lunes, 12 de diciembre de 2016

APUNTES SOBRE LAICIDAD EN LA UNIVERSIDAD PÚBLICA



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Gonzalo Gamio Gehri

Nuevamente los alumnos de la UNMSM han formulado en una carta que se tome en serio el principio de imparcialidad en materia religiosaen una universidad pública como lo es la Decana del Perú. Un grupo de estudiantes solicita – a través de una carta firmada por V. Román Marroquín – que no se usen las instalaciones de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas para presentar símbolos religiosos, en la medida en que el Estado democrático – liberal debe guardar un régimen de estricta neutralidad en cuanto a la fe o la ausencia de fe de los ciudadanos. Y ello – se señala – en condiciones de riguroso respeto al lugar de la espiritualidad en la identidad de las personas que han escogido asumir un credo religioso.


Algunos detractores de esta iniciativa sostienen que el tema de los símbolos navideños no reviste de importancia ni de interés. Quien vea la cantidad de comentarios al comunicado – que está muy bien escrito – se dará cuenta de que tiene gran significación para los estudiantes de esa casa de estudios. Nuestro país encuentra enormes dificultades en enfrentar el camino de la laicidad – un rasgo básico del Estado propio de una sociedad democrática – y es hora de seguir esa senda. Ella es compatible con el encuentro dialógico  de todas las confesiones y visiones del mundo, en un marco de equidad y libre expresión de las creencias. La Universidad peruana tiene que examinar con espíritu crítico estos principios.

Es hora de examinar este problema. Lo justo es que el Decanato se pronuncie sobre esta misiva, reconociendo esta preocupación como legítima y saludable desde el punto de vista de nuestra institucionalidad democrática y pluralista.

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Fuente:

https://www.facebook.com/sentido.referencia/posts/1836320393306555:0




NEUTRALIDAD RELIGIOSA Y LIBERTAD DE CREENCIA


Compartimos la carta dirigida por Valeria Román Marroquín al Decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas - UNMSM, Carlos García-Bedoya Maguiña. Suscribimos sus argumentos en favor del respeto al principio de neutralidad religiosa y la laicidad. El Decano tendría que acceder a estas demandas o, en su defecto, justificar de manera contundente su inobservancia del principio de neutralidad religiosa.

Lima, 07 de diciembre de 2016
Sr. Dr.
Carlos Alberto García Bedoya Maguiña
Decano de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas
UNMSM

