Gonzalo Gamio Gehri
Lo que ha sucedido en los últimos días con el comunero Edmundo Camana – único sobreviviente de la matanza de Lucanamarca, perpetrada por Sendero Luminoso - no tiene nombre. Después de los sucesos de Lucanamarca, ue fotografiado por Oscar Medrano – reportero gráfico de Caretas – con parte del rostro cubierto por un vendaje que cubría la herida dejada por un machetazo en la cabeza. Esta lesión le produjo una discapacidad severa. Dos décadas más tarde, esta foto se convirtió en una de las imágenes emblemáticas de la exposición Yuyanapaq. Esta circunstancia convirtió a una víctima del conflicto armado en un instrumento para el juego de manipulaciones del Congresista Edgar Núñez – sí el de la fallido Proyecto de Ley de Amnistía, el actor de la bufonesca y falaz Vidas Paralelas -, un político comprometido con una campaña difamatoria contra el Informe de la CVR y contra la propia Comisión. En esta oportunidad, el parlamentario ha jugado en pared con el diario Expreso (un medio que se ha destacado en el innoble arte de falsear la verdad – véase el caso del Museo de la Memoria, los ataques contra la PUCP – sin dignarse rectificar sus versiones cuando éstas han sido desmentidas.
La congresista Juana Huancahuari trajo a Camana a Lima para que fuera incluido en el Registro Único de Víctimas y pueda convertirse en destinatario de reparación por su condición de víctima del conflicto. Recientemente – en medio del debate mediático y político sobre el Museo de la Memoria -, Núñez ensayó una serie de mentiras dirigidas a desprestigiar a la CVR: a.- Camana no fue una víctima de la violencia, tenía orzuelo (declaración recogida por Huancahuari); b.- Las fotos han sido trucadas ‘para denigrar a las Fuerzas Armadas’, Camana tiene los ojos sanos (tanto Medrano como Yuyanapaq indican que la lesión de Camana era en la cabeza, y fue víctima de Sendero Luminoso). Estos infundios fueron desenmascarados oportunamente. Núñez aprovechó la llegada de Camana a Lima para ofrecer una serie de declaraciones de similar calibre a Expreso. Incluso sugirió – como reseña La República en el Editorial de hoy – que la CVR había “traficado con la imagen del comunero y obtenido cerca de 38 millones de dólares (¿?). Sabido es que Yuyanapaq es una exposición fotográfica dirigida a que los ciudadanos peruanos tomen contacto – gratuitamente – con testimonios de un pasado que no debe repetirse. Por supuesto, el político oficialista no está interesado en probar sus acusaciones. Esta clase de mentiras e insinuaciones ofensivas engrosan aún más la caudalosa contribución del Congresista Núñez a la historia local de la infamia. Se sabe que en los próximos días será denunciado ante la Comisión de Ética del Congreso de la República.
Pero esta historia tiene un amargo y sórdido epílogo. La congresista Huancahuari hizo que Camana fuera internado el último viernes en el Hospital de Ciencias Neurológicas. Sorpresivamente, Núñez sacó a Camaná de ese centro – sostiene que con autorización de un familiar, que el programa Prensa Libre ha identificado como un militante aprista – para llevarlo al Hospital Militar dónde sorpresivamente falleció en circunstancias todavía no esclarecidas. Expreso se ufana de contar con sus (literalmente) “últimas declaraciones”. Estos hechos deben investigarse de inmediato.
Ante la pregunta de un reportero de Prensa Libre sobre las causas de la muerte, el propio Núñez señaló que la víctima murió de un infarto provocado por la aungustia y por los ‘efectos del alcoholismo’. Ningún médico se ha pronunciado sobre el caso. Indigna que Camana no sólo haya sido manipulado y maltratado en nombre de una campaña política pro-impunidad que no tuvo en consideración su dolor y necesidades, sino que el propio manipulador terminara denigrando su imagen para intentar explicar su misterioso deceso.
Edmundo Camana tenía 57 años. Su vida fue destruida por la insania terrorista, y su muerte tuvo lugar en momentos en que sectores oscuros intentaron usar su imagen contra la causa de los Derechos Humanos en el país. Era una víctima inocente que en los años de la violencia tuvo que ocultar su nombre para sobrevivir (usó el nombre "Celestino Ccente" para ser fotografiado). Lo que el congresista Núñez y Expreso han hecho con él revela la entraña moral de quienes representan lo peor de la clase política y de la prensa nacional. Les ha importado más su perversa guerra personal contra la ex CVR que la dignidad del propio Camana. Tanto el parlamentario como el medio de comunicación han hecho de la urdimbre de mentiras y medias verdades un modus vivendi para afirmar sus intereses en medio de la discusión pública. Nunca se retractan, ni siquiera cuando tienen evidencias ante los ojos. . No les interesa la veracidad, sólo la utilidad. Y no son los únicos que proceden de esa manera. El próximo año y el siguiente son años electorales; No nos olvidemos de esta clase de acciones y trayectorias. Examinemos si los medios de prensa que consumimos guardan algún tipo de compromiso con la verdad. Juzguemos por nosotros mismos, pero no olvidemos esta clase de actitudes.
