Gonzalo Gamio Gehri
El problema de la autonomía de la PUCP ha puesto de nuevo en discusión el tema del sentido o sentidos del catolicismo. Publiqué hace unos días la carta anónima de una persona que decía ser una economista egresada de la Universidad, y madre de dos hijos adolescentes, que exigía desde una reflexión teológica, considerar una mayor libertad de pensamiento entre los católicos. Reclamaba para sí acaso el tipo de trabajo crítico que el propio Jesús ejercía contra la jerarquía eclesiástica de su comunidad y época. Una crítica desde el propio espíritu del cristianismo. Dada su lucidez y sentido del respeto, la publiqué con gusto.
No se trata del único punto de vista. En la otra orilla, sólo por poner un ejemplo, Fernán Altuve señala en Expreso - sobre el conflicto con la PUCP - que “no se puede interpretar la doctrina católica”, invocando una absoluta obediencia y ortodoxia que puede recordarnos a cierto talante literalista – fundamentalista – que en rigor podría percibiste como ajeno a la matriz hermenéutica del pensamiento católico tal y como se ha puesto de manifiesto desde la Patrística e incluso antes. La exégesis bíblica, la reflexión teológica sobre el diálogo fe-razón, así como el trabajo original sobre relatos y parábolas apunta sin duda al ejercicio de la interpretación, y la doctrina recoge formas de interpretación, más allá del núcleo dogmático que todo sistema religioso de creencias exhibe.
Está claro que no existe una sola forma de pensar el catolicismo. Las posiciones varían de acuerdo a los referentes teóricos (filosóficos y teológicos, incluso literarios) y a un importante elemento actitudinal y práctico: todas se remiten al núcleo al que hemos aludido hace un momento. Algunas versiones tradicionalismo ponen énfasis en el tipo de teología arquitectónica elaborada durante la escolástica, e incluso consideran ciertos desarrollos del realismo metafísico característicos del tomismo y del neotomismo como canónicos y vinculantes como soporte conceptual de la espiritualidad cristiana; en lo moral y político, suelen recurrir al Catecismo y al Derecho Canónico como una fuente de inspiración. Otras versiones más progresistas concentran su atención en el carácter narrativo y práctico del Evangelio, y procuran establecer vínculos con el mensaje de fe y justicia presente en la tradición de los profetas. Sus fuentes filosóficas suelen ser más contemporáneas, p.e. la fenomenología o el neohegelianismo. Ambas lecturas coexisten (a veces en una difícil tensión) en el seno de la comunidad teológica católica y en los espacios de discusión filosófica. Incluso encíclicas como Fides et Ratio indican claramente que no existe una “filosofía oficial” dentro de la Iglesia (la idea misma de una “filosofía oficial” tiene un pobre valor filosófico, como resulta más que evidente). Aquí también existe (y se hace necesario) un cierto pluralismo crítico.
Nuestro mundo es saludablemente diverso, y es natural encontrar el factum de la diversidad en los diversos escenarios que lo integran. También es el caso de nuestros espacios de reflexión espiritual.
Profesor Gamio:
ResponderEliminarPrecisamente en la autonomía se excusa la desobediencia y allí está la pérdida de la PUCP como Pontificia y Católica.
Como es plural está abierto a cualquier tipo de pensamiento sin excluir el marxismo o el liberalismo ya que respetan la opción de los alumnos; o sea, introducir una formación católica en los alumnos está fuera de sus objetivos. Entonces los títulos están en vano. Como creer que la PUCP es democrática al apoyar grupitos en su interior de homosexuales y feministas. O creer que el 1% que está en la puerta de la universidad con sus protestas sinrazones es toda la universidad ¿? Ese vacío de “filosofía oficial”, según usted, hay que llenarlo de pluralismo y ¿A dónde nos lleva eso?
La PUCP tiene sus raíces en la Iglesia Católica pese a que no le guste, y se rige por ella sin exclusión de las leyes peruanas.
Pero usted profesor excusa la aversión a la Iglesia por Cipriani. La descalifica porque según usted estuvo con Fujimori y toda la corrupción. Pero no he leído hasta ahora que usted haga un post sobre las Universidades Pontificias y Católicas, cuál es su fuente y finalidad con el mundo y la cultura. Se encierra en Cipriani y su sesgo de los 90' y no sale de ahí. ¿Eso es académico?
Estimado "anónimo":
Gracias por recordarme a la humildad. No olvido.
