domingo, 6 de marzo de 2016

CIUDADANÍA, PEDAGOGÍA Y CULTURAS. EL DESAFÍO DE UNA EDUCACIÓN DELIBERATIVA*







Gonzalo Gamio Gehri

El compromiso con los derechos humanos y el cuidado de la razón práctica constituyen elementos básicos de toda educación ciudadana en una sociedad democrática. Se trata de dimensiones de la formación del juicio y del carácter que nos permiten lidiar razonable y respetuosamente con los valores de la pertenencia cultural. Una sociedad democrática se propone ofrecer espacios sociales en los que los individuos puedan desarrollar libremente sus vínculos con sus culturas originarias – vínculos que, como hemos visto, pasan por el ejercicio de la crítica -, a la vez que defender con firmeza los cimientos legales e institucionales del pluralismo razonable.

La educación cívica democrática requiere potenciar una ética deliberativa que forma a las personas en la dinámica de forjar consensos interpersonales y expresar disensos a partir del recurso a razones expuestas en el espacio público. Abraham Magendzo es el académico que en los últimos años se ha dedicado a elaborar un paradigma pedagógico que desarrolla esta perspectiva ética. Este modelo promueve la práctica del discernimiento de principios y fines, pero también propicia el encuentro dialógico entre personas que suscriben diferentes visiones del mundo y la vida. Alienta, asimismo, la empatía, el reconocerse en la situación de otros para generar vínculos de solidaridad interpersonal en el seno de una sociedad democrático-liberal.

“Una sociedad que delibera es una sociedad capaz de respetar las diferencias, identidades y opiniones. Pero también es una sociedad cuyos miembros son capaces de comprender y colocarse en la posición de sus interlocutores, de modo que pueden advertir el porqué de sus demandas u opiniones, de esta forma se generaran ámbitos de comunicación que enriquecen e integran en igualdad las diferentes posiciones de sus miembros, que son capaces de resolver y establecer el entendimiento sobre la base de bienestar común y del respeto a las minorías”[1].

La pedagogía deliberativa le otorga un inapreciable valor tanto a la defensa de la universalidad como a la reivindicación de las diferencias. Defiende radicalmente el universalismo moral y legal expresado en la cultura de los derechos humanos y en el imperativo de dispensar un trato igualitario y respetuoso a toda persona humana, más allá de su credo, origen y estilo de vida. Por ello promueve la observancia de los procedimientos democráticos que garantizan una vida social sana y razonable. Estos procedimientos buscan asegurar el sistema de derechos que vertebra una sociedad pluralista y liberal.

Pero también esta pedagogía alienta la expresión de las diferencias en el seno de una democracia. El valor de esa diversidad debe expresarse a través de los canales que establece la ley, en el marco del respeto de las libertades y derechos de todos y cada uno de los ciudadanos. Comunicar estas diferencias, contrastarlas y discutirlas en las esferas de deliberación constituye un derecho básico, el derecho a ser uno mismo. Como hemos señalado, la construcción de la identidad es un proceso abierto al diálogo; es un proceso que dura toda la vida y que supone el escrutinio permanente y riguroso de la razón práctica. El despliegue de las identidades constituye una ocasión para el cultivo de la conversación cívica y el mutuo aprendizaje en un sentido ético y político. Una democracia genuina promueve el desarrollo de las fuentes identitarias de las personas, del mismo modo que procura formar a esas personas como ciudadanos que suscriben  conscientemente un sistema público basado en el cuidado de la libertad y la igualdad de todos los miembros de la sociedad.












* Se trata de la quinta parte  de un texto presentado en la revista electrónica de Foro Académico. bajo el título general El cuidado de la diversidad.

[1]Magendzo, Abraham “Formación de estudiantes deliberantes para una democracia deliberativa” en: REICE - Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación 2007, Vol. 5, No. 4,  p.  74. http://www.rinace.net/arts/vol5num4/art4.pdf.

No hay comentarios: