lunes, 28 de diciembre de 2015

LA IZQUIERDA, ESA HEREJÍA









UNA BREVE NOTA SOBRE POLÍTICA Y ESTIGMATIZACIÓN  IDEOLÓGICA




Gonzalo Gamio Gehri

Últimamente un sector dominante de la autodenominada  “clase política” y buena parte de los medios de comunicación han ido difundiendo un discurso plano y monocorde, bastante caricaturesco: la raíz de los  grandes problemas del país es fundamentalmente de naturaleza 'ideológica'.  No es la pobreza, la exclusión social y política, la fragilidad del sistema político, la presencia del tráfico de drogas en la política, la seguridad interna o el imperio de la corrupción. Es un sistema de ideas que habría causado mucho daño a través de sus militantes y usuarios intelectuales. Un grupo de gente ha intentado erosionar el mercado libre – el reducto último de la racionalidad y de la distribución justa de los bienes sociales -, ha promovido el colectivismo y el odio en todas sus formas. Sí, para estos personajes,  la izquierda habría impedido sistemáticamente el camino del Perú en la senda del progreso.

Algunos columnistas, movilizados por un gran entusiasmo, han recomendado la lectura obligatoria en los centros educativos de un reciente best seller con el objetivo de combatir la proliferación de esa suerte de perturbación intelectual o enfermedad del espíritu. Unos cuantos datos susceptibles de debate y algunas ironías parecen ser suficientes para refutar a las izquierdas ideológicas: allí hay probablemente un tema de discusión conceptual no del todo examinado. He leído algunos artículos en portales de opinión en los que se destaca la figura de Donald Trump y Marine Le Pen como políticos ejemplares, de “buena línea”  - pese a esgrimir un  programa racista e intolerante -, sin enfrentar mayores críticas de los lectores, pero en los que se condena la agenda secular o no-religiosa de un sector de la izquierda peruana en temas de educación y derechos individuales. Increíble. Un macartismo realmente delirante se cultiva en aquellos espacios. Se percibe un auténtico espíritu de ortodoxia que se organiza buscando herejes. Estos personajes se han dedicado a la empresa antiliberal de extirpar idolatrías.

Ese tipo de actividades degradan el debate público y envilecen la política. De hecho, minan la configuración de una opinión pública rigurosa, que es fundamental para la democracia. Resulta claro que la caricaturización se cultiva por los diversos frentes del espectro político, pero hoy existe una estrategia de demolición bastante identificable contra cualquiera que no comparta cierto imaginario  conservador en política y mercantilista en economía (necesidad de "mano dura", "instituciones tutelares", omnipotencia del mercado, silencio oficial en temas de DDHH, etc.). Creo que con frecuencia los grupos de izquierda han alimentado esta caricatura y se han prestado a esta clase de simplificaciones, gracias a su irresponsabilidad, su escasa capacidad para repensarse a la luz de los sucesos de 1989, entre otros errores de diversa índole. El panorama presente es elocuente. Unas organizaciones de izquierda desunidas, divididas en torno a su valoración de la democracia, alejadas de las bases populares que otrora ayudaron a movilizar y a cohesionar. He señalado más de una vez aquí que la democracia peruana requiere de una derecha y de una izquierda liberales, respetuosas del Estado de derecho, el pluralismo y de los principios de justicia y del desarrollo humano. Por ello me molesta la caricatura que los numerosos censores mediáticos  - que escriben desde esa prensa que sólo reconoce cinco candidatos en la contienda electoral - hacen de la izquierda como un círculo de “retrógrados”, “dogmáticos” y “comechados”, que constituye el corazón de aquel mensaje recurrente ¿Qué ha pasado en el Perú de estos años para que estos calificativos insultantes puedan pasar como ‘análisis político’ en los diarios, en la radio y en la TV?

Me preocupa también que se ignore la amplia gama de las “izquierdas” y se omita toda referencia a sus profundas divergencias de ideas y proyectos políticos. Para ellos, todas son lo mismo. Desde las diferentes formas de marxismo hasta la socialdemocracia y los defensores de la democracia deliberativa. Desde los que cuestionan la economía de mercado hasta los que intentan articular los principios del liberalismo político con la preocupación pública por los derechos vinculados a la identidad de género y cultura, y el respeto de la naturaleza. Esas izquierdas liberales no son teóricamente marxistas ni plantean una estrategia revolucionaria en un sentido ortodoco, pero son reiteradamente estigmatizadas como "comunistas camuflados", “extremistas”, o incluso como “filoterroristas”. Para esos “críticos” importa poco que esas etiquetas sean absolutamente falsas y enmascaradoras. El asunto es que la estigmatización sea “política” y “mediáticamente” eficaz. La idea de que los problemas del Perú son cuestiones de doctrina es obviamente ridículo. Los bullies ideológicos conservnadores asumen dogmáticamente la convicción de que, una vez erradicada la izquierda política, la comunidad podrá convertirse en una sociedad libre y próspera; ciertamente, así pensaban los extirpadores de herejías respecto del futuro de las naciones de la cristiandad en los terribles tiempos de la inquisición.