El Presidente García ha sorprendido a la opinión pública sosteniendo en una reunión televisada que el peruano es “por naturaleza triste”, y por eso, un inconforme. La herencia genética y el clima lo han condenado a la nostalgia, a diferencia de nuestros vecinos del norte y del este “hiperactivos” y “alegres”, dada su “herencia negra”. García ha proferido una necedad tras otra. Ha hecho gala de sus prejuicios y de su ignorancia. Y ha suscrito de facto un sistema ideológico racista, vetusto y violento. No señor, la tristeza, el inconformismo y la amargura no son producto del clima y la raza; son el fruto del abandono, la indiferencia y la crueldad de nuestra “clase política” y de muchas otras autoridades sociales. Revise el tratamiento que ha dado su parlamentario al caso de Edmundo Camana.
Lo que ha sucedido en los últimos días con el comunero Edmundo Camana – único sobreviviente de la matanza de Lucanamarca, perpetrada por Sendero Luminoso - no tiene nombre. Después de los sucesos de Lucanamarca, ue fotografiado por Oscar Medrano – reportero gráfico de Caretas – con parte del rostro cubierto por un vendaje que cubría la herida dejada por un machetazo en la cabeza. Esta lesión le produjo una discapacidad severa. Dos décadas más tarde, esta foto se convirtió en una de las imágenes emblemáticas de la exposición Yuyanapaq. Esta circunstancia convirtió a una víctima del conflicto armado en un instrumento para el juego de manipulaciones del Congresista Edgar Núñez – sí el de la fallido Proyecto de Ley de Amnistía, el actor de la bufonesca y falaz Vidas Paralelas -, un político comprometido con una campaña difamatoria contra el Informe de la CVR y contra la propia Comisión. En esta oportunidad, el parlamentario ha jugado en pared con el diario Expreso (un medio que se ha destacado en el innoble arte de falsear la verdad – véase el caso del Museo de la Memoria, los ataques contra la PUCP – sin dignarse rectificar sus versiones cuando éstas han sido desmentidas.
La congresista Juana Huancahuari trajo a Camana a Lima para que fuera incluido en el Registro Único de Víctimas y pueda convertirse en destinatario de reparación por su condición de víctima del conflicto. Recientemente – en medio del debate mediático y político sobre el Museo de la Memoria -, Núñez ensayó una serie de mentiras dirigidas a desprestigiar a la CVR: a.- Camana no fue una víctima de la violencia, tenía orzuelo (declaración recogida por Huancahuari); b.- Las fotos han sido trucadas ‘para denigrar a las Fuerzas Armadas’, Camana tiene los ojos sanos (tanto Medrano como Yuyanapaq indican que la lesión de Camana era en la cabeza, y fue víctima de Sendero Luminoso). Estos infundios fueron desenmascarados oportunamente. Núñez aprovechó la llegada de Camana a Lima para ofrecer una serie de declaraciones de similar calibre a Expreso. Incluso sugirió – como reseña La República en el Editorial de hoy – que la CVR había “traficado con la imagen del comunero y obtenido cerca de 38 millones de dólares (¿?). Sabido es que Yuyanapaq es una exposición fotográfica dirigida a que los ciudadanos peruanos tomen contacto – gratuitamente – con testimonios de un pasado que no debe repetirse. Por supuesto, el político oficialista no está interesado en probar sus acusaciones. Esta clase de mentiras e insinuaciones ofensivas engrosan aún más la caudalosa contribución del Congresista Núñez a la historia local de la infamia. Se sabe que en los próximos días será denunciado ante la Comisión de Ética del Congreso de la República.
Pero esta historia tiene un amargo y sórdido epílogo. La congresista Huancahuari hizo que Camana fuera internado el último viernes en el Hospital de Ciencias Neurológicas. Sorpresivamente, Núñez sacó a Camaná de ese centro – sostiene que con autorización de un familiar, que el programa Prensa Libre ha identificado como un militante aprista – para llevarlo al Hospital Militar dónde sorpresivamente falleció en circunstancias todavía no esclarecidas. Expreso se ufana de contar con sus (literalmente) “últimas declaraciones”. Estos hechos deben investigarse de inmediato.
Ante la pregunta de un reportero de Prensa Libre sobre las causas de la muerte, el propio Núñez señaló que la víctima murió de un infarto provocado por la aungustia y por los ‘efectos del alcoholismo’. Ningún médico se ha pronunciado sobre el caso. Indigna que Camana no sólo haya sido manipulado y maltratado en nombre de una campaña política pro-impunidad que no tuvo en consideración su dolor y necesidades, sino que el propio manipulador terminara denigrando su imagen para intentar explicar su misterioso deceso.
