martes, 23 de agosto de 2011

MONÓLOGOS DEL CARDENAL (JORGE BRUCE)






Jorge Bruce


Según el Vaticano, la PUCP debería ceñirse a la constitución Ex Corde Ecclesiae, en la que se estipula que los profesores “deben respetar la doctrina y la moral católica en su enseñanza”. Soy profesor de la maestría en estudios psicoanalíticos de la codiciada universidad. En mis cursos recurro a las obras de Sigmund Freud, entre otros. Freud era un judío ateo. Yo mismo soy ateo.

¿Significa esto que debería eliminar de mis clases las referencias a pensadores como Freud o, peor aún, católicos marxistas y lacanianos como Terry Eagleton? ¿Podría seguir enseñando en mi alma máter al no cumplir con los requisitos exigidos por Roma? Porque a los anteriores goces del inquisidor debo añadir el de ser divorciado…

Releo lo que acabo de escribir y me asombro de haberlo hecho… ¡en pleno siglo XXI!

El que obviamente está de plácemes con estas fantasías sectarias y anacrónicas es el Gran Canciller Cipriani. Al respecto declaró: “¿El que está casado no está limitado por su mujer?, ¿el que maneja un carro no está limitado por un semáforo al manejar? Toda persona acepta unas normas en donde trabaja, entonces por qué le va a parecer una limitación que la sagrada congregación de Roma, y no yo, les pida que se pongan en línea de lo que la Iglesia les pide”.

Es verdad: todos debemos acatar normas de convivencia civilizada. No obstante, comparar a la iglesia con una esposa (hubiese dicho “pareja” para no excluir a las mujeres ni a los homosexuales, pero entonces no sería el cardenal quien habla) o un semáforo es cómico, pero inexacto. Un semáforo no elige al rector ni tu mujer te ordena cómo debes pensar. Por cierto, en la PUCP hay muchos profesores y autoridades católicos, a quienes nadie limita en el contenido de sus cursos ni se les exige dejar la Biblia o el crucifijo en la entrada. Como tampoco ocurre con fieles de cualquier otra religión. Asimismo, se imparten las ideologías más diversas, en un clima de tolerancia y debate que ha dado generaciones de ciudadanos críticos, de las más variadas opiniones, que discuten y no se someten.

Contrariamente a lo que afirmó ayer el cardenal, la PUCP permite todas las formas de pensamiento. Lo que no se permite es la imposición de un sistema de creencias. Felizmente la ley peruana es la que rige el funcionamiento de la universidad, no el Vaticano. Ya la asamblea universitaria rechazó este nuevo asalto a la razón y la autonomía. Si se acatara esta imposición eclesiástica podría suceder, por ejemplo, que Rafael Rey fuera rector de la universidad. Es fácil imaginar lo que ocurriría con autoridades tan respetuosas de la manera de pensar del otro.

Tiene razón el cardenal cuando dice que los bienes del Fundo Pando no son lo único en juego (aunque su metáfora del ladrón que cree a todos de su condición fuera ofensiva para el rector Marcial Rubio). Está de por medio una concepción de la pluralidad que se quiere sofocar vía los dogmas de una institución religiosa, en su versión más retrógrada y autoritaria. Repito entonces lo que escribí hace algún tiempo: “no se metan con mamá”. En la Cato somos tolerantes pero sabremos defender la libertad de pensamiento y, a fortiori, el diálogo.


(tomado de La República)

18 comentarios:

Anónimo dijo...

Vale, profesor. Ya esperábamos alguna manifestación suya.
A propósito, le preguntaríamos su opinión sobre el artículo titulado "contra el oscurantismo", publicado ayer en el blog siguiente:
http://memoriasdeorfeo.blogspot.com/
Esto teniendo en cuenta, obviamente, lo publicado por el señor Aldo Mariátegui esta mañana, que podría considerarse la manifestación civil de la posición canónica ortodoxa.
Yo creo que si la posición canónica ortodoxa funciona, habría que repensar los alcances del poder "temporal" del Vaticano, en pleno siglo XXI.

José Bellido Nina dijo...

Profesor Gamio:

Creo que la "suerte está echada".

Nuestra Universidad también es católica y sus investigaciones siempre se guían "a la luz de la fe y con el esfuerzo de la razón".

En los años que llevo estudiando, he visto profesores de los más tolerantes, liberales y los que no creen en nada; sin embargo, siguen enseñando. Se respeta a la Universidad como a las órdenes y cánones de la Iglesia y las normas jurídicas del Perú.

Usted es un defensor del Estado Laico. El Estado ha participado y lo sigue haciendo mediante el TC, Poder Judicial e instituciones. Pero tiene legitimidad la Iglesia. No pueden decir que son "pontificia" y "católica", y no obedecer a la Santa Sede.

Este tema es de sentido común y no tanto legal, social, económico, ideológico o de autonomía.


