Gonzalo Gamio Gehri
Considero que las tres
películas promovidas por el director Richard Linklater y los actores Julie Delpy y
Ethan Hawke – Before Sunrise, Before Sunset y Before Midnight -, se cuentan entre los esfuerzos cinematográficos
más serios por examinar el amor y decir algo sensato acerca del misterioso velo
que envuelve las relaciones humanas. Han pasado nueve años desde los eventos
narrados en la película anterior. Jesse se ha convertido en un escritor
importante, se ha divorciado y vive con Celine, la muchacha que conoció en el
tren a Viena y que no pudo olvidar. Tienen dos niñas, y Jesse acaba de
despedirse de su hijo de catorce años que vive en los Estados Unidos, situación
que lo atormenta. Están pasando una temporada en Grecia, donde él escribe una
nueva novela. Él quisiera volver a Estados Unidos. Ella debe considerar la
posibilidad de aceptar una oferta de trabajo del Estado francés. Sus proyectos
parecen confrontarse. Por una vez, la fortuna – aparentemente – no les es propicia.
Esta película reafirma
lo bosquejado en los anteriores episodios de la historia, a saber, que el lugar
del verdadero amor – pero también del auténtico conflicto interhumano – es la
conversación. Es allí donde llegamos a conocer y amar a las personas. En llos filmes anteriores, cuando los protagonistas hablaban, el espectador podía pensar que efectivamente dos seres humanos estaban realmente comunicándose entre sí. Jesse y
Celine no saben con certeza si se han perdido el uno al otro, o si al otro le
interesa realmente recuperarlo, volver a verse en sentido real. El silencio a veces duele, y también la indiferencia. En uno de los
pasajes de la cinta (uno de los más interesantes, en el que varias personas
discuten sobre el amor como parte de un almuerzo en el Peloponeso), una mujer
mayor, que ha perdido al hombre que amaba tiempo atrás, comenta que cada día
intenta recodar sus facciones hasta los detalles. Sin embargo, al caer la tarde
la imagen inexorablemente se difumina hasta desaparecer por completo. La mujer
dice que llegó a comprender que eso somos, que siempre estamos “pasando”,
entrando y saliendo de otras vidas, y finalmente saliendo de la propia vida,
dejando de existir. Al final de la intervención de esta señora, todos brindan
por el misterio de la finitud que ella acababa de invocar. No sabemos si los
comensales entienden a cabalidad aquello que celebran con una copa de vino. Sea
como fuere, Celine y Jesse tendrán que decidir si, después de años de tantas conversaciones y silencios prolongados, de echarse de menos y de padecer ausencias, y de tantas cosas compartidas, están
dispuestos a salir de la vida del otro, y finalizar su historia.
El amor, la verdadera
comunicación entre personas que se quieren, pero también el dolor frente a la
ausencia del otro y sus silencios, la incertidumbre y la frustración ante latarea de narrar lúcidamente una historia compartida, son elementos de la vida
que la película explora con genuina sutileza y profundidad. Uno siente que la obra
tiene la capacidad de aplicar un zoom sobre ciertos detalles de la vida
cotidiana realmente importantes para las personas. Linklater, Delpy y Hawke dan en el clavo cuando se trata del
amor, la nostalgia y el temor a perder a quienes se ama. Y, como en la historia de la vida,
el final queda abierto, misterioso. No imagino un juicio más favorable para una
película que pretende aproximarse a los seres humanos, tocar el secreto de nuestras vidas. Merece la pena desde
todo punto de vista.
Alguna vez leí que García Márquez definía el matrimonio como una “gran conversación”.
ResponderEliminarInteresante, aunque yo creo que sería una buena definición para el amor en general. Los personajes de esta película no están estríctamente casados, pero podría decirse que toda su relación - incluso los largos silencios - ha sido una conversación. Incluso podría decirse que la vida humana tiene la estructura de una conversación.
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ResponderEliminar¿Será la última película sobre estos muchachos?
ResponderEliminarNo lo sé. Recuerdo que el final de la Before Sunset me dejaba conmovido y preocupado, porque pensaba que la magia entre los personajes era tal que la ausencia no podía ser definitiva. La vida sería demasiado injusta con ellos. Al menos esa es la ilusión del espectador.
Saludos,
Gonzalo.
La vida es el esfuerzo por perfeccionarnos. Me siento identificado con este post, especialmente por la responsabilidad que nos debemos a nosotros primero, y luego al interlocutor durante una conversación, porque al definir, nos definimos. Esto de alguna manera me aclara por qué conversar trivialmente en un ascensor se me hace tan difícil.
ResponderEliminarLa vida es el esfuerzo por perfeccionarnos. Me siento identificado con este post, especialmente por la responsabilidad que nos debemos a nosotros primero, y luego al interlocutor durante una conversación, porque al definir, nos definimos. Esto de alguna manera me aclara por qué conversar trivialmente en un ascensor se me hace tan difícil.
ResponderEliminarMe gusta especialmente Before Sunset por la esperanza planteada.Han pasado años desde la última vez que se vieron. Jesse escribe una novela sobre Celine, como una forma de seguir conversando con ella. No pierde la fe en el reencuentro. Finalmente, sucede. Un antiguo motivo de cuentos y novelas.
ResponderEliminarGonzalo.
me gusta el comentario de ambas partes, porque ponen sus problemas sobre la mesa y la idea es mejorar la familia con amor sincero
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