LOS CRÍTICOS DE LA CVR EN ACCIÓN
Gonzalo Gamio Gehri
La reciente discusión sobre la validez y los alcances del Informe Final de la CVR suscitada en los medios de prensa, planteada en los círculos políticos e incluso en una reciente Homilía han dejado un sabor amargo en quienes abrigamos la esperanza de que la lucha por la democracia y los Derechos Humanos sea una prioridad para el país. Ha puesto de manifiesto que – para muchos políticos y “líderes de opinión” - la verdad es lo de menos. Repiten tozudamente que la CVR “maltrata a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas”, cuando la Comisión reconoce el heroísmo de muchos agentes del Estado que murieron defendiendo al país (IF CVR Conclusión Nº 53), o que el Informe es condescendiente con el terrorismo, cuando se sindica claramente a Sendero como el principal violador de Derechos Humanos en los años del conflicto armado interno (IF CVR Conclusión Nº 13) ¿Por Qué se empeñan en sostener que el Informe dice lo que de hecho no dice? ¿Por Qué declaran esa clase de cosas a sabiendas de que no están diciendo la verdad? Pues – causa tristeza decirlo – porque para muchas autoridades peruanas el poder parece ser más importante que la verdad. Son una especie de “leninistas prácticos”: como el tristemente célebre líder bolchevique, para ellos “salvo el poder, todo es ilusión”.
De lo que se trata, a juicio de muchos representantes de nuestra (autodenominada) “clase dirigente”, es de fijar posiciones. Desde las atalayas del poder, pretenden hacer callar a los ex miembros de la CVR, “porque su labor oficial ya concluyó”. O se permiten pedir la censura de textos escolares que tratan de una manera incómoda el primer periodo presidencial de Alan García o los años de la violencia. Cualquier alusión al concepto de violencia estructural los pone nerviosos (el concepto no pertenece al marxismo ortodoxo, sino a Johan Galtung, el padre liberal de la cultura de paz). Por supuesto, el tema de los textos escolares requiere un análisis más extenso y matizado, que espero presentar en un futuro post: el tema, efectivamente, es complejo. Hay que recordar que la CVR sostiene que, aunque las condiciones de desigualdad y exclusión constituyeron el caldo de cultivo de la violencia, “la causa inmediata del desencadenamiento del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la ‘lucha armada’ contra el Estado Peruano, a contracorriente de la abrumadora mayoría de peruanos y peruanas, y en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres” (IF CVR Conclusión Nº 12). La CVR fustiga a las organizaciones terroristas como expresión de un “proyecto militarista y totalitario” (Conclusión Nº 15) que “desdeñaba la vida y negaba los Derechos Humanos” (Conclusión Nº 16). Clarísima la condena de la subversión.
Es una pena que algunas personas señalen que “los Derechos Humanos son demasiado importantes para que los dejemos en manos de un pequeño grupo ideológico”, como un intento velado por sumarse al concierto oficialista y fujimorista de ataques contra la CVR. Una pena porque la frase es cierta – en el sentido que los Derechos Humanos no son el privilegio de un sector social o político, sino patrimonio de la humanidad entera -, pero se debilita toda vez que es usada ideológicamente (como instrumento “político”) cuando se trata de vapulear a quienes han elaborado una investigación interdisciplinaria seria y rigurosa sobre la violencia y la desigualdad en el Perú, como es el caso del Informe Final de la CVR. La frase se usa en favor de un “pequeño grupo ideológico” (lo que Álvarez Rodrich llama agudamente el Comando Anti-CVR) en el contexto de su particular y archiconocida Kulturkampf. Esto es especialmente grave en un tiempo en que el tema de los Derechos Humanos ha desaparecido del discurso del gobierno, o cuando los asuntos de justicia y memoria son vistos con sospecha y hostilidad por quienes detentan el poder. Más inquietante todavía resulta esta declaración a pocos días de que un grupo de militantes fujimoristas irrumpieran en un acto simbólico en honor de las víctimas de la violencia – pisoteando el altar y las velas con los nombres de los fallecidos -, bajo el pretexto de “defender la dignidad” de los agentes del Estado.
