(Actualizado)
Gonzalo Gamio Gehri
El presente post es, en buena medida, una continuación del anterior. Un comentarista me pregunta porqué señalo que el periodismo que practican Rosa María Palacios y Hans Landolt me parece “decente”, en contraste con el que ‘cultiva’ buena parte de sus competidores en la TV. Si digo que la prensa cortesana es “poco decente”, no baso mi afirmación únicamente en la evaluación sobre el contenido de las opiniones de los conductores de los espacios televisivos, sino estrictamente en la identificación de sus métodos, que distan del ejercicio riguroso de la investigación periodística, la argumentación y la ética profesional más elemental. En los “reportajes” de La Ventana indiscreta - merced a las "sutilezas" de Hildebrandt Chávez - se manipula a la audiencia manejando las imágenes, los ritmos e introduciendo una música de fondo ad hoc, no mostrando todos los hechos, etc.; el caso de la cobertura del tema Melissa Patiño y tantos ‘especiales’ sobre Alejandro Toledo son prueba de estas malas artes. Es evidente que Jaime de Althaus no se documenta ni prepara sus entrevistas; en la prensa escrita, Aldo Mariátegui y otros suele refugiarse en sus Chiquititas y Carnecitas para agraviar a sus adversarios políticos y faltar la verdad.
El presente post es, en buena medida, una continuación del anterior. Un comentarista me pregunta porqué señalo que el periodismo que practican Rosa María Palacios y Hans Landolt me parece “decente”, en contraste con el que ‘cultiva’ buena parte de sus competidores en la TV. Si digo que la prensa cortesana es “poco decente”, no baso mi afirmación únicamente en la evaluación sobre el contenido de las opiniones de los conductores de los espacios televisivos, sino estrictamente en la identificación de sus métodos, que distan del ejercicio riguroso de la investigación periodística, la argumentación y la ética profesional más elemental. En los “reportajes” de La Ventana indiscreta - merced a las "sutilezas" de Hildebrandt Chávez - se manipula a la audiencia manejando las imágenes, los ritmos e introduciendo una música de fondo ad hoc, no mostrando todos los hechos, etc.; el caso de la cobertura del tema Melissa Patiño y tantos ‘especiales’ sobre Alejandro Toledo son prueba de estas malas artes. Es evidente que Jaime de Althaus no se documenta ni prepara sus entrevistas; en la prensa escrita, Aldo Mariátegui y otros suele refugiarse en sus Chiquititas y Carnecitas para agraviar a sus adversarios políticos y faltar la verdad.
Se me objeta que mis preferencias políticas podrían estar nublando mi juicio y convirtiéndolo en parcial y subjetivo; sin embargo, los ejemplos que he tomado no reflejan un común punto de vista en lo ideológico. Hasta donde sé, Landolt es un hombre de izquierda, Palacios es una liberal de derecha. No juzgo la calidad profesional según mis lealtades políticas. Eso sí, me parece que, en el caso de ambos, el trabajo converge con la defensa de las libertades y los derechos esenciales en una democracia (este juicio no me parece dependiente de una consideración de tipo ideológico - particular, sino una cuestión de elemental sensibilidad constitucional y ética ciudadana, una perspectiva amplia que diferentes visiones democráticas de la política comparten, aún desde múltiples canteras ideológicas).
Finalmente, yo no concibo que el periodista sea simplemente portavoz del punto de vista los directivos de la empresa donde trabaja (“es obvio, son sus jefes” dice la persona que me hace la observación en la página de comentarios del Gran Combo Club). Puede que esto suceda a menudo, pero resulta obvio que la prensa que claudica en su espíritu de investigación y abandona la tarea de la búsqueda de la verdad (y la formación de conciencia crítica) no es periodismo de verdad. No se trata de resignarse ante esa clase de 'realidades' que suscitan verguenza en los ciudadanos de buena voluntad. Esa es la “prensa indecente”. Esa clase de servilismo acaso podría funcionar en el mundo de la empresa - aunque lo dudo - pero, volcada sobre la prensa disuelve la idea misma de esfera pública. No creo que la mejor actitud frente a la cortesanía de la prensa – y en general frente a cualquier costumbre o circunstancia cuestionable – sea ‘rendirse sin más ante los hechos’, renunciando a cambar las cosas. Ya sabemos que las actitudes de condescendencia y complicidad frente a la corrupción y al crimen contra la vida suele apelar – como patético instrumento de “justificación” – al “realismo político”.
