sábado, 16 de febrero de 2013

"BEFORE SUNRISE" / "BEFORE SUNSET"






Gonzalo Gamio Gehri

Me propongo examinar aquí un par de cintas muy interesantes que versan sobre la condición de los vínculos humanos.  Before Sunset  y Before Sunrise son dos de las películas más entrañables para mí por la lucidez y la sencillez con la que enfoca temas asociados a la vida ordinaria y a los vínculos personales.  Están conectadas por la trama y los personajes – de hecho, son parte de una misma historia dramática -, son obras que reúnen al director Richard Linklater y a los actores Julie Delpy y Ethan Hawke, quienes participaron en la elaboración de la trama. Me conmueve especialmente el modo sencillo pero agudo de presentar el proceso del enamoramiento, la maduración de la vida, las experiencias de frustración e ilusión, etc. Se trata de películas muy humanas, que no evaden la tarea de mostrar la complejidad del mundo interior de las personas, como a menudo sucede con las producciones hollywoodenses. Before Sunrise (1995) narra la historia de Jesse, un estudiante universitario norteamericano que viaja por Europa tras una decepción amorosa, y que en el trayecto en bus de Budapest a Viena conoce a Celine, una hermosa joven francesa que viaja para visitar a su abuela. Jesse convence a la joven que se quede con él en Viena paseando, conociendo la ciudad. Ambos pasan horas increíbles hablando de religión, política, el sentido de la vida y la muerte, el destino. La curiosidad intelectual y la empatía unen a los dos muchachos, que se comunican con perspicacia y una gran intensidad emotiva. Diríase que realmente se comunican. Lo extraordinario es que en la cinta la acción es la conversación, y los magníficos escenarios vieneses cumplen un rol protagónico. El amor va naciendo entre los dos, pero saben que todo acabará al amanecer, cuando cada uno deba partir a su destino. Se prometen el uno al otro reencontrarse seis meses después en el mismo lugar.

Before Sunset  (2004) se inicia nueve años después de los sucesos contados líneas arriba. Jesse se ha convertido en un escritor, que ha conseguido novelar brillantemente sus conversaciones con Celine, así como sus sentimientos hacia ella. Esa fue la manera que eligió para lidiar con la ausencia de la muchacha, y enfrentar la incertidumbre,  no saber nada de ella después de todo ese tiempo. Ese libro nace de la nostalgia y del sentimiento de pérdida. Está presentando su libro en una librería parisina, y se encuentra con ella. Deciden caminar juntos y conversar, saber qué ha sido de cada cual después de tanto tiempo. Es en este momento que el espectador se entera de que Celine no acudió a la cita en Viena, que Jesse la esperó en vano; ella había perdido a su abuela y no existía forma alguna de comunicar esta situación. El tiempo ha pasado para los dos, han llegado a cierta madurez. Ambos han consolidado sus proyectos personales, ella como ecologista, él ha desplegado su vocación literaria. Han desarrollado lazos afectivos propios de la vida adulta. Han “hecho su vida”, según la popular expresión. La nostalgia adolescente no puede ocultar  el hecho de que los problemas de los dos son los de la adultez. Nuevamente, Jesse y Celine hablan de sus vidas. Lo interesante de esta segunda película es que el diálogo tiene lugar en tiempo real, hasta uno puede sentir la tensión que existe entre los personajes. El final queda abierto, como en la película inicial.

El tratamiento de la dinámica propia de la conversación, la exploración sutil de los sentimientos, la presentación de la vulnerabilidad como un elemento constitutivo de las personas, el misterio del contacto cotidiano entre las personas, hacen que estas películas sean particularmente valiosas. El espectador puede percibir nítidamente la conexión y la magia que existe en los personajes, casi sentir la tensión que ellos experimentan al tomar decisiones que comprometerán sus vidas. Y hasta puede apostar que – en medio de las circunstancias difíciles que ellos afrontan – la Fortuna no dejará de echar sus propias cartas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Simpático artículo, Gonzalo. En ambas cintas se pueden ver temas de la hermenéutica, y en especial algunos de los evocados por Gadamer.
Saludos,
Héctor