SOBRE LA AUTONOMÍA DE LA PUCP
Gonzalo Gamio Gehri
La prematura algarabía de la prensa ultraconservadora -así como de algunos noveles "activistas", que "solamente" se dedican a la agitación y propaganda por ejemplo en esta pintoresca página - ante el fallo del Tribunal Constitucional (TC) tiene bases débiles. Este conflicto entre la PUCP y el Sr. Muñoz Cho no ha hecho más que empezar. Esta prensa quiere deslizar la idea falsa de que la Universidad no quiere respetar este cuestionable fallo. La PUCP va a acatar el fallo - que sólo se pronuncia sobre una cuestión formal sobre la acción de amparo -, se apelará a instancias internacionales y se continuará con los juicios que tocan el tema de fondo. El TC genera cuestionamientos por su composición y por su actuación en casos anteriores. En el tema de la AOE falló contra sí mismo sin que existieran evidencias científicas que así lo justifiquen. Recomiendo la lectura del último post de José Alejandro Godoy en el que pasa revista a la dimensión legal de este conflicto.
Conociendo la posición de quienes pretenden intervenir la PUCP - en Ayacucho y otros espacios - es legítimo preocuparse por el futuro de la pluralidad y la calidad académica de la PUCP si sus planes se concretan. Uno contempla el caso de ciertas universidades locales , tuteladas confesionalmente, en las que se les pone "etiqueta roja" a los libros considerados "peligrosos" por la autoridad - autoridad que los prohíbe o que dificulta severamente su lectura, incluyendo entre las víctimas de esa actitud la obra Vargas Llosa, Nietzsche, Kant y parte de la de Vallejo - y evidentemente teme que esa sombra nefasta pueda cernirse sobre la PUCP. A los sectores más conservadores (y a algunos neoliberales) les importa poco que el nivel de la PUCP se fuera a pique – en la hipótesis negada de que la nefasta intervención se cristalizara – con tal de ver que se la controle ideológicamente desde canteras ultramontanas.
Los miembros de la PUCP vamos a luchar por la autonomía de la universidad, con las armas de la razón y de la justicia. La batalla legal recién empieza. Hablo a título personal, pero me consta que la comunidad universitaria lo tiene muy claro. Aquí estamos.
*En estos días he estado consignado - de manera completa y señalando la fuente - el punto de vista de notables académicos, conocedores de la realidad universitaria, sobre el caso PUCP y el fallo del TC. A continuación, publico un artículo de Silesio López – aparecido en La República – sobre este tema.
UN HUESO DURO DE ROER
Sinesio López Jiménez
No deja de ser simbólico que, en el mismo día que Cipriani defendía a los corruptos, recibiera del TC la sentencia sobre la PUCP que lo favorecía. Cipriani es un zoón politikón que hace parte de la argolla política que, con voracidad, corta el jamón. Con sus declaraciones a favor de los corruptos ha cometido probablemente el error de su vida. De la misma dimensión o peor que aquella que calificó a los organismos de defensa de los derechos humanos como una cojudez. La sentencia gratuita que ha recibido del TC no constituye un boccato di cardinale sino un hueso duro de roer. La PUCP va a resistir, sin duda. Cipriani no la tiene fácil. ¿ Con qué cara, con qué derecho y con qué moral un defensor de los corruptos pretende administrar los bienes de la institución universitaria más prestigiosa del país?
La sentencia del TC sobre la PUCP puede ser vista desde dos ángulos: el jurídico y el político. La diferencia es puramente analítica porque, en puridad de verdad, el TC toma decisiones políticas revestidas de juridicidad. ¿Puede un organismo que ha sido elegido por cuoteo y a través de negociaciones intensas entre los diversos partidos en el Congreso actuar de diferente manera? ¿Puede actuar en forma neutral un organismo que ha sido copado por el Apra y que está sometida a las presiones de los poderes fácticos? Podría si tuviera los blindajes necesarios que le permitieran actuar con cierta imparcialidad como es el caso de los directores del BCR. Pero no los tiene y eso lo expone al juego abierto de las presiones que vienen de todos lados (los poderes del Estado, los poderes fácticos, los partidos e incluso las influencias personales y amicales).