¿Miedo? Se equivoca si cree que lo que escribo lo hago por algún trauma de infancia relacionado a la fe. Tengo miedo a Dios, pero amor también. Y como la Iglesia somos todos, obedezco las enseñanzas de los padres para orientar mi vida.
No soy un "open mind" para argumentar contra mi Madre y Maestra. No estoy contagiado por las luces de la filosofía y el racionalismo instrumentalista. No creo que la fe se reserve en lo privado. Creo más bien que debe proyectarse en lo público a partir de una consolidación personal y familiar. Veo resentimiento hacia Cipriani y una ausencia de reconciliación y verdad. Somos católicos, aunque algunos un tanto diferentes, debemos respetar la dignidad humana a la luz de la fe, y ese papel la PUCP ha perdido.
Recemos para que nuestra familia pueda solucionar sus problemas.
Estudio en una Universidad Católica, y es todo lo contrario a la PUCP. No descarto que haya conversaciones entre profesores y alumnos fuera de las aulas al cuestionar los cursos de formación católica obligatorios en el plan curricular de todas las carreras profesionales. La respuesta es obvia: Estamos en una Universidad Católica orientada a Evangelizar la cultura. Aquí no se hace política ni se viene a decir que nuestra universidad tiene que ser democrática, formar partidos y apoyar inmoralidades e injusticias.
Dios nos harán rendir cuentas de lo que hicimos en toda nuestra vida con los demás y qué tan bien lo hicimos. No creo que vaya a argumentar frente a Él excusas de autonomía, libertad de religión, libertad académica, secular, etc., etc. Se responderá sobre qué hiciste para que tu hermano crea y ame de verdad y viva en la Verdad. A respetar a tu hermano que piensa distinto, pero invitarlo a recibir la Gracia. Reconciliar a tu hermano con Dios. No dejarlo vivir en el error de ideologías, tradiciones y costumbres.
Yo no hago guerra contra nadie, mucho menos "cacería de brujas". Respeto la vida desde la concepción hasta la muerte del ser humano. Soy conservador.
Estamos en deuda con la sociedad.
No me diga señor. José, a secas.
Saludos cordiales,
José.
Estimado José:
ResponderEliminarLa PUCP tiene una vocación católica, pero es plural. Se llevan 2 cursos de teología y tiene un centro pastoral. En los espacios académicos, el objetivo no es la prédica (de NINGUNA visión, ideología, etc.), sino el debate racional y la investigación. Se leen directamente a los autores (incluidos los liberales, los marxistas, los reaccionarios, etc., y no existen textos vetados. Se trata de promover el pensamiento libre y la cultura. No hace daño.
JLC no es la Iglesia. La Iglesia somos el Pueblo de Dios. He escrito sobre las Universidades Católicas varias veces, y siempre poniendo énfasis en el valor del pluralismo. Nos lleva al diálogo, la argumentación y la búsqueda de consensos razonables. No todos tienen porqué compartir nuestras creencias.
Saludos,
Gonzalo.
Este señor José no entiende lo que dices, o no desea entender. Siempre me impresionan estas cerrazones, sobre todo en gente joven, como parece ser él.
ResponderEliminarEstimados profesores.
ResponderEliminarEntiendo lo que dicen, si no fuera así no comentaría en este espacio, y no es por darle la contra al profesor Gamio.
Pero creo que nos cerramos entre lo que queremos que sea y lo que es y debe ser. Me voy por el segundo.
Saludos cordiales,
José.
* Cómo creer que la PUCP es democrática al apoyar grupitos en su interior de homosexuales y feministas.
ResponderEliminar* O creer que el 1% que está en la puerta de la universidad con sus protestas sinrazones es toda la universidad. ¿? Ese vacío de “filosofía oficial”, según usted, hay que llenarlo de pluralismo y ¿A dónde nos lleva eso?
* creo que nos cerramos entre lo que queremos que sea, y lo que es y debe ser. Me voy por el segundo.
(LAMENTABLEMENTE EL SEÑOR SIGUE DISTORCIONANDO LO QUE CUALQUIERA ESCRIBE)... (AMIGO: LO QUE QUEREMOS QUE SEA ES PARTE DE LA CONDICION HUMANA, LO SEGUNDO -LO QUE ES Y DEBE SER- PUEDE DEVENIR EN UNA CUESTION METAFISICA DE UNA "VERDAD" INSALVABLE PARA EL HOY DEL REINO DE DIOS)
Recomendación: escribir comentarios de 3 párrafos a lo mucho, gracias.-
Comenté que lo de la Católica, y la impertinencia de Msr Cipriani se hicieron oportunas para abrir debate y apertura a los marxismos y a los cristianismos, como Merton y Gutierrez hicieron por su parte.