Contamos con una prensa televisiva que informa mal y no contribuye con la formación del ciudadano. El fin de semana tuve la oportunidad de ver una nueva emisión de Habla el Pueblo, en RBC, en la que se entrevistó a Mercedes Cabanillas. El entrevistador era el conductor del programa, Rafael Romero - ahora ya sé cómo se llama -, quien es también jefe de la página editorial de Expreso (sí, este personaje es el mismo - ahora caigo en la cuenta - que publicaba textos tendenciosos, malidicentes y de veracidad más que discutible contra la PUCP, contra la CVR, etc – véase el magnífico post que Arturo Caballero ha publicado en su blog acerca de la entrevista que Romero le hizo a José Alejandro Godoy. Allí el entrevistado -Godoy - dejó en evidencia que Romero no había leído el Informe de la CVR, y sin embargo, descalificaba alegremente el documento) -. Ya se había comentado acerca de esta “alianza estratégica” entre RBC y Expreso, medio cercano – debido a algunos de sus miembros más influyentes – a cierto sector del fujimorismo (y al ala más radical de UN) en lo político, y a sectores simpatizantes con cierto conservadurismo 'duro' en lo religioso. Cabanillas y su entrevistador se la pasaron preguntándose con qué autoridad las ONG de Derechos Humanos osaban fiscalizar a los funcionarios públicos o remitir informes al país o a instituciones extranjeras, sino habían “ganado elección alguna” (a diferencia de los congresistas y el propio Presidente de la República”). Romero y la congresista hacían gala de una supina ignorancia (¿o quizás mala intención?) respecto de lo que significan las instituciones de la Sociedad Civil para el funcionamiento de una democracia, cómo estas constituyen espacios de participación directa del ciudadano – a diferencia de los escenarios del sistema político (el Estado, los partidos), que constituyen espacios de representación -. Resulta complicado pedirle a un congresista que maneje los conceptos básicos de la teoría política elemental, pero se supone que un periodista que dirige la página editorial de un diario (sí, hasta en el caso de Expreso) tendría que ostentar siquiera esos estándares mínimos de conocimiento. Suponíamos mal. Esa es mi opinión personal sobre este penoso asunto; un periodismo sin nivel desinforma al público, y no contribuye con el fortalecimiento de la democracia. Triste espectáculo el ver a un periodista y a una parlamentaria asumir la falsa premisa que en el seno de una democracia moderna la sociedad se divide en gobernantes y gobernados ¡y estos personajes pretenden ser “líderes de opinión”!
El viernes Jaime de Althaus entrevistó a Keiko Fujimori. Risitas van, risitas vienen, Althaus le regaló la entrevista, y posiblemente quedó contento ¿Nadie recuerda los juicios por corrupción que ella aun tiene pendientes (según tengo entendido)? ¿O el hecho que abandonase sus funciones parlamentarias para viajar? Incluso Keiko llegó a repetir la tesis – verdaderamente inmoral – que el propio Althaus bosquejó días atrás: “¿Cómo es posible que al vencedor del terrorismo se le procese por crímenes contra los Derechos Humanos?”. El oscuro argumento del cheque en blanco.
Finalmente, yo no concibo que el periodista sea simplemente portavoz del punto de vista los directivos de la empresa donde trabaja (“es obvio, son sus jefes” dice la persona que me hace la observación en la página de comentarios del Gran Combo Club). Puede que esto suceda a menudo, pero resulta obvio que la prensa que claudica en su espíritu de investigación y abandona la tarea de la búsqueda de la verdad (y la formación de conciencia crítica) no es periodismo de verdad. No se trata de resignarse ante esa clase de 'realidades' que suscitan verguenza en los ciudadanos de buena voluntad. Esa es la “prensa indecente”. Esa clase de servilismo acaso podría funcionar en el mundo de la empresa - aunque lo dudo - pero, volcada sobre la prensa disuelve la idea misma de esfera pública. No creo que la mejor actitud frente a la cortesanía de la prensa – y en general frente a cualquier costumbre o circunstancia cuestionable – sea ‘rendirse sin más ante los hechos’, renunciando a cambar las cosas. Ya sabemos que las actitudes de condescendencia y complicidad frente a la corrupción y al crimen contra la vida suele apelar – como patético instrumento de “justificación” – al “realismo político”.