Edmundo Camana tenía 57 años. Su vida fue destruida por la insania terrorista, y su muerte tuvo lugar en momentos en que sectores oscuros intentaron usar su imagen contra la causa de los Derechos Humanos en el país. Era una víctima inocente que en los años de la violencia tuvo que ocultar su nombre para sobrevivir (usó el nombre "Celestino Ccente" para ser fotografiado). Lo que el congresista Núñez y Expreso han hecho con él revela la entraña moral de quienes representan lo peor de la clase política y de la prensa nacional. Les ha importado más su perversa guerra personal contra la ex CVR que la dignidad del propio Camana. Tanto el parlamentario como el medio de comunicación han hecho de la urdimbre de mentiras y medias verdades un modus vivendi para afirmar sus intereses en medio de la discusión pública. Nunca se retractan, ni siquiera cuando tienen evidencias ante los ojos. . No les interesa la veracidad, sólo la utilidad. Y no son los únicos que proceden de esa manera. El próximo año y el siguiente son años electorales; No nos olvidemos de esta clase de acciones y trayectorias. Examinemos si los medios de prensa que consumimos guardan algún tipo de compromiso con la verdad. Juzguemos por nosotros mismos, pero no olvidemos esta clase de actitudes.
El Presidente García ha sorprendido a la opinión pública sosteniendo en una reunión televisada que el peruano es “por naturaleza triste”, y por eso, un inconforme. La herencia genética y el clima lo han condenado a la nostalgia, a diferencia de nuestros vecinos del norte y del este “hiperactivos” y “alegres”, dada su “herencia negra”. García ha proferido una necedad tras otra. Ha hecho gala de sus prejuicios y de su ignorancia. Y ha suscrito de facto un sistema ideológico racista, vetusto y violento. No señor, la tristeza, el inconformismo y la amargura no son producto del clima y la raza; son el fruto del abandono, la indiferencia y la crueldad de nuestra “clase política” y de muchas otras autoridades sociales. Revise el tratamiento que ha dado su parlamentario al caso de Edmundo Camana.
6 comentarios:
Alan tendría que revisar su medicación! que barbaridad, dice cada dia una cosa peor que la otra, ya el litio le esta siendo insuficiente. No se estará psicotizando??
Alan tendría que revisar su medicación! que barbaridad, dice cada dia una cosa peor que la otra, ya el litio le esta siendo insuficiente. No se estará psicotizando??
Hola Susana:
También me preocupa. García ha pasado del "espacio-tiempo histórico" al determinismo racial fascistoide.
Y si se pone mal, entra Giampietri. El apocalipsis.
Saludos,
Gonzalo.
Es indignante el trato dado a Edmundo Camana. La actitud del congresista pinta de cuerpo entero a nuestra "clase politica", no se cuando tuvimos una.
Muchos congresistas se esconden ante la "inmunidad parlamentaria", que mas bien es "IMPUNIDAD PARLAMENTARIA". Se supone que son inmunes a los juicios con el fin de que cumplan un tranquilo y normal desarrollo parlamentario. Pero eso ha servido para poder arrogarse pretensiones inmorales e inhumanas. Ya tenemos el caso del congresista (o se puede llamar a los mienbros del congreso: "congrezoo") violador, o aquel que asesinó a un perro, o a aquella "defensora de los cocaleros" que golpeó a resporteros, o a otro congresista que elaboró un proyecto con nombre propio, que al final favoreció al padre de su novia (y todavia quitó la novia al hijo!).
En teoría un congresista es elegido para que legisle y elabore proyectos de ley que beneficien a la sociedad, pero ya sabemos en que usan el poder. Es una falta de respeto hacia sus electores, bien se podría solucionar eso eliminando el voto obligatorio. Acaso no tenemos la responsabilidad civica de votar voluntariamente?. Seguir manteniendo el voto obligatorio en seguir pensando que somos menores de edad. Según tengo entendido se implantó dicha medida en la época del terrorismo, pero ese tiempo ya pasó.
Una de las posibles soluciones podría ser eliminando la inmunidad parlamentaria y que sean observados activamente por la sociedad civil, en su desemeño congresal.
Lo que no logró la crueldad senderista ni el hallarse en el fuego cruzado de una lucha armada, matar a este hombre, lo consigue la estupidez apabullante de un tal Nuñez, a la sazón, congresista del Perú.
Lo de Alan García es ya una patología por determinar, un discípulo de Bourricaud que más parece serlo de Gobineau.
Saludos,
Mario
Mario:
Completamente de acuerdo.
Saludos,
Gonzalo.
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