Gonzalo Gamio Gehri
1.- SOCIEDAD LIBERAL
Y RELIGIONES
- El
liberalismo propone la necesidad de un Estado que permanezca imparcial frente a
los credos que cultivan los miembros de
la sociedad. Experiencia del integrismo y de las guerras religiosas.
- Debe
garantizar el derecho a la vida, a la libertad de conciencia y a la propiedad
de sus ciudadanos. -El conjunto de principios que rige la estructura básica de
la sociedad– no proviene de un orden divino, sino de la deliberación y la
elección de los individuos.
- El
enfoque liberal es compatible con el proceso de secularización, el reconocimiento de la autonomía de lo
temporal
- El
Estado debe declararse neutral en materia religiosa y de visión del mundo.
- Busca asegurar tres bienes en un contexto social
de ‘pluralismo razonable’: a) libertad
religiosa; b) igualdad; c) permitir la participación de las diversas
perspectivas espirituales en la construcción de proyectos comunes que la
sociedad se traza en cuanto entidad propiamente política.
- En
un régimen democrático, las personas son libres para decidir creer en tal o
cual visión de la divinidad o la trascendencia, o no tener creencias
religiosas.
- La
búsqueda de la verdad no constituye una meta para el Estado moderno, su meta
concreta es la justicia, la forja de la coexistencia social basada en la
observancia de principios, normas e instituciones elegidas razonablemente por
los involucrados.
- El
Estado no debe pronunciarse acerca de la validez de las convicciones religiosas
o cosmovisionales de sus ciudadanos,
debe ofrecer espacios autónomos – no estatales - para que el agente
discuta y discierna su propio camino espiritual.
- Los
espacios religiosos no son espacios “privados”.
2.-
LIBERALISMO Y VIDA EXAMINADA
- Un
modo de pensar y de vivir fundado en el cuidado de la crítica y en la
evaluación permanente de las propias creencias (Amartya Sen / Martha C. Nussbaum)..
- Esa
actitud pretende alejar el fantasma del integrismo del propio juicio y
carácter, y construir una disposición vital hacia el diálogo y el intercambio
de argumentos.
- "Tener
convicciones es algo admirable”, “pero también lo es no estar demasiado seguro
de ellas” (Michael Walzer).
- Falibilismo.
3.- ESPACIOS DELIBERATIVOS Y PLURALISMO RAZONABLE
- Sociedad
civil: las universidades, los sindicatos, los colegios profesionales, las ONGs,
los grupos de reflexión, las comunidades religiosas, etc.
- Los
espacios institucionales del Estado no constituyen lugares para la discusión o
la difusión de creencias religiosas o de visión del mundo. Los lugares que
dispone el Estado restringen su uso a actividades que entrañan el cuidado o el
logro del bien público.
- El
Estado tampoco puede asumir un compromiso institucional con una concepción
cientificista de lo real sin atentar contra el principio de igualdad en materia
religiosa y de visión de mundo. La imparcialidad frente a los credos e
ideologías es una cuestión política, no epistémica.
- Idea
de “pluralismo razonable” (Rawls).
4.- ESTIPULACIÓN LIBERAL: LENGUAJE POLÍTICO Y
RELIGIÓN
- Idea
de Rawls de “religiones razonables”, religiones que reconocen habitar un mundo
diverso, y aprecian el respeto de esa diversidad sin dejar de desarrollar sus
creencias, a la vez que están dispuestas a aceptar que se profesan en un
escenario social y político en el que se concibe esa pluralidad desde el prisma
del sistema de derechos del individuo.
- El
espacio público ha de ser un escenario plural, abierto a quienes actúan en él desde
múltiples derroteros espirituales: exigencias éticas, reivindicaciones en
cuanto a identidades culturales y de género, religiones, ideologías políticas,
etc.
El
lenguaje de la acción política no puede ser el de una confesión particular
porque no todos los ciudadanos comparten esas creencias o aceptarían traducir
sus vindicaciones de derechos e invocaciones a la justicia (o a la libertad
individual) en términos religiosos.
No
obstante, es posible que la motivación y el esfuerzo por la afirmación de los
derechos o la vindicación de la justicia tenga una matriz originariamente religiosa o espiritual.
Es
el caso de la lucha por los derechos civiles que emprendió Martin Luther King
en los años sesenta, o la intensa influencia de la teología de la liberación en
los movimientos de derechos humanos y a favor de la reconstrucción de la
memoria histórica en la región.
Estos
movimientos tradujeron sus alegatos originales al lenguaje de los derechos y de
la justicia pública – y acogieron la voz de un alto número de no creyentes, así
de militantes de otras denominaciones -, sin abandonar esa fuente espiritual.
Este
proceso de configuración del discurso público es denominado estipulación
en los escritos de John Rawls sobre la cultura política democrática. Esta clase
de trabajo tiene lugar tanto en el debate cívico como en la edificación de los
principios del orden constitucional.
Martin
Luther King en el Lincoln Memorial.
Las
palabras de King van más allá de sus contextos originarios y de su audiencia
inicial y contribuyen a crear o a consolidar una cultura política. En este como
en otros casos, el mensaje religioso aporta su profundidad y su gran potencial
para la cohesión y la movilización social a una poderosa causa moral y política
por la liberación de grupos oprimidos.
5.- PLURALISMO LIBERAL: JUSTICIA Y RAZÓN PÚBLICA
El orden público propio de una
sociedad democrática y liberal está cimentado en lo que John Rawls describe
como una concepción política de la justicia, una perspectiva en torno a la
conducción del gobierno, la edificación de la ley y el diseño de instituciones
basada en la idea de la libertad y la igualdad de todas las personas. Dicha
idea es fruto del consenso traslapado de diversas doctrinas comprensivas
(doctrinas que versan acerca del sentido general de la vida humana) en el marco
de una situación de ‘pluralismo razonable’.
Para los propósitos de la razón pública –
el tipo de argumentación que cimenta la estructura de la sociedad y el debate
político - lo políticamente relevante es
que abonan el terreno para la construcción de la noción liberal de ciudadanía.
Estas doctrinas generan una suerte de
“núcleo político” que cimenta la concepción de la justicia.
los compromisos extrapolíticos de tales
visiones del mundo y la vida son tema de reflexión y discusión fuera de los
márgenes del sistema político, en las diversas instituciones de la sociedad
civil.
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