martes, 3 de diciembre de 2013

NOVALIS Y LA RETIRADA DEL PRESENTE






Gonzalo Gamio Gehri


“¿Qué es lo que nos retiene aún aquí?
Los amados descansan hace tiempo.
En su tumba termina nuestra vida;
miedo y dolor invaden nuestra alma.
Ya no tenemos nada que buscar
–harto está el corazón–, vacío el mundo”.

La cita indica un nuevo interludio de meditación literaria. Nuevamente son los Himnos a la noche de Novalis.  Siempre me ha impresionado el enorme impacto de la nostalgia en el romanticismo alemán; definitivamente su temple de ánimo constitutivo. Siempre vuelvo sobre esta idea, que he rastreado desde mis primeros años en el estudio de los autores de ese complejo proyecto espiritual. La retirada del presente, la progresiva desaparición del re-cuerdo de las vivencias del pasado. Sophie se ha ido – ha muerto – y Novalis contempla su tumba con profundo dolor. “En su tumba termina nuestra vida; miedo y dolor invaden nuestra alma”.

Novalis está explorando una experiencia básica de la condición humana, la vivencia de la temporalidad como la anulación del instante, la conversión inexorable del presente en pasado. El instante se convierte en sombra. Los propios recuerdos se van desdibujando. Los intentos por retener de manera fidedigna esa memoria del pasado están condenados al fracaso. La finitud es el elemento fundamental de la vida humana. En Novalis este sentimiento lo lleva a afrontar una situación de radicalmente extrañamiento frente al mundo circundante. Lo dice con  reveladora claridad: “–harto está el corazón–, vacío el mundo”. Siente que no tiene nada que buscar.

Novalis descubre su propio lenguaje a partir de esta dura experiencia. Los Himnos y el Enrique de Ofterdingen  dan testimonio del surgimiento de este lenguaje. Ese lenguaje constituye el mapa que orienta el alma que anhela el nóstos. Sin embargo, la patria no es un lugar – como en Homero -, es el sentimiento de plenitud perdida. 

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