Contamos con una prensa televisiva que informa mal y no contribuye con la formación del ciudadano. El fin de semana tuve la oportunidad de ver una nueva emisión de Habla el Pueblo, en RBC, en la que se entrevistó a Mercedes Cabanillas. El entrevistador era el conductor del programa, Rafael Romero - ahora ya sé cómo se llama -, quien es también jefe de la página editorial de Expreso (sí, este personaje es el mismo - ahora caigo en la cuenta - que publicaba textos tendenciosos, malidicentes y de veracidad más que discutible contra la PUCP, contra la CVR, etc – véase el magnífico post que Arturo Caballero ha publicado en su blog acerca de la entrevista que Romero le hizo a José Alejandro Godoy. Allí el entrevistado -Godoy - dejó en evidencia que Romero no había leído el Informe de la CVR, y sin embargo, descalificaba alegremente el documento) -. Ya se había comentado acerca de esta “alianza estratégica” entre RBC y Expreso, medio cercano – debido a algunos de sus miembros más influyentes – a cierto sector del fujimorismo (y al ala más radical de UN) en lo político, y a sectores simpatizantes con cierto conservadurismo 'duro' en lo religioso. Cabanillas y su entrevistador se la pasaron preguntándose con qué autoridad las ONG de Derechos Humanos osaban fiscalizar a los funcionarios públicos o remitir informes al país o a instituciones extranjeras, sino habían “ganado elección alguna” (a diferencia de los congresistas y el propio Presidente de la República”). Romero y la congresista hacían gala de una supina ignorancia (¿o quizás mala intención?) respecto de lo que significan las instituciones de la Sociedad Civil para el funcionamiento de una democracia, cómo estas constituyen espacios de participación directa del ciudadano – a diferencia de los escenarios del sistema político (el Estado, los partidos), que constituyen espacios de representación -. Resulta complicado pedirle a un congresista que maneje los conceptos básicos de la teoría política elemental, pero se supone que un periodista que dirige la página editorial de un diario (sí, hasta en el caso de Expreso) tendría que ostentar siquiera esos estándares mínimos de conocimiento. Suponíamos mal. Esa es mi opinión personal sobre este penoso asunto; un periodismo sin nivel desinforma al público, y no contribuye con el fortalecimiento de la democracia. Triste espectáculo el ver a un periodista y a una parlamentaria asumir la falsa premisa que en el seno de una democracia moderna la sociedad se divide en gobernantes y gobernados ¡y estos personajes pretenden ser “líderes de opinión”!
El viernes Jaime de Althaus entrevistó a Keiko Fujimori. Risitas van, risitas vienen, Althaus le regaló la entrevista, y posiblemente quedó contento ¿Nadie recuerda los juicios por corrupción que ella aun tiene pendientes (según tengo entendido)? ¿O el hecho que abandonase sus funciones parlamentarias para viajar? Incluso Keiko llegó a repetir la tesis – verdaderamente inmoral – que el propio Althaus bosquejó días atrás: “¿Cómo es posible que al vencedor del terrorismo se le procese por crímenes contra los Derechos Humanos?”. El oscuro argumento del cheque en blanco.
A pesar de la nulidad intelectual y programática de sus cuadros - y de la pobreza moral de sus propósitos - ningún periodista muestra a plena luz la entraña antidemocrática de los fujimoristas. El "fujimorismo" no es otra cosa que grupo de devotos – no se le puede llamar “partido” o “movimiento político” - que le rinde culto a la personalidad de un ex dictador proclive a la huida y, como viene siendo demostrado en el proceso, proclive al delito. Un grupo cuya única “agenda política” (tampoco se puede usar aquí la expresión "ideología" o "plan político") consiste en promover la impunidad de su líder (quién ya tentó la actividad política en otro país, para evadir a la justicia peruana). Un grupo que le asestó un terrible golpe a la democracia y sus instituciones, que practicó impunemente la antipolítica y el clientelismo (y se jacta de ello). Un grupo que apela a la “sucesión dinástica” como única fórmula para “renovar” su dirección. Un grupo que apostó por el envilencimiento de la política y de la población, al sustituir la exposición y discusión pública de propuestas por la organización de conciertos de música tropical y el reparto de regalos. Un grupo que no duda en recurrir a la intimidación, a sembrar la confusión y a invitar a la violencia como un instrumento estratégico (las amenazas de Kenyi, la presunta mutilación del Ojo que llora, las destempladas y sorpresivas declaraciones de Martha Chávez sobre el Grupo Colina, la intimidación de los familiares de las víctimas de La Cantuta y Barrios Altos por parte de los simpatizantes de Fujimori dentro y fuera de la sede del tribunal, etc.).