Es ingenuo pensar que el TC actúa con criterios puramente jurídicos y creer que sus decisiones son imparciales y justas. En el Perú y en AL los TC (o instituciones similares) y las instituciones del Estado son estructuras parcializadas. No estamos en los estados europeos en donde la positivación del derecho ha penetrado toda la vida social y la ley es, por eso mismo, igual para todos. La decisión del TC busca darle todo el poder a Cipriani sobre la PUCP a través de la administración de sus bienes como si todos ellos constituyeran la herencia dejada por Riva Agüero.
La PUCP es la mejor universidad del país y eso es producto del trabajo persistente, esforzado y creativo de varias generaciones que han actuado desde su fundación hasta ahora, de sus autoridades, de sus profesores, de los estudiantes que han pasado por sus aulas y de los egresados que, con su excelente desempeño profesional, la prestigian. La herencia dejada por Riva Agüero es importante, sin duda, pero es mucho más importante el trabajo acumulado de las múltiples generaciones de peruanos que han trabajado y han estudiado en ella y que se expresa en el campus universitario, en sus edificios, en sus riquísimas bibliotecas, en sus laboratorios, en su tradición académica, en la calidad de sus investigaciones y publicaciones y en su prestigio que sobrepasa las fronteras.
Una de las virtudes de la PUCP es su apertura al debate plural de su comunidad académica. El hecho de ser católica no le ha impedido abrirse, como lo hacen las mejores universidades del mundo, a las diversas corrientes del pensamiento sin censura ni autocensura. Se discute dentro y fuera del aula con el debido y mutuo respeto a las ideas y a las personas discrepantes. Todos los saberes y las diferentes actitudes con respecto a la fe tienen su lugar. Los creyentes pueden combinar la autoridad de la fe con la crítica de la razón; los no creyentes y escépticos pueden expresarse también con libertad. La regla de oro es la tolerancia cultivada con esmero por todos los integrantes de la comunidad universitaria. Todas estas virtudes son impensables en una universidad del Opus Dei en donde impera el autoritarismo, la intolerancia y el index.
Actualización:
Véase el excelente post de Erich Luna sobre la multitudinaria exposición de Marcial Rubio ante la PUCP.
28 comentarios:
Una pregunta Gonzalo. Si cambiara el arzobispo de Lima ¿sería tu posición sobre el tema la misma? ¿las autoridades de la PUCP tendrían la misma actitud que tienen ahora?
Excelente pregunta. Yo creo que la actitud sería la misma: defender la autonomía de la PUCP.
Hay que agregar que - en los 90 años de la universidad - ningún arzobispo antes que el actual había asumido una actitud hostil frente a la PUCP.
Saludos,
Gonzalo.
Señor Reimond:
Respeto su loable posición, pero peca usted o de inocencia o, como dirían algun chiquillo, "o te haces". El interés del Opus Dei en tomar la PUCP, no es paranoia, no es amarillismo; es evidencia. El Opus Dei tiene larga tradición en la cultura autoritaria e intervencionista con el favor del poder político. Si usted no sabe, le paso el dato que desde que los obispos del Opus Dei y el Soladicio se hicieron cargo del Sur andino, por ejemplo, no han respetado el avance de la "Opción por los pobres", han expulsado a los Maryknoll y a otros sacerdotes y monjas llamados malamente "rojos". Desde hace años, los seminarios y la formación sacerdotal tiene un cariz medieval. La religión andina (aymara y quechua) vuelve a ser tipificada como demoníaca. Lamentablemente, la interculturalidad, el diálogo interracionalidad, el sincretismo corre el riesgo de perder la fuerza que había tomado. Es una pena, pero el Opus es canon, dogma, selección, exclusividad; pero no creo apertura al 'otro'
extraño.
Estimado Augusto:
En cada comunidad encontramos todo tipo de gente; no debemos generalizar. Sin embargo, lo que viene sucediendo en el Sur Andino - la situación que describes - es lamentable e indignante, tienes toda la razón.
Pregunto, a título personal y en calidad de creyente ¿Tiene algo que ver Cristo con lo que sucede allí?
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo:
Concuerdo contigo en lo pernicioso que resulta la presencia del arzobispado en la vida universitaria de la PUCP. Creo que no hay nada que discutir en esta linea contigo, acordamos en todo.