Saludos cordiales.

Gonzalo Gamio dijo...

Hola José:

Habrá que ir a Roma a dioalogar. Pero deben respetarse los procedimientos democráticos de la PUCP, así como su dependencia de la ley peruana. La Universidad no debe renunciar a su autonomía. No lo hará.

Saludos,
Gonzalo.

José Bellido Nina dijo...

Profesor Gamio:

Hace algún tiempo cuando era medio "foraja", mis padres me prohibían algunas cosas. Mi madre me daba una orden y yo rehusaba a cumplirla, entonces me decía: Si quieres quéjate con tu papá. Iba donde mi papá y me decía: Obedece a tu mamá. Creo ahora que lo hacían por mi bien y el de la familia.

Debemos ser comprensivos en estos casos y no cargarnos de terquedad.


Saludos cordiales.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado José:

Entiendo, pero estamos hablando de instituciones vinculadas a la ciencia y a la libertad intelectual, que suponen una ética de la adultez y una proyección hacia la democracia.

Saludos,
Gonzalo.

José Bellido Nina dijo...

Profesor Gamio:

Entiendo. Pero insisto, es un tema de sentido común.

El problema es la ideología.

Como bien lo han descrito: El Papa vs. Marcial Rubio y la autonomía de la PUCP.


Saludos cordiales.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado José:

Confesionalidad vs Autonomía universitaria.


Saludos,
Gonzalo.

José Bellido Nina dijo...

Profesor Gamio:

Terminarán en un K.O.


Saludos cordiales.

Gonzalo Gamio dijo...

Ya veremos :)

Saludos,
Gonzalo.

Raul dijo...

La intolerancia de las autoridades de la PUCP es grande. Cipriani a dicho que quiere conversar. Ellos ponen condiciones para el diálogo. Que vayan primero, que lo escuchen y si lo que propone es inaceptable que lo descarten. Pero primero escuchen. Creo que les falta muñeca política.

Alfredo P. dijo...

Lo he dicho desde hace tiempo:aquí no existe ningún problema de "tolerancia vs oscurantismo" o de "libertad de cátedra vs inquisición" como interesadamente aquellos vinculados a la actual administración caviar de la PUCP quieren hacer aparecer.
La discrepancia con el arzobispado de Lima es netamente legal y reside en la correcta interpretación del testamento de Riva Aguero.
Aquellos que mienten y desinforman respecto a que la PUCP se volvería en una sucursal de la Inquisición, olvidan que en el Perú y en mundo existen varias universidades católicas de excelente nivel y en donde el respeto a los códigos eclesiásticos no está reñido con la libertad de cátedra.
También olvidan que las actuales autoridades de la PUCP acudieron al TC y allí perdieron y por goleada y ahora se resisten a cumplir con dicha sentencia (claro! las sentencias sólo las cumplen si les resultan favorables, sino no).
Es impresionante la sucesión de descalabros a los que las actuales autoridades han sometido a la PUCP, es una verguenza ver al rector soltar disparates por la TV (esa de que los nombres de "Pontificia" y de "Católica" los podrán seguir usando porque los tienen registrados en el INDECOPI es para matarse de la risa, si la situación de nuestra universidad no fuese para llorar).
Por el bien de la PUCP, aquellos que la han expuesto a esta verguenza pública, deberían de renunciar (si es que tienen un poco de dignidad y un mínimo de sangre en la cara).
Ojalá el dueño de este blog, tenga la suficiente hombría para publicar mi comentario y no me lo censure(como ocurre cuando desmiento los postulados de su CVR). Es muy fácil hacer llamados a la tolerancia, pero lo más difícil es serlo.

Antonio dijo...

Yo creo que sí va a terminar en un KO, pero no estoy seguro quien es el que va a ganar. Las cosas están muy polarizadas y la verdad es que ninguno de los dos grupos se puede ver. El que gane va a aplastar sin misericordia al que pierda. No veo disposición al diálogo.

Hay algo que, por motivos personales, me preocupa mucho. Si gana la actual cúpula dirigente de la PUCP y cambian el nombre a Universidad del Perú ¿Cómo va a quedar mi título y el de miles graduados de esta casa de estudios? Me quedé pensando esto después de leer un comentario de Vásquez Kunze. Quedaríamos perjudicados debido a un lío entre caviares y curas. Eso sí que me daría mucha indignación.

A. R. dijo...

Dicen que la PUCP se atiene a las leyes peruanas y no a las del Vaticano.

Bueno pues, la ley peruana, mediante el tribunal constitucional, le ha dado la razón a Cipriani, guste o no.

Además, quienes pidieron que sea el TC el que se meta en este asunto, fueron uds, no Cipriani.

Me parece que deberían acatar el fallo, e ir a negociar con el cardenal.

Creo que la actual administración está pecando de piconería.

Anónimo dijo...