Los fujimoristas no parecen apreciar especialmente los principios del Estado de Derecho: en sentido estricto, se trata de una fuerza antidemocrática. Fíjense como desnaturalizan la potestad de los congresistas de poder ingresar a cualquier hora a las cárceles. El sentido de esa norma es la prevención de las detenciones arbitrarias, y la posibilidad de verificar que no se torture o se someta a tratos crueles e inhumanos a los detenidos. Sin embargo, los parlamentarios fujimoristas hacen uso de esa prerrogativa – distorsionándola - para hacer visitas sociales al procesado Fujimori, e incluso para planificar con él sus estrategias políticas. Eso es simplemente inadmisible. Se sabe que el fujimontesinismo ha contado y cuenta con el dinero, las influencias para asegurarse la cobertura mediática de sus movimientos. Es seguro que dispone de su antiguas herramientas para atemorizar y extorsionar a periodistas y a ciertos políticos - como hizo en el pasado -, pero ¿Qué pasa con la prensa independiente?
(La caricatura es de Carlín).
(La caricatura es de Carlín).
16 comentarios:
Gracias, Gonzalo. Un fuerte abrazo.
Gonzalo:
Este uno de los post más intolerantes que te he leído, sin duda tienes todo el derecho a serlo, la democracia también significa la libertad de ser todo lo intolerante que uno desee serlo. Ahora bien, me gustaría hacer algunas reflexiones en torno a lo que has escrito:
1. En realidad Rosa María Palacios y Hans Landolt están en la misma línea "derechohumanista", y antifujimorista, así que no están muy lejos uno de otro (Aunque RMP en 1995, cuando votó por Fujimori, no pensaba que él fuese un violador de DDHH. Seguramente tampoco lo pensaba cuando colaboró con entusiasmo con la campaña Hurtado Miller).
2. La manipulación de la audiencia también es un viejo y conocido recurso de los medios antifujimoristas. Recuerdo un reportaje de Ocram cuando acompañó a Susana Villarán a Madre Mía, con musiquitas manipuladoras y resaltando el ofrecimiento de reparaciones individuales a las víctimas del terrorismo (en un evidente intento de ganar réditos electorales). Resultado: Susana fue completamente derrotada en las urnas, y ganó un militar(lo que demuestra que el manido discurso "derechohumanista" de un Estado violador de DDHH no fue aceptado por los pobladores).
3. Concuerdo con el concepto de DDHH, pero repudio el uso político que la izquierda le da.
4. Hablas de la defensa de las libertades y los derechos esenciales en una democracia. Es cierto, pero ahora es muy fácil hablar de esos derechos y libertades. Bueno hubiese sido que muchos de los defensores de los DDHH de hoy hubiesen estado en primera línea en la defensa de las libertades frente a la amenaza senderista. Pero no, muchos de los autoproclamados defensores de DDHH estaban en partidos afines al senderismo como PUM, VR, etc. ¿Donde estaba allí la universalización de la defensa de las libertades y los derechos esenciales? En ese momento, cuando más unidad se necesitaba para enfrentar al terrorismo, los muy convenidos se pusieron de costado. Eso el pueblo no lo olvida, y por eso son humillados reiteradamente en las urnas.
5. La sociedad civil es un invento que sólo existe en la cabeza de quienes dicen formar parte de ella. En realidad es un grupo de poder que con ingentes recursos de sus pares del extranjero, tratan de conseguir en las esferas públicas, aquello que no pueden conseguir por la decisión del pueblo. Está bien que propaguen sus ideas, por muy equivocadas que éstas sean (para eso tienen un gran poder mediático), pero si quieren espacios de poder público, que compitan en las elecciones y ganen el apoyo popular.
6. Sobre los comentarios contra los fujimoristas, en fin, es fácil percibir la total falta de objetividad que tienes al analizarlo. Me parece que la tarea de analizar objetivamente al fujimorismo como fenómeno social y político es todavía una tarea pendiente, porque el apasionamiento de los analistas contemporáneos, especialmente los de la PCUP, les hace perder toda perspectiva. No se puede dar un enfoque tan simplista y sesgado a un fenómeno social que persiste a pesar de la persecución (verdaderamente macartista) de la que ha sido objeto, y que encumbra a Fujimori como el mejor presidente peruano para el 35.7% de los peruanos.
Saludos
Estimado Roberto:
No creo haber respondido con intolerancia, pero sí con indignación. El papel de la prensa cortesana es patético. La función del periodista es ser exhaustivo (sea con quien sea).