Tampoco importa que muchos de los juicios históricos que emiten los “censores” políticos y mediáticos sean falsos o no hagan referencia a hechos relevantes. No importa que las izquierdas hayan tenido un rol significativo en las luchas por la defensa de derechos sociales – junto a otras fuerzas políticas, es cierto -, o que durante el conflicto armado interno, entre los miles de mártires de la violencia terrorista, encontremos a numerosos militantes de izquierda. Esta corriente de opinión de tonalidades macartistas está elaborando una burda historieta acerca de nuestra etapa republicana. Es preciso recordar que – si lo que queremos es edificar una sociedad políticamente seria -, nada positivo puede ser construido sobre la base de la simplificación. En lugar de postular una narración política maniquea y sin matices, es preciso pensarnos como una sociedad en la que diversas voces ideológicas puedan encontrar espacios para expresar sus ideas y polemizar en un marco de libertad y respeto.



  

6 comentarios:

Alfredo P. dijo...

TODA la izquierda peruana -incluyendo a muchos que ahora quieren pasar por derechohumanistas- tenía un discurso violentista y antidemocrático en los 60s, 70s y comienzos de los 80s. Abominaban de la democracia "burguesa" (a pesar de que participaban de elecciones), glorificaban la violencia repitiendo eso de que "el poder nace del fusil" y cuando alguien les pedía condenar la violencia de sus parientes ideológicos de SL y del mrta, respondían que "la violencia es partera de la historia". Nunca deslindaron con sus parientes ideológicos de sendero y del mrta, si hubieron militantes izquierdistas que se enfrentaron al terrorismo comunista, fue por iniciativa individual de estos y no porque respondieran a un llamado orgánico de las agrupaciones de izquierda (muchos cuyos dirigentes se enredaban en malabarismos verbales dignos de Cantinflas para evitar condenar al terrorismo comunista). La izquierda peruana añora a la URSS y al "bloque socialista", nunca fue capaz de manifestar la más mínima crítica por la dictadura castrista en Cuba (así como ahora no cuestionan la dictadura chavista en Venezuela), abominan del libre mercado porque en realidad ignoran como funciona. Es esa izquierda que ahora pasó a decir "derechos humanos" con la misma facilidad que antes decía "lucha de clases" y "dictadura del proletariado". Afortunadamente, la izquierda marxista será exterminada en las urnas y devuelta al basurero de la historia (de donde nunca debió salir), muy merecido castigo por sus errores y horrores. Ojalá no se censure mi comentario.

Gonzalo Gamio dijo...

Las izquierdas abarcan un espectro muy amplio y plural, desde la socialdemocracia hasta las formas más duras de marxismo ortodoxo. Un juicio tan escueto y propagandístico es muy impreciso. Entre los mártires de los años del terrorismo, hubo militantes izquierdistas asesinados por el PCP-SL. Hablar de la "izquierda" como un bloque resulta absurdo.

Alfredo P. dijo...

Qué bonito! cuando se trata de defender a su posición ideológica, allí la izquierda sí tiene un significado único y monolítico, cuando se le hacen fundadas críticas a la única izquierda realmente existente en el Perú, entonces allí viene con matices de que existen varias "izquierdas" y hasta a un sector como la socialdemocracia -ubicada al centro- lo ubica a "la izquierda".
El autor refleja muy bien el pensar de esa izquierda que no ha cambiado nada desde los 80s, esa izquierda para la que la caída del muro de Berlín o el desplome del socialismo real nunca existió, esa izquierda que desde 1990 sólo cosecha derrotas y fracasos y que nunca, nunca ha sido capaz de hacerse una autocrítica (siempre les resulta más cómodo echarle la culpa de todo a otros). Felizmente esa izquierda será exterminada por el pueblo peruano en las urnas, en donde no alcanzará ni el 1% (nuevo desastre que sólo terminará por acrecentar su odio hacia la democracia).

Gonzalo Gamio dijo...

Como siempre, interpretando absurdamente mi post y mi respuesta. Revisar lo que he escrito varias veces sobre las izquierdas y sobre la caída del muro. No vale la pena agregar nada a lo escrito.

Alfredo P. dijo...

En su mundo de fantasía, el autor defiende a una "izquierda" que sólo existe en su imaginación. Cuáles son esos sectores de "izquierda liberal" a los que se refiere (un liberal de izquierda es una contradicción en sí mismo, una doble falsificación, es como un nazi o un comunista democrático), ¿existen en el Perú?.
Está tan alejado de la realidad que habla de una izquierda que -supuestamente- defendería a las "mayorías" y a los más "pobres", pero en las urnas no alcanza ni el 1% (y está tan cegado por su ideología que no lo quiere ver). Por supuesto que no admite ninguna crítica a su afines ideológicos y prefiere echarle la culpa a "la clase política" o a "los medios" (falta poco para que culpe a la "concentración de medios").

Gonzalo Gamio dijo...

El malintencionado comentarista me pide que identifique si en los partidos nacionales existentes encuentro una “izquierda liberal”. No directamente. Pienso en el trabajo académico y cívico de personas como Henry Pease y Rolando Ames, por ejemplo. En el ámbito de las ideas, están las obras de Rawls, Sen, Rorty. El término existe desde hace varias décadas.

En diversos posts – incluido este post – hay reiteradas críticas a las izquierdas. Revisar antes de adelantar juicios sin ningún fundamento sensato.