter ‘dialogante y plural’ –para nada pensamiento único- de las aproximaciones liberales. Sin mencionar, por supuesto, la trágica realidad del mundo de afuera, que desmiente esa afirmación por si solo.

Quedémonos sin embargo en los lindes virtuales de la discusión académica en las cuales es posible sentirse muy plural.

Usted descalifica modos de vida –que implican millones de seres humanos, no se olvide; sólo en el caso del Islam, hablamos potencialmente de más de la quinta parte de la humanidad-, los descalifica pintando, entendiendo y explicando sus convicciones o marcos de visión del mundo -el Islam, sin más, que abarca aspectos jurídicos no solo personales, sino políticos, sociales, económicos muy concretos y no occidentales- como de asuntos inaceptables y bárbaros.

¿Y se asombra de que digamos que usted no defiende un pensamiento único?

Más claramente: “un formato de consenso único para pluralidades” que para poder entrar en dicho formato o se reforman (¡reformar una religión, una revelación, un contacto con el sentido real y no solo contingente de la vida, a cuento de problemas, teorías y sensaciones nacidas de la secularidad! Si usted no tiene problema con eso, yo y millones sí) o quedan fuera de lo admisible, es decir, calificados como productores de conductas moralmente condenables y, a solo un pasito de distancia, en el plano del derecho internacional, internacionalmente condenables y, un pasito más, internacionalmente sancionables. Pero no, sólo los bárbaros tienen pensamiento único, los liberalismos no.

Lo tiene, sólo que es distinto claro, no dice tanto sobre la vida, porque justamente nace sobre la negación –o confesionalmente decidida o, lo que es igual en la práctica socio-política, una negación metódicamente asumida [un poner entre paréntesis]- de la posibilidad de decir cosas grandes de importancia sobre la vida como lo hacen las religiones. Se asombra de que se afirme que allí puede haber un pensamiento único.

Claro, el mundo que dio la espalda a su conexión con Dios se ha roto en diez mil pensamientos diferentes, donde toda combinación es posible y siempre encontrará gente que crea la suya propia defendible. Pero hay algo en lo que se es único: ‘¡que otro acepte lo que negamos aquí todos, nunca!’. En términos del tradicionalismo guenoniano, la frase sería: unidos en la rebelión del mundo moderno.

Entonces, a aestas alturas del mundo, hablar como nos dice de ‘reglas que los participantes eligen y discuten’ resulta cuando menos inverosímil. Cuando comprenda que las naciones estado islámicas contemporáneas –y sus nacionalismos artificiales desgraciadamente divisivos, que no su amor al terruño e identidad cultural, que es bien otra cosa- han surgido como productos modernos de arreglos coloniales forzosos (en un caso, tres no musulmanes se dibujaban entre sí a borde de un barco cómo iba a quedar dividido el Medio Oriente cuando –por fin!- se cayera el Califato-), entonces verá que es disfrazar crudamente la historia el pretender que la firma por parte de esos nuevos estados de la magnífica Carta universal es la ‘elección’ a que usted hace referencia, y podrá observar cuán falso es siempre hacer firmar algo a quien se tiene agarrado del cuello.

Lo de deseable convertir a los demás por la fuerza. En fin. No reescribiré la historia de otros. Pero asumiendo que o usted o algún otro lector crea que aquí se subsume al mundo islámico tradicional, creí que lo que escribí al respecto podría haber ayudado a deshacer concepciones erróneas.

Por otro lado, Daniel dice:

"pero hay otros derechos que no son aplicables a ciertas comunidades, pues ciertos derechos están ligados a prácticas" –
Mi pregunta es ¿cuáles son esos derechos exactamente?"

La forma de enfocar el asunto es engañosa. Que un derecho no se ‘aplique’ a otro implica en cierto modo que el otro se constituye como una excepción … a la regla (a la regla que por ende existe y que hay que justificar porqué se delimita para permitir una exclusión).

Pero yo más bien diría, en todo caso: una comunidad de naciones tiene definidas entre sus convenciones sociales reglas de comportamiento que conforman un corpus legislativo, y otra comunidad de naciones y/o pueblos tiene definidas entre sus convenciones sociales reglas de comportamiento que conforman otro corpus legislativo, con puntos de semejanza y puntos de diferencia entre sí. Unos admiten la poligamia, otros no. Unos creen valioso que sus integrantes puedan producir consensos incluso si éstos deciden defender el abandono o el poner en asuntos prácticos de la polis entre paréntesis la idea de Dios [admítase al menos que históricamente es así, pues primero hubo una presencia y después se sustituyó por una ausencia –sea teórica o práctica-], otros perciben dicha situación como una desgracia de consecuencias no solo individuales sino además sociales de orden trágico mayor y por ende proscribible.