Paso a contestar tus puntos:
1.- Sí, Palacios y Villarán creen en la democracia y los DDHH. Eso me parece foco de un “consenso ético-político” básico que debe situarse más allá de las ideologías (el fujimorismo no suscribe ese consenso, aparentemente).
2.- No he visto lo de S. Villarán – no puedo juzgar – pero cualquier manipulación de la información, amarillismo, de izquierda o derecha, tiene mi rechazo.
3.- Si concuerdas con el concepto de DDHH y rechazas su utilización política, estamos del mismo lado.
4.- No voy a defender a la extrema izquierda, cavernaria muchas veces. Tienes razón, no deslindaron a tiempo con el terrorismo (algunos han reconocido su culpa en ello, pero no me parece suficiente).
5.- Estás en un error en lo relativo al concepto de Sociedad Civil. Es una idea tan antigua como Hegel y Tocqueville. El colapso del comunismo se debió en parte a que no contaba con ‘espacios intermedios’ que le permitieran vigilar el poder. En contraste, la existencia de la Sociedad Civil es un rasgo de las democracias liberales.
6.- Sobre lo del fujimorismo, no pretendo ser “neutral” – nadie puede serlo – pero creo decir la verdad cuando sostengo que carece de ideología, le rinde culto a la personalidad del líder – ya es una vergüenza que tome su nombre de un individuo -, es dinástico, antidemocrático, responsable de un periodo corrupto (ahora “deslindan” – sólo estratégicamente – con Montesinos, pero eso no tiene pies ni cabeza, trabajaban juntos), y su agenda reside en la búsqueda de impunidad para AFF.
Saludos,
Gonzalo..
Tranqui Gonzalo. Excelente post...me gustan los post con garra. Creo que es solo cuestión de gustos en cómo se elabora un ensayo.
Me imagino que te harás hígado con tantos comentarios que aveces no tineen ni pies ni cabeza...o muchas veces tienen un pie, pero les falta lo demás.
Sigue adelante y aplaudo tu blog. Solo escribía para felicitarte y darte ánimos.
Gracias, Antonio. Creo que hay temas en los que es preciso permanecer firme, como la democracia y los DDHH. Bienvenido el debate.
Saludos,
Gonzalo.
Gonzalo:
Bien por la aclaración sobre la intolerancia que me parecía advertir en este post. Sin embargo, es necesario mencionar que la indignación del uno fácilmente puede ser confundida como intolerancia por el otro. Frecuentemente la intolerancia sólo es reconocida en el prójimo, mientras que la indignación, también frecuentemente, parece ser una prerrogativa sólo nuestra y de los que piensan como nosotros.
Algunos comentarios sobre tus comentarios:
1.- Aunque yo estaba hablando de Hans Landolt, no de Villarán (que para el caso es lo mismo), no me parece posible un "consenso ético político" en el tema de los DDHH (partiendo del hecho que para algunos los DDHH son selectivos, para otros el aborto es un asesinato y un atentado para los DDHH, y hay gente que piensa que sólo los Estados pueden atentar contra los DDHH, etc.). Más difícil, y más deseable, me parece la búsqueda de un consenso sobre el olvidado tema de los Deberes Humanos. Educar en el cumplimiento del deber ciudadano será la manera más segura de construir una sociedad respetuosa de los DDHH. Pero nadie habla de los deberes (es claro que políticamente es más rentable hablar de derechos que de deberes), a pesar que el cumplimiento de éstos es la vía más segura para el respeto de los DDHH.
2.- Te mando un link sobre el referido video:
http://www.agenciaperu.com/
multimedia/videos/
susana_madremia.wmv
Allí está la manipulación con musiquita y el ofrecimiento de reparaciones "individuales" como parte de la campaña electoral.
Tengo la impresión que el video le parecerá educativo a los sectores que comulgan con esas ideas, pero al pueblo de Madre Mía no los convencieron, porque ellos saben la verdad y no creyeron en el discurso de Susana. En verdad este video es sólo un ejemplo de muchos en los que se ha tratado de "concientizar" a los peruanos y educarlos conforme al pensamiento "derechohumanista". A mí me parece también un claro ejemplo de uso político del tema de los DDHH.
3.- Me alegra estar en acuerdo contigo en el rechazo al uso político de los DDHH. Creo que hay que denunciar este tipo de prácticas y desenmascarar a quienes lo hacen.
