Gonzalo Gamio Gehri
Hoy se llevó a cabo
la marcha Con mis hijos no te metas. Se
esperaba que convocara a una buena cantidad de asistentes. Desde hace mucho
tiempo se ha podido constatar que muchos de los activistas de esta campaña – incluyendo
los que alzan la voz en la calle, los que llevan las pancartas, etc. – no están
enterados de lo que está en discusión, más allá de recitar slogans contra el programa escolar basados en el prejuicio y la
ignorancia. Lo curioso del asunto es que muchos de los “oradores” de la tarde
han aderezado discursos que ostentan no solamente torpeza y absoluto desconocimiento sobre
estos temas, sino incluso falsedades y mera violencia. Desde señalar cosas
absurdas como que “el gobierno quiere homosexualizar al país”, hasta atribuir a
desastres naturales ocurridos en la región una motivación “moral” y “espiritual”;
el rechazo del Ser supremo de la prostitución y la homosexualidad., o por aprobar el matrimonio igualitario. Revisen este
enlace (ver los videos).
El asunto es
sencillo. La iniciativa del Estado en materia educativa se propone cimentar la
igualdad de derechos, libertades y oportunidades en materia de género en un
país en la que prácticamente no existe todavía una educación sexual razonable,
un país en el que impera mayoritariamente el machismo, en el que son frecuentes
los embarazos prematuros, la agresión contra las mujeres de temprana edad,
incluso constituyen un problema grave los crímenes de odio por temas de género
y orientación sexual. Edificar una sociedad democrática implica sentar las
bases de la justicia en materia de género y el respeto por las diversas
identidades. Esta iniciativa pedagógica ha sido saludada por la Organización de
las Naciones Unidas y otras instituciones.
Pero un conjunto de
movimientos ultraconservadores – algunos católicos, otros protestantes – han decidido
tergiversar este tema, acuñando el término “ideología de género”, infundiendo
la idea de que el currículo pretende confundir a los niños en materia de
sexualidad, promoviendo la homosexualidad, y disparates de este tipo. Buscan
sustituir el término “género” – una categoría socio-cultural – por el de “sexo”
– que es biológico -. Lo acaba de indicar J. L. Cipriani. Pero “sexo” y “género”
son cosas bien distintas. El sexo está determinado por la genitalidad y la
disposición cromosomática. Uno nace varón o mujer por supuesto,
independientemente de la orientación sexual. Pero el género – lo “masculino” y
lo “femenino” – se construye socialmente. Lo que se espera de “lo masculino” y “lo
femenino” no es invariable. En muchas culturas, sólo por poner un ejemplo no
controversial, no se esperaba que una mujer fuese a la guerra o interviniera en
la política. La cultura liberal se ha comprometido con la igualdad y la
libertad en estos asuntos tan cruciales. La justicia entre los géneros es un asunto muy importante
para la consolidación de la vida democrática. Desde una clave epistemológica, es
una categoría crucial en las humanidades y las ciencias sociales.
Pero estos grupos
de ultraderecha han fundado incluso un movimiento, “Peruanos por la igualdad” (?).
Han proferido una serie de despropósitos sobre el gobierno, las izquierdas, la
democracia, la igualdad. Una antología de lo absurdo e injustificado. Su vocero, Martín Santiváñez, sugiere que no debemos escuchar a los organismos internacionales que tratan estos problemas. Juzguen
ustedes mismos leyendo en esta página. El hecho es que
muchos grupos de ultraderecha pretenden dictar la política pública. Es una
lástima que en lugar de realizar un debate sobre el tema recurriendo a
evidencias y argumentos, estos grupos hayan optado por la agitación y la
propaganda. Por eso esta clase de colectivos, cuando pretenden influir en el
mundo del pensamiento, no suelen realizar este propósito desde el trabajo de
las razones (véase la preocupación de Caviglia sobre la probable incursión del
Sodalicio en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas y sus estudios
humanísticos).
Sustituir el
término “género” por otro, o anularlo, sería nefasto desde el punto de vista
del pensamiento crítico tanto desde el punto de vista de la existencia social.
Queremos vivir en una sociedad dialogante y tolerante, sin discriminación ni violencia
porque algunos estilos de vida no los aceptemos por prejuicio e intransigencia.