Saludos,


Nureddin

Los ejemplos, a continuación -se encontrarán excepciones, como en todas las prácticas sociales, pero el primero de los ejemplos tiene carácter normativo en el Islam y el segundo es históricamente muy significativo:

El normativo

The Caliph 'Umar ibn Al-Khattab never differentiated between the victory of Christianity and Muslims. It is known that Christians in Levant demanded the support of Islamic armies to save them from the tyranny of Romans and to put forth the justice among them because the divine message of Islam obligates Muslims to propagate justice among people regardless of their faiths and beliefs. We would explain what is meant by Jizyah, in Islam it is a tax paid by non-Muslims to Muslims in order that Muslims defend them and protect them.

It was not a punishment at all, at the same time Islam allowed the freedom for non-Muslims to perform their rites with mere justice.

The matter was the same for Copts in Egypt. They faced great persecution and torture on the hands of Romans before the Islamic victory. They yearned for Arabs to rescue them, Sir Thomas Arnold described the torture that Copts faced before the Islamic conquests; some Copts were tortured then thrown in sea, others were exiled and other Copts concealed their true beliefs, they appeared to have accepted the resolutions of Khalqadonia Council.

The Islamic conquests in Egypt brought a life of freedom for them. The muslim leader Amr Ibn Al-As left them free but paying the Jizia. He left them free to perform their rites. He ended up tyranny and torture in Egypt on the hands of Roman rule. Amr Ibn Al-As never touched the churches or committed acts of vandalism. It is clear that the status of Copts at the early days of their rules was moderate and balanced.

El otro ejemplo:

Pagan Seljuk who invaded the countries behind river, Iraq until they were able to overrun most of Islamic land, these conquistadors were attracted to Islam and its tolerance until they embraced it, then they became Muslim Sultans. Moreover, the Tatar embraced Islam who were before Islam barbarians, blood thirsty and they invaded Muslim countries, cancelled caliphates, mutilated people and massacred many. But when they knew Islam, it changed their nature, refined their manners until they made civilization and art known as the Mongolian arts.

Who can believe that such killers who spilled the blood of many Muslims would embrace Islam? They made the greatest atrocities in history. Ibn Athir describes how they changed mosques to stables, torn the Qur'an, demolished mosques in Samarqand and Balkh, He stated, "I spent many years can not bear remembering these atrocities as I detested them as they were abominable for me, who dares to announce the death of Islam To Muslims? Who can remember these atrocities? I wish I have never been born, I wish I had died before that. Many friends ordered me to relate it and record it. I say this was the greatest atrocity that never occurred in any days before, it afflicted all people especially Muslims, If any one can say that since the creation of Adam and Eve there have never occurred any atrocity like that, then he is saying the ultimate truth.

(Ibn Al-Athir: accidents of the year 617 Hijrah).

Gonzalo Gamio dijo...

Estimados lectores:

Les pido que mantengamos la discusión en el asunto mismo, los argumentos, y dejemos las cuestiones de tipo personal. El tema puede ser sensible para muchos (la Shoá, Gaza, los DDHH, la CVR), y entiendo eso, pero mantengámonos en la argumentación.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Yo no he descalificado a nadie. Para el Islam sólo he tenido palabras de admiración; en mis clases insisto en no confundir entre el Islam y el fundamentalismo.

Sólo puede identificar mi posición con la intrandsigencia si maneja una concepción de "liberalismo" que es radicalmente diferente a la que yo uso para plantear mi punto de vista.


Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimados Villaraelinos:

Pensaré seriamente en torno al mensaje que me han enviado.

Muchas gracias.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

Usted subjetivamente no habrá hecho comentarios derogatorios, y le agradezco, pero el análisis que he querido llevar a cabo examina la postura filósófica, no la persona, y lo que esa postura conlleva.

De conformidad con lo que está en tal postura, no hay más que concluir -si hay que ser consecuentes- que hay elementos de la religión misma del Islam (el Islam tradicional, el ortodoxo, el que hizo coexistir en relativa paz y estabilidad las tres religiones en Palestina por buen tiempo), elementos de la religión, decía, que deben sin embargo -según tal postura- ser rechazados como inadmisibles en su marco de tolerancia.

(Queda decartado tanto por usted como por quien escribe el wahabismo-salafismo de los binladenitas et alia {en cuanto a la palabra 'fundamentalismo' su multivocidad me hace precisarla; me temo que creyentes con fe fuerte a demasiados les podrían parecer ya solo por ello fundamentalistas, asaí que preciso).

Ejemplos:

No hay separación entre estado y religión en el Islam. No tenemos sin embargo la problemática de 'las dos espadas' o Iglesia vs Estado, por la sencilla razón de que no hay un Papa ni obispos en el Islam. Nuestro funcionamiento al respecto es propio, diferente. Pero el punto que aquí señalo es que no hay separación entre la regulación de los aspectos de la sociedad y la enseñanza de la religión.

Eso, usted no lo acepta. Eso queda fuera de lo aceptable por los DDHH que son aconfesionales.

Hay poligamia en el Islam. Bajo condiciones estrictas, humanas, justas, y de hecho de cada 15 musulmanes 14 posiblemente sean monógamos. Y podrían mencionarse mucho más consideraciones situacionales al respecto -éste no es el momento o el foro para ello-. Pero el hecho, que aquí recalco, es que se acepta -bajo las consideraciones que explicar más en detalle me ahorro- la poligamia en el Islam.