4.- De acuerdo también que es indefendible lo que hicieron los ultraizquierdistas durante esa época. Pero hay que ver también cómo ahora cometen "errores" que terminan favoreciendo a los terroristas.
5.- Lo que pasa es que la denominación "Sociedad Civil" se ha convertido en un eufemismo para darle cierta aureola de representatividad a un pequeño grupo de activistas que pretenden erigirse en la conciencia ciudadana, pero cuando van a las elecciones apenas llegan al 3% (sumando todos) del respaldo ciudadano.
6.- Concuerdo contigo en que nadie puede ser neutral, porque siempre hay un grado de subjetividad para emitir nuestras opiniones. Veamos lo que dices sobre el fujimorismo:
a. Carencia de ideología: Te concedo en parte, aunque me parece que la ideología fujimorista es más clara que la de Acción Popular, por ejemplo. Belaunde decía "el Perú como doctrina", y fue presidente dos veces. Por otro lado, qué decir de Alan García y el aprismo que a pesar de jactarse de su ideología, hicieron del Perú una sucursal del infierno. Por eso, no sé si carecer de ideología representa finalmente una virtud o un defecto.
b. Rendir culto a una personalidad. Ese es un defecto de las personas y puede estar presente en todo movimiento. No pocos "rinden culto" a Alan, o lo hacían con Belaunde. Seguro que hasta Javier Diez Canseco tiene alguien que le rinde culto.
c. Dinástico: También es un defecto que encontramos en varios partidos. Los Belaunde en AP, los Bedoya en PPC, en el APRA de Trujillo hay que ver las dinastías que se manejan.
d. Antidemocrático: Veamos los Humala y su intento de golpe a Toledo, o los políticos reciclados de la izquierda que ahora quieren dar clases de democracia.
e. Responsable de un periodo corrupto. Todos los gobiernos han tenido personajes corruptos, pero a Fujimori se le presenta como el inventor de la corrupción. La corrupción durante el gobierno de Fujimori estaba focalizada en Montesinos y sus cómplices, mientras que en los demás gobiernos estaba generalizada en todas las dependencias públicas. Esa es la razón por la que la sensación de corrupción en el gobierno de Toledo era mayor que la del gobierno de Fujimori (según organismos internacionales).
f. Deslinde sólo estratégico con Montesinos. Tengo una visión diferente. A mí me parece que Montesinos trabajaba por su cuenta, tiene todo el siniestro talento para hacer las cosas ocultamente. Incluso, en marzo del 2000, Montesinos planificó un golpe contra Fujimori, lo que demuestra que actuaba por su cuenta. Entiendo que no concuerdes con mi opinión, así como tampoco concuerdas con mi punto de vista de que los organismos de DDHH sólo hicieron un "deslinde estratégico" de los terroristas, cuando éstos ya estaban completamente derrotados. En fin, cada uno es dueño de su verdad.
g. La agenda fujimorista no consiste en buscar la impunidad sino en que se realice un juicio justo, porque nuestro poder judicial, repudiado por más del 90%de los peruanos, no da ninguna garantía de un juicio imparcial. ¿No crees que activista de DDHH debería luchar por un juicio justo para Fujimori? Eso sería más coherente con su defensa de DDHH que andar pisoteando la presunción de inocencia.
En conclusión, me parece que la gran mayoría de tus opiniones sobre el fujimorismo calzan perfectamente en casi todos los partidos, lo que me lleva a pensar que se trata de males congénitos de la sociedad peruana y no de un grupo en particular.
Saludos.
Estimado Roberto:
Gracias por tu comentario. Prometo ver el video de Villarán.
Creo que los vicios de otros no hacen virtuosa la propia conducta, la carencia de ideología y el culto al líder son antidemocráticos, y el fujimorismo ha llevado al paroxismo estos signos autoritarios. Creo que eres un poco injusto con el tema de la ideología de AP, porque gente como Fco. Miro Quesada y Paniagua trabajaron en ella.