A algunos sectores les altera que se sostenga algo tan obvio como que nuestra
identidad personal (el Quién soy yo) se construya a través del tiempo. Después
de todo, se trata de la trama de nuestras vidas. Se siente mucho temor a lo que
es diverso. Eso no es nada sano, ni tampoco justo, aunque se trate de una actitud que enarbolen
miles de seres humanos.
La marcha ha sido pacífica, multitudinaria y en todo el país, con esto el pueblo peruano se ha puesto de pie y ha liquidado en las calles a la ideología que le querían meter de contrabando en los textos escolares.
ResponderEliminarEs un derecho de los padres de decidir sobre la educación de sus hijos, no es un "derecho" de los burócratas ni del Estado, como el autor trata -interesadamente- de presentar.
Aquellos que se creen dueños de la verdad y que les gusta tratar al pueblo como "ignorante" o "conservador" por no ajustarse a sus dictados, han sufrido ahora una contundente derrota en las calles (derrota que se suma a otras más que han recibido en el pasado, como aquella pretensión de querer hacer pasar al terrorismo comunista como "conflicto armado interno" o de poner a los terroristas como "víctimas").
El gobierno debe aplicar ahora los ajustes institucionales necesarios para procesar este reclamo popular y no imponer ninguna ideología a través de los textos escolares y la escuela; si no lo hace pronto y el gobierno sigue capturado por unos cuantos caviares (que nunva han sido elegidos), este gobierno bien corre el riesgo de no llegar al término de su mandato.
Sólo basta examinar estos discursos para reconocer la desinformación y la distorsión de los hechos. Atribuir los desastres naturales en un vecino país a que se hubiere apoyado la unión civil no es un síntoma de ignorancia o mala fe?
ResponderEliminarAcusar a los manifestantes contra la ideología de género de ser el Ku Klux Klan peruano, no es un síntoma de ignorancia o mala fe?
ResponderEliminarYo nunca me he expresado así.
ResponderEliminarPromover el asesinato de homosexuales como ha predicado el pastor es incitación a la violencia .
Es una lástima que difundas el texto difamador de Caviglia. Puede serr que no estén de acuerdo con Alfredo García.. Pero negarle su derecho a trabajar en un cargo directivo en una univerisdad privada es claramente una censura ideológica de izquierda. Conozco a Alfredo y su pensamiento no tiene ninguna relación con Primo de Rivera ni el fascismo. Se aprovecha que ahora el sodalicio ha caído en desgracia para que justos paguen por pecadores. Alfredo y Ricardo Morais se unieron a esa organización de buena fe y no son culpables de todo lo malo que se ha revelado en los últimos tiempos.
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ResponderEliminarEl texto de Caviglia sólo señala una preocupación, en términos institucionales. Vale tu juicio sobre el tema. Me alegra en todo caso que las personas que señalas guarden distancia respecto de tal ideario.
Saludos,
Gonzalo.
Mucho se preocupan porque alguien sea afin al pensamiento de Primo de Rivera, ¿pero acaso alguna vez Caviglia o tú se han preocupado por todos los catedráticos que aún hoy mantienen un pensamiento afín al leninismo, al maoísmo, al guevarismo o al castrismo? Muchos están en San Marcos, pero incluso también en la misma U. "católica", como es el caso de Antonio Zapata (o acaso no lo has visto en la ceremonia de los 50 años de Vanguardia Revolucionaria, partido que abiertamente propugnaba la lucha armada, y tenía como fuente ideológica el marxismo leninismo y el maoísmo)o Rocio Silva Santistevan. Tú podrás tener todas las fobias contra José Antonio, pero nunca le podrás achacar 500 fusilamientos firmados de puño y letra, como hizo Guevara; ni 7 mil muertos que ha sido el costo de la Revolución Cubana de Castro; ni mucho menos los millones de Lenin o de Mao. Y claro, José Antonio rechazaba la democracia liberal; pero tampoco Guevara, Castro, Lenin ni Mao eran demócratas. Así que ni por ahí la excusa.
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ResponderEliminarAquí rechazamos toda forma de totalitarismo e ideología integrista, de izquierda o dede derecha.
Veo que tengo que repetir la pregunta: ¿Alguna vez Caviglia o tú se han preocupado por todos los catedráticos que aún hoy mantienen un pensamiento afín al leninismo, al maoísmo, al guevarismo o al castrismo? ¿Sí?, pues entonces,¿dónde están los post o tus respuestas para demostrarlo?
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