jueves, 2 de diciembre de 2010

EL DEMONIO DEL MEDIODÍA



Gonzalo Gamio Gehri


Mi blog está dedicado habitualmente a tratar temas filosóficos y políticos, pero he querido esta vez escribir un breve post personal. Hace ya más de una semana que he cumplido cuarenta años. Definitivamente el número incomoda un poco - aunque se trate de sólo un número -, porque uno no sabe a ciencia cierta si este período de la vida constituye una especie de continuidad – “madura” – de los años de la juventud o si se trata ya de “doblar la esquina”. La gente habla de la “crisis de los cuarenta”, y los franceses han bautizado elegantemente esta crisis como “el demonio del mediodía”. No faltan los buenos amigos y colegas que alertan acerca de los estragos que este mal espíritu provoca en el alma y en el corazón.

Entiendo el problema. A estas alturas la gente te pide “madurez” y “resultados” a quienes nos asomamos tímidamente a esta cuarta década; hay quienes en esa etapa pretenden (ingenua y patéticamente) “enseñorearse” sobre la vida. Cordialmente me resisto a dejar de ver la vida con ojos nuevos, o a dejar de soñar despierto. A pesar de que uno pueda exhibir algunos logros, o haber librado alguna que otra batalla más o menos importante en el camino, se reconoce en la vida la misma incertidumbre y misterio que al principio. Haber vivido un poco te permite mantener los ojos bien abiertos, te invita a aprender de experiencias a antiguas y a estar dispuesto a afrontar nuevas experiencias, pero el akmé, la “sabiduría de vida” es otra cosa. No la veo por aquí, no todavía. Si existe algo así, supongo que llegará después, si acaso llega. La vida todavía trae tanta confusión como lucidez, como para tratar de comprenderla como un todo.

No soy un "experto" en esto de vivir. Mi manera de pensar las cosas está en proceso de maduración, pero está todavía lejos de asumir su figura más concreta. Me gustaría aseverar que mi pensamiento se alimenta bien y crece fuerte, como el pequeño Zeus en las alturas del monte Ida, pero ignoro cuál será su destino; sólo espero que sea útil para la gente, tanto como sea posible. Mi interés por la filosofía práctica se ha fortalecido y se han establecido nuevos nexos con la experiencia vivida, tanto en lo biográfico como en lo institucional; lo que he publicado desde 2001 sigue ese itinerario fenomenológico. En el nivel de una reflexión más comunitaria, el tema de la lucha por la vigencia de los derechos humanos y las políticas democráticas sigue siendo mi preocupación fundamental. Mis dos primeros libros dan cuenta de estas inquietudes ético-filosóficas, y ya contamos con un tercero en preparación, dedicado a la idea de ciudadanía. Mis clases me nutren el espíritu y me renuevan, el contacto con los estudiantes me permite vislumbrar con esperanza el trabajo que hará la siguiente generación con el país. Por lo menos en los últimos años, veo en las universidades en las que enseño un renovado interés por el ejercicio del pensamiento crítico y por volver a pensar la política. Escribir y enseñar son dos actividades que me brindan una gran satisfacción.

Cumplir años siempre ha provocado que piense seriamente en la fugacidad de la vida, antes que en celebraciones. La finitud es un rasgo ineludible de la vida humana. Intentar comprender el carácter vulnerable, abierto e inconcluso de la vida constituye uno de los retos más difíciles. Aceptar el devenir y asumir el inexorable final de nuestra existencia. Por eso, ya en un plano personal, creo que hay cosas que no deben dejarse para después. Por fortuna, las personas a las que quiero y que tienen un lugar extraordinario en mi vida saben cuánto las aprecio y cuán importantes son. He intentado siempre expresarles mi cariño y mi gratitud con mis propias palabras, y en el momento oportuno (kairós). He buscado mis propias palabras para decir lo que quiero decir, tanto en las aulas como en el espacio público y en la vida cotidiana, aunque los pensadores y literatos griegos (y los grandes poetas del Sturm und Drang) han sido para mí una permanente fuente de inspiración.

En fin. Si algo he aprendido en estos pocos años – espero de todo corazón que la vida tenga muchas cosas con las que sorprenderme, y que yo no pierda la capacidad de sorprenderme a mí mismo – es que existen dos articulaciones de valor que no pueden perderse sin que la vida pierda significado: anhelo de verdad y pasión por la vida. Estoy tentado a sostener que se trata de una y la misma cosa: si no es así, está claro que la una acompaña a la otra. Si pudiera celebrar algo en estas fechas, sería esa luminosa interacción. Sin ella, dejaríamos de ser quienes somos.

13 comentarios:

Jorgesp dijo...

Estimado Gonzalo

Interesante tu post y en funcion a corresponder al esfuerzo llevado a
cabo por realizarlo, considero oportuno comentar algunas cosas muy
puntuales.

