sábado, 8 de octubre de 2011

SOBRE UNIVERSIDAD, FE Y RACIONALIDAD



















Gonzalo Gamio Gehri




La polémica sobre la PUCP ha destacado el asunto del perfil de las universidades católicas en una sociedad democrática. El tema presenta diversas aristas, pero yo intentaré detenerme en una, vinculada a su irrenunciable condición de universidad. Como tal, una universidad católica genuina – esto es, que no sea un recinto dedicado a la promoción de una única doctrina, a a la imposición de la “tiranía del anillo único”, para citar a Natán el sabio – debe examinar toda perspectiva científica y dialogar de manera honesta y razonada con las diversas teorías y visiones de la vida que habitan en el mundo contemporáneo. Debe ser plural.



Entiendo y suscribo la idea de universidad católica en estos términos. Me parece importante que el diálogo entre la ciencia, el mundo social y la cultura incorpore asimismo a la fe (concebida no como actitud dogmática y excluyente, si no como una manera sutil y reflexiva de adentrarse en las cosas) en ese espacio decisivo de interlocución que es la universidad. Se trata de un propósito sensato si se trata de un verdadero diálogo, sin imposiciones ni perspectivas privilegiadas ni “inmunes” a la crítica. El diálogo supone una apertura real al horizonte y a las razones del otro; de lo contrario, se trataría de una práctica falsa, de una burda estrategia conducente a la manipulación ideológica y el control de las conciencias, más allá de cuál sea la ideología que se profesa.



No estoy seguro de que la universidad sea un espacio para la “evangelización de la cultura”. Depende de qué se entiende por esa expresión. Si se entiende como la incorporación del mensaje ético y espiritual del Evangelio como una voz – junto a las otras formas de pensamiento, saber y creación – en la trama de interlocución que constituyen las culturas en el seno de nuestras sociedades (en una línea afín al Concilio Vaticano II), no puedo estar en desacuerdo. Si “evangelización de la cultura” es interpretado en el sentido del adoctrinamiento religioso e ideológico, que pretende suprimir la diversidad o imponer una suerte de “segunda cristiandad” (en el estricto sentido teológico – político del concepto, en convergencia con el proyecto medieval), entonces disiento. Y añado que, más allá de lo dicho, el propósito de predicar el Evangelio en nuestro mundo (el verbo es crucial, ciertamente) es importante y encomiable, pero no debe distorsionar la naturaleza y alcances de la actividad académica y la pluralidad constitutiva de sus espacios, la universidad entre ellos.



Es por estas razones que no puedo ocultar cierta preocupación frente a quienes plantean de manera imprecisa “una mayor presencia del catolicismo en la PUCP”. La Pontificia Universidad Católica del Perú tiene una inspiración católica en la conducción de su vida institucional, sus estudiantes deben llevar dos cursos de teología a lo largo de su proceso de formación. Cuenta con cinco obispos en la Asamblea Universitaria, y existe un Centro de Asesoría Pastoral Universitaria. Es clara y evidente la presencia del catolicismo en la PUCP, en un contexto pluralista. Como recientemente ha señalado Raúl Mendoza, el trabajo específicamente de la prédica doctrinal debe tener un espacio puntual en las actividades extracurriculares de una universidad católica; se trata de un espacio significativo, que no debe confundirse con el académico en absoluto. En la vida académica deben ponerse de manifiesto las excelencias del trabajo del concepto, la apertura crítica y la urrestricta libertad intelectual. Las excelencias del diálogo y del cultivo honesto del conocimiento.




















13 comentarios:

Jorgesp dijo...

Saludos Gonzalo

Interesante post, pero me gustaria hacerte una pregunta sobre la presencia del evangelio en la educacion brindada en la PUCP. Que opinas del hecho de que existan profesores que empiecen su clase señalando los siguientes argumentos:

1. Que los derechos del hombre no derivan de una naturaleza humana determinada sino de la legislacion positiva y que cualquier referencia al valor humano mas alla de esto no es relevante y por ende, no se debe hacer menciones argumentativas mas alla de la legislacion nacional y supranacional (oh sorpresa, como los nazis).
2. Que el ser humano debe ser reducido a su valor economico al evaluar la existencia de derechos laborales o individuales de cualquier tipo. Obligando lo anterior, a que se instrumentalice al ser humano en cualquier relacion en la que este participe.