Si queremos – realmente, sin máscaras – que los Derechos Humanos se conviertan en parte de la agenda común de la sociedad peruana, tenemos que deponer esa actitud beligerante (olvidarnos de nuestro lugar en el juego de fuerzas de la “política menuda”), y asumir la opción de la defensa de la Verdad y escuchar la perspectiva de las víctimas de la violencia.
Gonzalo Gamio Gehri
La reciente discusión sobre la validez y los alcances del Informe Final de la CVR suscitada en los medios de prensa, planteada en los círculos políticos e incluso en una reciente Homilía han dejado un sabor amargo en quienes abrigamos la esperanza de que la lucha por la democracia y los Derechos Humanos sea una prioridad para el país. Ha puesto de manifiesto que – para muchos políticos y “líderes de opinión” - la verdad es lo de menos. Repiten tozudamente que la CVR “maltrata a la Policía Nacional y a las Fuerzas Armadas”, cuando la Comisión reconoce el heroísmo de muchos agentes del Estado que murieron defendiendo al país (IF CVR Conclusión Nº 53), o que el Informe es condescendiente con el terrorismo, cuando se sindica claramente a Sendero como el principal violador de Derechos Humanos en los años del conflicto armado interno (IF CVR Conclusión Nº 13) ¿Por Qué se empeñan en sostener que el Informe dice lo que de hecho no dice? ¿Por Qué declaran esa clase de cosas a sabiendas de que no están diciendo la verdad? Pues – causa tristeza decirlo – porque para muchas autoridades peruanas el poder parece ser más importante que la verdad. Son una especie de “leninistas prácticos”: como el tristemente célebre líder bolchevique, para ellos “salvo el poder, todo es ilusión”.
De lo que se trata, a juicio de muchos representantes de nuestra (autodenominada) “clase dirigente”, es de fijar posiciones. Desde las atalayas del poder, pretenden hacer callar a los ex miembros de la CVR, “porque su labor oficial ya concluyó”. O se permiten pedir la censura de textos escolares que tratan de una manera incómoda el primer periodo presidencial de Alan García o los años de la violencia. Cualquier alusión al concepto de violencia estructural los pone nerviosos (el concepto no pertenece al marxismo ortodoxo, sino a Johan Galtung, el padre liberal de la cultura de paz). Por supuesto, el tema de los textos escolares requiere un análisis más extenso y matizado, que espero presentar en un futuro post: el tema, efectivamente, es complejo. Hay que recordar que la CVR sostiene que, aunque las condiciones de desigualdad y exclusión constituyeron el caldo de cultivo de la violencia, “la causa inmediata del desencadenamiento del conflicto armado interno fue la decisión del PCP-SL de iniciar la ‘lucha armada’ contra el Estado Peruano, a contracorriente de la abrumadora mayoría de peruanos y peruanas, y en momentos en que se restauraba la democracia a través de elecciones libres” (IF CVR Conclusión Nº 12). La CVR fustiga a las organizaciones terroristas como expresión de un “proyecto militarista y totalitario” (Conclusión Nº 15) que “desdeñaba la vida y negaba los Derechos Humanos” (Conclusión Nº 16). Clarísima la condena de la subversión.