Sin embargo, algunos apuntes "técnicos" en lo mencionado por el profesor Sinesio Lopez. Ni acá ni en Europa, existen tribunales constitucionales "apolíticos" ni puramente jurídicos. Las teorias del constitucionalismo, hasta donde yo se, niegan esa rigidez. Ni tampoco en Europa hay una pura positivización del derecho, en el sentido de que el juez siempre interpreta. De ahi, ha justificar la interpretación de nuestro TC, hay un gran trecho. El problema va por otro lado, antes que nos intente graficar el estado de la cuestion del Derecho. Creo que el profesor peca por falta de cautela en la materia estimado Gonzalo,
saludos,
CZG
Estimado Gonzalo: yo creo que el principal problema de la PUCP es que la mayoría de sus profesores y autoridades han sido incapaces de decir las cosas con claridad y transparencia. Siempre se evitó el "escándalo", siempre se habló entre dientes y siempre se trató de quedar "bien" con la iglesia católica.Aún ahora las autoridades no quieren salir a defender los derechos de la universidad a viva voz. Por remilgados y bien educados están perdiéndolo todo. ¿Te imaginas cómo hubiera reaccionado San Marcos ante una iniciativa de este tipo?
Una lástima.
César:
Es posible que el tema de la AOE - según ha sido señalado por la prensa de investigación - habría existido alguna presión y "conversaciones previas" con políticos influyentes. Debería investigarse. Esperemos que este no sea el caso.
Saludos,
Gonzalo.
Anónimo:
La PUCP tendría que plantear con mayor énfasis su punto de vista ante la opinión pública. Es mi opinión.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo:
En todo caso, lo que planteas es muy distinto del estado de la cuestión que explica el profesor Sinesio Lopez (que tiene la tesis que los tribunales son puramente jurídicos y positivista).
De todos modos Gonzalo hay que seguir vigilantes con el desenlace del tema. Sabemos del perfil que tiene el Cardenal.
Saludos,
CZG
Estimado César:
Estoy reseñando diferentes lecturas de la defensa de la PUCP entre ellas las del profesor López. No significa que estemos de acuerdo en la cuestión conceptual de la naturaleza del derecho.
Ricardo Milla acabe de sostener en su blog que "el prof. Gamio (....) se cierra a lo que cree" (sic). Se supone que esa frase debería mortificarme, si ella fuera inteligible. Con alguna condescendencia ante la precaria construcción de la frase, debo entender que se refiere a mi posición sobre la dignidad y los derechos de las personas. Milla no se ha enterado de que se trata de la expresión de un consenso en occidente que trasciende las tiendas políticas, pero su punto de vista no sorprende. Es posible que él considere que las personas que encontramos inadmisible las ejecuciones extrajudiciales seamos "cerradas" o "intolerantes". Luego dice que algunos colegas míos piensan como él, pero no da nombres ¿Será que quiere indisponerme con ellos? Entenderá él que, dadas sus cuestionables andanzas informáticas, su palabra no goza de credibilidad alguna.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo:
Entiendo, solo era una anotación jurídica que me parecía necesaria. De hecho, como ya dije, en el tema de fondo no hay discusión: la situación de la PUCP es preocupante.
Sobre lo de Ricardo Milla, perdoname Gonzalo, pero yo creo que no deberias hacerle demasiado caso. No porque no le asista igualdad de condiciones a todos para opinar. Sino porque Milla se ha comportado de mala manera contigo. De hecho los que te conocemos de alguna manera, no le damos mayor crédito. Si tu compromiso o pasión para con lo que crees significan para él, visos de "dogmatismo" (quien lo dice), tomalo como un halago. Pierde cuidado, tu don de gente y tu vocación de maestro esta fuera de toda discusión.
Saludos,
CZG
Muchas gracias, estimado César. Te invito a participar del diálogo en el último post, que continúa esta discusión.
Saludos,
Gonzalo.
Hola Gonzalo:
Aunque la PUCP no es santa de mi devoción, y más de uno peca allí de "arrogancia académica", Considero que Cipriani no tiene cabida en ningún aspecto, espero que la gente de la PUCP vaya tomando conciencia de lo que se viene, se deje de cobardías y construya una estrategia lo suficientemente efectiva para que personajes con actitudes y pensamientos como los del "inefable" no terminen queriéndose apoderar de una instancia universitaria que mantiene vivo el quehacer académico y la reflexión en el país.