De mi mayor consideración:
Quien lo saluda es estudiante de la Escuela Académico-Profesional de Filosofía. El motivo de la presente es solicitarle que, en su condición de Decano, realice las gestiones efectivas necesarias para que se garantice el respeto al principio de neutralidad religiosa en la Facultad de Letras y Ciencias Humanas. La laicidad es un pilar de la democracia moderna y, como parte de nuestra educación universitaria, que es también una educación para ser mejores ciudadanos, debemos partir por la exigencia de su respeto en la Facultad. Las autoridades son funcionarios públicos, y, por tanto, representantes del Estado. En ellos se materializa el Estado y son ellos quienes tienen que cumplir con los deberes del Estado. La razón de ser de la función pública es servir a la ciudadanía, esto es, velar por el ejercicio pleno de los derechos de los ciudadanos. La libertad de creencia es uno de nuestros derechos y considero que está siendo vulnerado por parte de la Facultad. Aquí no se está velando por su igual ejercicio por parte de todos y todas. Por lo mismo, me remito a usted en tanto máxima autoridad en Letras y en tanto funcionario público.
El principio de laicidad o neutralidad religiosa establece que ninguna fe o doctrina religiosa se imponga a través de la ley o en los hechos por instituciones del Estado. Esto implica que ningún credo religioso debe recibir privilegios especiales. Los ciudadanos tienen libertad de creer o no creer y esta libertad se ve mermada cuando el Estado o sus instituciones toman partido por alguna fe en particular. Se espera, en consecuencia, neutralidad estatal ante los distintos credos. Los ciudadanos son libres de creer y expresar su fe en espacios públicos; las instituciones del Estado no tienen esa libertad. Si no se garantiza la neutralidad por parte de las instituciones del Estado, se está atentando contra la libertad de pensamiento, conciencia y de religión, derecho fundamental consagrado en el artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y también estipulado en el artículo 2 de la Constitución Política del Perú. Sin neutralidad, se está coaccionando a los ciudadanos, ya que al tener estos la libertad de elegir en qué creer y en qué no creer, no deberían verse influidos (ni perseguidos) por el aparato estatal. La prohibición de imágenes religiosa en instituciones estatales apunta a que se garantice esta libertad.
No obstante lo arriba argumentado, vemos que al ser próximas las celebraciones cristianas de fin de año, en los pasillos de la Facultad se están colocando motivos e imágenes religiosas –sean misterios, nacimientos, etcétera. Ello, a pesar de que en años anteriores, la ya egresada Katherin Angeles Sihuay demandó el retiro de estos objetos. Es una lástima que sus solicitudes hayan caído en saco roto y que las autoridades ni siquiera se hayan dignado a dar una respuesta por escrito u oral a sus demandas. La ignoraron por completo. Debemos recordar que las autoridades tienen que rendir cuenta de sus actos y omisiones. Si una estudiante considera que la Facultad, mediante sus acciones, atenta contra el derecho a la libertad de creer, que no garantiza la igualdad en el ejercicio de este derecho a todos y todas, la autoridad debería dignarse mínimamente a decir qué es lo que ocurre, a rendir cuenta de su acto. Agradeceré que si no acoge mi solicitud de retiro de las imágenes religiosas (y concretamente de retiro del nacimiento cristiano de la Facultad), me diga al menos por qué no lo hace y por qué a su juicio la Facultad no debe respetar el principio de neutralidad religiosa.
Permítame señalar que la colocación de un nacimiento en uno de los pasillos de la Facultad (específicamente, a dos metros de la puerta de ingreso a la sala de sesiones y a la espalda de la sala de profesores, desde cuyos tomacorrientes se alimenta el juego de luces) falta el respeto tanto a la naturaleza de un Estado democrático como a los conceptos de libertad religiosa y tolerancia. La Facultad de Letras es un establecimiento público, y por lo tanto, está prohibida de adherirse o promover cierta fe. Lo repito: si bien la libertad religiosa es prerrogativa de los individuos, no lo es por parte del Estado y sus instituciones. Abiertamente, la Facultad de Letras con ese nacimiento está haciendo un culto religioso. ¿Por qué lo permite usted? Si esto sucede, si no hay neutralidad por parte de los establecimientos públicos; si no existe una separación entre Estado y religión, entonces no se garantiza la protección de los derechos de los individuos: es más, es el mismo Estado – en nuestro caso particular, la Facultad – el que viola la libertad de credo.
En este nacimiento se utiliza dinero de nuestra Facultad dado que se está destinando el tiempo de los trabajadores (horas hombre que se paga con dinero público) a su instalación y mantenimiento. También se emplea fluido eléctrico para su iluminación y decorado. ¿Alguien dirá que todo ello suma poco dinero? Pues, bien, a si sea un sol o cincuenta céntimos, ni usted ni yo somos dueños de ese dinero para gastarlo en nuestros gustos personales y no en la ejecución de fines estatales (pensar de otro manera sería legitimar el delito de peculado). Súmese a todo, que la ubicación de este nacimiento atenta contra la seguridad de los estudiantes, docentes y trabajadores, ya que obstruye el paso en el pasillo, lo cual sería muy peligroso en caso de que se dé un sismo. Asimismo, considere el modo irresponsable en el que se ha procedido para instalar su juego de luces, introduciendo el cable por la ventana y entre las cortinas hacia la sala de profesores. ¿Qué garantía ofrece usted de que eso no puede terminar en un incendio? ¿Cuál es el protocolo de seguridad que han seguido sus técnicos en la instalación de ese nacimiento?
Independientemente de las razones de seguridad aducidas, que también es obligación de la Facultad considerar, es deber de las autoridades de la Facultad velar por mantener imparcialidad, tanto en los espacios públicos como en los bienes que se encuentran bajo su administración. Estos bienes públicos no pueden ser destinados a la promoción de alguna fe en particular. La libertad de todos los individuos, su derecho a acceder al espacio público y a tener una vida digna están, indudablemente, vinculados al desarrollo de una sociedad en la que no existan impedimentos ni represiones para el desarrollo de la libertad de conciencia. La neutralidad debe ser entendida, entonces, como la garantía de la ausencia de algún tipo de hegemonía. En ese sentido, también como uno de los ejes medulares de la justicia social.
En concreto, solicito:
• Que se retiren las imágenes y motivos religiosos instalados en la Facultad, ya sean colocados por la misma o por terceros.
• Que la Facultad no permita que se vuelvan a instalar imágenes o motivos religiosos en las oficinas, biblioteca, sala de lectura y pasillos.
Usted, como Decano -cargo máximo dentro de nuestra Facultad-, tiene la potestad de aceptar o no mi solicitud -muy independiente de la decisión de un Consejo de Facultad, por ejemplo-, luego de haber evaluado con detalle los argumentos expuestos en esta carta. Como dije antes, tome en cuenta que este es un pedido que se ha hecho en años anteriores: la egresada Katherine Ángeles, durante dos años consecutivos (2014 y 2015), ha pedido garantías a las autoridades para que se defienda la neutralidad y la libertad religiosa por parte de establecimientos públicos como lo es la Facultad. Incluso se presentó con firmas de distintos estudiantes de Letras que suscribían esta petición. A pesar de tener contundentes argumentos a favor (a los cuales me adhiero y alguno de los cuales retomo en este documento), nunca se dio ninguna respuesta.
Confío en su criterio y en su capacidad de decisión. Sé que usted, como intelectual y funcionario público de un Estado democrático, sabrá actuar con racionalidad y coherencia, al ser máxima autoridad en una Facultad que se caracteriza por formar personas con pensamiento crítico. Si es que esta petición no llegara a concretarse, le pediría que como Decano presente una respuesta alturada, ya que está en la obligación legal y moral de dar cuenta de sus decisiones. Una vez más, espero que, a diferencia de la gestión anterior, usted no les dé la espalda a los estudiantes ni los mire por encima del hombro creyendo que sus demandas no merecen ninguna respuesta. Si considera que me equivoco, explíqueme por qué y se lo agradeceré como ciudadana y como estudiante. Si considera que no me equivoco, agradeceré que ponga en acto las medidas que solicito.
Atentamente,
Valeria Alejandra Román Marroquín
Estudiante de la EAP de Filosofía
Código 16030164



