Gonzalo Gamio Gehri
The Majestic (2001), dirigida por Frank Darabont y protagonizada
por Jim Carrey, Lauren Holden, Martin Landau y Catherine Dent, es una de esas
películas norteamericanas que exploran un problema político crucial y que sin
embargo pasan desapercibidas para el crítico. En plena era del macartismo –
tiempos en los que un tristemente célebre Comité para la investigación de
actividades “antiamericanas” perseguía implacablemente a muchos artistas e intelectuales
sindicándolos como “comunistas” y “rojos”, presuntos miembros de una
conspiración contra el estilo de vida “democrático” y “estadounidense” -, Peter Appleton, un joven guionista de
películas de serie B, es convocado por el temible Comité para evaluar su trabajo. Se sospecha que sus
textos encubren “mensajes a favor de la Unión Soviética”, mensajes en clave, por
supuesto. Como consecuencia de ello, su contrato queda en suspenso.
Aterrorizado, decide huir de inmediato. Desafortunadamente, sufre un accidente de auto, pierde el conocimiento y las
aguas de un río lo llevan al pueblito de Lawson, California.
Es asistido por unos habitantes
de Lawson, que encuentran en el accidentado un extraordinario parecido con Luke
Trimble, un joven del lugar, desaparecido en combate durante la segunda guerra
mundial. Lawson es un pueblo que ha perdido muchísimos muchachos en la
guerra. Peter sufre amnesia como
resultado de su accidente, así que desconoce su propia identidad. Está
confundido, y ya los pobladores le dicen que es Luke. Harry Trimble – padre de
Luke – es el dueño del cine The Majestic, lugar que otrora alegraba los días de Lawson, pero que permanece cerrado tras los
días de la guerra. Harry está convencido de que Peter es su hijo, y está
decidido a reabrir el viejo cine y devolverle su antiguo esplendor. Peter, completamente confundido, se deja
llevar por la situación. En el camino, se enamora de Adele Stanton – la novia de
Luke -, quien quiere creer que el
joven soldado ha regresado, pero tiene significativas dudas que la atormentan.
Trabajar en el cine lleva a que –
con el tiempo – Peter vaya recuperando la memoria. Él reconoce sus propias frases en el guión de una cinta de acción. Dolorosamente, la curación de la amnesia coincide con la muerte de Harry, y con el hecho de
que los agentes del Estado que lo buscaban para llevarlo ante el Comité
macartista – que lo considera un subversivo y un convicto – finalmente lo
encuentren. Así, tiene que comparecer ante un Comité por presuntas “faltas a la
corrección ideológica”, sin nada más que el ejemplar de la Constitución que
Adele le ha entregado a través de su padre. Tiene que enfrentar un escrutinio
ideológico en un país en el que (supuestamente) se garantiza la libertad de creencias. Luego de esclarecer
su identidad a la luz de lo acontecido en Lawson, Peter se enfrenta al Comité
acogiéndose a la primera enmienda de la Constitución de 1776.
"Peter Appleton: Lo siento ... pero se me ocurre que hay un
problema mayor hoy de lo que sea o no soy un comunista.
Elvin Clyde: ¿problema mayor. Appleton?, no hay un myor problema que ese.
Peter Appleton: En realidad, no quisiera contrariarlo, pero creo que sí lo hay. No sé muy bien bien qué decir.
[Peter toma un trago de agua]
Peter Appleton: El hecho es que . .. nunca he sido un hombre de gran convicción.
Nunca vi el beneficio en ello ... y francamente, supongo que yo, eh ... carecía de coraje. Yo no soy
como Lucas Trimble. Nunca conocí al tipo, pero me siento como que he llegado a
comprenderlo. Lo que pasa es que no puedo dejar de preguntarme lo que diría él
... si estuviera aquí ahora mismo. Saben, creo que lo que creo que él
probablemente le dirá: la
América representada en esta sala ... no es la América que murió
defendiendo.
Yo creo que les diría que su América es amarga ...
[Congresista Doyle comienza a
golpear su martillo]
Peter Appleton: ......y cruel ... y pequeña.
Congresista Doyle: La cámara exige orden!
Peter Appleton: Yo sé a ciencia cierta que su América era
grande ... más grande que lo que ustedes se puedan imaginar ... con un corazón bien
abierto.
[Congresista Doyle golpea el
martillo de nuevo]
Peter Appleton: ... donde cada persona ...
Congresista Doyle: Sr. Appleton! Usted está fuera de lugar!
Peter Appleton: ... tiene
una voz! Incluso si no les gusta lo que tiene que decir”.
Esta película fue exhibida en
tños oscuros iempos del gobierno de George Bush hijo, tiempos en los que se discutía la llamada “Acta
Patriótica” y se implementaban restricciones a derechos fundamentales por razones de
seguridad. Se trata de una película que debemos recuperar y examinar en épocas de
profunda intolerancia intelectual y política. Nuestra situación actual no es ajena al imperio de la sospecha y la intransigencia ideológica que el filme se esfuerza por denunciar.