Alberto Adrianzén M.
Una democracia es aquella capaz de albergar en su seno una pluralidad de posiciones, actores e intereses. Sin embargo, para que esa pluralidad sirva para consolidar, estabilizar y profundizar dicha democracia debe tener, también, la capacidad de dialogar y pactar. Aquel famoso aforismo de Ramiro Prialé afirmando que “conversar no es pactar” también puede ser leído como expresión de esa enorme dificultad por llegar a pactos y acuerdos, ya que política no es solo hablar.
Pasando a nuestro proceso electoral reciente se podría decir que la afirmación anterior se evidencia en dos mensajes importantes de los electores: a) que se cumpla lo prometido, es decir que se pacte con los electores; y b) que los políticos lleguen a acuerdos. Sin embargo, hay un sector de la derecha, y allí incluyo a algunos medios de comunicación, que viene diciendo que conversar, dialogar o pactar es expresión de una política tradicional. Llaman a esto “cubileteo” o “negociaciones bajo la mesa”. Incluso afirman que se buscaría la impunidad o la protección de los políticos. Estas y otras afirmaciones, en verdad, resultan graciosas ya que son esos mismos grupos los que se han pasado la vida “cubileteando” y negociando ellos mismos “bajo la mesa” para, justamente, excluir, no dialogar y no pactar entre sectores distintos y/o diversos.
Es como decir: la democracia la practicamos solamente “nosotros”, los “otros” no tienen el derecho a negociar ni a pactar, solo les queda obedecer. Eso, en palabras simples, ha sido un poco nuestra historia. Hay un grupo que solo quiere mandar y que se ha negado sistemáticamente a pactar con los “otros”. Hoy estamos frente a la posibilidad de encontrar un camino que nos libere de este viejo problema. La idea de consensuar un programa de gobierno, como ha planteado Ollanta Humala en estos días, entre diversas fuerzas sociales y políticas es esa posibilidad. Pero también es la posibilidad, como lo dijera Valentín Paniagua en su primer discurso como Presidente, de inaugurar un largo ciclo democrático. La condición es clausurar el ciclo autoritario que el fujimorismo inauguró con el golpe de Estado el cinco de abril de 1992 y que hoy se quiere perpetuar. Un ejemplo de ello son los recientes rumores de una amnistía para el dictador Alberto Fujimori.
Sabemos que esto no es fácil. Y si bien el autoritarismo no tiene como única expresión al fujimorismo sabemos bien que es éste quien lo representa políticamente. Recomiendo que busquen en el Facebook la página: “Vergüenza Democrática” para que puedan darse cuenta de lo que está en juego. Como ejemplo de este autoritarismo –que es al mismo tiempo racismo y, hasta diría, fascismo– transcribo a continuación algunas de estas frases: “cholo desgraciado hideputa indio imbécil”; o “mis ojos se llenan de lágrimas no puedo creerlo… no hay esperanzas… son los peores resultados electorales que he recibido… tristemente tiendo a aceptar que necesitamos a Pinochet”; o “Partido Aprista, Alan! Esta vez acepto que hagas fraude. Por favor”; o esta otra frase que es de una twittera: “es mejor pagarle la multa a tu empleada a que le dé un voto a Ollanta”.
Incluso un reciente e interesante artículo de Nelson Núñez V. (“La polémica entre Palacios y Tapia”) que asume la defensa de Carlos Tapia, señala lo siguiente: “Un tema que se agregó durante la noche (se refiere a la polémica) fue la aparición de una cuenta de Facebook donde publicaban la dirección del domicilio de Carlos Tapia, y varios ponían cosas como “Se busca un patriota que envíe una bomba a la sede del partido de Humala!!! Será recompensado como héroe peruano!!!” o “es un maldito terrorista reciclado, como la gente que acompaña a Humala y muchos más”.
Sabemos que el camino hacia un acuerdo entre diversos no es fácil. No porque esté empedrado de buenas intenciones sino más bien porque está lleno de racismo, autoritarismo, desconfianza y personas que solo quieren mandar.