8 comentarios:

Anónimo dijo...

Interesante comentario. Pero si hacen un nacimiento aéreo? Es decir, colgándolo en el jardín? Se estaría violando el principio de neutralidad? Cómo se podría establecer qué pertenece al ámbito público y qué no? Qué frontera podría limitarlo? Acaso si un símbolo religioso está pegado a la pared ya atentaría contra la neutralidad? No tiene sentido pedir una supuesta "neutralidad" en materia religiosa o moral, porque la simple propuesta de una ética (ya que todos tenemos una ética implícita según el Maestro Giusti) sería una afrenta contra la neutralidad. Además como se pide una "libertades" y "neutralidad", es decir, desde una perspectiva negativa, también podría exigir la parte positiva: la libre manifestación de nuestras creencias en el ámbito público, porque pertenece a todos, creyentes y no creyentes. Lo más razonables es permitir toda manifestación religiosa siempre y cuando no dañe a otro. Qué mezquinos son los del grupo "Sentido y Referencia" para prohibir, parece una inquisición.

Gonzalo Gamio dijo...


Es evidente que cuando se habla de "lugar" no se refiere al suelo, reservar los malos chistes para otros lugares. Las consideraciones sobre el sentido de la vida recaen en los agentes y sus comunidades, no al Estado democrático, que defiende una ètica pùblica de libertades y derechos que todos podemos suscribir. Las expresiones religiosas son asunto de los espacios de sociedad civil, no de Estado.

