viernes, 13 de junio de 2014

ESQUEMA SOBRE LIBERALISMO, POLÍTICA Y RELIGIÓN.







Gonzalo Gamio Gehri

1.-  SOCIEDAD LIBERAL Y RELIGIONES

     -   El liberalismo propone la necesidad de un Estado que permanezca imparcial frente a los  credos que cultivan los miembros de la sociedad. Experiencia del integrismo y de las guerras religiosas.
      -  Debe garantizar el derecho a la vida, a la libertad de conciencia y a la propiedad de sus ciudadanos. -El conjunto de principios que rige la estructura básica de la sociedad– no proviene de un orden divino, sino de la deliberación y la elección de los individuos.
        - El enfoque liberal es compatible con el proceso de secularización,  el reconocimiento de la autonomía de lo temporal
        - El Estado debe declararse neutral en materia religiosa y de visión del mundo.
         - Busca asegurar tres bienes en un contexto social de  ‘pluralismo razonable’: a) libertad religiosa; b) igualdad; c) permitir la participación de las diversas perspectivas espirituales en la construcción de proyectos comunes que la sociedad se traza en cuanto entidad propiamente política.
        - En un régimen democrático, las personas son libres para decidir creer en tal o cual visión de la divinidad o la trascendencia, o no tener creencias religiosas.
        - La búsqueda de la verdad no constituye una meta para el Estado moderno, su meta concreta es la justicia, la forja de la coexistencia social basada en la observancia de principios, normas e instituciones elegidas razonablemente por los involucrados.
        - El Estado no debe pronunciarse acerca de la validez de las convicciones religiosas o cosmovisionales de sus ciudadanos,  debe ofrecer espacios autónomos – no estatales - para que el agente discuta y discierna su propio camino espiritual.
        - Los espacios religiosos no son espacios “privados”.

2.- LIBERALISMO Y VIDA EXAMINADA

        - Un modo de pensar y de vivir fundado en el cuidado de la crítica y en la evaluación permanente de las propias creencias  (Amartya Sen / Martha C. Nussbaum)..
        - Esa actitud pretende alejar el fantasma del integrismo del propio juicio y carácter, y construir una disposición vital hacia el diálogo y el intercambio de argumentos.
        -  "Tener convicciones es algo admirable”, “pero también lo es no estar demasiado seguro de ellas” (Michael Walzer).
        - Falibilismo.

3.-  ESPACIOS DELIBERATIVOS Y PLURALISMO RAZONABLE

        - Sociedad civil: las universidades, los sindicatos, los colegios profesionales, las ONGs, los grupos de reflexión, las comunidades religiosas, etc.
        - Los espacios institucionales del Estado no constituyen lugares para la discusión o la difusión de creencias religiosas o de visión del mundo. Los lugares que dispone el Estado restringen su uso a actividades que entrañan el cuidado o el logro del bien público.
        - El Estado tampoco puede asumir un compromiso institucional con una concepción cientificista de lo real sin atentar contra el principio de igualdad en materia religiosa y de visión de mundo. La imparcialidad frente a los credos e ideologías es una cuestión política, no epistémica.
        - Idea de “pluralismo razonable” (Rawls).

4.-  ESTIPULACIÓN LIBERAL: LENGUAJE POLÍTICO Y RELIGIÓN

        - Idea de Rawls de “religiones razonables”, religiones que reconocen habitar un mundo diverso, y aprecian el respeto de esa diversidad sin dejar de desarrollar sus creencias, a la vez que están dispuestas a aceptar que se profesan en un escenario social y político en el que se concibe esa pluralidad desde el prisma del sistema de derechos del individuo.
       -  El espacio público ha de ser un escenario plural, abierto a quienes actúan en él desde múltiples derroteros espirituales: exigencias éticas, reivindicaciones en cuanto a identidades culturales y de género, religiones, ideologías políticas, etc.
        El lenguaje de la acción política no puede ser el de una confesión particular porque no todos los ciudadanos comparten esas creencias o aceptarían traducir sus vindicaciones de derechos e invocaciones a la justicia (o a la libertad individual) en términos religiosos.
        No obstante, es posible que la motivación y el esfuerzo por la afirmación de los derechos o la vindicación de la justicia tenga una matriz originariamente  religiosa o espiritual.
        Es el caso de la lucha por los derechos civiles que emprendió Martin Luther King en los años sesenta, o la intensa influencia de la teología de la liberación en los movimientos de derechos humanos y a favor de la reconstrucción de la memoria histórica en la región.
        Estos movimientos tradujeron sus alegatos originales al lenguaje de los derechos y de la justicia pública – y acogieron la voz de un alto número de no creyentes, así de militantes de otras denominaciones -, sin abandonar esa fuente espiritual.
        Este proceso de configuración del discurso público es denominado estipulación en los escritos de John Rawls sobre la cultura política democrática. Esta clase de trabajo tiene lugar tanto en el debate cívico como en la edificación de los principios del orden constitucional.
        Martin Luther King en el Lincoln Memorial.
        Las palabras de King van más allá de sus contextos originarios y de su audiencia inicial y contribuyen a crear o a consolidar una cultura política. En este como en otros casos, el mensaje religioso aporta su profundidad y su gran potencial para la cohesión y la movilización social a una poderosa causa moral y política por la liberación de grupos oprimidos.

5.- PLURALISMO LIBERAL: JUSTICIA Y RAZÓN PÚBLICA


        El orden público propio de una sociedad democrática y liberal está cimentado en lo que John Rawls describe como una concepción política de la justicia, una perspectiva en torno a la conducción del gobierno, la edificación de la ley y el diseño de instituciones basada en la idea de la libertad y la igualdad de todas las personas. Dicha idea es fruto del consenso traslapado de diversas doctrinas comprensivas (doctrinas que versan acerca del sentido general de la vida humana) en el marco de una situación de ‘pluralismo razonable’.
—       Para los propósitos de la razón pública – el tipo de argumentación que cimenta la estructura de la sociedad y el debate político -  lo políticamente relevante es que abonan el terreno para la construcción de la noción liberal de ciudadanía.
—       Estas doctrinas generan una suerte de “núcleo político” que cimenta la concepción de la justicia.
—       los compromisos extrapolíticos de tales visiones del mundo y la vida son tema de reflexión y discusión fuera de los márgenes del sistema político, en las diversas instituciones de la sociedad civil. 

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