Para usted, eso es discriminatorio. Contrario a los DDHH.

La blasfemia es un asunto que no es simplemente individual. Desconocer eso es desconocer al ser humano. Como el virus, hace daño a la salud del cuerpo. (¿no advierte cómo el mundo cristiano ha quedado tan completamente insensibilizado a las blasfemias y ultrajes contra Jesús o la virgen María, la paz sea con ellos, en una situación de absoluta impotencia y hasta habituamiento frente a la oléada de narraciones y películas escandalosamente derogatorias? ¿No advierte lo que ello significa a mediano y largo plazo, lo que el mundo mismo ahora está viendo? Nuestra conciencia religiosa es al respecto muy distinta). Por ende, tales hechos son actos jurídicamente reprimibles. Cuál sea la sanción es otro asunto mucho más político práctico que solo legislativo -como más bien quisieran los críticos del Islam- donde habría que estar ante todo a la lectura integral de las fuentes y el seguimiento de los hermeneutas de las fuentes del Islam. Pero el detalle del análisis hermenéutico no es aquí necesario. Basta con señalar la sola reprimibilidad jurídica.

Que según usted, estará atentando contra sagrados y universales DDHH. Y por ende, es inaceptable.

Basten como ejemplos.

Siendo esto así, estos elementos no son aceptables en su 'consenso'. Por ende:

- o quedamos fuera, con las visiones liberalistas (las bushianas o antibushianas aquí por igual) señalando que hay aspectos éticamente condenables por ir contra los DDHH (y de allí hay una progresión lógica hasta llegar a la condena internacional u la sanción internacional), o

- se nos pide renunciar a la creencia de que nuestra religión es una Revelación y por ende, en lo revelado, Inmutable salvo que el mismo Dios, autor de la revelación, cambie lo que ha ordenado. Se nos pediría renunciar a ello, 'modificarnos', esto es, occidentalizar el Islam, 'adecuarlo', cosa que atenta contra nuestra identidad y creencias (aquí, nuevamente, nuestra conciencia religiosa es muy distinta al ethos relativista occidental).

Lo que señalo, en consecuencia, es que su postura implica o dejarnos decalificados -susceptibles a las consecuencias de una descalificación- o enajenarnos.

Ambas opciones inaceptables.

Lo que muestra que el pluralismo de su 'consenso' es aquí falso. Lleva ni más ni menos que a descalificar a una religión tradicional y tan universal como el cristianismo (descalificarla en el plano no ya individual, sino de la polis, o de la comunidad internacional), o a forzar una enajenación en masa de millones.

Eso muestra que estamos ante un 'pensamiento uniformista universalista' ('pensamiento único', si se quiere). La aplanadora de los DDHH.

(¿Por qué se piensa que con la Declaración universal de los DDHH se descubrió la felicidad? Me maravillo. No fue así, sino al contrario. Y en todo caso al menos tras las críticas del post-modrnismo cabría aceptar por lo menos que hay esquemas de felicidad y paz, de autorrealización, de libertad del espíritu (distinta a la libertad animal del ego individualista), que son patrimonio de la historia universal, y que han existido mucho antes y en clave culturales -y jurídicas- muy distintas al proyecto modernista que se consumó en la Declaración Univ. de DDHH)

Por tanto, vale lo escrito de que, más allá de la apariencia pluralista:

"Hay algo en lo que se es único: ‘¡que otro acepte lo que negamos aquí todos, nunca!’. En términos del tradicionalismo guenoniano, la frase sería: unidos en la -universalización de la-rebelión del mundo moderno."

Usted no ha querido responder a estos cuestionamientos nmuy concretos.

Le pido que sea consecuente e intelectualmente honesto.

Está además la pregunta, si usted es relativista, pero insisirá en su postura de descalificación de esos elementos que he señalado, ¿cómo le hace para descalificar sin contradecir el relativismo post-moderno, 'post-liberal' como anuncia el título del blog?

Saludos,


Nureddín

(A título aclaratorio, ante las confusiones que los binladenitas pueden haber introducido en la percepción mediática y mediatizada occidental de lo que sea o no sea verdaderamente el Islam, menciónese aunque sea de paso que el Islam tradicional, ortodoxo, clásico, se aprende mediante el seguimiento -taqlid- estricto de una de las Cuatro Escuelas clásicas de Derecho islámico, bajo un aspecto, y bajo otro, complementario e inseparable del anterior, si bien a la vez 'catapultador' hacia realizaciones meta-legales del espíritu {que no hay que confundir con realizaciones 'derogatorias' de la Ley}, a través del seguimiento de un Maestro espiritual de la instancia de la sapiencialidad sufi -con quien se completa el conocimiento necesario para, mediante el ejercicio ponderativo de la razón práctica resultante de un proceso de paideia, aplicar de modo balanceado y virtuoso la Ley y su Espíritu en un muy concreto-aquí-y-ahora que sin embargo no responde en absoluto a una lógica 'acomodaticia' o 'claudicadora', esto es, inauténtica, sino que responde a una lógica de intensa búsqueda de autenticidad en el sometimiento a Dios).