Bueno, hay en este caso cuestiones más allá de cualquier chauvinismo universitario. Como dijo "anómino" muchos no han estado claros en su posición respecto a la ingerencia de la Iglesia (manifestando cierto "amaneramiento político", parece que ahora ya no pueden dormir "con Dios y con el diablo", es tiempo de definiciones...y sobretodo de acciones.
A la espera de lo que haga la gente que defiende la autonomía de la PUCP y con mi compromiso para apoyarla en lo que pueda, me despido.
Un abrazo fraterno, nos vemos
Hola Michael:
Por supuesto. Defender ahora la PUCP es en gran medida defender la autonomía universitaria.
Un abrazo,
Gonzalo.
Estimado Profesor Gonzalo:
Me parece bacán que haya decidido usar su blog como una trinchera en pos de la defensa de la PUCP. Lo felicito, pues esta es una clara muestra de la coherencia entre sus ideas y sus actos.
Sin embargo, creo que debería considerar algunos detalles para profundizar sus relfexiones.
¿Usted escuchó la conferencia que Marcial Rubio dio en el polideportivo? Bueno, entre otras cosas, Rubio dijo que (haciendo referencia a toda la comunidad universitaria) habíamos descubierto que la justicia es parcializada en el Perú. ¿Se da cuenta de ese descubrimiento? Es decir, él recién ha llegado a América. Y ese es el gran problema: la PUCP como la UARM son ficciones. Son libros nunca escritos de personajes que jamás existieron; todo ello dentro de un cuento de Borges. La realidad, el pavimento, el barro, son otros. Los procesos judiciales no los gana el abogado más erudito, el que expone la doctrina jurídica más rebuscada, o el razonamiento legal más preciso. No. La justicia acá se obtiene por influencias, por dinero, por las peores malas artes.
Desde mi humilde opinión, la PUCP caerá antes de las elecciones del 2011. ¿Que eso violará la constitución? ¿Que eso afectará los derechos humanos? En realida a nadie le importa. Solo se hará si alguien desde arriba lo manda. Y se hará como sea, sin violencia o con ella.
¿Nostros tuvimos la culpa? Sí y no. Se puso el pecho por la Comisión de la Verdad, y de eso hay que sentirse orgulloso. Pero, ¿no es ese el deber de una buena universidad? ¿No es esa su justificación: intervenir en la sociedad? De modo que, si bien hay que sentirse orgullosos, también que tener claro que solo hicimos lo que debiamos hacer. Sin embargo, también caimos en contradicciones. Recuerda el "bienvenidos todos". ¿Eran en realidad "bienvenidos todos"? Pues no. Si uno iba con su carne de San Marcos o de Alas Peruanas, pues no era bienvenido. No entraba al campus. Se le cerraban las puertas. ¿Eran bienvenidos todos? Los exámenes de ingreso de los últimos años tenían en la prueba preguntas en inglés. ¿Se enseña inglés en los colegios nacionales? ¿Y si se enseña, será un buen inglés? ¿Estábamos aplicando el "bienvenidos todos"?
Usted sabe que yo estudié Derecho. De modo que imaginará que fui a los 90 años de la facultad de Derecho. ¿Sabe cuál fue la broma más divertidad entre los conferencistas? Fue una de Jorge Avendaño. Contó que debía viajar de un país árabe a israel. Y la línea aérea le dijo que no podía hacerlo con pasaporte israelí. Y bueno, el señor Avendaño no tenía el pasaporte peruano; de modo que llamó por teléfono al consulado peruano. Era domingo, y una señorita lo atendió. Avendaño dijo que requería el pasaporte y agregó un argumento inteligentísimo: me llamo Jorge Avendaño. Y, caray, la señorita dijo: yo soy de la PUCP y lo conozco. De inmediato, el consulado le mando ipso facto su pasaporte a Avendaño, pese a que era domingo. Carcajada generalizada en el polideportivo. ¿Miento? Hay un video de esa festividad. Mírelo.
