Gonzalo Gamio Gehri
Hace días Augusto Álvarez Rodrich y José Alejandro Godoy han escrito acerca de una “ofensiva conservadora”, que aviva el mito del “terrorismo anclado en
"Hijo: “Feliz día, viejito! Solo me queda agradecerte por el apoyo incondicional que me das día a día, por eso eres el mejor viejo desde mi punto de vista. Y ya sabes viejo: haz patria y mata un caviar”. Padre: “Gracias, hijo del alma. Eres mi orgullo y mi felicidad. Te amo. (No es necesario matar ‘caviares’ para hacer patria, basta con combatirlos y derrotarlos con ideas”.
Luego evoca las ofensivas expresiones de una nota de Expreso en la que se queja contra el importante comunicado firmado por 300 académicos extranjeros a favor de
“Seguramente, otros ejemplos se podrían citar. Sin embargo, me interesa llamar la atención sobre el creciente clima de intolerancia fascista y el despliegue de una cultura que promueve el racismo y la muerte como opciones principales. Es el hijo que le dice amorosamente al padre: “mata a un caviar”; es Expreso “acusando” a Salomón Lerner F. de judío; es el director de un diario que cree que aquellos que no piensan como él son una manga de idiotas y comunistas. No es extraño que Oliver Starck, columnista de Perú 21, publicara un artículo (26/4/10) en el cual no solo hacia una abierta defensa de Riva Agüero como fundador del fascismo en el Perú (“Riva Agüero fue, efectivamente, un devoto de Benito Mussolini”) sino también del fascismo mismo. La idea de que es posible asesinar al otro distinto (sea de izquierda, caviar o “progre”) no es una simple metáfora o un juego de palabras. Es una propuesta política. El otro dato es que esta ofensiva fascista la promueven impune e impúdicamente algunos medios”.
Por supuesto, el uso del término “fascista” requiere una discusión académica rigurosa, para evitar incurrir en etiquetas poco precisas (lo mismo sucede con el indeterminado rótulo "caviar"). Recurrir a la historia de las ideas será importante. Es altamente probable que el término se esté usando de manera quizás más coloquial, aunque las alusiones a los extravagantes artículos de Oliver Stark señalan la existencia de ciertas tendencias filo-fascistas en nuestro país[2]. Las agudas reflexiones de Adrianzén, sobre cómo estas actitudes y slogans combinan de manera perversa el racismo, el antisemitismo, la violencia y la obsesión por el "orden y las jerarquías" son absolutamente pertinentes, pues se está denunciando una situación real, más allá de la corrección histórico - ideológica (o no) del uso de esta noción. Este cuestionable fenómeno no es nuevo. En algunas páginas de Facebook se plantean diversos intentos de “rescate” del movimiento de Luis A. Flores en busca de "inspiración" (¿?), y florecen delirantes espacios monarquistas y autoritarios. Otros prefieren asumir posiciones próximas al militarismo "duro" y al ultramontanismo. El gobierno ha asumido una actitud complaciente - por decir lo menos - con la ultraderecha, piénsese, sólo por poner un ejemplo reciente, en la cancelación de la residencia del Hermano John Mc Auley, así como en las delirantes acusaciones de parte de la bancada aprista contra sacerdotes católicos defensores de las comunidades y del medio ambiente contra las mineras, entre los que se cuentan el obispo Turley y Paco Muguiro. Y los sectores “mercantilistas” en la prensa – los falsos liberales – coquetean reiteradamente con esta forma pintoresca de extremismo político. Es efectivamente una situación preocupante, que debe ser atendida a través de la crítica racional y el debate público. Como en el caso de la extrema izquierda, es necesario discutir (y refutar) la entraña violenta y discriminadora de la ultraderecha. El Perú necesita una derecha y una izquierda democráticas, bien dispuestas a la confrontación de las ideas.