ResponderEliminar¿Es posible aun en la caricatura de un sermón mediático, abrir a tales formas de pensar y de vivir?
¿Para los tiempos de paz y emergencia económica peruana, podemos provocar con tensión creativa y evangelizadora, una síntesis nueva entre ambas comprensiones de mundo?
Gracias. (Solo 3 párrafos).
César Barahona C.
Gonzalo, me parece que lo que José Bellido Nina declara está fuera de lo que comporta una institución universitaria. ¿Por qué? Porque el termino “universidad” proviene del vocablo latín “universitas”, que alude a lo “universal”. En consecuencia, por su propia definición etimológica, la universidad es un centro de estudios con una connotación de universalidad. Siendo así, este debe incluir la diversidad, la variedad, la pluralidad, ser inclusivo de las diferencias, abriéndose a la universalidad del mundo en lugar de enfrascar a las personas en una burbuja hermética cerrada a esa universalidad. De otro modo, no estaríamos hablando de una universidad, sino de un centro educativo católico, pero no de carácter “universitas”. Incluir y aceptar al interior de un centro de estudios a grupos de feministas y de homosexuales, entre otros, implica una actitud claramente democrática y universalista. Es muy diferente una universidad católica que cumple con su razón de ser de “universitas”, a una “universidad” católica cerrada que se deslinde y desentienda de su razón etimológica de ser. Por eso, en caso de que Cipriani gane, será necesario que respete la “universitas” con el fin de que la católica sea considerada una universidad, de lo contrario no podría ser denominada como tal.
ResponderEliminarEl problema parece darse entre quienes apuestan por una vuelta a una versión particular del antiguo orden puesta en práctica por la fuerza, y quienes apuestan por una suerte de reinvención del orden a partir de lo avanzado en la Modernidad.
ResponderEliminarAsí, para el Sr. Bellido, que apuesta por un "deber ser" de corte más bien escolástico, la idea parece considerar a toda la Modernidad como un gran error. Otros que militan en la misma línea lo expresan con mayor claridad, en todo caso no hay por qué pensar en el señor Bellido como un hombre que maneje demasiadas ideas, sino más bien como un seguidor, con conocimiento limitado. Habría que preguntar a los verdaderos teólogos y financistas de su bando, y habría que averiguar si piensan que pueden imponerse a todos los demás y hacer retroceder el tiempo, o si sólo piensan dar una batalla honorable.
En cambio, el Sr. que firma Etsa Uri apuesta por nuevo diálogo y nueva síntesis, incluyendo aún el marxismo. Esto horroriza al bando dogmático. Pero es verdad que si nos preguntamos en qué medida este diálogo y síntesis nuevos son posibles, habrá entonces que preguntarnos en qué medida los dogmáticos logran asustar al resto de la población, y qué tan persuasivos son los dialogantes para atraer, más bien, la confianza de todos. Finalmente, habrá que preguntarse cómo reaccionarán los dogmáticos cuando se vean enfrentados al fracaso cada vez mayor (ya vienen fracasando 500 años, perdiendo poder 500 años, y sudamérica es uno de sus últimos bastiones, y lo están perdiendo). Una posibilidad es que, en nombre de su versión particuar, jurídica, de Dios, recurran a la fuerza, aliados con los poderes mundanos que los financian y utilizan. Otra posibilidad, es que no logren hacer ni siquiera eso. El tiempo lo dirá.
Hola.
ResponderEliminarLa señorita "Anacoreta" piensa que la Universidad desde el pluralismo, liberalismo y todo eso de tolerancia. Si es que la PUCP es "universitas" desde su entender, entonces ¿por qué en lío? No habría problemas ¿verdad? pues hay problemas, nos debimos dar cuenta de eso. Su interpretación es individual, como quisiera que sea.
Los cristianos no tenemos que caer en modas ideológicas para ser aceptados. Seamos dóciles para ser prudentes. No desde cualquier punto de vista.
Una Universidad Católica no necesita ser democrática para evangelizar la cultura. Caso contrario, la Iglesia Católica es antidemocrática. Al señor "anónimo" le gusta decir, poseída por el dogmatismo. Para ustedes, Pilatos es un verdadero "demócrata". Sí pues, él hizo valer la sabía democracia en que "la voz del pueblo es la voz de Dios" ¿?