¿Te parece que existe alguna relevancia del evangelio en estas enseñanzas? Me pareceria, en primera instancia, que no ¿cierto?. Lamentablemente esa es la educacion que se brinda actualmente en la PUCP.

Quizas se deberia apreciar este momento para realizar una autocritica. Mas alla del tema legal -del cual escucho a filosofos, historiadores y demas no especialistas repetir argumentos legales muy muy muy mal estructurados y hasta incoherentes en funcion de llevar a cabo la "guerra" que el profesor Rubio ha declarado (literalmente en el polideportivo de la PUCP)- creo que se deberia evaluar realmente si existe alguna relevancia del evangelio en la educacion actual de la PUCP. Esta evaluacion, no se puede reducir a las areas de humanidades y ciencias sociales (Facultades de las cuales tienes conocimiento) sino a facultades donde se encuentre realmente la mayoria de estudiantes de la PUCP, como derecho e ingenieria.

Si tu consideras que los profesores que profesan los argumentos que me fueron enseñados dentro de la facultad de derecho toman en cuenta el evangelio a la hora de dictar sus clases o por lo menos lo muestran como una opcion valida de respeto, entonces definitivamente tu y yo tendremos conceptos muy diferentes sobre lo que significa la presencia del evangelio en la educacion.

Saludos

Jorgesp

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Jorge:

Gracias por tu mensaje. En una Universidad no se debe excluir del diálogo racional ninguna posición. Tampoco asumir a priori ninguna visión como privilegiada. Lo de los derechos del hombre es UNA posición legítima, que debe ser discutida. si se asume sin discutir hay un problema (lo mismo si el punto de partida es el derecho natural). Rechazo lo del valor económico, pero también debe discutirse.

Ninguna doctrina debe excluir posiciones de antemano.tampoco vetar libros. Señalas un problema en Derecho, en otras facultades yo veo pluralismo y apertura.

Efectivamente, una UC toma en cuenta el diálogo HORIZONTAL entre razón y fe, sin dogmatismos. El Evangelio interviene académicamente en un proceso de interlocuciónEl Evangelio tiene un elemento práctico (convergente con la lucha en favor de la dignidad del ser humano y sus derechos) que va más allá del lenguaje formal de la teología.

Saludos,

Jorgesp dijo...

Saludos Gonzalo

Comparto contigo la idea de que en una Universidad no se debe excluir argumentos. Pero que pasa cuando los profesores mencionan que para comprender la clase es unicamente valido asumir las posturas adoptadas por ellos de antemano. Los argumentos que te menciono le fueron dados a los alumnos desde el primer momento y cualquier discusion sobre los mismos es desechada.

Me parece que presupones dos puntos en tu explicacion:

1. Una actitud critica de los alumnos a la hora de discutir temas en facultades que no son ni ciencias politicas ni humanidades.
2. Una actitud abierta por parte de los profesores para discutir los fundamentos epistemologicos de las propias teorias que defienden.

Esas presuposiciones no encuentran, en la mayoria de casos respaldo en la realidad. Recordemos que el numero de alumnos que actualmente ingresa a estudiar a la PUCP ha aumentado exponencialmente, lo cual reduce considerablemente el standar de calidad de los mismos, ya que no existe la depuracion intelectual en el proceso de admision que existia en decadas anteriores. Ademas, el ratio profesores con estudios de doctorado -especialistas capaces de discutir los fundamentos epistemologicos de las teorias que defienden- y alumnos, se ha visto masivamente reducido debido a que actualmente se contratan profesores sin estudios de postgrado, en funcion de satisfacer el incremento de alumnos que ha visto la PUCP en los ultimos años. Esto genera que los profesores no sean capaces de mantener dialogos horizontales entre razon y fe, sin dogmatismos, en tanto son unicamente capaces de defender dogmaticamente los postulados planteados debido a que aun no estan capacitados para defenderlos racionalmente -como sabemos, es en el nivel de estudios de doctorado que una persona involucrada en el ambito academico realiza investigaciones a nivel profesional y puede llegar a profundizar en el estudio y especializacion de temas, en tanto los niveles previos son preparativos, no profesionales de un academico.