“No estamos, por lo tanto, solamente frente a una ofensiva conservadora, encabezada por personajes vestidos de frac o de sotana y con olor a naftalina. Lo curioso de todo esto es que aquellos que la promueven, se dicen modernos (y hasta liberales), defienden a capa y espada al mercado, a las actuales políticas neoliberales, a la globalización, pero también al fujimorismo, a los violadores de los DD.HH., al militarismo y al cardenal Cipriani representante de esa cultura franquista llamada Opus Dei. Por eso me pregunto si es posible construir un país y una democracia para todos, cuando no se tiene una derecha moderna (tampoco una izquierda) y sí, más bien, una banda de matones fascistas y de “buenos muchachos” al momento de hacer negocios”.
El texto que comentamos es evidentemente polémico, pero toca un tema sin duda sensible: el lenguaje de la violencia prospera en diferentes sectores, y en ambos extremos de la escena ideológica. Aunque sus cultores no sean numerosos, es preciso estar alertas, pues cuentan con cierto poder e influencia sobre una parte de la opinión pública.
[2] Es sabido que O.Stark No es el único que ha “celebrado” expresamente los posibles vínculos entre Riva-Agüero y el fascismo; sólo basta echar una mirada a los diversos lugares “reaccionarios” en internet para constatar el esfuerzo por establecer conceptualmente esa presunta vinculación.
Sig pensando que en una columna de opinión no hay necesidad de emplear términos con rigor académico. Cuando Adrianzén dice fascismo; todos sabemos a que se refiere.
ResponderEliminarDe acuerdo, no digo que no. No obstante, no está mal añadir alguna precisión que pueda ser útil.
ResponderEliminarSaludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo:
ResponderEliminarQue bueno que alguien como Adrianzén lo diga explicitamente en los medios. Es lo que vengo comentando: que los ataques sistematicos en contra de la reputación de San Marcos y la avanzada judicial y en medios sobre la PUCP, tienen la misma raingambre autoritaria. Y no habria de extrañar, por fuerzas polìticas economicas y religiosas que se llevan muy bien. Unos para distraer con titulares, otros para concretar sus aspiraciones reduccionistas u oscurantistas.
En fin, el articulo de Santibañez justamente grafica muy bien, quienes son realmente los "radicales". Ni modo, a ellos si no se les tiene porque "desaparecer" de la faz de la tierra.. pero hay que combatirlos,
saludos cordiales,
CZG
"pues se está denunciando una situación real, más allá de la corrección histórico - ideológica (o no) del uso de esta noción."
ResponderEliminarEstimado Gonzalo:
importante denuncia. En términos del riesgo de una situación real, sería importante también extender esta denuncia a la ideología etno-nacionalista del Partido nacionalista. El filo-fascismo histórico y político de los Tasso (no es un misterio el racismo del padre) y las aspiraciones autoritarias del hijo-candidato, Humala, no desaparecen con un suave velo de normalización democrática. Quien lo crea así, poco sabe cómo los fascismos logran una "revolución legal". La evolución estratégica de Humala y su partido, las alianzas y la nota retórica centrada en narraciones nacionales (chile, recursos naturales, etc.), son de un guión perfecto pre-autoritario, que sinceramente me sorprende que no se cuestione ni se denuncie tal situación real. (será el tácito acuerdo). En comparación con este riesgo real del PNP, la ofensiva extremista de los ultramontanos de Facebook parece menos que una ociosa chiquillada.
saludos,
Giovanni
Estimado Giovanni:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo con tus reflexiones sobre los "humalismos". . Los hermanos Humala han desarrollado movimientos etno-nacionalistas que en diferentes momentos no han tomado distancia de situaciones violentas. El ideario de los padres es explícitamente violento. He desarrollado este tema en "Humala y la visceralidad nacional", en este blog.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo,
ResponderEliminarTodo indica que la ofensiva neoconservadora no es más que la reagrupación y afianzamiento de los sectores ultraderechistas en el Perú. Al no existir un polo demoliberal consolidado, el espacio de lo político adquiere esa dimensión. Pero hay que considerar cuestiones culturales más que propiamente políticas.
