APUNTES SOBRE DEMOCRACIA, LAICIDAD Y MULTICONFESIONALIDAD EN EL PERÚ
Gonzalo Gamio Gehri
Hace unos cuantos días, la Comisión de Constitución del Congreso de la República aprobó un Proyecto de Ley que regula la igualdad y libertad religiosa en el país. A través de este proyecto se pretende lograr que las diferentes instituciones religiosas cuenten con prerrogativas similares a las de la Iglesia Católica en materia de estabilidad jurídica, exoneraciones tributarias, facilidades para visitas a cárceles y hospitales, etc. La forma en que ha sido aprobado el documento ha generado controversias, pues algunos congresistas consideran que no hubo quórum para hacerlo; otros señalan que dicha aprobación ha procedido conforme a las reglas vigentes. La Conferencia Episcopal Católica ha señalado, por su parte, que no ha sido consultada en este tema. En los próximos días el pleno del Parlamento discutirá el asunto.
Creo que aquí hay una cuestión de fondo que es preciso discutir. El Perú es una sociedad plural y democrática, que ostenta un Estado laico. Esto significa que el Estado debe garantizar la libertad de sus ciudadanos de creer o de no creer, de tener o no tener compromisos religiosos, y, en ese sentido, no debe concederle privilegios especiales a ninguna institución religiosa en particular. Una actitud diferente podría ser interpretada como discriminatoria respecto de quienes asumen confesiones distintas a la que goza de la consideración especial del Estado en cuestión. En la perspectiva del sistema democrático - liberal, la militancia religiosa se mantiene en el ámbito extraestatal, de modo que abarca no sólo el ámbito de la conciencia personal, sino escenarios sociales como familias, parroquias, comunidades religiosas, Iglesias, y diversas asociaciones voluntarias (es por ello que otra alternativa compartible con el liberalismo - opción no contemplada ni discutida en el Proyecto en cuestión - consistiría en establecer que ninguna práctica religiosa reciba beneficios de parte del Estado).
Soy católico por bautismo y por convicción, y creo que la dimensión espiritual de la vida posee una enorme importancia. No obstante, también pienso – de manera muy personal – que la libertad de conciencia y la igualdad religiosa constituyen principios esenciales en una democracia constitucional. Creo que un Estado laico es imprescindible para garantizar estos principios. Creo, también, que no siempre observamos celosamente estos principios, y que determinadas costumbres y determinadas disposiciones arraigadas debilitan su cumplimiento. Que en los colegios públicos la educación religiosa sea de naturaleza catequética y verse sobre el cuerpo de doctrina de una única confesión, y no se amplíe la materia a una reflexión más sistemática sobre el ‘hecho religioso’ o en torno a las ‘grandes religiones’ constituye un problema, por ejemplo. Que en las festividades patrias se celebre un Te Deum que posee una connotación de ritual público contradice en principio la laicidad de nuestro Estado. Que el Presidente de la República luego participe en celebraciones de otras instituciones religiosas no resuelve el asunto, en absoluto.
Representantes de otras religiones en el Perú han manifestado su alegría ante la aprobación del Proyecto de Ley mencionado, según reseña el diario La República:
“El representante de la Asociación Islámica del Perú, Damin Awad, aplaudió que la iniciativa de ley haya sido retomada.
Awar aclaró que los islámicos respetan los acuerdos que la Iglesia Católica haya tomado con el gobierno, pero que ellos también tienen el derecho de gozar del beneficio tributario para recibir donaciones y los libros de consulta.
La Asociación Internacional para la Conciencia de Krishna comentó que la aprobación de esta ley sería un paso importante para consolidar al país como la nación laica y, por otro lado, se ponga un freno a los actos discriminatorios.
“Particularmente nosotros, por nuestra forma de vestirnos, comportarnos y comunicarnos, hemos sido objetos de bromas, maltratos y actos que transgreden nuestro derecho de hablar de Krishna (Dios). No olvidemos que todos somos iguales ante los ojos del mismo creador”.
La medida converge con la vocación pluralista de una sociedad democrática. De hecho, considero importante que este tema se discuta, no sólo en los fueros del Estado, sino también en los de las Iglesias, y al interior de la sociedad civil. Hay que agregar que - de acuerdo a lo señalado por los entendidos en la materia - la Iglesia Católica no perdería – de aprobarse finalmente esta iniciativa - ningún derecho adquirido: son las otras instituciones religiosas las que podrán acceder a beneficios similares en el futuro. Me parece justo. Habrá que observar con atención lo que digan los congresistas en el debate en el pleno, y cómo voten. Será una oportunidad más para examinar cuán democrático es el talante de nuestros representantes que – para más de un analista – reflejan con cierta nitidez, para bien o para mal, la mentalidad de sus electores.
Hace algunos años alguien me mostrò una ley en la que a los obispos (y de ahì para arriba) el estado les paga un sueldo. ¿Será cierto?