Pero dígame, ¿es eso derecho? ¿Dónde quedaron las prácticas del derecho administrativo? ¿Dónde quedó la igual ante la ley? Si yo hubiera estado en la situación de Avendaño, a mí simplemente me decían: venga el lunes, haga su cola, y espere hasta dentro de un semana.
Pero vayamos a las aulas, a los cursos. ¿Es Filosofía Peruana un curso obligatorio en la especialidad de filosofia de la PUCP? No. ¿Hay alguna posibilidad de que se dicten cursos en derecho que no tengan la sombra del Análisis Económico del Derecho? Casi, casi, se podría decir que no. ¿Existe algún prodesor en la especialidad de Historia que no perteneza o quiera pertenecer a una élite de narices alzadas? No.
En realidad, no hay necesidad de que Cipriani entre a la universidad. Cipriani ya está dentro, y desde hace mucho. No obstante, aún quedan personas que sí brillan, muy pocas, y brillan con luz propia en las tinieblas. Quizás por ellas debemos luchar, en esta batalla que, para mí, ya está perdida. Y eso es lo bacán. ¿Pues qué gracia tendría una batalla si supieramos que de todos modos la vamos a ganar?
Un abrazo,
Julio Meza
Hola Julio:
Estoy de acuerdo en que hay que dar la pelea, y que ello requiere también que se haga una autocrítica. También creo que es importante que este proceso no culmine hasta después de que cambie este gobierno, porque el lobby conservador tiene muy buenas conexiones con el oficialismo. Eso es evidente. Por eso los conservadores quieren apretar el acelerador.
Un abrazo,
Gonzalo.
Profesor Gonzalo:
Dígame, ¿qué candidato le hace ascos a la élite conservadora? Salvo Villaran, ninguno. De modo que en realidad no importa quien ocupe el sillón presidencial.
Fíjese: es de la PUCP de dónde salen los críticos más inteligentes contra esta locura que es la economía basada en extracción de minerales. Fíjese: fue un ex rector de la PUCP quien señaló que marinos peruanos cometieron delitos de lesa humanidad en ayaucho.
¿Usted cree que el poder económico y el militar van a dejar que la PUCP siga jodiéndoles la fiesta? El Perú está volviendo a ser el de hace varias décadas, en donde la brecha económica de un grupo social a otro es enorme, y en el que las gentes con poder no quieren a nadie que los joda.
Esto ya ha pasado en la historia de la república peruana. Y varias veces.
Lea, por ejemplo, el Dominical del Comercio de hoy. La directora de ese suplmento trata de limpiarle la imagen a Mariano Ignacio Prado, el vergonzoso presidente que abandonó el Perú en plena guerra con Chile. Es lamentable, pero los grupos de poder tradicionales han tomado fuerza. Y están aplicando sus técnicas de antaño: la arbitrariedad y la insidia.
¿Por otra parte? Como se lo comenté en su oficina, la PUCP nació como una universidad de la derecha más fundamentalista. Revise la historia de sus primeros rectores, y me dará la razón. De modo que lo que está sucediendo es algo esperable: la PUCP está volviendo a ser lo que fue.
Sin embargo, y aquí viene lo épico, hay que dar lucha, y una lucha hasta física, porque solo así, cuando la PUCP vuelva a ser lo que fue en los 90 y 2000, los profesores y alumnos recordarán a nuestra generación como una generación que dio un ejemplo de coherencia. Claro que, al modo en que va el país, la PUCP volverá a ser lo que fue en el 2050 más o menos, cuando regrese el terrorismo y etc., etc., etc.
Un abrazo,
Julio Meza
Me ha conmovido lo que ha dicho Julio Meza en sus opiniones, sólo puedo decir que tiene razón. A veces, he pensado que el slogan "Bienvenidos todos..." debe continuar así "los que tienen para pagar". Quizá en aquellas instancias que dicen: "piensa diferente..." el slogan también debería terminar con algo como "si te alcanzas los recursos económicos". Insisto, la PUCP no es santa de mi devoción, incluso puede ser tildada por algunos como "elitista" o "clasista", pero si cae ella o cualquiera de las universidades ante discursos y acciones como las de Cipriani, estamos todos en serios problemas.