Gonzalo Gamio dijo...

Nureddin:

Como son muchos temas - y muy importantes - tendré que responderle mañana.



Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Gonzalo:

Lo de Rorty es interesante, pero no quedan claras muchas cosas en su liberalismo, como el tema de que no se puede pensar en el hombre universalemente, pero hay que tener un sentimiento universal de solidaridad, y cosas por el estilo. Aunque, como todo pensamiento, no es un pesamiento terminado y con putno final. Habría que profundizar en lo ya expuesto por Rorty, tomar lo bueno y las carencias simplementes irán cayendo en el camino.

Bueno, si él se refiere hacia ti así, debe ser porque, talvez, tu has estado refiriendote con expresiones y no con nombres propios. Pero como bien has dicho: "hay que centrarnos en los argumentos, no en los 'locutores'". Asique yo veo como mejor llevadero evitar tales expresiones que disimulan a la persona a la que quieres aludir, pues, por más solemnidad que le metas al asunto. Es mi apreciación y te lo digo como un punto de vista que, me parece, podrías tomar en consideración.

Cuáles son esos derechos, Daniel? Bueno, creo que Nureddin ha respondido ya eso.

Saludos,
Ricardo.

PD: cómo hace Nureddin para escribir tanto en tan poco tiempo y tan bien hecho? =S

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Cuando me preguntas sobre la legitimidad del castigo penal a la vblasfemia o por el tema de la poligamia me pides que - en un sentido ético - me plantee el tema hipotéticamente como una opción vital (cfr. B. Williams).

1.- Reitero: la blasfemia es uma falta grave para mucha gente (me incluyo), es una falta de respeto contra lo que mucha gente considera sagrado. Es causal de expulsión de una comunidad religiosa, sin duda. Puede tener consecuencias espirituales funestas en la óptica del creyente. No estoy seguro de que Rushdie sea efectivamente un blasfemo. Pero si me preguntas si elegiría vivir en un lugar en el que los irrespetuosos con la religión padezcan cárcel, mutilación o muerte, mi respuesta es no.

2.- Sobre la poligamia: es posible que para un cristiano occidental como yo sea inaceptable, pero debemos reconstruir la concepción islámica para entenderla como práctica. Le diré que la poligamia islámica no es necesariamente discriminatoria porque la primera esposa debe estar de acuerdo para que el varón tome otra esposa, y la familia debe estar en capacidad de afrontar los gastos que supone un nuevo integrante.

He de escribir un post sobre multiculturalismo para responder a tus inquietudes. Pronto.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Insisto en lo del “estilo literario” que se ha impuesto en ambos espacios. Hay mucho contexto ético-político que también lo explica, he de decir. No es raro en la escena filosófica: salvando las distancias, Schelling y Hegel practicaban este “estilo literario” en sus debates en el siglo XIX. Me parece gracioso, y no me molesta. El estilo puede cambiar, por supuesto.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

Espero que pueda darse tiempo en algún momento para su post sobre multiculturalismo.

Por mi parte, he mostrado algunos puntos (patentemente, el sistema de derecho penal islámico) que entiendo no son admisibles en absoluto para cualquier clase de liberalismo y cualquier tesis multiculturalista escrita bajo ideales liberales.

Quisiera por mi parte sólo mencionar un último asunto, sin el cual la lectura de este tema se vería fundamentalmente incompleta: los equilibrios al interior de una Tradición.

El 'pluriculturalismo plano' que es en el fondo muy monoculturalista [los hechos de la globalización hablan pro sí mismos], y al que he venido sostenidamente criticando, parece necesitar que lo que queda fuera de su fórmula sea presentado como horrendo, a fin de justificar -por vía meramente emotiva, que no racional- la exclusión que necesariamente realiza.

Como cuando usted dice:

"Pero si me preguntas si elegiría vivir en un lugar en el que los irrespetuosos con la religión padezcan cárcel, mutilación o muerte, mi respuesta es no."

Dicho pluriculturalismo olvida que una Tradición puede perfectamente contener en sí misma mecanismos de auto-regulación de los excesos (en condiciones, claro, en las que hay un mínimo de 'orden cultural-societal' que le permite expresarse plenamente, que es justamente lo que impide y queda destruido por la potencia político-militar de las naciones de 'discursos liberales').

Mecanismos de equilibrio que en Occidente pueden ser pura y simplemente desconocidos, toda vez que sólo son posibles en horizontes espirituales marcadamente no secularistas.

En cuanto al famoso y tan temido derecho penal islámico (las lapidaciones, el castigo de la blasfemia, etc.), quedando entendido -por la definición dada previamente de lo que ha sido y es el Islam tradicional, así como por esta nota sobre las condiciones de realización relativamente plena de los auto-equilibrios, que excluyo binladenismos, hamasismos et alia, pongo a continuación apenas un ejemplo de aquello a lo que me refiero.

Espero que el lector pueda sospechar, después de ello, que una verdadera tradición ... no requiere de fallidos y funestos mecanismos liberales para ser sublime para el ser humano.

