Gonzalo
Gamio Gehri
Difícilmente podríamos
referirnos a la impronta de la novaliana poética de la nostalgia en esta zona
del continente sin evocar a Benedetti, la calidez de su pluma, el modo
vivencial de retratar la ausencia de la persona amada o de la plenitud de la
existencia. Como en el poema de Borges que comentábamos en la reflexión
anterior, Benedetti prefiere hablar en primera persona, usar un lenguaje
directo que evoca la pérdida. El siguiente fragmento es de Espero:
“Te espero cuando la noche se haga día,
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás”.
suspiros de esperanzas ya perdidas.
No creo que vengas, lo sé,
sé que no vendrás”.
En otros poemas el tratamiento de la
ausencia se hace considerablemente más reflexivo. En Ausencia de Dios el autor examina la hipótesis de la pérdida del
amor. Con sencillez, una vez más, Benedetti explora el enorme vacío dejado, la
huella de la ausencia, la tarea ilimitada – imposible - de rehacer la propia
alma.
“Digamos que te alejas definitivamente
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote”.
hacia el pozo de olvido que prefieres,
pero la mejor parte de tu espacio,
en realidad la única constante de tu espacio,
quedará para siempre en mí, doliente,
persuadida, frustrada, silenciosa,
quedará en mí tu corazón inerte y sustancial,
tu corazón de una promesa única
en mí que estoy enteramente solo sobreviviéndote”.
Los últimos versos
recuerdan el tema central de Anhelo de la
muerte de Novalis. Sobrevivir a la plenitud perdida no es sobrevivir. Los
versos suenan como frases póstumas, sostenidas por la retención de un tiempo
que al poeta se le escurre entre los dedos. La huella del amor ausente – afirma
- es lo que sostiene el alma. Las sutiles
palabras que siguen han sido extraídas de Espero:
“Mi aire se acaba como agua en el desierto.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí”.
Mi vida se acorta pues no te llevo dentro.
Mi esperanza de vivir eres tu,
y no estoy allí”.
Poderosos
versos. Qué duda cabe..sencillos pero tristes.
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