La preguntaria entonces seria ¿puede existir dialogo racional entre una persona recien egresada de pregrado y un alumno de pregrado cuando al primero se le cuestione por fundamentos epistemologicos sobre los cuales aun no ha podido investigar? Sin negar la posibilidad de la existencia de personas notablemente inteligentes que a nivel de estudios de pregrado puedan satisfacer debates a nivel de doctorado, no podriamos aceptar que esa sea la regla ¿Cierto?.

Saludos

Jorgesp

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Jorge:

Nuevamente, creo que sólo hablas de Derecho. en Humanidades y CCSS, y puedo extender el juicio a matemáticas, no es así. Las condiciones que menciono se cumplen.

Ninguno de los problemas que mencionas se resolverían con la intervención vertical de personajes e imaginarios tan polémicos tanto desde el punto de vista político como teológico.

Saludos,
Gonzalo.

Jorgesp dijo...

Estimado Gonzalo

Lamentablemente en este punto no estoy de acuerdo contigo y me parece que de una rapida revision de la pagina web del area de humanidades se desprende que la mayoria de profesores contratados (no principales ni ordinarios), son licenciados sin estudios de postgrado. Quizas el problema no se reduzca al area de Derecho despues de todo.

Me parece que no tomas en cuenta el argumento del aumento desmedido de alumnos en comparacion con la contratacion de personal calificado para la docencia. Situacion que afecta no solo a Derecho sino a todas las areas de la universidad. Si alguna otra administracion es capaz o no de superar estas dificultades es una incognita, pero me parece muy dificil poder argumentar que la causante de esta situacion, la administracion actual, busque hacer algo al respecto de una situacion que ellos mismos han generado y que en la actualidad defienden como correcta.

He terminado mi participacion en este punto, gracias por el espacio y por las respuestas a mis comentarios.

Un abrazo y muchos saludos

Jorgesp

Susana dijo...

Todos los males que explica Jorgesp son de docencia, no tienen que ver con que haya o no haya presencia del evangelio en la PUCP. Es un problema de la calidad docente, de la apertura del profesor a la discusión crítica, de su capacidad de hacer crecer en racionbalidad y argmentación a sus alumnos, etc. Si eso falla, pues hay que corregirlo, cotratando mejores maestros y formando bien sus competencias y actitudes pedagógicas. Fuera de esto, toda posición debería tener cabida y discutirse y si eso no ocurre asi, la solución por supuesto es tratar de que ocurra, no cerrar el camino a la diversidad de opinión porque las condiciones, a juicio del comentarista, no están dadas.

Gonzalo Gamio dijo...

Estimados Susana y Jorge:

Los estudios de postgrado y las publicaciones de libros, y documentos en el extranjero, son criterios de excelencia académica, qué duda cabe. No son los únicos, y habría que cruzar diversos criterios para emitir un juicio certero y no caer en la ubilateralidad. No creo que los problemas de la educación superior se reduzca a una administración ni a una institución. La PUCP está muy bien posicionada en los ranckings internacionales en cuanto a los estudios de Humanidades y CCSS.

Si se quiere examinar la oscura perspectiva de una PUCP controlada por el fundamentalismo, véase los casos de centros en los que se vetan textos. La solución estriba en parte en promover el pluralismo, no en recortarlo.

Abrazos,
Gonzalo.

over ramirez g. dijo...

estimado gonzalo

que piensa usted de las facultades y universidades eclesiasticas. por ejemplo las de roma, que son muy buenas coma la gregoriana. ellas se rigen bajo la constitucion "sapienthae cristiana". sin mebargo, estas universidades por hacer una filosofia no separada de la teologia ya es un pensamiento doctrinal? por ejmplo te cito este ateneo, y mira su curricula, y que te parece este tipo de filsofia?

http://www.santanselmo.org/fac/filosofia/filosofia.html

Anónimo dijo...

estimado gonzalo

una ENTELEQUIA en sinonimo de utopia? a que nos referimos con entelequia? puedes darme un ejemplo?

gracias

Julio H. Correa S. dijo...