ResponderEliminarHola Gonzalo,
ResponderEliminarAl igual que tú, no veo por qué la Conferencia Episcopal Católica debía de ser consultada sobre el Proyecto de Ley que regula la igualdad y libertad religiosa. En todo caso, cualquiera que sean sus razones, también podrán ser presentadas por protestantes, evangélicos, judíos, brahamánicos, etc.
Los conservadores no se han enterado que el Estado peruano es laico y esto daña la presencia de la Iglesia en la sociedad contemporánea. Felizmente la Iglesia está conformada por una diversidad de facciones, en las cuales se pueden encontrar intelectuales comprometidos con la pluralidad.
Un abrazo,
Héctor
Estimado Luchín G:
ResponderEliminarEntiendo que sí, que reciben una modesta remuneración, pero no sé a cuánto asciende. En otros países sucede igual, no es una situación única.
Saludos,
Gonzalo.
Hola Héctor:
ResponderEliminarPienso como tú, que en una perspectiva democrática se tendría que haber consultados a los representantes de todos los credos, en todo caso. Por supuesto, incluida la CEP.
Un abrazo,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo Gamio:
ResponderEliminarMuy buen post.El estado plural, democratico y laico debe garantizar las confesioens religiosas. El límite estaría cuando se trata de imponer determinada confesion, por medio de acciones coercitivas.
En la educacion esta sólo estaría constreñido a la educacion pública. El tema de la religión y la relacion con la educación estatal, se debería retomar. Porque el post no lo aclara muy bien.
Tambien hay que aclarar que la ley no rige para las sectas satanicas y otras sectas de inspiracion filóficas, la cienciología podría ser un ejemplo.
Atte.
Luching:
ResponderEliminarEl Acuerdo entre la Santa Sede y la República del Perú está vigente y se firmó por Morales Bermudez unos dias antes de dejar el poder para evitar que tuviese que pasar por ningun congreso, pues es vergonzante. Despues ha sido ratificado por todos los presidentes del Peru:
DECRETO LEY Nº 23211
CONCORDANCIA: D.S. N° 140-86-EF
D.S. Nº 042-92-PCM
El texto lo puedes buscar en sus fuentes directas. tambien esta publicado en: http://www.ateosenperu.org/index.php?option=com_content&view=article&id=75:concordato-con-estado-de-la-ciudad-del-vacitano&catid=48:normas-legales
Esta torta no se la van a dejar quitar por la via pacifica.
Saludos a Gonzalo tambien.
Estimado Uriel:
ResponderEliminarEn este blog encontrarás un interesante diálogo con C. Carvallo sobre el tema del curso de religión.
Saludos,
Gonzalo.
Estimada Carmen:
ResponderEliminarYo lo plantearía de un modo quizá menos beligerante, aunque entiendo la preocupación, que tiene fundamento. Que el acuerdo no haya pasado por un Parlamento me parece grave. Efectivamente, ningún gobierno se ha propuesto volver a dialogar sobre los términos de este acuerdo.
Saludos,
Gonzalo.
Estoy de acuerdo contigo, Gonzalo, uno debe tomarse las cosas con calma, pero comprenderás que es la enésima vez que los creyentes se toman atribuiciones que nadie les ha concedido. Uno se harta de eso.
ResponderEliminarEstimado LuchínG:
ResponderEliminarEs cierto. Esta clase de acuerdos deben estar abiertos a un debate más amplio. Lo digo como ciudadano, y también como creyente. Mi posición al respecto es muy clara.
Saludos,
Gonzalo.
Parece que los conservadores se extinguieron en este blog
ResponderEliminarGonzalo:
ResponderEliminarVuelvo a comentar luego del estresante ciclo. Espero encontrarte pronto. Sobre el tema quería dejar una pregunta, consideras mejor un estado totalmente apático sobre el tema religioso o un estado que lo promueva con esta clase de beneficios tributarios o creando sistemas fiscales que permitan que los ciudadanos colaboren a través del fisco con su religión (como en Alemania).
Hola Renato:
ResponderEliminarQué bueno recibir tu mensaje.
considero que un Estado democrático promueve la libertad religiosa y la libertad de conciencia, pero no promueve una confesión particular. Cultiva la igualdad. Un estado laico no debe ser entusiasta ni apático en materia religiosa: los entusiastas y los apáticos son los ciudadanos creyentes o no creyentes.
En Suiza y otros países de Europa son los fieles los que mantienen a sus Iglesias. Acaso el Estado no debiera intervenir en esto.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado Gonzalo,
ResponderEliminarComo mencionas, el Estado peruano no es del todo laico, y eso es facilmente constatable.
Yo estoy completamente de acuerdo con que el Ee. promueva la libertad religiosa sin sesgos ni favoritismo, pero la pregunta es si estas medidas serían acatadas con facilidad por la población o por los mismos grupos católicos; recuerda el malestar que supuso para mucha gente la primera visita de García a la ceremonia evangélica por fiestas patrias.