Es una pena que algunas personas señalen que “los Derechos Humanos son demasiado importantes para que los dejemos en manos de un pequeño grupo ideológico”, como un intento velado por sumarse al concierto oficialista y fujimorista de ataques contra la CVR. Una pena porque la frase es cierta – en el sentido que los Derechos Humanos no son el privilegio de un sector social o político, sino patrimonio de la humanidad entera -, pero se debilita toda vez que es usada ideológicamente (como instrumento “político”) cuando se trata de vapulear a quienes han elaborado una investigación interdisciplinaria seria y rigurosa sobre la violencia y la desigualdad en el Perú, como es el caso del Informe Final de la CVR. La frase se usa en favor de un “pequeño grupo ideológico” (lo que Álvarez Rodrich llama agudamente el Comando Anti-CVR) en el contexto de su particular y archiconocida Kulturkampf. Esto es especialmente grave en un tiempo en que el tema de los Derechos Humanos ha desaparecido del discurso del gobierno, o cuando los asuntos de justicia y memoria son vistos con sospecha y hostilidad por quienes detentan el poder. Más inquietante todavía resulta esta declaración a pocos días de que un grupo de militantes fujimoristas irrumpieran en un acto simbólico en honor de las víctimas de la violencia – pisoteando el altar y las velas con los nombres de los fallecidos -, bajo el pretexto de “defender la dignidad” de los agentes del Estado.
Si queremos – realmente, sin máscaras – que los Derechos Humanos se conviertan en parte de la agenda común de la sociedad peruana, tenemos que deponer esa actitud beligerante (olvidarnos de nuestro lugar en el juego de fuerzas de la “política menuda”), y asumir la opción de la defensa de la Verdad y escuchar la perspectiva de las víctimas de la violencia.
P.D.: Carlos Iván Degregori y Sinesio López han escrito importantes artículos sobre este tema en esta semana.
estimado Gonzalo,
ResponderEliminarhay actitudes sintomaticas en el Estado cuando tiene que afrontar alguna reparacion a ciudadanos vulnerables. Lo vemos a cada instante: cuando un joven es baleado por un guardia del inpe y lo abandona en una morgue, cuando se despide arbitrariamente a una periodista de Canal 7 y en el caso de las victimas de la violencia es igual.
Un Estado así pierde credibilidad ante la ciudadanía lo cual es punto de partida para los conflictos sociales: cada menos se cree en el Estado.
un saludo
Arturo
Estimado Arturo:
ResponderEliminarDe acuerdo. Lo sucedido ha sido realmente lamentable. En este y otros puntos el gobierno de García - por su insensibilidad, su soberbia y su prepotencia - está generando una crisis de credibilidad enorme.
Un abrazo,
Gonzalo.
Así es Gonzalo, alguno no quieren la verdad y quieren distorsionarla para pasar piola ante la población y ante la historia.
ResponderEliminarEsto es aplicable a la izquierda peruana: ¿alguien ha visto a la izquierda peruana pedir perdón por sus errores y horrores del pasado?; muchos de esos izquierdistas que en los 70s y 80s hablaban de tomar el poder por las armas, de que “el poder nace del fusil”, que despreciaban las libertades democráticas y a sus instituciones, que guardaron un silencio cómplice frente a Sendero Luminoso, silencio cómplice que sólo quebraban para llamar a los terroristas “hermanos” que siguen un camino equivocado o para justificar rebelarse contra el orden democrático “burgués” o justificar la violencia terrorista con su dogma marxista de que “la violencia es partera de la historia” e incluso -algo muy típico en la izquierda en todas las épocas- lanzar delirantes teorías de conspiración como esa que escuché alguna vez en la primera mitad de los 80s que decía que en realidad SL era un invento de la CIA y de los servicios de inteligencia peruanos para justificar la represión del “movimiento popular”; esa misma izquierda nunca terminó de deslindar tajantemente con sus parientes ideológicos de SL y del MRTA y ahora quiere pasar por derechohumanista, ¿alguno nos ha pedido perdón?; pues no.
La izquierda peruana debe aprender primero a ver la viga en el propio ojo, antes de andar señalando la paja en el ojo ajeno.
un caso patético de esta búsqueda por ocultar la verdad es lo ocurrido con Mónica Feria, quien gracias a su nacionalidad británica se ha escpado de la justicia peruana:
http://www.correoperu.com.pe/lima_nota.php?id=74548&ed=14
Esta mujer -cuyas posiciones senderistas eran conocidas por todos los que se toparon con ella en la PUCP en los 80s- se ha refugiado en su nacionalidad británica para escapar de la justicia peruana y evitar responder ante ella por los graves delitos que se le imputan.