Lo que un mundo tradicional necesita, en esta época, no es una interferencia enajenante y torcedora, torpe, del humanismo secularista, sino precisamente ... más tradición.

El ejemplo (de un discurso de u maestro sufi contemporáneo):

"We are asking Islam with every means to make love strong
between people, bringing them nearer to each other.
Everything making them far apart is prohibited.
Allah likes to cover our sins and likes his servants to
cover them also. The Prophet says there is a curse for
the fifth witness. The worst action for people is adultery
and it carries the severest punishment. For two
persons married to others it is death. But there must be
four witnesses. How will they witness? The judge will
call them one at a time while the others wait outside.
He asks the first if he was witness to fornication. He
says «Yes». «Are you sure?» «Yes, I saw them.» «Did you
run your hand between them and feel something like a
knife in its sheath?» «No.» «Then go away, get out.» All
four witnesses come and go this way. For any other witnesses
coming, a fifth or sixth, a curse is on them. Then
the judge asks the accused: «What do you say?» It is
best for them to say «No». (When a person came to the
Prophet wanting to admit to adultery, the Prophet first
turned away his head, told him to go away, and when
he persisted asked the sahâba if that person was mad,
and only after all that carried out punishment.)
The judge says: «It is harâm -forbidden- to be alone with a
strange woman. No death punishment, but you must know that this leads to fornication. Be careful.» Then he may give them any other punishment, so that they may remember.
This keeps people honourable in front of everyone.
Perhaps we may see such a thing, but we must keep our eyes. Don’t be witness for sins. If seeing, think of another thing.
One learned man was passing with his students by a ruined place. A man and woman were together
in there. The students ran to catch them, but the sheikh came with his coat and covered them, saying:
«This poor man and his wife have no roof to be
under. Leave them.»

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Siento que Usted - involuntariamente - empuja mi posición hasta identificarla con los "funestos mecanismos liberales " que asocia al mercado y a la globalización. Yo no suscribo el atomismo social, el capitalismo salvaje o la importación forzosa de modelos. He dicho que el pluralismo liberal es una forma más de pluralismo. Así como no debe cometerse el error de caricaturizar el Islam (identificándolo con el fundamentalismo), no distorsionemos la democracia liberal.

Sería interesante que nos hable más de la autorregulación de las tradiciones, cómo tratan los casos de machismo o de blasfemia, para tener mayores elementos ¿Quién regula, bajo qué criterios?

Por ejemplo. En su visión de las cosas ¿Rushdie merece morir? A mí me parece terrible que se le ponga precio a la cabeza de alguien por lo que ha escrito.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

Paso a mi turno a hacer algunas preguntas y respondo a su vez a sus comentarios.

La perspectiva de la multiculturalidad liberal no trata acerca de 'compartir' la otra cultura (formar parte de ella, me refiero), sino sólo de 'aceptar su existencia' socio-política incluso en la discrepancia -incluso en una gran discrepancia- {aceptarla no sólo un interlocutor frente a otro sino, teóricamente, una indefinida colectividad dialogante abierta -léase, in nuce, la comunidad internacional).

Aclaro que percibo claramente que usted no es partidario del capitalismo salvaje, ni de otras formas grotescas de liberalismo, ni comparte esos proyectos políticos.

Pero me aclaro, asimismo, en que tengo la impresión -y a eso se debe únicamente los tonos de mi crítica-, que su tipo de postura [repito que me he centrado en la postura, no en la persona] sería como la visión 'naive' o 'bien-intencionadamente crédula' de admisión de principios políticos de co-existencia -y de juicios de validez- que sin embargo, una vez admitidos, y más allá de la percepción ingenua de los mismos, tienen en sí la fatalidad de desencadenar una fuerza horrible.

(Demasiados teóricos de la Revolución Francesa se dieron con el horror en la cara; y demasiados teóricos del socialismo observaron petrificados los horrores del engendro cuyo nacimiento anticiparon con sus ideas -como dice el dicho, el infierno está lleno de buenas intenciones-).

De modo que no lo confundo en absoluto con los neocons, ni otros bárbaros por el estilo.

Pero para que mi percepción de la fatalidad de su postura en sí misma cambie, debería usted mostrar a sus lectores -recordemos que no se trata de 'simpatizar' con la cultura ajena, sino de admitirla como ente socio-político válido en la comunidad de los diferentes- que:

- Más allá de sus eventuales irreconciliables discrepancias con un mundo de vida tradicional (como el islámico) que tiene por uno solo el aspecto religioso y el socio-político, que se rige por el principio de poder personal (monarquía, Califato) y que tiene restricciones internas como las mencionadas bajo una lógica auto-fundante, más allá de sus discrepancias con esto, digo, después de todo, en el plano relacional, un mundo tal es un mundo de la vida que está 'plenamente habilitado'(is entitled) (tanto como cualquier comunidad de liberales demócratas) a aparecer por derecho propio como elemento del colectivo de la co-existencia, y por ende a reivindicar ante los otros sus particularidades, esto es, su identidad plena.