Creo en que los católicos nos guiamos por la Verdad, Cristo. Una Universidad nacida del corazón de la Iglesia debe seguir esas enseñanzas. No promover pensamiento y acciones contrarias a la dignidad del hombres. Mucho, insisto, sentimentalismo. ¡Pocrecito el otro que no es libre! ¡Como no es libre, demos libertad! ¡Inventamos la libertad para los hombres! Pensé que la teníamos y orientada para un fin. Para los que no creen en esto, seguirán diciendo "hago de mi vida lo que quiero" ¿Paz?
Parece que "anónimo" es una pérdida, entonces tengamos claro nuestro destino, sin violencia, claro está.
Seamos sensatos.
Saludos cordiales,
José.
Estimado José:
ResponderEliminarLa pertinencia de la evangelización de la cultura dependerá de cómo la concibamos. Y no necesariamente constituye una prioridad respecto de la afirmación de la democracia (cuyo fundamento debería revisar).
Saludos,
Gonzalo.
Estimado profesor:
ResponderEliminarLa concibo desde la enseñanza de la Iglesia Católica. La Doctrina Social de la Iglesia nos da luces para orientar la vida privada y pública, entre otros documentos. Orientación para todos los hombres de buena voluntad.
El fundamento de la democracia son los derechos naturales (fundamentales o humanos), lo escribí hace tiempo en este blog, como también que la construcción de derechos negando un fundamento ontológico no generaría trascendencia ni universalidad en derechos humanos. Otra figura es el neoconstitucionalismo, éste sí lo estoy revisando. ¿Por qué quedarnos en principios? Por lo menos de la lectura se falta a los principios de interpretación constitucional: Principios vs. Principios ¿Por qué no se delimitan derechos para generar armonía jurídica? No concibamos los derechos como limitados o ilimitados.
Saliendo del tema. Usted cambia cada rato su apariencia física. Me imagino porque se acerca el verano :)
Saludos cordiales,
José.
Estimado profesor:
ResponderEliminarLa concibo desde la enseñanza de la Iglesia Católica. La Doctrina Social de la Iglesia nos da luces para orientar la vida privada y pública, entre otros documentos. Orientación para todos los hombres de buena voluntad.
El fundamento de la democracia son los derechos naturales (fundamentales o humanos), lo escribí hace tiempo en este blog, como también que la construcción de derechos negando un fundamento ontológico no generaría trascendencia ni universalidad en derechos humanos. Otra figura es el neoconstitucionalismo, éste sí lo estoy revisando. ¿Por qué quedarnos en principios? Por lo menos de la lectura se falta a los principios de interpretación constitucional: Principios vs. Principios ¿Por qué no se delimitan derechos para generar armonía jurídica? No concibamos los derechos como limitados o ilimitados.
Saliendo del tema. Usted cambia cada rato su apariencia física. Me imagino porque se acerca el verano :)
Saludos cordiales,
José.
Hola José:
ResponderEliminarSi concibe la democracia desde los derechos entonces la democracia no se identifica con el proceder de Pilato.
Bueno, he cambiado de foto una vez más.
Saludos,
Gonzalo.
Estimado profesor:
ResponderEliminarClaro que no. Entonces, la democracia es una forma de gobierno que tiene que reconocer la verdad que está en su contenido: los derechos naturales. La verdad no está en la aclamación de la muchedumbre embriagada, sino en una auténtica reflexión de la persona humana. Por eso me resulta difícil que la población tenga que decidir qué es derecho o justicia desde la ignorancia; sin embargo, la democracia deliberativa apuesta por un diálogo de actores de distintas perspectivas, pero el punto está en el diálogo o apertura sobre la dignidad humana en sentido ontológico ¡Tarea difícil desde la construcción ética o jurídica! Por eso lo débil de edificar sobre arena, no hay cimientos fuertes.
Así las cosas, el constructivismo ético y jurídico está en constante "evolución", no hay permanencia, todo es cambio. ¿Qué nos espera? Lo curioso es que no descubrimos lo que emana de la dignidad humana, sino construimos la dignidad y lo que queremos que sea o emane de la razón.
Una reflexión de lo comentado está en el libro de Joseph Ratzinger, Verdad, valores y poder.
Saludos cordiales,
José.
Profesor Gamio.
ResponderEliminarPero ¡mucho ojo! que la mayoría siempre decide en contra de la persona sin reconocer la verdad, entonces, caemos en la acción de Pilatos y los fariseos. Ejemplos: Aborto y "matrimonio" homosexual.
Saludos cordiales,
José.