Un abrazo
interesante artículo, gracias, valdría la pena actualizarlo según la actual coyuntura del PNP y las denuncias que haces en este post. Sorprendente el apoyo de S. Lopez y demás intelectuales, por ejemplo. Te pregunto: ¿cómo se explican estas adesiones Gonzalo, a la luz de ese antiguo post que me indicas? Muy preocupante diría. Si escribes que la izquierda socialista nunca ha abrazado la doctrina nacionalista, entonces me pregunto que nombre darle a estas aleanzas electorales "nacionalistas-socialistas", o "socialistas-nacionalistas" actuales. Si no me equivoco, Adrianzén también está con el PNP y su proyecto de "transición inconclusa". Que el fascismo-etiqueta-a-la-mano no vaya a servir para desviar la atención de ese "padre e hijo" del fascismo-político, menos anónimo y más peligroso de Facebook diría.
ResponderEliminarEstimado Giovanni:
ResponderEliminarMás allá del aprecio a las personas - Adrianzén y López - y a sus trayectorias, creo que esas adhesiones se fundan en un error. Se cree que el PNP puede aglutinar a la izquierda y llevarla al poder. Pero el PNP no es de izquierda, y no creo que pueda formar un gobierno consistente, hasta donde es posible verlo.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Ricardo Falla:
ResponderEliminarPor supuesto. Esa ultraderecha reaccionaria está vinculada a Keiko Fujimori, pero también - y esto preocupa - a ciertos sectores del PPC ¿Qué pasó con el socialcristianismo? Los sectores progresistas del PPC (reformistas) deberían promover el debate intelectual en sus filas, sería saludable).
Saludos,
Gonzalo.
Estimado César:
ResponderEliminarEfectivamente, la ultraderecha se organiza.
Sí, el texto de Santiváñez, en cuanto a la forma y el contenido, es penoso. los adjetivos nunca reemplazan a los argumentos, pero él procede de esa manera.
Saludos,
Gonzalo.
El artículo de Alberto Adriazén es tendencioso, y la verdad no vale discutir con personas que analizan la realidad desde un maniqueismo casi infantil. El cardenal Juan Luis Ciprini y el señor Mariátegui, son honestos en un país donde ser honesto está proscrito. la verdad vale decir y sobre esto no me pienso extender, que la frase "mata un caviar haz patria" tiene además de una conformación graciosa, el fondo de inofensivo no tiene nada, pues existe en el Perú una importante corriente de opinión, a la que estoy adscrito, que considera necesario un "holocausto" de caviares.
ResponderEliminarSaludos cordiales,
Luis Carlos Malca C.
El "concenso" en lo político es un invento que les sirve a algunos para asegurar la participación de los grupúsculos a los que representan, sin incidencia real y sin cantidad suficiente para ser escuchados, en un ámbito donde sólo deberían actuar quienes se legitiman democráticamente en la apelación a la masa (que para esto sirve), los primeros (en el caso peruano: los caviares, eco-caviares, etc) se escudan en esa conjunción absurda de palabras - "sociedad civil" - para legitimarse al verbalizarlo pero jamás al escrutar - votos, por ejemplo - lo que es en realidad un alivio, porque la masa convencida y defensora de los derechos de un sector más inteligente les niega siempre la posibilidad de actuar en ámbitos políticos reales y los empuja como ya advertí a crear acuerdos nacionales, mesas de concertación y demás boberías, que les permiten un puestito en nombre de la risible "sociedad civil".
ResponderEliminarEs fácil, este "holocausto de caviares", con la idea de "selección natural" detrás, aceleraría por decreto o disposición de un gobierno fuerte, lo que el tiempo hará inexorablemente, extinguir finalmente los ámbitos de "consenso" que significan más gasto público y la posibilidad que gente con afanes levantiscos y de supuesta justicia social tengan VOZ.
Luis Carlos Malca C.
Queda abierto el debate acerca de la frase, la "honestidad", y el "holocausto de caviares". A mí me parece poco responsable y de MUY mal gusto - dado que aquí algunos defensores de los DDHH que todos conocemos y respetamos, han sido vilmente amenazados en repetidas ocasiones -, pero a ver qué dicen los lectores acerca de los comentarios que acaban de hacerse.