Anónimo dijo...

Dr. Gamio no está claro el término "lugar" la idea es muy vaga e imprecisa. Quizá el muro sea el límite para determinar lo estatal y lo civil. Y, quién podría decirnos qué pertenece al ámbito público o civil? Algunos "expertos" en laicidad? O el grupo "Sentido y Referencia? Se necesita, creo yo, especificar algunos conceptos, para no caer en la bruma conceptual. Pues, alguien podría reclamar que el estado representa a todos, y se supone a todas las confesiones, por lo tanto en el ámbito público, como es la universidad estatal (que todos pagamos con nuestros impuestos) se debe permitir la libre manifestación de toda creencia religiosa, ya sea cristiana, budista, musulmana, incluso satánica etc. Por qué negarlo? Si hay manifestaciones de grupos "marxistas", y otros críticos al estado mismo. El problema es que se entiende el "laicismo" en sentido negativo, pero más rico y variado (y razonable) es el positivo. No sé por qué algunos profesores sólo enseñan el negativo sin cuestionarlo a alumnos que recién están aprendiendo y no saben todas las aristas. La reflexión filosófica debe intentar ver todas las posibilidades y no encerrarlo en una.

Anónimo dijo...

Qué comentario más tonto, falta nomás que hable de la caperucita Roja y la abuela en el Agustino!
Un nacimiento aéreo!! Existe una abuso del formalismo en los razonamientos morales que es muy característico
de los personajes autoritarios. Creen que se razona como si fuera un juego de mesa ..qué espanto ! tipo razonamiento
de abogado tinterillo que juega con las palabras para intentar ganar un juicio


Richard Milles

Anónimo dijo...

La estudiante hsce gala de sus convicciones. Muy respetables por cierto. Sin embargo, en ese afán laicista se olvida también que la misma universidad San Marcos tiene un origén de un contexto religioso. Hasta el mismo nombre de la decana de Ameríca hace mención a una expresión religiosa. No será acaso, en esa vocación laicista hasta declinar el mismo nombre de la univerdidad en el nombre de la laicidad y lograr una conhetencia plena? Saludos. Atte Mateo Ruiz.

JFVega dijo...

Me suena a extirpación de idolatrías. La dificultad de la alumna señala tiene otras soluciones como la de admitir la celebración de Hanuka, Ramadan, y otras fiestas religiosas por sus cultores...

Unknown dijo...

Me parece que hay una confusión: el principio de neutralidad, laica o como quiera que se llame va dirigido al estado, el cual no debe tener confesión de ningún tipo, ni política ni religiosa etc etc, y va dirigido a sus funcionarios. Por otro lado está la sociedad civil, donde prima el derecho opuesto: es el lugar de las creencias, de las confesiones políticas y religiosas, y ellos no solo pueden sino además tienen derecho a usar el espacio público para expresar sus creencias como parte de la libertad de culto. Al fin, es parte de los deberes de la autoridad, RESPETAR la libre expresión de creencias en el espacio público, siempre y cuando sea compatible con el uso regular, y no, como absurdamente se pide, interdictar una creencia porque no me gusta, aplicando de manera falaz un concepto carísimo de la modernidad.

Unknown dijo...

Dice que se usa horas hombre y corriente de la universidad!!!! Dios mío! O sea que cuando un trabajador o estudiante usa la corriente para cargar su celular está cometiendo hurto, o si se sienta para descansar y fuera de clase, es hurto de uso???? Esto es ridículo. Los nacimientos son iniciativas privadas de algunos trabajadores en su tiempo. El uso de la corriente es francamente un argumento patético y desesperado para criminalizar una creencia porque - debe decir francamente cual es el pathos de su crítica-, le disgusta la religión en nombre de su propia creencia marxista ...Aunque su irreligiosidad corresponde más bien al siglo XvIII ...La lucha por la libertad de consciencia, del cual la laicidad es solo un corolario, no tiene sentido en una sociedad con liberad de creencia! Creo que nuestros buenos marxistas de manual llegaron 300 años tarde a la lucha!