Asimismo, deberia mostrar que (el reverso de lo anterior):

- Todo programa político o toda medida jurídica de un tercero que suponga una interferencia en el ser de ese mundo de vida, es ya solo por eso ilícito y condenable.

- Y que, siendo consecuente, toda clase de interferencia de ese tipo puede ser legítimanente repelida por ese mundo de la vida por el derecho a su identidad y su soberanía auto-fundante.

Si usted admite esas tres cosas de un mundo de la vida como el descrito, entonces pensaré que efectivamente, más allá de sus discrepancias, su pluralismo no tiene punto en común con las fatalidades que son las que se denuncian en los horrores de la globalización del pensamiento único (el significado de este término, ya lo hemos discutido en el otro post suyo al respecto).

¿Afirma usted esos tres principios? ¿Sí o no?

Eso sí que hace la diferencia.

En cuanto a sus preguntas, la autoregulación en el Islam descansa sobre la base de una soberanía fuerte de un gobierno central Califal que en su reverso tiene la presencia viva y fuerte de las tariqas -fraternidades, órdenes- sufíes.

Un mundo de la vida como el Islam no es 'estructuralista' (ninguno ajeno a las desviaciones modernas lo es), por lo que es -curiosamente y bajo aspectos relevantes- mucho más personalista que el mundo de gobiernos-estructura, leyes y no juristas, códigos y no jueces, aparato estatal y no gobernantes (por decirlo así, sin que, obviamente, pretenda decir que no hay 'instituciones'; hago simplemente referencia a un ethos y una 'vlace de funcionamiento' del todo distinta a la estructuralista moderna).

Cuando la sociedad y el hombre viven en su relación con lo Divino, hay espacio real, individual y comunitario, a la confianza, las lealtades y el peso ineludible de las responsabilidades. Cuando el hombre se ha hecho principio y centro de todo (individualismo, primacía de los derechos subjetivos) por fuerza descubre el mal oculto del hombre que sale irrestricto, y desconfía del hombre del costado, y exige 'procedimiento, reglamentos, cámaras, etc., etc.' que jamás pueden funcionar como lo quiere porque todo funcionamiento es, después de todo, de hombres funcionando frente a otros hombres.

De modo que mi respuesta sobre la autoregulación, a un hombre de mentalidad moderna estructuralista, le sonará a chino. Pero no por ello no es correcta.

Por lo demás, la autoregulacaión que usted exigiría frente al monstruo del 'machismo' me parece de un etnocentrismo sorprendente.

Machismo y feminismo son lados de una misma moneda, que fue acuñada por una mentalidad que divide así lo que tradicionalmente es muy bien otra cosa.

Lo de la blasfemia, ya le he puesto un ejemplo: un qadi -juez- formado en sus estudios bajo maestros jurisprudentes sufíes.

La reunión armoniosa de la Ley y el Espíritu.

En cuanto a lo de Rushdie, si ha leído el ejemplo último que he puesto, verá que iría contra la enseñanza moral de allí el abrir mi boca sobre asuntos de terceros, como si fuera yo juez de terceros. En el Islam, como en el cristianismo, 'el que juzga, será juzgado'.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

Mis respuestas son:

1.- SI. Aunque un mundo tradicional también puede tornarse opresivo para sus miembros, si es que se reprime su disposición a la crítica. Es preciso discernir cuándo puede suceder esto.

2.- SÍ, PERO CON UNA RESTRICCIÓN. Cuando los miembros de una comunidad se ven reprimidos en su vida e integridad por quienes detentan el poder, y lo hacen saber p.e., ante la opinión pública o ante organismos interbnacionales que pueden evaluar pronunciarse sobre el tema.

3.- SI, pero también es posible que se pretenda imponer una "identidad singular" desde el poder (cfr. Sen). Es preciso saber reconocer esos casos.

Precibo que usted ha evadido la pregunta sobre el caso Rushdie. Pero lo ha hecho con cierta elegancia.

Me veo forzado a responder escuetamente pero no tengo alternativa.

Continuemos dialogando.

Un gran saludo,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillah

Estimado Gonzalo

No he evadido el caso Rushdie. Simplemente recordé lo que mi propio maestro sufi -de quien me considero un aprendiz de servidor- nos dijo muy bien un día: el mundo entero anda metiendo sus narices aquí y allí, opinando de esto y lo otro, yendo de aquí para allá. ¡Mírense a ustedes! ¡Como si les diera honor a ustedes evadir esa mirada! Así que cuando les pregunten: y qué hay con lo que pasó allí, o allá, digan: no abro mi boca para eso. Díganlo sin miedo: allí sí tendrán un mérito.

Él mismo nos ha explicado largamente muchos asuntos del mundo, pero si usted ha leído un poco de literatura sufí, entenderá el valor del mensaje que nos pretendía comunicar.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Eso. Con elegancia y con espiritualidad. Aprecio eso.

De todas maneras, el caso Rushdie es sumamente sensible, y sería excelente que los pensadores islámicos humanistas pudiesen pronunciarse sobre él. Es un asunto de vida y muerte.

Un gran saludo,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillahi Rahmani Rahim

Estimado Gonzalo

En cuanto a su respuesta a los tres principios que mencionaba, me parece que tal como está formulada su respuesta, borra con la izquierda lo que escribe con la derecha.