En primer lugar, considero que llegará un momento en la vida de cada
uno de nosotros donde deberemos mirar hacia atras y donde nos
preguntemos ¿vivi bien?. Quizas, la respuesta a tal pregunta solo
pueda ser encontrada en cada uno de nosotros. Quizas, la filosofia
especulativa no sea el lugar para buscarla.

En segundo lugar, el hombre no es una isla ni debe tender a serlo, lo
cual -considero- es lo que logra el liberalismo desbocado al convertir
libertad en egoismo, tal y como ha ocurrido en nuestros tiempos. Sin
embargo, la esperanza siempre esta y solo se requiere de un hombre
etico, para que el milagro de la politica ocurra.

Por ultimo, al no ser islas nos vemos forzados a interactuar entre
nosotros, como hombres. No todas los hombres conseguimos llegar a
formar lazos mas profundos que la mera necesidad, el lograrlo, es de
por si... todo un logro. Por ello, el llegar a tener Philia” (φιλία
philía) debe en si, ser considerado un merito y algo digno de
celebrar.

Salud!!

Jorgesp

Hugo Aldave Herrera dijo...

Bien vividos mi estimado Gonzalo. Quienes sabemos de ti y de tu trayectoria, damos cuenta de lo instructivo que eres para el pensamiento riguroso y critico del Pais. El "demonio del medio dia" me visitó hace tres años, y efectivamente hay un certamen de sensaciones que se registra, pero cuando se vive para escribir y enseñar el tiempo cronologico es poca cosa frente al tiempo historico. Un abrazo desde Trujillo.

Raúl Zegarra dijo...

He leído tu post con inmensa alegría, querido Gonzalo. Un abrazo lleno de cariño y admiración.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Jorge:

Gracias por tus precisas reflexiones. Sólo estoy en desacuerdo con tus juicios sobre el liberalismo, que sólo refutarían la versión puramente procedimental.....

Un abrazo,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Hugo:

Gracias por tu mensaje, amigo. Ya nos veremos por allá. Sigue con tus reflexiones sobre el derecho y la ética.

Un abrazo,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Raúl:

Mil gracias, amigo. Muy bueno tu post sobre Gutiérrez y Caputo.

Un abrazo,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Lindo texto Gonzalo,realmente estremecedor y sugerente.
Tal vez eso es lo hermoso de la vida,esa capacidad de darnos nuevas oportunidades y volvernos a inventar
constantemente(me quito los lentes, los pongo sobre la mesa y miro el vacio con la mano
en la boca a lo Vallejo y los ojos vidriosos)

No sera que se fue el demonio alcantarillesco y llego el del medio dia,
mmm,o tal vez,es el mismo demonio con otro velo,otro look,que te viene persiguiendo
desde hace buen tiempo

Este teclado no tiene todos los signos.

Saludos desde Delhi,

Marcelo

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Marcelo:

Jajajaja...no, el Demonio del Mediodía no tiene nada que ver con la "persecusión" de los blogs fachos y la prensa de alcantarilla. Qué imaginación.

Siempre se agradece tu aguda ironía, querido amigo.

Un abrazo,
Gonzalo.

NOE dijo...

Querido Gonzalo

Yo creo que los 40 es una edad bastante apropiada para visitar a tus amigos españoles y por ende a tu segunda patria...

Aún estamos esperando para que nos des noticias al respecto.

Sabemos que tus quehaceres cotidianos te limitan en demasía, pero nunca viene mal dedicar algo de tiempo para acabar de una vez por todas, tu tesis, que a este paso vas a hacer creer que únicamente viniste a España para participar en festejos taurinos....

Como yo doy fe que estuviste en Comillas y que al menos parecía que recibías clases, ¿¿podría de una vez por todas terminar lo que otrora comenzó???

Vamos Gonzalo. Haz un esfuerzo.
Muchos abrazos de tu hermano.

Ricardo Falla Carrillo dijo...

Estimado Gonzalo, son 40, nada más. Yo viví ese día hace unos meses. Y aquí estoy como siempre, es decir, más joven que nunca.

Debemos darnos un almuerzo delicioso, acompañando de un buen vino y una charla abierta y distendida sobre los placeres y pasiones que nos ha deparado esa gran mediación que es la vida.

Un abrazo

Ricardo

Gonzalo Gamio dijo...

Querido Noé:

Jajajaja. Ya entregué mi primer borrador de tesis doctoral, y estoy trabajando en las sugerencias de mi Director. Pronto estaré por Comillas, no te preocupes.

Un fuerte abrazo, hermano.

Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimado Ricardo:

Claro, estimado amigo, 40 no es demasiado tiempo. Hay que conversar uno de estos días por la UARM.

Un abrazo,
Gonzalo.

Anónimo dijo...

Vamos,Gonzalo,usted no aparenta 40 años en la foto de su blgo.
Saludos y 40 años màs.
Javier