El comentario del Sr. Bruce sobre sus eventuales dificultades para dictar por ser divorciado pretendía una cierta ironía, aparentemente; pero fue interesante leer en una nota del Sr. Mariátegui, dos días después de la publicación del Sr. Bruce, parte de una carta del cardenal Landázuri donde este último afirma efectivamente que para "acceder a la cátedra" en una universidad verdaderamente católica es impensable que no se "exija" a los docentes el matrimonio (religioso, se entiende) y la familia (hijos). De lo contrario, imagina uno, casta y virginal soltería.
Considerando que la Constitución del Perú permite a un ciudadano tener su vida perfectamente en regla sin cumplir con ninguno de estos requisitos (la convivencia está permitida, y no se prohibe la anticoncepción), implantar estos requisitos en la que es obviamente la universidad más importante e influyente del país equivaldría a darle a la ley de la Iglesia más peso del que debería tener, y en efecto se estaría pasando por encima de la ley nacional, imponiendo por la fuerza (en un foco cuya influencia casi nada debe al trabajo eclesiástico) costumbres que durante las últimas décadas han sido opcionales, cuestión de conciencia.
Esto, Dios me perdone, es un paso hacia hacernos de facto una colonia del estado Vaticano. No es cuestión de fe, sino de política. Es la mitad del país imponiendo de facto sus costumbres a la otra mitad, y abriendo la puerta a una situación neo-colonial. Por más respetable, por más venerable que sea el estado Vaticano, esto debería alarmar.
Basta darle una mirada a la encíclica Caritas in Veritate para percibir (hasta los católicos progresistas deberían hacerlo, para estar despiertos y no ser conducidos en estado de inconsciencia) que el Vaticano ha asumido abiertamente una vocación globalista a corto-mediano plazo en la que no hay cabida para el pensamiento libre en materias de fe y moral; prácticamente la única libertad de conciencia, culto y costumbres que se permite en el plan ahí esbozado es la de pertenecer a la religión en la que uno nació. El pensamiento individual, la conciencia individual no-agremiada, no-insitucionalizada, es condenada en ese documento como inútil y peligrosa.
Estemos prevenidos. Los años que vienen, las décadas que vienen, serán de lo más interesantes a este respecto. Se trata de una lucha increíble, pero se librará, en efecto, y el Perú será un interesante laboratorio para ella, por su carácter eminentemente provinciano y pseudo-conservador, y por su población dócil y poco consciente de sus derechos.

Alfredo P. dijo...

Qué risa dan aquellos que hablan de que debe primar la ley nacional por sobre las leyes de un "estado extranjero" como el Vaticano; se olvida son las actuales autoridades de la PUCP los que se niegan a cumplir el mandato del TC peruano que desestimó su amparo y ordenó que se respete el testamento de Riva Aguero.
Fueron al TC y perdieron, las actuales autoridades caviares fueron al Vaticano a entregar los estatutos y el Papa los a puesto en su sitio.
Aquellos que han expuesto a la casa a esta sucesión de descalabros judiciales deberían de presentar sus cargos a disposición.

Esa es la verdad de las cosas

Anónimo dijo...

Claro, y sin embargo lo temible es lo siguiente: No se trata de un estado extranjero; se trata de un reino del cual son súbditos la mayoría de los ciudadanos del Perú.

José Bellido Nina dijo...

"Anónimo" le gustaría ver a nuestra Iglesia repartir píldoras anticonceptivas, jeringas y preservativos de todo tipo; además de promocionar la promiscuidad, padres irresponsables y buscar esa ficticia "justicia de género". ¿Dónde está el respeto a la Iglesia desde una visión laica? ¿Por qué colocar a la Iglesia como la que respalda todo tipo de "creencia"? ¿Por qué reducir todo a la política e intereses económicos? Me parece tonto estos tipos de comentarios. La búsqueda de la verdad es un tema aparte para quienes creen que se vive aún en ese "oscurantismo" ¿Colonia del Vaticano? ¿Desde cuándo? ¿Por qué debe alarmarnos eso si es con una universidad y no con toda la sociedad peruana? ¡Qué imaginación! ¡Qué tolerantes metiéndose en asuntos de la Iglesia!


Saludos cordiales.

A. R. dijo...

A. R.

Bueno, estoy seguro que con el señor Bruce coincido en muchas cosas con respecto al matrimonio, a la religión, a la ideología, etc...

Pero, vamos, la ley es la ley. Y fue la ley peruana, en su más alta instancia, el TC, quien falló en contra de la PUCP, y a favor de Cipriani. No fue el Vaticano. Creo que la cosa está bien clara en ese asunto.

Con respecto a lo de ya no llamarse pontificia. mmmm, no creo que a muchos de sus alumnos ni a los padres de éstos que son los que pagan las altísimas sumas que le s piden quieran que les quiten el título de pontificia.

saludos