Y esto afecta en lo político, ¿Cuanto se ha avanzado en la actitud democrática desde la población ante los credos religiosos? Recordemos que por muchos años se atacaron a partidos por ser "anticatólicos" y se asumia que la religión católica era parte de la "nacionalidad peruana". Y aun más reciente, cuando MVLL habla de las dificultades que le supuso ser agnostico cuandos e lanzó con el FREDEMO.
Por ello, me parece saludable esta apertura y promoción de la igualdad religiosa.
Saludos.
Hola Gonzalo:
ResponderEliminarSoy evangélico, y estoy muy contento por tu alturada e interesante respuesta. De hecho, tal como está conceptualizado el estado, no deberían haber preferencias religiosas. Hasta el conservador más radical lo sabe. La religión pertenece al ámbito privado y no público (si seguimos un tipo de perspectiva ya conocido). Sin embargo, debo decir que la democracia no es necesariamente cultivo de muchos sectores evangélicos, es decir, dentro de la misma iglesia existen movimientos denominados "apostólicos" que consideran que la mejor forma de dirigir una comunidad es mediante la representatividad de un "ungido de Dios", un hombre que sigue la línea apostólica dejada por Pablo y quien en su palabra tiene la voz de Dios y por lo tanto debe regir también al país (¿te suena conocido?, si, una suerte de Papa medieval). Esta propuesta se extiende actualmente a un gran sector de la comunidad evangélica y, curiosamente, aquellos que sustentan esta propuesta están solicitando la "igualdad religiosa". Es curioso también que, ante los registros públicos, aparecen las comunidades evangélicas como asociaciones sin fines de lucro, pero estas se componen de treina o cuarenta socios que tienen más de veinte o treinta años como tales, mientras que otros participantes, pese a los años, no se encuentran como miembros. Hay dos rostros de la comunidad evangélica, el que se presenta formalemente democrático y el que en los púlpitos predica el sometimiento, la obediencia incondicional al pastor y el respeto por el "ungido", además de sostener una propuesta piramidal del poder basada en la obediencia y no en la democracia.
Por otra parte, existen otros sectores de la iglesia que ya poseen una formación democrática en sus mismas estructuras, que ahora son la minoría pero que fueron aquellos que hicieron frente a Sendero Luminoso y al MRTA, que en tiempos pasados, lucharon por la igualdad religiosa y tuvieron incidencia en el senado y el congreso. Ahora bien, estos sectores ahora envejecidos y casi olvidados por la escasez de miembros (el crecimiento de la comunidad evangélica pertenece casi exclusivamente al esfuerzo de los movimientos carismática al interior de la misma) han sufrido con los años las luchas internas que se produce en todo grupo humano que se ampara en una cultura democrática, es decir, se han visto desgastados por conflictos de poder, de liderazgo, partidismos teológicos, etc.
Como ciudadano, considero que el estado laico tiene que ser una realidad. Como evangélico, me hallo preocupado por las situaciones que podrían generarse de aprobarse una ley de esta índole. El 20% de las comunidades evangélicas promueven la democracia tanto dentro como fuera de la iglesia, es la razón de ser de las mismas, no hay un clero ni una casta sacerdotal. Por otro lado, el otro 80% de la población evangélica está luchando por la igualdad religiosa, pero este notable porcentaje no promueve la democracia en su interior, por el contrario, ve la democracia como una amenaza y pone como ejemplo el 20% de los evangélicos que vivieron una cultura democrática y que ahora adolecen de participantes y, frente a ello, proponen un liderazgo "apostólico" donde el pastor es la última voz en la toma de una decisión.
Como verás, el tema es muy complejo, estoy dejando en la exposición muchos cabos sueltos e imporecisiones que sería bueno dialogar en algún momento. Yo viví la marginación por ser evangélico cuando estudié en un colegio estatal ultra-católico y no quisiera que mi hijo lo viviera. Pero tampoco quisiera que ciertos sectores de la comunidad evangélica hablen de igualdad y democracia, cuando en su interior promueven totalitarismos y arbitrariedades.
Espero podamos conversar muy pronto.
Estimado amigo Evangélico:
ResponderEliminarEs interesante que estemos de acuerdo en un Estado laico plural. yo también he tenido compañeros que tuvieron que "exonerarse2 del curso de religión al ser éste "catequético-católico". se pierde la oportunidad de hablar del fenómeno inter-religioso por optar por la prédica.
El tema de la democracia dentro y fuera de las iglesias católica y evangélica es bastante complejo. allí están los libros de hans kung sobre la materia. Es paradójico que se exija igualdad religiosa pero que no se separe entre Estado e iglesias. con todo, la medida es justa. estemos alertas, cada uno en sus comunidades.
Saludos,
Gonzalo.
estimado gonzalo
ResponderEliminarquisiera hacerle una pregunta: conoce algun estudio hermeneutico donde se analize el "catecismo" pero desde un punto de vista critico y reflexivo?
gracias.