Gonzalo Gamio Gehri
Esta es la pregunta que está resonando en diferentes espacios del periodismo, el mundo de la política y en la sociedad civil. La respuesta no es clara, hay que decir. Los que pensábamos que con la dirección de Francisco Miró Quesada Rada El Comercio iba a asumir una mirada más aguda y crítica estamos contemplando como nuestras expectativas se hacen añicos. Ya no se trata solamente de la súbita metamorfosis intelectual de Hugo Guerra, su conversión al conservadurismo político, tan cercano a ciertos sectores de la Fuerza Armada contrarios a la CVR.
Hay quienes sostienen que el sector más conservador de la familia propietaria se está poniendo al timón de este diario. Para muestra un botón. Martha Meier Miró Quesada – un personaje que se hizo conocida por su apoyo al fujimorismo antes que por sus ‘contribuciones a la cultura’ – ha asumido la dirección del suplemento dominical. Luis Alfonso Morey (conocido fujimorista, autor de un insufrible libro apologético, El regreso del Chino. El nuevo fenómeno Fujimori), se ha convertido en uno de los colaboradores del diario, escribiendo en la página de opinión. En la columna de Hugo Guerra se fustiga a “los caviares” – usando esta ridícula etiqueta – en la peor tradición de Giampietri y de Aldo Mariátegui. Evidentemente, nada de esto es ilegal – en absoluto, un sistema democrático garantiza la diversidad de concepciones políticas – pero la transformación ideológica está fuera de toda duda.
En los últimos días se ha suscitado un debate interesante sobre la difusión de los “petroaudios”. La dirección de El Comercio sostiene que se negó a publicarlos porque los medios eran ilícitos y se trataba de conversaciones telefónicas privadas. La dirección de Perú 21 – misma empresa, diferente línea periodística – indica que los audios revelan formas de corrupción pública que la ciudadanía debe conocer. El despido de Fernando Ampuero y de Pablo O’Brien de El Comercio está vinculado a esta cuestión. El “decano de la prensa” publicó ayer en las dos primeras páginas una entrevista al Cardenal Cipriani en la que el tema de los audios y la cuestión moral de los medios y los fines constituía el centro de la conversación (hay algunas alusiones muy críticas del arzobispo a Alan García que llaman la atención - ¿Se habrán terminado las buenas relaciones entre el gobierno y ese sector de la Iglesia? -, pero ese es otro tema). Numerosas columnas y notas editoriales han ido en esta misma dirección. Cre que se trata de un dilema ético que tendría que examinarse desde la filosofía moral. Uno se pregunta si esta administración de El Comercio hubiese hecho público el video Kouri-Montesinos, que puso fin a la dictadura de Fujimori. Parece que no.
Lo que sigue son creflexiones que buscan examinarse críticamente, para indagar acerca de su verosimilitud. Hay quienes interpretan estos movimientos en la dirección de El Comercio como un cambio alentado desde los fueros del poder político. Se teme que Juan Paredes Castro deje el diario, pero se dice que la mira estaría puesta realmente en Perú 21, que Alan García no ve con buenos ojos el espíritu crítico que practica ese medio. Se trataría de cercar a Augusto Álvarez Rodrich, y dejarlo sin piso. El tiempo dirá si estas son meras especulaciones, o si tienen un asidero sólido.
Esta es la pregunta que está resonando en diferentes espacios del periodismo, el mundo de la política y en la sociedad civil. La respuesta no es clara, hay que decir. Los que pensábamos que con la dirección de Francisco Miró Quesada Rada El Comercio iba a asumir una mirada más aguda y crítica estamos contemplando como nuestras expectativas se hacen añicos. Ya no se trata solamente de la súbita metamorfosis intelectual de Hugo Guerra, su conversión al conservadurismo político, tan cercano a ciertos sectores de la Fuerza Armada contrarios a la CVR.
Hay quienes sostienen que el sector más conservador de la familia propietaria se está poniendo al timón de este diario. Para muestra un botón. Martha Meier Miró Quesada – un personaje que se hizo conocida por su apoyo al fujimorismo antes que por sus ‘contribuciones a la cultura’ – ha asumido la dirección del suplemento dominical. Luis Alfonso Morey (conocido fujimorista, autor de un insufrible libro apologético, El regreso del Chino. El nuevo fenómeno Fujimori), se ha convertido en uno de los colaboradores del diario, escribiendo en la página de opinión. En la columna de Hugo Guerra se fustiga a “los caviares” – usando esta ridícula etiqueta – en la peor tradición de Giampietri y de Aldo Mariátegui. Evidentemente, nada de esto es ilegal – en absoluto, un sistema democrático garantiza la diversidad de concepciones políticas – pero la transformación ideológica está fuera de toda duda.
En los últimos días se ha suscitado un debate interesante sobre la difusión de los “petroaudios”. La dirección de El Comercio sostiene que se negó a publicarlos porque los medios eran ilícitos y se trataba de conversaciones telefónicas privadas. La dirección de Perú 21 – misma empresa, diferente línea periodística – indica que los audios revelan formas de corrupción pública que la ciudadanía debe conocer. El despido de Fernando Ampuero y de Pablo O’Brien de El Comercio está vinculado a esta cuestión. El “decano de la prensa” publicó ayer en las dos primeras páginas una entrevista al Cardenal Cipriani en la que el tema de los audios y la cuestión moral de los medios y los fines constituía el centro de la conversación (hay algunas alusiones muy críticas del arzobispo a Alan García que llaman la atención - ¿Se habrán terminado las buenas relaciones entre el gobierno y ese sector de la Iglesia? -, pero ese es otro tema). Numerosas columnas y notas editoriales han ido en esta misma dirección. Cre que se trata de un dilema ético que tendría que examinarse desde la filosofía moral. Uno se pregunta si esta administración de El Comercio hubiese hecho público el video Kouri-Montesinos, que puso fin a la dictadura de Fujimori. Parece que no.