Por lo que sigue teniendo el mismo efecto fatal y culturicida que los liberalismos 'más duros'.

Salvo que se admita una cualificación en su respuesta.

A saber: que en cuanto a la instancia 'externa' a un estado islámico califal que pudiera ser un referente para evaluar quejas dirigidas contra dicho estado, se recurra a un tribunal internacional -compuesto por jueces cualificados según mostré a propósito de la autoregulaciòn tradicional- de derecho islámico.

De esa manera, se garantiza la preservación de la identidad, la no interferencia, el rechazo de todo colonialismo jurídico, y a la vez la independencia del poder soberano.

Porque si los casos de reclamaciòn se remiten a un análogo a lo que aquí es la Comisión Interamericana de DDHH ... su respuesta 1 queda simplemente anulada.

No olvidemos que, en clave seriamente multicultural, el horizonte de valores de un mundo de la vida islámico tradicional no es exactamente equiparable al de los valores consagrados en la Declaración falazmente llamada Universal. Hay cosas y entendimientos en común, como hay particularidades.

Si su respuesta 1 es seria, el admitir a renglòn seguido una salida jurídica hacia instancias ´basadas en la relaciòn de los DDHH de la Declaraciòn 'Universal' impone 'forzosamente' -legalmente, pues- elementos de un sistema de valores ajenos.

No sólo ajenos, sino además -que es lo dramático y lo profundamente culturicida-, valores que desde la óptica islámica definitivamente no se consideran vinculantes para los musulmanes súbditos de un gobierno islámico (que sería el juzgado en esa instancia externa) -toda vez que bajo la lógica autofundante de este mundo de la vida, la Ley, para ser tal, debe ser Divina.

(Caso aparte es el de los que viven en un marco donde no hay soberanía califal tradicional, que viven más bien en países extranjeros, en donde la propia enseñanza religiosa es no ser alguien que se rebele contra una autoridad que no le daña y más bien ser un ejemplo en la sociedad).

¡Pero eso sería reescribir las bases del Derecho Internacional! Definitivamente. Creo que el clamor multicultural en serio va justamente de eso. Al menos el caso del Islam es patente.

Sí admito como musulmán, para la problermática que venimos discutiendo, un Tribunal Islámico Internacional de Derecho de Gentes.

Pero ¿su multiculturalismo admite esta solución o prefiere seguir con la Carta y su relación de cabo a rabo, imponiendo por vía forzosa, legal, un derecho ajeno?

¿Aceptaría usted -para mostrar como en negativo mi punto- que la Comisión Interamericana juzque contra los estados suscritos basada en el Corán? Je, je.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Nureddin:

Ahora me tocva a mí reir. Si un grupo de mujeres musulmanas africanas - por ejemplo - rechaza la costumbre de mutilar el clítoris a sus hijas y apela a instancias de la ONU o a alguna institución interbacional de DDHH, me parece legítimo.

Me refería a casos como ese, en los que la fidelidad a las tradiciones y ciertos derechos básicos están en conflicto.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillah

Estimado Gonzalo, sigue usted con el emotivismo de los ejemplos. Y le reitero que la solución está en la propia tradición, por más que su notorio alejamiento intelectual de la tradición islámica le haga difícil admitirlo.

( http://qa.sunnipath.com/issue_view.asp?ID=1702 )


Según lo que usted menciona, lo que define cuándo es admisible apelar a un factor corrector externo (no solo externo al estado islámico sino a la propia tradiciòn islámica, ojo) es la consabida relación in toto de los derechos humanos de la falsamente llamada Declaración 'Universal' de los laicos de Occidente.

Es decir colonialismo legal, ni más ni menos.

¿No que el mundo de vida islámico tenía derecho a su identidad? Ya veo: sí, salvo que vulneren algunas cosas de la lista occidental de los DDHH no universales. En cuyo caso, puede actuarse jurídicamente contra ellos.

Si ésa es su postura definitiva, no me ha hecho pensar que no hace 'un frente' con los bushistas et alia. Su postura sólo es el rostro 'bueno' de lo que en el fondo desecadena el mismo mal.

Tribunal Internacional, claro que si, pero no uno islámico.

Lamentablemente, su pluralismo -tal como presenta su postura- con nosotros es algo simplemente falso.

Buenas intenciones aparte.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Nureddin:

¿Y cómo sería el verdadero pluralismo? ¿El relativismo cultural del "dejar hacer, dejar pasar", porque los valores dependen de las tradiciones? Yo creo que las Instituciones internacionales pueden pronunciarse si los afectados lo solicitan ¿La clitoridectomía es buena si lo establece así la tradición? ¿No puede decir nada la mujer sobre sus propios órganos, ya que verá mutilada una capacidad humana? ¿No tendrán derecho a la escolaridad las mujeres si lo establece así la tradición? Entre la tradición y la salud y la educación de las mujeres, es necesario reconsiderar estas últimas.

