Gonzalo Gamio Gehri
El reciente atentado contra El "Ojo que llora", la extradición de Fujimori y especialmente algunos comentarios a mi entrada anterior me llevan a escribir unas cuantas líneas sobre nuestra condición política y la defensa de los Derechos Humanos. El día 23, un grupo de vándalos – es altamente probable que se trate de fujimoristas irritados por la reciente extradición de su líder, que será juzgado por temas de Derechos Humanos – mutilaron el “Ojo que llora”, destruyeron algunas piedras y mancharon la escultura con pintura naranja. Con este acto prepotente han querido mancillar la lucha por la memoria. Este hecho interpela nuestra posición como ciudadanos frente al proyecto de justicia transicional y sus posibilidades en la hora presente.
He intentado argumentar en este blog y en otros lugares que necesitamos reforzar un punto de vista liberal en el espacio político peruano. Necesitamos liberales de derecha y de izquierda (y yo me considero un entusiasta de esta última versión, siguiendo la pista de Walzer, Nussbaum y Sen), porque nuestro mapa ideológico presenta una izquierda cavernaria que no ha aprendido nada de los sucesos de 1989, y una derecha conservadora, mercantilista en economía, autoritaria en política, entregada a aderezar la agenda de los sectores más oscuros de la jerarquía eclesiástica y del empresariado peruano (ambos grupos prosperaron con Fujimori y hoy sonríen al lado de García y Giampietri). Carecemos de una derecha liberal (con la excepción de periodistas como R.M. Palacios y A. Álvarez Rodrich). La izquierda democrática no ha logrado unirse, y ha naufragado - lamentablemente - en las últimas elecciones generales.
Pero encuentro con pesar que no esto no es privativo del espacio político partidario. Creo que los intelectuales hemos desatendido el debate público como espacio de reflexión, para dedicarnos a trabajar en nuestra 'torre de marfil' o quizá para observar el escenario político sólo como un laboratorio que nos permita divisar las posturas que gozan de "legitimidad". Esa vocación de neutralidad me parece moralmente recusable - cuando es sistemática - y epistemológicamente ingenua. O los intelectuales salimos a las calles - no para adoctrinar, sino para dialogar con el ciudadano y examinar nuestras instituciones, a la usanza socrática sugerida en la Apología - o nuestro trabajo no tiene razón de ser.
Me preocupa profundamente algunos serios indicios de premodernidad moral e ideológica en el debate público ciudadano. Prejuicios completamente arcaicos más allá de cualquier sutileza ideológica. Reflexiones como esta - escrita por un profesional, presumo que egresado de Derecho -: "eso de creer que todos tienen DD.HH nunca lo terminé de digerir. Yo soy una persona normal como todas que tienen sentimientos y pasiones: creo que hay personas -como los terroristas y los criminales- que por sus actos pierden esos DD.HH y esa dignidad propia de los seres humanos". Por supuesto, respeto la posición expresada - y agradezco contar con ella en mi blog - pero me preocupa su carácter medieval, peligrosamente arcaizante y potencialmente violento. Parece salido de aquel mundo en el que los reyes o las autoridades religiosas tenían control sobre la vida o la muerte de las personas, en virtud de su origen "divino". Un mundo para el que la justicia era la observancia del 'equilibrio cósmico', y no el respeto por la dignidad intrínseca de las personas. ¿Qué leyes serían superiores a la libertad y dignidad de los individuos, las reglas del mercado, o los dogmas de una presunta "religión verdadera"? Nuestro mundo es otro, afortunadamente.
Lo que ha sido una conquista de la modernidad liberal - y esto no tiene nada que ver con ser de derecha o de izquierda, que quede claro, sino con ser un ser humano nacido después de la Ilustración - es el reconocimiento de los individuos que componen la sociedad como titulares de derechos universales inalienables que el Estado debe proteger en cualquier situación. Incluidos Hitler, Stalin, Montesinos, o cualquiera que sea bípedo implume. Todos los seres humanos tienen dignidad y Derechos Humanos, todos deben ser juzgados con un tribunal imparcial, y no pueden ser tratados como animales subhumanos que han desafiado el presunto "orden natural de las cosas".
Conste que no estoy diciendo que por naturaleza tengamos ciertos derechos o cualidades. Esta no es una discusión metafísica - no hay aquí una impronta "coránica", ni mucho menos -, sino ética y política; estoy diciendo que para gozar de salud política tenemos que asumir pragmáticamente que todos los bípedos implumes tienen dignidad y derechos inalienables, también los delincuentes ¿Por Qué? Simplemente porque esta hipótesis nos previene rigurosamente contra la avalancha de arbitrariedades y atropellos que podrían suscitarse en aquellas sociedades e instituciones en los que se supone que no existen estos derechos. Si se violan los DDHH al interior de las culturas que los reconocen, al menos tenemos el horizonte normativo e institucional desde el cual denunciar los delitos como tales. El no reconocimiento de estos derechos deja abierta la puerta para las violaciones impunes de la vida y la integridad de las personas. Esto debería ser asumido por una derecha responsable y por una izquierda lúcida. Repito, los Derechos Humanos son una categoría liberal que es ya patrimonio de la modernidad entera. Los Derechos Humanos son un hecho cultural post-holocausto (Rorty) - que cuenta con legislación internacional y redes institucionales importantes -, y no un estandarte ideológico útil para uno u otro bando. Si por defenderlos nos identifican con la "izquierda derechohumanista", pues bien, qué le vamos a hacer. Que lo hagan. A mucha honra.
Foto: La República.