Lo que sigue son creflexiones que buscan examinarse críticamente, para indagar acerca de su verosimilitud. Hay quienes interpretan estos movimientos en la dirección de El Comercio como un cambio alentado desde los fueros del poder político. Se teme que Juan Paredes Castro deje el diario, pero se dice que la mira estaría puesta realmente en Perú 21, que Alan García no ve con buenos ojos el espíritu crítico que practica ese medio. Se trataría de cercar a Augusto Álvarez Rodrich, y dejarlo sin piso. El tiempo dirá si estas son meras especulaciones, o si tienen un asidero sólido.
Hola Gonzalo:
ResponderEliminaruna pregunta, ¿cuál es tu opinión sobre la difusión de los audios?
El tema es bastante complicado, y conviene hacer bastante precisiones y matizaciones en este caso. Una respuesta general y absoluta sería totalmente contraproducente. Aquí lanzo algunas ideas sobre el tema.
1) Conviene precisar quiénes realizaron la interceptación (terceros o los periodistas, y el grado de involucración entre ellos), dado que ello afectaría la valoración de sus actos.
2) Se dice que el audio no debe ser difundido porque provendría de una fuente ilegal. Sin embargo, si el acto ilegal no ha sido cometido por los periodistas y ellos no tuvieron ningún tipo de participación en el acto ilegal, no veo por qué no puede ser utilizado. Ahora bien, el hecho de que la información haya llegado a su poder no significa que tenga que investigarse la información e incluso la fuente.
3) Creo también que los periodistas no deben guardar fidelidad a la fuente que cometió un delito para proporcionarle una determinada información. En este caso, los periodistas si se estarían prestando al juego de los interceptadores. Si alguien quiere difundir información ilegal, ellos tienen que saber que los periodistas no pueden protegerlos. Su actuación corre a su cuenta y riesgo. Creo que sería inmoral ampararse en el secreto de la fuente para proteger a estas personas.
4) Se puede decir que esto desincentivaría la entrega de esta información; sin embargo, ello estaría bien.
se puede seguir haciendo más matizaciones, pero el comentario salió muy largo,
y ¿cuál es tu opinión sobre el tema?
es decir, quieres un periodico que piense como tu...no es eso medio facistoide? Mas pluralidad, por favor. Saludos
ResponderEliminarPedro Roy
Yo tenía otra versión. Cuando acababa de asumir la dirección del diario Francisco Miró Quesada Rada, César Hildebrandt en su columna de "La Primera" señaló que aquél había empezado a "desratizar" (esas fueron sus palabras) "El Comercio", en el sentido que se había iniciado el despido de periodistas vinculados a la investigación de los petroaudios ya que éstos habían iniciado la investigación sobre los petroaudios con la intención de administrar su difusión para favorecer a una determinada empresa de la que estos periodistas sólo serían sus agentes eventuales. Dicha empresa no sería otra que Petro Tech que perdió la licitación de los lotes frente a la empresa noruega Discovery Petroleum, y que, además, tiene un lío con Perú Petro por el cuestionado Contrato para la exploración y explotación de Hidrocarburos del Lote Z-2B ubicado en el Zócalo Continental, suscrito entre Petróleos del Perú y Petro Tech. De resultas de la acción de Perú Petro, Petro Tech ha tenido que pagar US$ 22 millones, que había dejado de pagar desde el 2002, por concepto de la Compensación de Impuesto Patrimonio Empresarial. Además Perú Petro le está cobrando a Petro Tech US$ 13 millones por por concepto de regularización por la venta del gas húmedo proveniente del lote Z-2B a la Planta Procesadora Gas Pariñas. Entonces todo este asunto de los petroaudios no sería más que una venganza de una empresa privada contra su competidora y, principalmente, contra la acción de Perú Petro.
ResponderEliminarSaludos,
Christian
Pedro:
ResponderEliminar¿En qué parte de mi texto digo o sugiero algo así? Lo que me preocupa es que un diario, en lugar de mostrar la información, la oculte.
No has leído con detenimiento.
Saludos,
Gonzalo.
Christian:
ResponderEliminarParece que la antigua rivalidad entre Hildebrandt y Ampuero le ha restado objetividad al primero. Retener los audios so pretexto de la “gobernabilidad” es un hecho muy grave para un órgano de prensa.
Es posible que Petro Tech esté involucrado, pero eso no elimina que los audios León-Químper revelan la supuesta comisión de delitos.
Saludos,
Gonzalo.
César:
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en todos los puntos. Sería interesante discutir con periodistas sobre el punto 4.
Saludos,
Gonzalo.
Cipriani se preocupa hoy sobre si el fin justifica los medios!¿Por qué no se hizo esa misma pregunta hace 25 años cuando se asesinaba y violaba con el pretexto de combatir a la subversión? Es más, ¿por qué no se plantea esa misma pregunta hoy para aquellos casos? Son indignantes las costumbres acomodaticias de este infausto personaje. No hay que equivocarse: Cipriani no es un dogmático. No le interesan ni los dogmas ni la la fe. Yo diría eso de monseñor Durand, de monseñor Landázuri, conservadores con principios. Cipriani no es de tal calidad. Le interesa el poder y eso explica su incoherencia y su enemistad con la inteligencia.
ResponderEliminarSí pues, el discurso ahora es otro. En tiempos del fujimorato era mucho más beligerante ¿A qué se debe este cambio? En todo caso, habrá que examinar qué sentido tienen sus alusiones críticas a García.
ResponderEliminarSaludos,
Gonzalo.