Los DDHH pretendieron convertirse en foco de un consenso intercultural, por eso se convocó a especialistas de diversas culturas. Ese es un diálogo que debe continuar.

Saludos,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Bismillah

Estimado Gonzalo

Si se hubiera tomado el trabajo de ver el vínculo que le puse, habría visto que la clitoridectomìa está fuera del Islam.

Ahórrese una crítica que no corresponde a la Tradiciòn islàmica.

Las mujeres han recibido, como consta en nuestras fuentes clàsicas normativas, educación. Nuevamente: lo que necesitamos es simplemente más tradición, no secularismo ni colonialismo legal.

Por supuesto, ni las mujeres ni los hombres, en una sociedad islámica tradicional, aprenderán una currícula secularista. Ni falta que hace.

Usted tiene la carga de la respuesta a su pregunta, pues el asunto de la aplanadora de los DDHH no lo inició el Islam, por más que artificialmente quiera imputarnos el cargo político moderno y globalista de 'pensamiento único'.

No le hablo de aceptar a todos y todo -nosotros definitivamente no tenemos ese problema-, hablo ni más ni menos que de una religión de más de la quinta parte de la poblaciòn mundial y 14 siglos de historia cultural, que queda fuera de su 'pluricultural' esquema (¡!)

Por mi parte, habiendo quedado en claro meridianamente la intolerancia de su postura (a pesar de que decía lo contrario o de que intencionalmente no lo pretenda), concluyo aquì mis intervenciones.

De todos modos, ha sido algo aleccionador.

Saludos,


Nureddín

Gonzalo Gamio dijo...

Nureddin:

Yo no pretendo criticar al Islam. Mi punto es que las tradiciones no constituyen la clave última de la justicia. Por eso lo de la clitoridectomía.

Por enésima vez, no pretendo que se imponga la Declaración de 1948, sino que se examine a la luz de diversos patrones culturales, para construir consensos.

Por demás, el enfoque de las capacidades de Amartya Sen (India), puede aportar algunas luces para la crítica cultural. No siempre el respeto de las tradiciones es un síntoma de tolerancia. En ocasiones, las tradiciones pueden convertirse en foco de intolerancia y opresión. Lo que he querido sostener es que es preciso discernir cuándo esto sucede.

Saludos,
Gonzalo.

Saludos,
Gonzalo.

Ricardo Milla dijo...

Estimado Gonzalo:

Creo que si se creó un "estilo literario", sea como sea que se haya creado, me parece que no se deb continuar, pues no es parte de una honestidad intelectual. Si aquél a quien haces referencia no cambia su "estilo literario", hazlo tú, además es consecuente a tu ser cristiano, pues darías ejemplo de algo bueno y, por ende, no querías mal parado.
Esa es mi apreciación. Creo que la altura del diálogo siempre debe primar, más allá de cuestiones personales.

Saludos.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Si pues. Es un tema para el discernimiento.

Saludos,
Gonzalo.

Charlie Caballero dijo...

EStimado Gonzalo llego tarde al debate pero veo que estuvo intenso. Aqui algunas impresiones sobre el mismo.

a)el liberalismo es una doctrina que tiene origen en una cultura específica. por ello, contiene los valores que dicha cultura (occidental) considera deseables para lograr el progreso de sus individuos. Dificilmente, una doctrina, ideologia o corriente del pensamiento puede desmarcarse de los valores culturales que rodearon su aparición.

b)En consecuencia, el problema es si la universalización de ciertos principios enarbolados por el liberalismo esconde un proyecto de homogenización político-económico-cultural o si es posible neutralizar aquellos valores propios de una cultura para que el liberalismo sintonice armonicamente con y en aquellas culturas que tienen una vision, por ejemplo, distinta sobre los DDHH.

c)Personalmente, pienso que sí es posible llegar a consensos interculturales para que la humanidad en general dé paso a soluciones no confrontacionales por una simple razón: desaparición o supervivencia. Palestinos e israelíes siempre estarán allí. Pase lo que pase aunque Hamas lo desee y millones fanáticos religiosos tb, el Estado de Israel no desaparecerá. Lo mismo ocurrirá con los palestinos: aunque la derecha israelí azuze a su poblacion periodicamente con este tema, el mejor aliado de Hamás, Al Fatah cada vez que mundialmente se expone a situaciones como la que hemos visto.

Mi conclusión: el desafío del liberalismo contemporáneo consiste en desarrollar una ética intercultural que sirva de pauta para reconocer que a pesar de nuestras diferencias podemos llegar a consensos. Estoy convencido que existen las culturas se pueden enriquecer mutuamente con sus culturas. Por ello, el discurso de los DDHH no debe ser tomado como un pretexto de dominación sino como el reconocimiento de una esencia humana que merece ser respetada por todos los Estados del mundo.

Respecto a tu intervención sobre Faveron y Salas considero que hiciste lo correcto a pesar que me parece que fuiste malentendido después.

Eso si una crítica que tengo hacer tiempo es: Por que no escoges imágenes más acordes con el post?? ;)

un abrazo

Arturo

Anónimo dijo...

I'm looking forward to getting more information about this topic, don't worry about negative opinions.