viernes, 19 de febrero de 2016

DIVERSIDAD Y CONCEPTO DE CIUDADANÍA











 DERECHOS Y AGENCIA POLÍTICA*






Gonzalo Gamio Gehri[1]

La ciudadanía constituye una de las facetas centrales de la identidad. Es una dimensión política y legal del yo concreto que acompaña a todas las demás dimensiones de la identidad personal cuando estas se despliegan en el curso de la vida. Por “ciudadanía” aludimos a dos elementos básicos para la vida pública. En una perspectiva moderna, 1) el ciudadano es titular de derechos universales y libertades individuales, en conformidad con una interpretación contractualista de la justicia. La fuente de legitimidad del ejercicio del poder político y de las propias instituciones es el respeto irrestricto de tales derechos y libertades fundamentales. En la clave de una herencia clásica – común al pensamiento de los griegos y los romanos – 2) el ciudadano es un agente político concreto, es decir, un sujeto capaz de intervenir activamente en la dinámica de la legislación, el debate público y la vigilancia del uso del poder político por parte de las autoridades elegidas. Podemos recordar la famosa tesis de Aristóteles, según la cual el ciudadano es aquel que gobierna y a la vez es gobernado[2].

Se trata de dos concepciones complementarias de ciudadanía[3]. El énfasis en los derechos fundamentales requiere de una ciudadanía activa que esté comprometida con su defensa en tiempos de crisis, e incluso en la política del día a día. Sin  esta clase de praxis, los derechos pueden ser conculcados por autoridades inescrupulosas o por gobernantes guiados por una inaceptable vocación autoritaria. Del mismo modo, en la escena democrática contemporánea, el ejercicio de la política encuentra en el vocabulario y la práctica de los derechos el corazón mismo del debate público y de la acción cívica. Estamos hablando de dos componentes básicos de nuestra identidad política.


La diversidad cultural – además de otras diferencias significativas para el desarrollo de la identidad – subyace a (y está presente en) la condición de ciudadano. Personas que provienen de culturas distintas, que profesan credos religiosos y convicciones éticas y  sociales diferentes, pero que habitan la misma comunidad política, comparten la ciudadanía como una condición y una actividad que les es común. Observan la misma carta constitucional, participan de las mismas instituciones estatales y se reconocen en una misma historia política y social; todas estos aspectos de la vida común constituyen fuentes de valores públicos particularmente significativos. El sentido de justicia y solidaridad asociado a la defensa de los derechos humanos y a la participación cívica es la expresión de estos valores. Estas excelencias requieren de procesos pedagógicos que hagan posible su incorporación en la vida, como competencias que orientan la deliberación y la acción política.
Quisiera examinar dos elementos cruciales para la construcción de esa pedagogía ético-política. La reivindicación de los derechos humanos y el cuidado de la razón práctica constituyen dos dimensiones de la educación cívica en las que se desarrolla una actitud específica – particularmente autorreflexiva - frente a los bienes de la pertenencia cultural y a la atención rigurosa a la diversidad. Ellas ponen de manifiesto en qué medida la ciudadanía encarna la dimensión política de nuestras identidades concretas.





* Se trata de la 2º parte  de un texto presentado en la revista electrónica de Foro Académico.

[1]Doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia de Comillas (Madrid, España). Actualmente es profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, donde coordina la Maestría en filosofía con mención en ética y política. Es autor de los libros Tiempo de Memoria. Reflexiones sobre Derechos Humanos y Justicia transicional (2009) y Racionalidad y conflicto ético. Ensayos sobre filosofía práctica (2007). Es autor de diversos ensayos sobre filosofía práctica y temas de justicia y ciudadanía publicados en volúmenes colectivos y revistas especializadas del Perú y de España.

[2]Cfr. Política 1277b 10.
[3] He discutido esta tesis en Gamio, Gonzalo “El cultivo de las Humanidades y la construcción de ciudadanía” en Miscelánea Comillas. Revista de Ciencias Humanas y Sociales Vol. 66 (2008) Nº 29 pp. 237 – 54.

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