No creo que Montesinos trabajara por su cuenta, para nada. En el nivel de la propaganda, los acólitos del fujimorismo procuran hacer valer ante la opinión pública la imagen de un Fujimori ingenuo, engañado por un maquiavélico Montesinos, solitario creador de una compleja red de corrupción pública y de los lazos del Estado con el narcotráfico. Yo me pregunto si eso puede resultar creíble. Resulta imposible creer seriamente que Fujimori - quien declaraba a la prensa internacional estar "fascinado con el poder" y aseguraba estar al tanto de todas las decisiones que se tomaban en la esfera del Estado – desconocía los métodos y las negociaciones secretas de su más cercano colaborador y asesor, a quien - por otro lado - defendió a capa y espada incluso después de hecho público el vídeo Kouri – Montesinos. Aquel estilo pretendidamente gerencial y vigilante es incompatible con aquella "ignorancia" a la que ahora parece apelar en su delirante defensa. Si Fujimori estaba al tanto y colaboraba estrechamente con su asesor, es un delincuente. Si misteriosamente desconocía las acciones de Montesinos y su red de corrupción y muerte – hipótesis inverosímil - sería a todas luces un inepto (¿no es cierto?). Y el Perú no necesita ni una cosa ni la otra.
Yo también creo que AFF debe tener un juicio justo, y ser condenado por ello.
Reitero, Roberto: a pesar de nuestras diferencias, es esperanzador constatar que el diálogo es posible.
Saludos,
Gonzalo.
Gonzalo:
Que bueno que le vayas a dar una miradita al video, estaré esperando un comentario de tu parte.
Me gustaría hacer algunos comentarios sobre tu última respuesta.
1. Concuerdo en que los vicios de otros no nos hacen virtuosos, incluso ese comentario tuyo calza perfectamente entre quienes les gusta señalar en el fujimorismo aquello que ellos mismos cultivan con mucho descaro (Por ejemplo, las dictaduras sindicales que acusan a Fujimori de dictador). Decir que el fujimorismo haya llevado al paroxismo estos signos autoritarios es, por así decirlo, un desconocimiento de los verdaderos paroxismos antidemocráticos como el del senderismo, el populismo aprista (colocar 30,000 maestros carnetizados, por ejemplo), o la política antiterrorista belaundista, etc. Es claro que el tema del paroxismo es totalmente opinable, y suele ser percibido según el color de los anteojos ideológicos que uno detente.
2. En relación con la ideología de AP, no creo ser nada injusto, porque lo esencial para que un partido tenga una ideología es que ésta sea claramente entendida defendida por lo menos por los líderes. Además que ésta, es decir la ideología, sea reflejada cuando asume responsabilidades políticas. Lula, Tavaré Vasquez, y quizá la Bachelet, etc. nos muestran que hay un divorcio entre sus postulados ideológicos y el pragmatismo de sus principales acciones de gobierno.
3. Es evidente que no crees que Montesinos trabajara por su cuenta. Pero, concordarás conmigo en que éste es un caso en que poco importa lo que uno cree o deja de creer, sino que lo que verdaderamente importa es que la supuesta complicidad de Fujimori en los actos de corrupción sea probada fehacientemente en tribunales completamente imparciales, mientras tanto lo postura más democrática sería respetar la presunción de inocencia. Aunque claro, hay apertura para posiciones menos democráticas que postulan que lo que se debe demostrar es la inocencia y no la culpabilidad.
4. Me parece que como intelectual de gran valía no puedes, seriamente, tomar aquel argumento de que Fujimori era cómplice porque él "aseguraba estar al tanto de todas las decisiones". Tú bien sabes que se trata de una figura del lenguaje, porque es imposible que un ser humano puede estar al tanto de todo, sólo Dios tiene omnisapiencia.
5. Te hago recordar que después del video Kouri Montesinos (14 de setiembre), Fujimori recortó su mandato y convocó a nuevas elecciones (16 de setiembre). Luego, Montesinos amenazó con dar un golpe de Estado y fue llevado a Panamá (con presiones de la OEA y de varios presidentes).
6. Si Montesinos y Fujimori eran socios y cómplices ¿Por qué Montesinos intenta un golpe de Estado contra él en marzo de 2000? (Justo cuando supuestamente más unidos debían estar, estando ad portas a las elecciones presidenciales de ese año).
7. En relación a la calificación de Fujimori, ya sea como delincuente o como ingenuo, creo que es una reducción simplista. Es como si me preguntases ¿de qué color es este paisaje? ¿Blanco o negro? No hay forma de responder ¿No es cierto? Por otro lado, el veredicto final sobre el gobierno de Fujimori debe estar en las urnas, somos los ciudadanos los que debemos determinar si queremos que Fujimori gobierne otra vez.
8. ¿Osea no estás dispuesto a aceptar un juicio justo que lo declare inocente (como cuando el juez Alvarez dio aquel valiente e imparcial veredicto y los autoproclamados democrátas lo llamaron hasta neonazi)? Ese pues es el libreto de los antifujimoristas, y le da un matiz persecutorio al afán de llevar a Fujimori a juicio.