Tengo mucho más que decir, pero quizá la coyuntura implica que no es tiempo para hacerle una gran cantidad de críticas a la PUCP y la UARM (que se las merecen), es momento de unir esfuerzos...espero que instituciones como las mencionadas lo recuerden al momento de realizar una auto-crítica, pues la gran realidad del país es que un reducido grupo de gente con recursos puede acceder a una educación tan buena como esta. ¿los demás? a sobrevivir y aprender como se pueda.
DE todas maneras, se necesita instancias como la PUCP para que puedan "pelear" en sitios o lugares de influencia a los que no es muy sencillo tener acceso, es más una cuestión de estrategia para quienes estamos de parte de los derechos humanos, la libertad de pensamiento, de expresión y religiosa.
Saludos
Estimados Michael y Julio:
Entiendo el tono pesimista de su reflexión. Los sectores más retrógrados y recalcitrantes se han hecho más fuertes, en parte gracias al apoyo de este gobierno.
Hay que seguir luchando, incluso en el peor de los escenarios. Todavía está empezando esta batalla. La PUCP, recuerdo, más allá de las críticas que puedan hacérsele, no sólo es ejemplo de trabajo crítico y proyección a la comunidad es justicia y DDHH, sino que siempre ha sido una universidad privada pionera en el pago escalonado, accesible a diversos sectores sociales. Plural en más de un sentido.
Saludos,
Gonzalo.
Profesor Gonzalo:
Creo que hoy me encuentro un poco vagoneta, de modo que por eso me he animado a participar en su blog. En realidad debería estar leyendo para mi tesis, pero a veces (debo confesarlo) me aburre ver tantas palabras sin dibujos. En fin...
Pensaba en la idea de universidad. Esta es una institución que nació en occidente y que no se desligó de la iglesia hasta la ilustración. Así, la universidad llegó al Perú (cuando aún este era colonia) regida por señores de lazo y sotana. El problema fue que, con las nuevas ideas de los ilustrados, a los curas no les sirvió de nada las manos para retener la ideas que fueron discurriendo de un lado a otro; ideas que, finalmente, dieron como resultado en intentos fallidos de acabar con los lazos que nos unía a la metropoli.
Ahora bien, a mi parecer, el problema de la universidad en el Perú es el siguiente: las universidades nacionales son politizadas (en el sentido más despectivo del termino). No son siempre los mejores profesores los que enseñan allí, sino los que están más cercanos al gobierno de turno o al sector académico que ocupa el rectorado. ¿Y a qué se debe esta lucha entre distintos sectores? Pues no a la libertad de cátedra, sino a un sueldo que, en el mejor de los casos, suma dos mil quiniento soles. Dos mil quinientos soles para alguien que tiene que estar todo el día en la universidad y no necesariamente investigando, sino haciendo tareas administrativas u otras tonterías. Pero bueno, ahí está la ley de la homologación. Pero si se diera la homologación entre los sueldos de los magistrados y los catedráticos el asunto no mejoraría. Más bien empeoraría. Puesto que la lucha por ocupar una cátedra sería feroz. Y correrían muchas más influencias, amiguismo, carnets de partidos y etc., etc. Aunque, desde una óptima mezquina, esto tendría más lógica: un magistrado gana entre ocho o nueve mil soles.
La universidad privada, por otra parte (y lo repito: desde mi punto de vista), se divide entre el mercantilismo abierto y su atadura invisible a una fe. Vea la publicidad en la calle: estudia para trabajar y no para practicar; la vida es una selva y si no estudias acá serás la gacela comida por el león. Y etc., etc. Estas son las universidades que, valgan verdades, sus fines no son "no lucrativos". Estas, en realidad, no son universidades: son empresas dedicadas al negocio de la ¿educación?
Del otro lado, tenemos a las privadas de corte humanista, pero ligadas a la iglesia católica. Y bueno, estamos viendo en la PUCP lo que sucede cuando la libertad se estrella con la fe más dogmática. Estas universidades (lo repito: según mi parecer) tienen un límite: discurre en ellas el suave viento de un credo. Y, en cualquier instante, se puede generar una tormenta.