Ella ahora puede esperar cobrar los miles de dólares de la sentencia de la CIDH sobre Canto Grande, pues además de senderista fue la abogada de los senderistas de Canto Grande beneficiados por la malhadada sentencia de la CIDH (esa misma en donde un juez brasilero, mal imitador de Jorge Amado, menciona que las senderistas son similares a Juana de Arco).
Se escapa de la justicia peruana y chapa sus miles de dólares, todo esto ante el silencio cómplice de aquellos que se llenan la boca hablando de “verdad” y de “justicia”, pero que en realidad pervierten estos nobles conceptos para usarlos en función de sus intereses políticos e ideológicos.
Qué asco!
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ResponderEliminarAnónimo:
ResponderEliminarEn realidad ese no es mi estilo. Si quieres criticar la posición de ese personaje público, y discutir, es mejor la argumentación y la transparencia. La burla y el anonimato no son aconsejables.
Saludos,
Gonzalo.
Alfredo:
ResponderEliminarNo conozco bien el caso de M. Feria. En esa época, yo estaba en el colegio. Lo que sé lo he visto en Correo - un medio dudoso -, y por El Gran Combo Club. Ellos pueden darte mayores datos. Si ella fue senderista y cometió delitos, opino que debe ser castigada por la ley, de todas maneras.
Pero como digo, no conozco bien el caso.
Saludos,
Gonzalo.
¿LA VERDAD es la vos de estos izquierdistas de cafe que desde ONGs se llenaron los bolsillos haciendo apologia suversiva...??? , de estos cobardes que durante los 80s no movieron un dedo en contra del flajelo terrorista y que ahora juzgan como a terroristas a los que nos libraron del terror...??...la verdad es la voz de estos defensores del genocidio que ahora tienen el descaro de venir a hablar de derechos humanos..?? no lo creo.
ResponderEliminar"Luchito":
ResponderEliminarLo tuyo es lo que se llama 'sesgo ideológico agravado': cero en información y documentación histórica, cero en argumentación, cero en gramática.
Con slogans y disparates no has a convencer a nadie. Elabora un argumento.
El estador republicano peruano a travez de su existencia nacio crecio y se sostuvo mediante la extorciòn, manipulacion,violencia y profundamente excluyente de las mayorias nacionales,que estaban (y aun estan) al margen de su rol politico como tal, este estado jamas devino en un ente calificado como tal sino fue mas bien reflejo de la tirania de los caudillos tanto civiles y militares que desangraron a la nacion,y encaramados en el poder blandieron sus espadas de Damocles tiranicas amparandose para saquear el tesoro y la hacienda nacional para suss interes personales y de grupo(social).Esto sigue como tal y la democracia real y no virtual que se requiere instalar tendra que desenterrar este oneroso andamiaje para ello, el punto de inflexion creo yo es el informe final de la CVR, que asusta como un "cuco" a los vesanicos y trogloditas que ven fantasmas en un informe que relata relativamente lo acontecido en los años aciagos de la guerra interna que a sido una de las tantas de las crudas confrontaciones en la historia republicana del pais, el cual sigue fracturado en porciones, producto de la incapacidad de la clase politica actual en resarcirlo.Estimado Gonzalo con la vision liberal humanista que observas estos avatares de la historia de nuestra patria,los ciegos politicos en la incuria solo tienen como argumento frases triviales,que solo demuestran soberbia y un afan cerril en defender el oprobio y la corrupcion cual Escila y Caribdis,amenazan a la naciente democracia,al desarrollo social y economico incluyente, que se debate frente a estas gigantescas amenazas facticas.
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