viernes, 27 de marzo de 2015

ANOTACIONES SOBRE HUXLEY Y LA DISTOPÍA





Gonzalo Gamio Gehri



Las distopías literarias retratan mundos en los que la capacidad de pensar se resiente o se proscribe. Mundos en los que los “valores” se asumen como dados, y no se discuten; sólo se “inculcan”. Pienso en el caso de muchos educadores que conciben la formación en ética de forma dogmática. Pienso asimismo en quienes sostienen que el desarrollo sólo se mide con crecimiento económico, innovación tecnológica y una educación que sólo pone énfasis en el cuidado de las “ciencias exactas”. Las humanidades sólo “cuentan cuentos”, según esa perspectiva tan sólidamente arraigada en el prejuicio. Este asunto me llevó a retomar los temas que examiné en un artículo sobre Huxley, - redactado en mis años de estudios doctorales - acerca de los vínculos entre el concepto de contacto humano y racionalidad práctica en la utopía tecnológica presentada por Aldous Huxley en su novela Un mundo feliz, en la que se retrata el Londres del futuro como un mundo social sin vínculos sustanciales ni deliberación.

El trabajo mencionado desarrollaba una argumentación que seguía cuatro pasos. 1).- presenté una descripción de las concepciones epistemológicas y antropológicas que subyacen al mundo social “fordiano” descrito por Huxley, poniendo énfasis en la primacía de la racionalidad instrumental y la metafísica mecanicista. Intenté mostrar cómo esos compromisos conceptuales implican el rechazo de las formas encarnadas de discernimiento práctico y los lenguajes de contacto humano; 2).- intenté mostrar, en segundo lugar, en qué medida el impulso crítico de los personajes Bernard Marx y Helmholtz Watson genera una cierta rehabilitación de una comprensión neoaristotélica de la deliberación, la heterogeneidad de los bienes y el carácter constitutivo de las relaciones humanas en la configuración del agente ético; 3).- cómo la aparición del Salvaje en el hilo argumental de la novela permite la contrastación del lenguaje cientificista de Utopía tecnológica con nuevas formas de expresión del contacto humano en términos de la relación yo-tú; 4).-  finalmente, discutí la concepción fordiana de la experiencia de lo absoluto a partir de un examen de los pasajes finales de la novela, en la célebre conversación entre el Salvaje y el Supremo Interventor, Mustafá Mond.

El libro echa luces sobre la compleja represión de las libertades en nombre del “bienestar de la mayoría”. Como en 1984, la aspiración al ejercicio de la libertad es un rasgo incómodo y autodestructivo, una tendencia que puede combatirse en nombre de la “felicidad”. En ambos casos, los personajes deben luchar por defender su derecho a elegir y a discrepar.

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