Gonzalo,
ResponderEliminarTe doy absolutamente toda la razón. Pero tengo una pregunta: ¿que significa respeto para ti? ¿Por qué dices que respetas ese comentario (el que duda de que todas las personas tengan derechos humanos?). debes tener una acepción de respeto distinta a la mia, porque para mi esa idea no se puede respetar. hay que respetar la diversidad, las discrepancias fundamentadas... entiendo que uno no puede acallar autoritariamente al otro (ni siquiera a alguien con una posicion cavernaria como esa) porque cualquier posición puede ser (quizá hasta debe ser) objeto de debate, y si a eso llamas respetar, entonces estamos de acuerdo. Pero para mi respeto implica reconocer algo de valor en la posicion del otro, y eso la verdad es que no ocurre en este caso. Esperare tus comentarios.
Uno puede respetar la posición del otro, y al mismo tiempo juzgarla errada y peligrosa, como este caso. La respeto en tanto la considero digna de examen y crítica en el debate racional. Desde luego, busco su refutación, y me parece lamentable que se piense así. El problema de identificar el respeto con lo que mencionas es que, o admites que tu posición podría hipotéticamente ser ignorada y desdeñada por otros - lo que haría imposible el diálogo y la refutación; o asumes tu persopectiva como epistémicamente superior, pero ¿Desde dónde?
ResponderEliminarLo más práctico es situar las posiciones en la dinámica del diálogo, y así posiciones anti- DDHH como las que he reseñado son desmanteladas con facilidad.
Lamento mucho el antentado al "Ojo que llora" por parte de malos fujimoristas que no entienden lo que es el recuerdo de un período inborrable de nuestra historia nacional. Sin embargo es necesario tambièn tener en nuestras memorias las víctimas del Fronton que fueron asesinadas cobardemente por pesonas "desconocidas" hasta hoy para la justicia ciega de nuestro país.LAMENTO MUCHO TODA ESTA SITUACIÓN DE INPUNIDAD Y MÁS EN UN PAÍS QUE NECESITA SACARSE ESTE CLAVO QUE ha sido y es frecuente en nuestro territorio.
ResponderEliminarEn este País nos falta pensar en los demás como seres humanos con derechos y gran parte de este error lo tiene el estado como animador de la educación, como responsable para que cada ciudadano tenga la capacidad moral de defender los derechos que hemos recibido por el mismo hecho de que somos seres humanos. Qué dificil y qué interpelador es vivir en lugar en donde existe poca culura tolerante que no respeta y al no respetar no se respeta asi misma.
Estamos de acuerdo entonces Gonzalo.... es lo que dije en mi comentario. Solo que tiendo a pensar que se respeta algo más integralmente. pero estoy de acuerdo, como dije, en que toda postura debe ser debatida...
ResponderEliminarhey !Mi nombre es David Aguirre, de 21 años, Ecuador, estudiante de Psicologia . estuve leyendo su articulo sobre RORTY , estuvo EXCELENTEEE!! quisiera saber como podemos intercambiar pensamientos y saberes.. mi mail es punkeritox@realpe.org
ResponderEliminarCon el mayor gusto, escrìbame a mi mail: gonzalogamio@gmail.com.
ResponderEliminarGonzalo, creo que es un prejuicio eso de la izquierda cavernaria. De los jóvenes que participamos en colectivos de izquierda jamás hemos escuchado hablar sobre revolución (tomar el estado por las armas), lucha de clases (en el sentido de buscar la lucha para colocar a una clase por encima de la otra o considerar enemiga a alguna) y cuestiones que se puedan tildar de violentas.
ResponderEliminarEs cierto que hay personas que tienen un sentido de la izquierda cavernaria pero estas personas son un puñado de gente (que sobrepasan los 50 años por lo general). Quisiera que te preguntes algo y que no te lo respondas inmediatamente (lo digo sin ninguna soberbia): ¿Dónde está el acercamiento de la gente liberal intelectual con los jóvenes que se consideran de izquierda democrática? Los jóvenes estamos ahí, defendiendo los derechos, ¿y ustedes?
Se que hacen cosas muy loables, pero hasta el momento no veo ninguna iniciativa que supere el voluntarismo.
Me rectifico...iniciativa articuladora de gente mayor que tiene mayor experiencia, mayor capital, mayor legitimación, mayor capacidad en cuanto a "logística en organización"...lo último no se si se dice de esa manera, espero que me esté expresando de una forma comprensible :S.
ResponderEliminarEstimado amigo:
ResponderEliminarCuando me refería a una "izquierda cavernaria" pensaba en esa izquierda que no ha revisado sus fundamentos ni aprendido de lo sucedido en 1989 (pienso en el MNI y Patria Roja, que son bastante cavernarios). Y efectivamente, sobrepasan los 50 años.
Bueno, yo me consideraba joven.....y me describo como de izquierda, sólo que ADEMÁS incluyo elementos de la cultura originaria del liberalismo (DDHH, humanismo cívico, libertades individuales, etc.).
¿Que donde estuve yo? En las calles, protestando contra el fujimorato, y dispuesto a escribir y salir nuevamente a las calles, si se conculcan nuestros derechos. No sé porqué preguntas que dónde estábamos.
Saludos,
Gonzalo.
Me refería a una iniciativa articuladora. Se que como persona eres excelente y así como piensas, también haces. Pero me refería más a algo "políticamente" articulador. No solo acciones individuales sino colectivas. Me imagino que esto es un proceso en el que seguimos creciendo y si soné como machacador, disculpa.
ResponderEliminarTe agradezco tus generosas palabras, amigo.
ResponderEliminarTienes razón, adolecemos hoy de propuestas políticamente articuladoras, y hay que construirlas.
Me considero más una persona de sociedad civil, de vigilancia más que de propuesta de Estado. Sin embargo, si surge una propuesta democrática interesante, podría participar y apoyar.