Hola Gonzalo:

¿Acaso es real la pretensión de dialogar "desde ninguna parte"?. No es acaso esa, la "situación" de aquellos, que pretenden iniciar a dialogar desde la pluralidad para terminar siempre en la pluralidad.
Es decir, desde una -ciertamente legítima- "inicial utopía metodológica", que al permanecer -extrametodológicamente-, diriamos ideológicamente utópica, termina ilegítimamente comprometiendo el sentido verdaderamente enriquecedor del diálogo "metanoico-dinámico" que hace posible su carácter histórico.
La "utopía" pluralista es así mismo "ucrónica", por lo tanto ideológica, ahistórica y metafísica.

La pretensión pluralista, dialogar desde "ninguna posición", no estaría mas bien justificando ideológicamente su "asepsia intelectual" para asegurarse la inmunidad frente a la crítica, pues siempre podría refugiarse en la igual legitimidad de todas las posiciones, especialmente su suprema "no posición".

Además se estaría constituyendo, en lo que dice repugnarle, pues su pretensión entraña un prejuicio no declarado, el que todas las posiciones no solo son epistemológicamente legítimas al inicio de la interacción/diálogo entre ellas, sino que también lo son al final de la misma. Por supuesto, tal sentencia es dictada por el supremo juez "pluralista".

Con respeto...

Gonzalo Gamio dijo...

Hola Julio:

Creo que describes una posición que no es la mía. El liberalismo pluralista constituye un enfoque práctico, que requiere arraigo. Alude al hecho de que una vida consistente implica el reconocimiento de la pluralidad, en nosotros y en las instituciones.

revisa mis ensayos y posts sobre el "relativismo" y verás que pluralismo y relativismo no son convergentes.

Una Universidad real no dialoga "desde ninguna parte" (perspectiva que he criticado en mi primer libro) - por favor, revisa la Misión / Visión de la PUCP - pero tiene un compromiso con la producción de conocimiento y de civilidad en un mundo plural.

Saludos,
Gonzalo.

Julio H. Correa S. dijo...

Gonzalo, hola de nuevo:

Si dices que el pluralismo tuyo y el corporativo, al que peteneces, no es convergente con el relativismo, entonces debes explicar cómo el pluralismo en vez de desembocar coherentemente en una "ataraxia política y cultural", desemboca mas bien en una militancia beligerante y proselitista a favor de una valoración escéptica respecto de aquello que solo puede ser expresado de manera "absoluta", y que constituye el cáñamo, sobre el cual nuestras especificidades "se bordan".
Lo que recuso, en una actitud pluralista -que realmente espero no sea la tuya, ni menos la de la Católica-, que pretende haber hecho ya una valoración epistemológica y ética acabada (metodológicamente legítima al inicio), en el sentido de ser "homologables", desde antes del establecimiento del diálogo, con lo que este al final es solo un simulacro, un mecanismo usado ideológicamente para justificar un status quo que sigue como no, sirviendo a los mezquinos intereses de unos pocos en contra de los de la mayoría.
Creo en la posibilidad de un sano pluralismo, que haga el diálogo verdadero, digno y personalizante, que fomente el enriquecimiento mutuo, que convoque a la metanoia permanente en aras del bien común, el cual tendría como característica propia el acabamiento siempre inminente pero nunca total de su manifestación ostensiva absoluta.
Lo que es distinto de fundamentar el pluralismo en el relativismo o el escepticismo, o aun peor, en el eclecticismo filisteo-burgués, en tanto protector de unos privilegios públicamente no justificables.

El sano pluralismo,es el de Sócrates, en el que el principio del diálogo, es el autoreconocimiento de la insuficiencia del propio conocimiento así como del de los demás. Un pluralismo basado en el reconocimiento de la ignorancia propia y ajena como principio -no como fin- de un diálogo enriquecedor, mutuamente mayéutico.
Qué lejos de aquel pluralismo dogmático y beligerante, que peca de soberbia al homologar, al inicio, en el proceso y al final a todas las interlocuciones como igualmente válidas y legítimas.
Por cierto, este pluralismo tiene un obstáculo evidente, no es universal, pues no acepta las interlocuciones que pretenden manifestarse como absolutos y cuya razón suficiente es justamente la de ser absolutos, v.gr. las formulaciones dogmáticas religiosas.
Hasta pronto...

Gonzalo Gamio dijo...

He escrito un nuevo post, sobre el tema.

Saludos,
Gonzalo.