Así que nos queda una opción por construir: una universidad privada, con recursos propios o de instituciones extranjeras; una universidad que no piense en las utilidades, sino en el capital humano; una universidad crítica, comprometida con su tiempo, atravesada por el debate en libertad, sin débitos a nadie del pasado, con debates que no caigan en la politiquería partidaria; una universidad laica, que no se sume a un fe, sino que acepte todas y ninguna; una universidad, una verdadera universidad.
Esa universidad de la que hablo no existe en el Perú. Habrá que construirla.
Profesor Gonzalo Gamio:
Entre los marxistas recalcitrantes hay un término que siempre me causa pavor: "la autocrítica". Recuerdo que, cuando adolescente, me sume a un grupo de lectura marxista, y, como era de esperar, los muchachos de este grupo -de rostro anguloso y serio- me causaban la mayor de las gracias. De modo que yo no dejaba de hacer chistes y chistes sobre sus barbas, su conflicto de clases y el mismísimo marx.
Luego de un tiempo, me dijeron que mi humor era un signo pequeñoburgues de la clase social en la que me había criado. Y, de inmediato, me pidieron una autocrítica. Y yo les respondí, con el gesto compungido: es cierto, me arrepiento, me arrepiendo de no haber atendido a Marx como es debido. Y ellos, con sus ademanes rebeldes, su mirada en llamas, asintieron felices. El problema se dio cuando les confese que yo no me refería a Karl Marx, sino a Groucho, Groucho Marx, que es el único marx que me importa.
(Ojo: no olvide el afiche del Centro ¿Cultural? de la PUCP para el encuentro de latinoamericano de Cine. Le aseguro que esa imagen será motivo de ensayos de acá a un par de décadas o de semanas).
Y bueno... Digamos que aquí estamos en la superficie. ¿Recuerda que hace unos años (¿dos o tres años?) el CAPU tuvo un lío con el departamento de psicología? Este último publicó un tríptico (que pertenecía a una serie de trípticos) que hablaba de la homosexualidad. No decía nada nuevo: solo que la OMS había señalado que la homosexualidad no era una patología. ¿Qué hizo el CAPU? Literalmente dio el grito al cielo. Y desaparecieron los tripticos. Dios es expedito con algunos.
Un detalle más: ¿recuerda a nuestro ministro de relaciones exteriores entre los años 1998 - 2000? ¿Sí lo recuerda? Pues se llama Trazegnies. Y él fue socio de la mafia fujimontesinista, y, hace cosa de meses, la PUCP sacó un libro homenajeándolo. Y es más, en los 90 años de la facultad de ¿Derecho?, lo condecoraron. Y fue gracioso, porque mientras lo condecoraban leían todos sus logros académicos y cargos políticos y etc., etc., etc. Pero jamás mencionaron sus años con Fuji y Montesinos. ¿Cómo es la historia, no? La historia a veces depende de quién la cuenta y cómo la cuenta.
(Espero que esto no perjudique la aprobación de mi tesis. En fin...).
¿Miento en alguno de estos datos? No. Todos están registrados en videos, revistas y etc., etc.
De modo que todo ello también es la PUCP. Y todo ello me hace pensar que Cipriani ha estado en la universidad desde hace mucho. Lo único diferente es que ahora el arzobispo quiere darle un vistazo en vivo y en directo a su latifundio.
En unos días lo visito en su oficina. Tengo que comentarle que Melcochita está apunto de publicar un libro de Haikus.
Un abrazo,
Julio Meza
Estimado Julio:
Tus opiniones son bienvenidas, pero debo pedirte que moderes el lenguaje. Se puede mantener la firmeza del argumento sin calificar.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado profesor Gonzalo:
Disculpe mis adjetivos exaltados. Sucede que, a veces, la pluma me lleva por el camino de la pasión. Sin embargo, el párrafo que eliminó contenía información interesante sobre la PUCP. Información que, por cierto, muchos alumnos y ex alumnos manejan.
En fin... Pese a mis críticas a la PUCP, yo sigo muy ligado a ella, porque allí he conocido a grandes profesores, he sido testigo de excepción de conmovedores gestos de humanidad, y he disfrutado de sus ambientes y servicios con toda la libertad que la adolescencia y la juventud requieren.
Y, por ello, siempre le estaré agradecido a la PUCP. Ya soplarán mejores vientos en ella.
Saludos,
Julio Meza.
Publicar un comentario