Saludos.
Considero que Fujimori y Montesinos fueron socios en la administración del poder que ejercieron durante más de diez años. Ellos se sabían indispensables el uno al otro para poder gestionar gansteril y despóticamente el poder, pero también se permitieron recíprocamente "cotos" exclusivos. Eso no significa que Montesinos no haya tenido negocios sucios de los que no haya informado a Fujimori,ni que la relación entre ellos haya sido "armónica" durante todos los diez años. Existían pugnas entre las facciones que apoyaban a uno y a otro para ganar más espacios, ya sea o no alentadas por el "chino" o el "doc". Pero, al fin y al cabo, se trataba de disputas limitadas ya que Montesinos y Fujimori no podían prescindir el uno del otro, o al menos deberían haber sabido eso. El episodio de marzo de 2000 habría que documentarlo más.
Cristian:
Me remito al punto 3 de mi comentario anterior.
Saludos
Una aclaración mi querido Roberto Miranda: la verdad judicial no corresponde, en la mayor parte de las veces, a la verdad real.
Cristian
Por eso es importante diferenciar entre conjeturas y verdades reales. Las conjeturas, por mucho que creas en ellas, siguen siendo conjeturas.
Saludos
Otra nueva aclaración a Roberto Miranda: no pretendo que mis conjeturas pasen por la verdad real. En cuanto a mi observación acerca de la correspondencia entre verdad judicial y verdad real, ésta quería señalar un problema de la idea de Derecho que sustenta nuestro sistema jurídico, cual es, su concepción del Derecho como sistema de normas generales y abstractas. Un sistema del Derecho concebido de esa manera, ha sido diseñado, principalmente para proteger derechos subjetivos de libertad sin atender a los contextos que constituyen sus condiciones de posibilidad. En el caso de Fujimori y de Montesinos, el resultado que se puede apreciar es que no son tratados como enemigos sino como simples ciudadanos que, presuntamente, delinquieron sin que ello denote nada acerca de su condición de fuentes de peligro para la viabilidad del propio país. Conste que tengo en mente los delitos por corrupción, y sólo estos.
Cristian:
No me gustaría responder lo que creo haber entendido, sino que quiero estar seguro de realmente haberte entendido, por eso te pido que me respondas como a un lego en derecho. Estoy seguro que puedes decir lo mismo en palabras más simples. No estoy familiarizado con el lenguaje jurídico y abogadil con el que has escrito tu último comentario. Recuerda a Ortega y Gasset: "la claridad es la cortesía del filósofo", (espero que sea también del especialista en derecho).
Saludos
Antes de explicar mi anterior comentario en un próximo post señalaré otro dato que debió –y debería aun- dar lugar a una respuesta constitucional: el fujimorismo como movimiento político perpetúa una comprensión de la política en el Perú de tipo clientelista, esto es, una en la que la relación entre gobernantes y gobernados se da a través del reparto de regalos desde arriba hacia abajo, en lugar del reconocimiento de derechos y deberes recíprocos. Lo grave en el fujimorismo es que esto se aúna a una política económica desnacionalizadora y neoliberal que exporta más capitales que otra cosa (reprimarizándose la economía), de manera que el clientelismo se convierte en funcional a estas políticas (peor que en tiempos de Odría en los que por lo menos hubo una ampliación de los servicios educativos). Esto convierte en imposible, a la larga, una comunidad política integrada y viable. Además no hay que olvidarnos de la corrupción institucionalizada y sistematizada al servicio del poder (la racionalización de la corrupción llegó a límites insospechados). Indicios de esto campean por todos lados (videos, extraños fallos judiciales, etc.) y no requiere probanza judicial, y sí, en cambio, una respuesta política y ética: una reforma constitucional que proscribiera a los partidos que hagan imposible una verdadera comunidad política, entendiendo lo político como mero intercambio de favores al servicio exclusivo de intereses individuales y colectivos (no nacionales), lo que se manifiesta a través de prácticas políticas clientelistas y de un liderazgo tiránico de origen democrático que terminó implementando reformas que iniciaron la ruta de desnacionalización del país y que lo han hecho más ajeno que propio. En suma reconocer a estos partidos como enemigos, no como adversarios o meros competidores. Acerca de la fórmula normativa en la que se habría de plasmar esto es cuestión de analizarlo y discutirlo.
I just want to say Hi to Everyone!
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