Pasando a nuestro proceso electoral reciente se podría decir que la afirmación anterior se evidencia en dos mensajes importantes de los electores: a) que se cumpla lo prometido, es decir que se pacte con los electores; y b) que los políticos lleguen a acuerdos. Sin embargo, hay un sector de la derecha, y allí incluyo a algunos medios de comunicación, que viene diciendo que conversar, dialogar o pactar es expresión de una política tradicional. Llaman a esto “cubileteo” o “negociaciones bajo la mesa”. Incluso afirman que se buscaría la impunidad o la protección de los políticos. Estas y otras afirmaciones, en verdad, resultan graciosas ya que son esos mismos grupos los que se han pasado la vida “cubileteando” y negociando ellos mismos “bajo la mesa” para, justamente, excluir, no dialogar y no pactar entre sectores distintos y/o diversos.
Es como decir: la democracia la practicamos solamente “nosotros”, los “otros” no tienen el derecho a negociar ni a pactar, solo les queda obedecer. Eso, en palabras simples, ha sido un poco nuestra historia. Hay un grupo que solo quiere mandar y que se ha negado sistemáticamente a pactar con los “otros”. Hoy estamos frente a la posibilidad de encontrar un camino que nos libere de este viejo problema. La idea de consensuar un programa de gobierno, como ha planteado Ollanta Humala en estos días, entre diversas fuerzas sociales y políticas es esa posibilidad. Pero también es la posibilidad, como lo dijera Valentín Paniagua en su primer discurso como Presidente, de inaugurar un largo ciclo democrático. La condición es clausurar el ciclo autoritario que el fujimorismo inauguró con el golpe de Estado el cinco de abril de 1992 y que hoy se quiere perpetuar. Un ejemplo de ello son los recientes rumores de una amnistía para el dictador Alberto Fujimori.
Sabemos que esto no es fácil. Y si bien el autoritarismo no tiene como única expresión al fujimorismo sabemos bien que es éste quien lo representa políticamente. Recomiendo que busquen en el Facebook la página: “Vergüenza Democrática” para que puedan darse cuenta de lo que está en juego. Como ejemplo de este autoritarismo –que es al mismo tiempo racismo y, hasta diría, fascismo– transcribo a continuación algunas de estas frases: “cholo desgraciado hideputa indio imbécil”; o “mis ojos se llenan de lágrimas no puedo creerlo… no hay esperanzas… son los peores resultados electorales que he recibido… tristemente tiendo a aceptar que necesitamos a Pinochet”; o “Partido Aprista, Alan! Esta vez acepto que hagas fraude. Por favor”; o esta otra frase que es de una twittera: “es mejor pagarle la multa a tu empleada a que le dé un voto a Ollanta”.
Incluso un reciente e interesante artículo de Nelson Núñez V. (“La polémica entre Palacios y Tapia”) que asume la defensa de Carlos Tapia, señala lo siguiente: “Un tema que se agregó durante la noche (se refiere a la polémica) fue la aparición de una cuenta de Facebook donde publicaban la dirección del domicilio de Carlos Tapia, y varios ponían cosas como “Se busca un patriota que envíe una bomba a la sede del partido de Humala!!! Será recompensado como héroe peruano!!!” o “es un maldito terrorista reciclado, como la gente que acompaña a Humala y muchos más”.
Sabemos que el camino hacia un acuerdo entre diversos no es fácil. No porque esté empedrado de buenas intenciones sino más bien porque está lleno de racismo, autoritarismo, desconfianza y personas que solo quieren mandar.
Un artículo polémico de A. Adrianzén, para discutir.
ResponderEliminarProfesor Gamio:
ResponderEliminarKeiko Fujimori, ha comenzado a reconocer y pedir perdón por los delitos cometidos por su padre.
Los izquierdistas plasmaron en su informe final de la CVR, la necesidad de la Reconciliación. ¿Es hora de que lo haga usted?
Eso de "racismo, autoritarismo, desconfianza y personas que solo quieren mandar". Adrianzén debe imputar eso a los "ollantas" por su etnocacerimo, modelo chavista y querer arruinar la economía. ¡No convence su postura de monaguillo!
Además, lo político también es mando y obediencia o ¿qué hará Humala en el poder, considerando su precedente militar?
Saludos cordiales,
José.
Estimado José:
ResponderEliminarTanto para la CVR como para el sano sentido común, la reconciliación requiere de memoria y de justicia, y no sólo de palabras. No le creo a Keiko en tanto ha declarado que el gobierno de AFF fue el mejor de la historia, y sus repetidos gestos en favor de un indulto.
