miércoles, 11 de agosto de 2010

CREONTE Y LA CEGUERA VOLUNTARIA. UNA NOTA SOBRE "ANTÍGONA"


Gonzalo Gamio Gehri

Hace un tiempo – con ocasión de una discusión interesante en torno a la epistemología de las ciencias sociales – examinamos lo que describimos como el Principio de lucidez, que nos exige considerar los matices y claroscuros que presenta la realidad como la base de nuestro discernimiento. Constituye un principio práctico crucial, y en su momento sostuvimos que procede de los griegos. Efectivamente, tanto en la tragedia como en la Ética de Aristóteles encontramos este principio implícito, por ejemplo, en la crítica de toda concepción ética que no toma en cuenta los objetos de experiencia - tà phainómena - como elemento para la deliberación. No observar el Principio de lucidez implica incurrir en hybris.

Quizá uno de los más célebres trasgresores de este principio es Creonte, el rey de Tebas, cuñado de Edipo y protagonista de Antígona. Él ordena dejar insepulto el cadáver de Polinices, quien había matado a su hermano Eteocles, en un contexto en que lideraba una invasión argiva contra su propia patria. Hemos hablado de las terribles consecuencias de la prohibición del duelo y del entierro en el mundo helénico. Como Antígona se rehúsa a acatar el edicto, en estricta observancia de las leyes de la Hélade, que ordenan enterrar al muerto, más allá de sus deudas con la comunidad. Primero Hemón, el coro de ancianos tebanos y luego Tiresias intentan hacerlo recapacitar, mostrando ante sus ojos la realidad y los posibles efectos de su decisión. Sin embargo, él elige no ver lo que está en juego. El adivino indica con claridad cómo los ciudadanos y los propios dioses desaprueban su actitud, al punto que su tozudez está precipitando a la comunidad misma a la ruina, enemistándola con los dioses que protegen la familia:

“La ciudad sufre (…) a causa de tu decisión. En efecto, nuestros altares públicos y privados, todos ellos, están infectados por el pasto obtenido por aves y perros del desgraciado hijo de Edipo que yace muerto. Y, por ello, los dioses no aceptan ya de nosotros súplicas en los sacrificios, ni fuego consumiendo muslos de víctimas, y los pájaros no hacen resonar ya sus cantos favorables por haber devorado grasa de sangre de un cadáver”[1].

Lo que describe Tiresias es una situación de sacrilegio que se sigue de los actos arbitrarios de Creonte, y que afecta a todos al interior de la pólis. Creonte descubre tarde la gravedad de su error, los terribles costos de su nula disposición a la reflexión, a reparar en aquello que no ha tomado en cuenta a la hora de decidir, y que constituye la ‘medida correcta’ para la acción. Sufrirá por su ceguera. Los espectadores de la obra, por su parte, recordarán en qué medida – como dice Tiresias – la buena deliberación es la mayor de las riquezas. A juicio de Sófocles, no existe forma de excelencia humana que no pase por la ponderación racional de lo que es verdadero y pertinente, según la proporción correcta. Saber reconocer cuál es esa proporción (en cada uno de los asuntos de la vida) constituye a la vez el secreto y la clave de la recta deliberación.



[1] Sófocles, Antígona 1015 – 23.

12 comentarios:

Daniel Salvo dijo...

Muy buen post. Aleccionador.

Gonzalo Gamio dijo...

Muchas gracias, Daniel.

Saludos,
Gonzalo.

Pipe dijo...

Prof. Gamio. Una curiosidad. ¿A qué se refiere cuando parte del título de su blog es “bosquejos post-liberales”? ¿Por qué “post-liberales”? ¿Tiene algo que ver con la teoría del fin de la historia y del establecimiento de una ideología definitiva que supera la religión y las doctrinas políticas que estuvieron vigentes en los últimos siglos?

Daniel Salvo dijo...

Este artículo tal vez tenga alguna relación con el post. Apunta a lo que es un "ciudadano ejemplar": http://www.revistaenie.clarin.com/notas/2010/08/13/_-02207302.htm

Anónimo dijo...

Profesor Gamio. Hoy día (17/08) leí el editorial de Aldo Mariátegui donde exige una "debate decente" sobre la pena de muerte. Inmediatamente comienza a nombrar filósofos pesas pesados (Kant, Platón, Hegel, Locke) y, luego, trascribe una serie de frases que, a mi parecer, están descontextualizadas y tienen cierto tufillo wikipediano. Pongo algunas:
"Para Kant, la función de la pena no es la de prevenir los delitos, sino puramente hacer justicia. Es decir, hacer que haya una perfecta correspondencia entre el delito y el castigo".
"Por su parte, Platón sostenía que "si se demuestra que el delincuente es incurable, la muerte será para él el menor de los males". Y Aristóteles alegaba para apoyarla que "peor que una bestia es el hombre malo y causa más daño".

No soy ducho en filosofía, pero asumo que usted sí podría ofrecernos un panorama realmente amplio y realmente contextualizado de las frases citadas, dizque para "sustentar" objetivamente la pena de muerte. A mí me da la impresión que Aldo M. ni sisuqiera ha leído (ni entendido) los libros de donde extrae esas citas.
Víctor Paredes

Amma Sinclética dijo...

¡Saludos!

Interesante texto.

He regresado de viaje. :)

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Sofía:

Muchas gracias. Bienvenida de nuevo al mundo de los blogs.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Pipe:

No tiene que ver con el "fin de las ideologías", sino con una concepción postmetafísica del liberalismo político.

Saludos,
Gonzalo.

Gonzalo Gamio dijo...

Víctor:

Aldo M. escribe sin conocimiento alguno de los textos. Platón y Aristóteles todavía en parte suscriben una concepción "cósmica" de la justicia, incompatible con los principios de la democracia moderna.

Como usted bien señala, su cultura wikipédica está rechinando.

Saludos,
Gonzalo.

Pipe dijo...

Gracias Profesor Gamio. ¿A qué se refiere con una "concepción postmetafísica del liberalismo político"? ¿Tiene algo que ver el liberalismo político con la metafísica? ¿no sería una redundancia? ¿quiere decir que el liberalismo político es el medio para superar la religión y la concepciones metafísicas en la vida pública?

Karina Pacheco dijo...

Hola Gonzalo:
Qué barbaridad, recién descubro tu blog! Felicitaciones, los contenidos son estupendos.
Con respecto a este último post, no puedo dejar de pensar en la adaptación que José Watanabe hizo de Antígona para Yuyachkani, tan pertinente para el Perú, en particular tras la presentación del informe de la CVR.
Te mando un gran saludo:
Karina

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Karina:

¡Què gusto encontrarte! Gracias por tu generoso comentario. La versión de Watanabe es estupenda.

Un abrazo,
Gonzalo.