ResponderEliminarSaludos,
Gonzalo.
La dinámica entre representación y participación en las sociedades democráticas es bastante más complejo. Sugiero una revisión atenta de categorías como "sociedad civil", "Estado" y "sistema político" desde la perspectiva de la teoría política contemporánea (Cohen & Arato, Taylor, Habermas, Barber, etc.).
ResponderEliminarSaludos,
Gonzalo.
EStimado Gonzalo, también lo que ocurre con el Hermano Paul Mc Auley es parte de la maquinaria ultraderechista. Si recordamos la historia de nuestro país y de América Latina personajes como Giampietri (una suerte de Videla o Pinochet) se vuelven a presentar como un ciclo trágico. Nuestro capitalistas todavía consideran que salvaguardar el modelo supone un recorte de las libertades y de los derechos básicos. Es un capitalismo fundado en el temor al diálogo, a la alternancia, al respeto del estado de derecho. Cuando el capitalismo se amputa la dimensión liberal, se convierte en fascismo.
ResponderEliminarUn abrazo
Señor Gamio he notado y no creo ser el primero, que cuando alguien tiene un pensamiento diferente al suyo lo descalifica "contraargumentando" con el vacio comentario: "sus argumentos son débiles", "el texto tiene problemas en su conformación como tal..." o recomendando libros que usted considera importantes... La verdad, es una de mis libertades escoger a quienes leo, por ejemplo: a usted le puede parecer interesante leer algún artículo de Salomón Lerner o un libro de Adrianzén, Grompone, o para ponernos internacionales de Barber, y a mi leerlos me puede parecer una pérdida absoluta de tiempo, siendo ambas opciones válidas.
ResponderEliminarSaludos,
Luis Carlos Malca C.
Señor Malca:
ResponderEliminarSi revisa los textos que he sugerido - que pueden ayudar a aproximarse en general al concepto de sociedad civil -, verá que no todos esos autores piensan como yo. De hecho, leo a muchos autores que piensan diferente, y aprendo de ellos. Como verá, no comparto el uso de Adrianzén de "fascismo", y me siento lejos de las tesis de Grompone sobre socuiedad política.
Sobre los comentarios que señala, debo confesar que tengo una obsesión con la redacción y la consistencia lógica. Cuando señalo que los argumentos son débiles, siempre señalo la razón.
Saludos,
Gonzalo.
Gonzalo: Ahora parece que el señor Malca apela a la teoría del Darwinismo social para referirse a que ciertos sectores terminarán desapareciendo. Aunque todos tenemos el derecho de ser escuchados, la importancia de lo que expresamos no necesariamente es la misma para todos. Qué lamentable que se usen argumentos sumamente primarios para defender ideas que no tienen el más mínimo sustento, que no se asemejan a nada más que a un grito tarzanesco, con el debido perdón de Tarzán, claro está.
ResponderEliminarSaludos
Alonso Campos
Estimado Gonzalo: Yo creo que sí es correcto el diagnóstico en cuanto a que la extrema derecha se está reconfigurando y reagrupando; es sin duda un "relanzamiento" oportunista que se alimenta de la coyuntura. Pero por otro lado Adrianzén ya es conocido por no manejar categorías precisas. Ya hace un tiempo, creía que los "liberals" de Estados Unidos eran los equivalentes a nuestros liberales y que cuando el Instituto libertario CATO declaraba oponerse a las políticas de los demócratas (democrats), se estaban oponiendo a la democracia. Se lo hice notar en dos comentarios y ni fueron publicados ni me hizo caso. Sus participación en el debate sobre el compromiso intelectual y sus justificaciones para apoyar el humalismo también me parecieron bastante débiles.
ResponderEliminarPor otra parte, me parece injusto calificar de "conservadores" a un grupo de canallas. Más aun, no se puede usar el adjetivo "conservador" en un sentido negativo (como si fuera un escándalo que los conservadores se agrupen y hagan conocer su agenda) especialmente si de verdad creemos en la pluralidad. El conservadurismo es también parte de la PUCP y merece el espacio que siempre ha tenido. Saludos.