Comparto tus dudas sobre Humala, pero por la dinastía Fujimori no puedo votar.
Saludos,
Gonzalo.
Alfredo P. ha dejado un nuevo comentario en su entrada "EL PACTO COMO POSIBILIDAD (ALBERTO ADRIANZÉN)":
ResponderEliminarJa!Ja!, ¿dudas sobre Humala?, el dueño de este blog a horas de conocerse quiénes iban a la segunda vuelta ya estaba diciendo su voto iba al militarote chavista rodeado de rojos radicales y de oportunistas; no hay ninguna duda en este apoyo.
Sería bueno que vayan grabando estos posts de apoyo hacia la opción chavista y anti-democrática, para luego -cuando se instale la más que previsible dictadura al mejor estilo venezolano- poder exigirle responsabilidades al titular de esta blog por su apoyo a esta opción a todas luces antidemocrática.
No entiendo cómo gente que se dice ser "liberal" puede apoyar una opción tan reñida con los valores liberales que dicen defender; es evidente que más pueden el odio y el rencor que el razonamiento.
Alfredo:
ResponderEliminarComo siempre tan amable. Mi propia experiencia bajo el funesto fujimorato y la tesis de Levitsky me convencieron de la necesidad de optar y no anular el voto, que era mi impulso original ante tan indeseable dilema. Por supuesto que asumiré la responsabilidad de votar por Humala - como la asumo por haber votado por García en la 2º vuelta de 2006 - y seré el primero en salir a las calles si se atenta contra la democracia. Pero no veo ninguna disposición "democrática" ni "liberal" en el aparato político que acompaña a Keiko F., y que es el mismo que acompañó al régimen delictivo de su padre.
No confundir: el voto es parte del ejercicio de un derecho ciudadano, finalmente por el voto emitido responderá ante su conciencia.
ResponderEliminarPero una cosa muy distinta es hacer campaña a favor de una opción antidemocrática y reñida con los valores liberales como la del nacional-humalismo.
Incluso desde antes de la primera vuelta, el dueño de este blog ha estado publicando artículos -bajo el disfraz de "reflexiones intelectuales"- en abierto apoyo de la alternativa nacional-humalista.
Alfredo:
ResponderEliminarNo te cuesta mentir ¿Dónde me he pronunciado en favor de Humala antes de la primera vuelta? De hecho, dije que votaría por Toledo, que era mi primera opción.
Si votaré por Humala, es porque he optado por no viciar el voto y rehuir el dilema, porque el pasado delictivo del fujimorismo lo condena.
"¿Dónde me he pronunciado en favor de Humala antes de la primera vuelta?"
ResponderEliminarEste es el post del artículo del "intelectual" de izquierda Alberto Adrianzén (entregado a la causa del nacional-humalismo) publicado en enero de este año (antes de la primera vuelta) por el titular de este blog bajo la apariencia de "reflexiones intelectuales", pero en abierto apoyo a la causa del nacional-humalismo.
http://gonzalogamio.blogspot.com/2011/01/la-politica-como-subasta-alberto.html
Hace tiempo que publico textos de diversos analistas de diferentes posiciones políticas, Adrianzén, Salas, Villena, Manrique, Vásquez Kunze. Ninguna "campaña", sólo temas de debate.
ResponderEliminar"Ninguna "campaña", sólo temas de debate."
ResponderEliminarUn interesante artículo sobre la doble moral de este "intelectual" de izquierda y ahora apoyador del nacional-humalismo.
http://catarsisyharakiri.blogspot.com/2011/04/la-doble-moral-de-alberto-adrianzen.html
Alfredo:
ResponderEliminarLo leí. Los datos son buenos, y de hecho - en mi opinión -Adrianzén tendría que justificar sus cambios de posición en cuanto a Humala entre texto y texto. El final de ese post, sin embargo, es muy flojo, eso sí, porque de todo eso no se sigue de que sea falso lo que sostiene en "La fujimorización de la derecha". Una cuestión de lógica. Pudo quedarse en la primera parte, pero dió un mal paso al final.
Vi el resto de ese blog, y hay muchísimas imprecisiones. El modo en que maneja los temas de DDHH es altamente discutible.
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